lunes, 27 de septiembre de 2010

La mano: "palmo", "dedo", "braza" o "codo". El hombre como medida de Todo

Decíamos ayer, que existe una pregunta tan boba como extraña, cuando "afirmamos" que la base matemática mas simple es la decimal (en unidad de decenas), quizás porque tenemos diez dedos en la mano...La solución que dábamos a "tal enigma"  era que con los diez dedos es con los que contamos.... Ello demostraría que el hombre está hecho a la medida de la matemática -!"Menuda imbecilidad", exclamará con razón, el inteligente lector!-. Porque el caso filosófico-matemático planteado es tan tonto como absurdo; pero le sucede igual que a los chistes malos, que cuanto mas bobos y extraños son, mas nos quedamos pensativos y sonriendo, reflexionando si el tonto no seremos nosotros, por no haberlo entendido antes...

Pero continuemos con aquello que puede llevarnos entender el sentimiento mas antiguo de la matemática unida al número y a este como origen de "la medida"; al igual que a "la medida", como razón universal del Hombre. Sabido es, que al menos en Egipto Antiguo y desde tiempos de Las Pirámides, ya se usaba la "base diez", contando en decenas, centenas y millares, desde comienzos del III milenio a.C.. Esta es la forma mas sencilla de ordenar los números, pues la siguente en simplicidad es la "base doce"; que fué usada por Babilonia y es mucho mas compleja. Pese a ello, igualmente, se podía contar con los dedos en docenas, ya que cuando se acababan los diez dedos, se tenía como once, un puño cerrado y como doce las dos manos cerradas. ¿Será por ello que el sistema duodecimal es también sencillo y facilmente calculable?. ¿Serán las manos la "medida simple" del número y el número la medida del Hombre?.... !Qué bobadas se nos ocurren a veces....!

Pese a ello y por otros motivos, las medidas fueron siempre nacidas de patrones humanos. De tal manera, "el pie", "el palmo", "el dedo", "el codo","el paso", o "la braza", se tuvieron comunmente por unidades "metrológicas" en La Antigüedad. Siempre se pensó que ello respondía solamente al uso o a la costumbre, siendo común que el marinero midiera el cabo en brazas (longitudes del brazo) y el caminante su ruta en pasos. Pero el significado verdadero de "la medida" es mucho mas profundo y filosófico. Algo que solo en El Renacimiento volvió  a conocerse; un simbolismo que unía los patrones de medir con el Hombre y al humano con el Cosmos. De ello, siempre se enseña como una de las premisas mas importantes de El Renacimiento aquella que afirma: "El Hombre es la medida de todo" (algo que innumerables veces no acertamos a entender). Pero su significado es bien sencillo si enlazamos los conocimientos antiguos resurgidos en el siglo XIV y XV, con el sentimiento religioso de "la medida" en el Mundo Antiguo:

Una Antigüedad en la que desde Egipto o Babilonia, "el pie" (mesopotámico) o el codo (faraónico) tenían relación plena con las medidas geodésicas. Es decir, que con "el pie" de Babilonia o "el codo" de Egipto, derivados de la medida del Globo Teraqueo, podían calcularse longitudes y latitudes. De tal manera, quienes atrevesaban el desierto, podían guiarse facilmente. Muchos expertos en Mundo Antiguo, piensan que esta nuestra afirmación en la que aseveramos que desde el III milenio a.C., se conocía con bastante exactitud la medida del grado, es algo indemostrable. Pese a ello, tanto "el codo" como "el pié" son divisores del arco terrestre, ya que la medición del meridiano es mucho mas sencilla que otras "gestas" realizadas por estas civilizaciones antiguas. Gestas coloosales como la constucción de una Pirámide, un zigurat, o realizar los monumentos que hicieron, sin valerse siquiera del hierro. -Pensemos que en la Era de las Pirámides, aún faltaban miles de años para que se conociera el hierro o que en aquellos tiempos, ya tenían nombre todas las constelaciones y estrellas que se ven sin telescopio-.

Por ello, "la medida" era el medio de valerse para orientarse. Algo sagrado en tal manera y con tal valor, que una de las labores mas importantes de los sacerdotes egipcios y babilólnicos era saber calcuar la hora (en la noche o en el dia y en cualquier época del año). Ya que conociendo la hora y valiéndose de un patrón métrico ajustado al Arco Terrestre, se podían orientar con simpes alidadas hechas con un bastón y cruzar grandes extensiones de desierto. Estas travesías comunmente se hacían en caravanas que dormían durante el dia y por las noches seguían las estrellas. De ello el valor del pie o del codo sagrado y de las estrellas; pues este patrón unía la luz y la sombra consiguiendo el medio de guiarse, a través del simple cálculo geodésico. Por cierto: Para quienes piensen con firmeza que los antiguos nunca pudieron navegar o atravesar el desierto del modo que decimos, le invitamos a conocer los cuadrantes que todo campesino usaba en Europa para orientarse hasta no hace mucho, tanto como le "invitamos" a cruzar el desierto, sin medio para el cálculo de latitud y longitud...-.

Y es que aquella medida que salía de "el codo", de "el dedo" o de " el pié" tenia así un significado sagrado, pues gracias a ella se llegaba a destino (en el desierto o en los mares). Por ello, dos milenios mas tarde, "el pié" de Babilonia, pasó a ser "el pié" de Zeus, aunque su sentido procedía del mismo Hombre como medida del todo o como medio de llegar a entender el Cosmos. Ya que gracias a estos patrones nacidos de proporciones geodésicas, La Humanidad podía llegar a conocer el Universo y orientarse en la Tierra. Incluso por sistemas de "paralaje" (cálculo desde las proporciones de la Tierra en paralelo con las de otros planetas), lograban entender las distancias y medidas del resto de los astros que nos rodean... De aquí el origen de las teorías pitagóricas, en las que intuyeron la existencia de una relación habida entre las distancias de las Esferas del Cosmos, su armonía y las notas de la escala musical...

Pero volviendo al tema que nos preocupaba; esa imbecilidad que planteábamos considerando que quizás la base diez y doce sean las mas sencillas porque las manos permiten contar hasta diez o hasta doce (extendiendo los dedos o cerrando los puños). A ello, hemos de añadir si aquella premisa que daba "al Hombre como Medida del Todo", quizás se refiera a que del propio ser humano nace la medida. Pues siendo así se entendería perfectamente que el origen del número y la proporción está en el propio Hombre, quien con su comprensión de la armonía, de la belleza o de la cantidad, puede llegar a cualificar, cuantificar y entender el Universo. De ello nuevamente nos plantearíamos si será El Hombre quien está hecho a la medida de la matemática, o viceversa: Son la matemática las que nacen del ser humano (de su percepción de la realidad o de sus valores de belleza y proporción). Por cuanto aquella disciplina llamada exacta quizás debía considerarse un humanismo más y lo que contiene de exacta quizás responda a la perfección del mismo ser humano, al contabilizar el espacio y el tiempo (su espacio y su tiempo interior).

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