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.
El
artículo se desarrolla en un texto escrito en negro y se acompaña
de imágenes con un amplio comentario explicativo (en
rojo y cuya finalidad es razonar las ideas).
Podrá leerse completo, pero si desea hacerlo entre líneas, bastará
con seguir
la negrilla o
las letras rojas destacadas.
SOBRE
ESTE PÁRRAFO:
Tabla
tomada de los estudios de Pedro Redondo Reyes (Myrtia, N 18, 2003;
CLAUDIO PTOLOMEO Y
LOS MODOS MUSICALES GRIEGOS). A continuación, recogemos los valores
que varios matemáticos y geógrafos griegos daban a los intervalos
musicales; configurando escalas diferentes, conforme su propias
teorías (filosóficas, físicas o aritméticas)
.
BAJO
ESTE PÁRRAFO:
Escena
fotografiada en 360º, de la representada en una crátera del siglo V
a.C., propiedad del Museo Arqueológico de Nápoles (al
que agradecemos nos permita divulgar la imagen).
En la imagen, homenaje a Prónomo; famoso auleta -tocador de aulos-
representando como un Orfeo. El tema (a mi juicio) recuerda el texto
de Virgilio, en Geórgicas -IV, 985 y ss.-, donde se narra la muerte
de Orfeo; al que matan, desmembran y cortan la cabeza, tirándola al
río Heber. Tras ello, su cítara seguirá sonando (templada por el
viento) y su boca continuará cantando melodías, pese a haber sido
cercenada del cuerpo. Hemos
tomado la fotografía de la tesis doctoral de Luis Calero (1)
,
donde habla de
Prónomo de Tebas; que fue un “flautista” del siglo V a.C., cuya
memoria se recuerda en esta famosa cratera con volutas, cercana al
400 a.C.. Explicando que recibió su fama al haber sido capaz de
interpretar todas las “harmonías” con este instrumento de viento
(1b)
.
A
) - INTRODUCCIÓN:
.
A
– 1) Las músicas en la Antigua Grecia
Intitulamos
este epígrafe como “Las Músicas” helenas, debido a que la
teoría musical no fue solo una, entre los antiguos griegos. Ya que
sus estudiosos se dividieron en numerosas escuelas, que interpretaron
de manera muy distinta la ciencia de la armonía. Formulando muy
diferentes teorías acerca de la afinación, los temperamentos, los
Modos, Tonos y las técnicas para descubrir el valor de los
intervalos o del equilibrio acústico y melódico. Esta multiud de
interpretaciones sobre la música -en mi opinión- se debió a la
procedencia de los conocimientos helenos; heredados en su mayor parte
de otras civilizaciónes. Asimilados de religiones, saberes,
filosofías o artes; venidas de Oriente Medio, de Egipto y de la
antigua Babilonia (o la coetánea Persia).
Una realidad de la que apenas se habla, pero que resulta evidente
cuando se profundiza en los
conocimientos de Grecia. Pues la gran mayoría de los saberes de este
pueblo egeo, fueron tomados de Asia Menor, de Mesopotamia o del Nilo.
Aunque la principal diferencia con
esas otras culturas milenarias, que les habían aportado sus ciencias
y filosofías; fue que los griegos se atrevieron a escribirlos y a
divulgarlos.
.
Asimismo,
al recoger y enseñar aquellas teorías; los helenos se apoderaron de
ellas, atribuyéndose todo logro tomado de civilizaciones anteriores.
Pese a ello, el verdadero valor de Grecia fue haber redactado los
referidos conocimientos; dando a conocer lo que para otras culturas
fueron secretos y dogmas mistéricos. Aunque el celo heleno por
apropiarse de esos saberes ancestrales, tuvo como error no reconocer
que muchas de sus bases filósoficas o científicas, eran heredadas.
Negando lo que finalmente la arqueología ha ido descubriendo; al
encontrar escritos jeroglíficos o tabillas mesopotámicas, donde se
explican teorías que Grecia hizo luego suyas -en ocasiones, miles de
años después-. Finalmente este
trasvase no reconocido de saberes, les llevó a ignorar algunos de
los fundamentos en dogmas científico morales, recogidos como
propios. Desconociendo en ocasiones la realidad última de estas
disciplinas y hasta su verdad empírica. Lo que sucedió -a mi
juicio- con la teoría de la música griega. Que fue tomada desde
métodos de Asía Menor y del Nilo; sin llegar a comprender muchos de
los sabios helenos, la verdad que expresaban. Pues la ciencia es tan
solo un sistema demostrable, que explica del modo más sencillo y
lógico la realidad. Sin poder existir diferentes verdades en lo que
se refiera a armonía y equilibrio acústico (ya que en gran parte,
es ciencia).
.
Con
el fin de entender bien lo que explicamos, realizaremos un
paralelismo que mostrará los errores sobre teoría musical griega
que mencionamos. Nuestro ejemplo será el calendario que utilizaban
las diferentes ciudades egeas, y que se terminó dividiendo en
tantos, como Estados importantes hubo en el Egeo.
Existiendo durante la antigüedad el calendario Ático, Beocio,
Espartano, Corintio, Tesalio, Rodio, Etolio... . Un largo etcétera
de fórmulas para la medición del tiempo; todas muy similares, pero
que comenzaban en diferentes fechas y tenían distintos parámetros
cíclicos. De
igual forma, la teoría armónica y musical entre los griegos, tuvo
tantas escuelas como templos y filósofos desearon diseñar un modelo
propio. Originando una proliferación de afinaciones, Modos, Tonos y
Escalas; que en muchos casos se catalogaron conforme los maestros o
la región que las desarrollaban.
Existiendo de esta manera, las fórmulas musicales denominadas Lidia,
Doria, Frigia y etc.; frente a los sistemas de temperar pitagórico,
de Terpandro, de Arquitas, de Aristógenos, ptolomaico etc.. Todo
en base a afinaciones, fórmulas e intervalos “inventados”; en
muchos casos sin tener en cuenta que la Armonía matemática y física
es solo una y exacta
-basada en el equilibrio acústico-. Donde
no se pueden introducir parámetros subjetivos, como son el gusto o
el parecer personal. Aunque estas escuelas filósoficas antiguas
helenas y sus estudiosos musicales, en ocasiones valoraron las
Escalas (la composición y sus reglas); añadiéndoles aspectos
ajenos a la verdadera ciencia. Formulando teorías en base a un gusto
melódico o a técnicas relacionadas con la poesía; ajenas a la
física o a las matemáticas.
JUNTO
ESTE PÁRRAFO:
De
nuevo, una de las vitrinas de la exposición que celebró La Caixa
hace unos
meses en Madrid; en este caso observamos varias tablillas
sumerias. De izquierda a
derecha, Himno a dios
Ninn-Guizida, del 1900 a.C., procedente en Irak (propiedad
del Museo del Louvre, al que agradecemos nos permita divulgar nuestra
imagen tomada en la exposición de Madrid: MÚSICAS EN LA
ANTIGÜEDAD,de Caixa Forum -obra socia de La Caixa-). A su lado,
la “Alabanza de la azada”
igualmente encontrada en Irak y fechada hacia el 1750 a.C. (propiedad
del Museo del Louvre, al que agradecemos nos permita divulgar
nuestra imagen). Estas
tablillas podemos relacionarlas con el famoso canto a Nikkal
(también llamado Himno de Ugarit) del que abajo tenemos copia de su
tablilla y la versión grabada.
.
Una
de las grandes injusticias históricas es el olvido en que ha quedado
la cultura Fenicia y el mundo semita; cuando tratamos sobre los
inicios de la civilización helena. Ya que el comienzo de Grecia se
debe en gran parte a la colonización púnica; que llegó a las
costas del Egeo tras pacificarse las invasiones dorias. Arribando las
naves de Tiro y Sidón hasta su litoral, desde el siglo X y IX a.C.;
para fundar diversos puertos, aportando numerosas innovaciones
culturales a la zona. Entre ellas, el alfabeto heleno;
cuyo origen está en el alefato semita; enseñado por esos marinos
venidos desde la actual área Siria. Otra de las grandes aportaciones
de Tiro y Sidón a la Hélade, se halla en las
religiones proto-egipcias.
Difundiendo entre los egeos cultos que antes fueron
de Biblos, mantenidos en Fenicia; lo que culminó en deidades y
ceremonias tan importantes como las de Eleuysis o Adonis.
Que en verdad hemos de entender como los misterios de la Isis Elena
(Eleusis) y la adoración a Adonai, deidad máxima de Biblos y de los
semitas (Adonis). Asimismo, el calendario griego,
las matemáticas, la astronomía y su interpretación de la música;
tiene un origen similar. Procediendo principalmente de Oriente Medio;
importado en gran parte por los púnicos
-aunque con enorme influencia egipcia, por su tradición bibliota-.
Pese a ello, la enorme diferencia entre los helenos,
los fenicios y los egipcios; es que estas dos civilizaciones
predecesoras no escribían su teoría de la ciencia, ni sus misterios
filosóficos. Estando
penado con la muerte entre los súbditos del faraón, transcribir los
secretos de los templos (fueran políticos, astronómicos,
matemáticos o artísticos); sin preocuparse tampoco los de Tiro y
Sidón por redactar ni divulgar sus saberes.
.
Cuanto
se halla inscrito en estas tablillas de las imágenes, no son
cánticos fenicios; pues cuando estas piezas de arcilla se hicieron
faltaban varios siglos para que el Tiro y Sidón nacieran (ya que
hasta el siglo XII a.C. no podemos hablar de esa nueva civilización
surgida tras las invasiones del Hierro y denominada fenicia).
Pero sin duda en ellas se enuentra el antecedente de la música que
luego se interpretaría en Fenicia y que lógicamente sería
importada a sus colonias (de la Hélade o de Iberia).
Recomendamos oír el mencionado
CANTO A NIKKAL (himno de Ugarit) en la versión que ha subido a
Youtube Milagros Montes Machuca; interpretada al arpa por Michel
Levy, en
interpretación tomada de su disco “The Oldest Know Melody: 1400
b.C.”
https://www.youtube.com/watch?time_continue=90&v=IHvsq1OSzwo
.
ABAJO:
Varios vaciados réplica
de tablillas halladas en Ugarit, fechadas en el siglo XIV a.C.; y que
contienen anotaciones musicales -mandados hacer por Schaeffer
desde fragmentos originales que actualmente guarda el Museo de
Damasco-. Destaca entre ellos, la tableta expuesta en la parte
superior; una copia del famoso Canto a Nikkal, hallado en Ugarit
(la foto ha sido también tomada en
la exposición de Madrid: MÚSICAS EN LA ANTIGÜEDAD,de Caixa Forum
-obra social de La Caixa, a la que agradecemos nos permita
divulgarla-).
Como
dijimos anteriormente, los calendarios helenos son un buen ejemplo
para entender lo que fue la ciencia y su aplicación entre los
griegos; especialmente la teoría armónica. Pues la medición del
año egeo tuvo un mismo origen que el método musical; procediendo de
Oriente Medio. De tal modo, los calendarios que usaban en la Antigua
Grecia gozaban de unas bases ancestrales; aunque fueron interpretados
de muy distintas formas por ellos -conforme a épocas y ciudades-. Ya
que las diferentes Ciudades-Estado “copiaron” (o bien importaron)
el sistema “lunisolar” oriental, sin dominar plenamente su
regulación.
Midiendo el tiempo los helenos con antiguas fórmulas, usadas ya por
los mesopotamios del tercer milenio a.C.; pero sin conocer bien su
significado. Ciclos basados en la Luna y en sus ajustes con el Sol;
que tiene en fases de 29,53 (mes lunar cuyo nombre procede de la
Mensis egea). Ello supone que el año lunisolar comprende doce
“mensis” de unos 354 días (29,53 · 12); periodos que
coinciden con el astro rey en etapas que los mesopotamios y babilonos
llamaban: Saros y Gran Saros (2)
. De tal forma, mil años antes de la existencia de Grecia;
Mesopotamia
y Babilonia, regulaban sus calendarios en base a esos 19 años
solares (Saros), que correspodían a 235 lunaciones. Cerrando el
ciclo calendárico con el Gran Saros, que conformaba 8 Saros de 19
años; 152 años solares que equivalían a lo que significa el “siglo
bisiesto” para nuestro sistema Gregoriano (3)
.
.
Cuanto
hemos explicado sobre la medición del tiempo en el Egeo, demuestra
que la cultura griega heredó y adaptó el calendario lunisolar
semita; aunque no supo realmente ajustarlo. Porque en un
principio, resolvió la diferencia entre el año solar (de 365
jornadas) y el lunisolar; a través de un ciclo de doce meses
lunares, con 29 y 30 días alternativos, lo que sumaban 354 días. La
descompensación entre
ambas anualidades (se Sol y la Luna) era de 11 días; por lo que
durante los primeros tiempos, los helenos introducían cada tres años
solares (365 jornadas), un mes lunar añadido y de 33 días (3 fases
de 11 jornadas). El resultado fue que tres años solares, de 1095
días (365 · 3); equivalían a tres años lunares (354 días por 3,
más un mes “bisiesto” de 33). Pese a ello, no encajaban
astralmente; pues ni el Sol tiene un ciclo de 365 días (sinó de
365,2422), ni la Luna un periodo lunisolar de 29,5 días (sinó de
29,53). Para
su ajuste mejor, los griegos idearon el sistema olímpico;
por el que su anualidad lunar tenía 12 meses de 29,5 días (354) y
cada 4 años de Lunas, incluían un mes bisiesto, de 30 día (a lo
que sumaban “un resto”; que correspondía a unos 15 días). Estas
jornadas añadidas para que el Sol y la Luna coincidieran
sinódicamente, es lo que llamaron Olimpiadas; estudiadas conforme a
la duración de los ciclos de ambos astros. Con un periodo bisiesto
de 15 días cada cuatrienio. Pues
cuatro años solares son exactamente 1461 días; y cuatro años
lunares más un mes de 30 días, suponen 1446 días. Por lo que al
añadir los 15 días olímpicos, se coincide casi exactamente con los
4 años solares (365,25 · 4 = 1461 = 1446 + 15 = 354 · 4 + 30 + 15
).
.
El
“ajuste” inicial para cuadrar calendáricamente el Sol y la Luna,
se llevaría a cabo entre los años 776 y 772 a.C.; cuando se
celebran las primeras olimpiadas. Por lo que debemos pensar que
durante esos periodos olímpicos, los astrónomos griegos se reunían
para determinar la duración del sínodo añadido de quince días y
encajar en sus ciclos ambos astros. Pese a ello, la Historia narra
que hacia el 500 a.C., un estudioso del cielo llamado Cleostrasto
de Tenedos, determinó
un sistema prácticamente igual; proponiendo incluir cada ocho años
solares, un mes añadido y lunar, de 30 días. Todo lo que supondría
desconocer el sistema de ajuste olímpico... . Los “extraños
avances” propuestos por astrónomos griegos no se quedan el de
Cleostrasto
de Tenedos;
que
más bien parece desconocer el significado de “año olímpico”
celebrado cada cuatro anualidades del Sol, añadiendo 15 días al
calendario lunar. Sino que
el famoso Metón “descubre” hacia el 433 a.C. que Luna y Sol
coincidían sideralmente cada 19 años; instituyendo el llamado el
ciclo metónico. Fórmula de corrección lunisolar, que se consideró
ideada por este científico heleno, sin tener en cuenta que en el
tercer milenio a.C. los mesopotamios ya regulaban estas fases del Sol
y de la Luna en base a periodos de 19 años y a un ciclo mayor de
152; a los que llamaban Saros y Gran Saros (respectivamente).
Aunque los griegos “descubrirían” dos milenios después y
gracias a Metón esos sínodos de 19 años; pues para hallar la
coincidencia entre ambos astros cada 152 años tardarían los griegos
dos siglos más. Pese a que miles de años antes, los babilonios ya
denominaban Gran Saros a ese ciclo de ocho Saros de 19 años, con el
que regulaban sus calendarios -(19 · 8) años solares = 1880
lunaciones (de 29,53 días)-.
.
Para
terminar este epígrafe, añadiremos unas palabras atribuidas a
Arístides, Quintiliano, experto en música y explicando la falta de
coordinación calendárica de la Hélade -todavía en el sigo V
a.C.-.
Escribiendo el sabio musicólogo heleno: "no
deberíamos sorprendernos de esta irregularidad en los meses de los
griegos, porque todavía en nuestro tiempo que la ciencia de la
astronomía se cultiva más y se profundiza más exactamente, algunos
comienzan sus meses cuando los demás terminan los propios" (4)
.
Estas
frases se podrían extrapolar al mundo de a música griega; donde
cada templo y cada escuela filosófica, tomaba unas pautas propias,
para crear su particular “Escala”, sus “Modos”, sus “Tonos”
y el valor de cada intervalo. Utilizando en muchos casos conceptos
que no se atenían a principios matemáticos, ni físicos; sino a
fundamentos del gusto personal o de educación y estética de cada
lugar o teórico. Lo que generó numerosas teorías de la música;
una gran parte sin base armónica ni científica.
.
JUNTO Y BAJO ESTE PÁRRAFO: Fotos de una castañuela (palillo de entrechoque) egipcia de la XII dinastía -propiedad del Bristish Museum al que agradecemos nos permita divulgar la imagen-. Bajo ellas hemos incluido dos tablas que presenta Pedro Redondo Reyes en su obra "La Harmónica de Claudio Ptolomeo" (5a) . Arriba, "Correlación entre los intervalos obtenibles en aulós conservados y los géneros ptolemaicos". Abajo, el "Esquema transmitido por Alipio en su tratado, junto con la notación" (5b) . Observemos los diferenetes modos de afinar y de valorar los Tonos en la Antigua Grecia; donde se dieron infinidad de Temperamentos. Distiguiéndose entre escuelas que formulaban su teoría en base a conceptos matemáticos o físicos, a las que denominan “pitagóricos”. Frente a otras que creaban un sistema musical sin atender a conceptos científicos; llamados Aristoxénicos o Aristotélicos.
.
JUNTO Y BAJO ESTE PÁRRAFO: Fotos de una castañuela (palillo de entrechoque) egipcia de la XII dinastía -propiedad del Bristish Museum al que agradecemos nos permita divulgar la imagen-. Bajo ellas hemos incluido dos tablas que presenta Pedro Redondo Reyes en su obra "La Harmónica de Claudio Ptolomeo" (5a) . Arriba, "Correlación entre los intervalos obtenibles en aulós conservados y los géneros ptolemaicos". Abajo, el "Esquema transmitido por Alipio en su tratado, junto con la notación" (5b) . Observemos los diferenetes modos de afinar y de valorar los Tonos en la Antigua Grecia; donde se dieron infinidad de Temperamentos. Distiguiéndose entre escuelas que formulaban su teoría en base a conceptos matemáticos o físicos, a las que denominan “pitagóricos”. Frente a otras que creaban un sistema musical sin atender a conceptos científicos; llamados Aristoxénicos o Aristotélicos.
A
– 2) Origen y diferentes escuelas musicales helenas:
En
varios artículos anteriores, hemos tratado el tema desarrollado en
nuestro anterior epígrafe; hechos que se podrían resumir en dos
ideas: Primero, considerar que el sistema musical heleno fue heredado
(de Oriente Medio, de Mesopotamia y del Nilo); por cuanto ellos
mismos no comprendían plenamente su significado y leyes. En segundo
lugar, que al ser un método armónico importado y al desconocer
muchos de los griegos las raíces primigenias de su método; llegaron
a inventar fundamentos musicales sin base científica (sin principios
físicos y matemáticos, que deben solventar toda la teoría
musical). Pese a lo dicho; habrá quienes justifiquen que se pueda
crear un sistema de temperar, sin aplicar una teoría de equilibrio
científico y tan solo basado en criterios propios o de estética.
Habiendo quienes defienden que es admisible generar una teoría
musical; diferenciando Tonos, Modos, Escalas y cuanto se desea,
inventando una “ciencia propia” de la armonía (sin base
matemática o física). Nadie niega que haya quien puede afirmarlo;
pero a nuestro juicio pensar así es como quien asevera que el
calendario puede inventarse, sin atender a los ciclos astrales.
Creando una medición del tiempo conforme nos place, sin
observaciones del cielo y simplemente teniendo en cuenta la llegada
de las lluvias, del frío o del calor... . Algo que puede
considerarse un almanaque para conocer los cambios del tiempo
meteorológico; pero no una medición del tiempo cronológico. Ya
que este concepto de método que regula la cronología, tiene por
base los ciclos siderales (del Sol, de la Luna o del planeta que se
elija). De un mismo modo, la escala musical y los temperamentos, han
de ser fijados basándose a una teoría matemática o física y no
conforme a unos gustos (tal como se hizo en parte de las escuelas
griegas, donde se llegan a crear intervalos y Octavas, a través de
un estilo estético).
.
Regresando
a lo expuesto y para comprender que el sistema musical heleno era
heredado de Oriente Medio o del Nilo; recogeremos una frases de un
gran experto que así lo afirma. Nos referimos a Curt Sachs, quien
escribe en
su maravillosa obra LA MÚSICA EN EL MUNDO ANTIGUO:
“Aunque
Grecia es geográficamente parte de Europa, su música era
predominantemente asiática. Los mismos griegos admitían, incluso
subrayaban este hecho. Ellos debían a los egipcios, a los sirios, al
Asia Menor, y a Fenicia la invención de los instrumentos que usaban;
dieron a dos de sus principales tonalidades nombres derivados de
países asiáticos, Frigia y Lidia; se referían a Egipto como la
fuente de sus ideas músico-pedagógicas, y atribuían la creación
de la música a Olimpo, el hijo de Marsias el Frigio” (6)
.
Tras leer las frases anteriores, redactadas por uno de los mayores
especialistas en música antigua; no
puede cabernos dudas sobre el origen de las técnicas y métodos de
este arte en Grecia. Todo lo que explica por qué muchas escuelas
helenas no comprendían las fórmulas, ni el análisis de la armonía
propia; ideas que desarrollé ampliamente
en mi artículo SOBRE
EL ORIGEN EGIPCIO DEL TEMPERAMENTO PITAGÓRICO: De la "Tetratkis"
o la década; base matemática del Nilo (7)
.
.
Una
vez comprendidos los hechos referidos, entenderemos los problemas de
la teoría musical en la Hélade; donde sus diferentes escuelas y sus
más destacados teóricos tenían visiones opuestas acerca de la
música. Sobre ello, Pedro Redondo Reyes, nos dirá en su traducción
de la obra de Ptolomeo (Tá Armónika):
"desde
mucho antes de la época de nuestro autor -Ptolomeo- la teoría
musical estaba divida en dos facciones: pitagóricos y aristoxénicos
(...) En lo que a la música atañe, la racionalidad se buscará
mediante el instrumento musical llamado canon, ya introducido aquí,
y que cumple la tarea de asegurar la homologación entre los sentidos
y la razón"
(8)
.
Continua
mencionando Redondo Reyes que entre los distintos métodos para
hallar el valor de la Escala, fue más valorado el de Pitágoras;
aunque cayó en el olvido durante los primeros siglos de nuestra Era.
Escribiendo: “Entre
estos sistemas destaca el pitagórico (del siglo VI a.C.) ya en
desuso en su época (se refiere a la de Ptolomeo); junto al método
Enarmónico; que como hemos visto, era una simple variación del
pitagórico y cuya invención se atribuye discípulos del maestro
samio (a Arquitas de Tarento, o a Terpandro de Lesbos)”
(9)
.
.
Como
vimos, la base técnica en estas fórmulas de temperar es muy simple;
usando el monocordo (una cuerda tensada que se pulsaba a diferentes
distancias). Obteniendo la Escala Pitagórica, multiplicando por
Quintas las longitudes. Mientras la Octava Enámónica (o
henármonica), se hallaba busando las cinco primeras Quintas
multiplicando el primer tono por 4/3; y las otras seis Notas
(semitonos) de manera inversa, multiplicando el tono inicial por 3/4.
El resultado es que obtenemos MI-LA-RE-SOL-DO-FA (naturales
Do,Re,Mi,Fa,Sol,La); y después los seis medios tonos, progresando en
sentido inverso.
Tal
como expresa Redondo Reyes, los
sistemas enármónico y pitagórico, quedaron obsoletos siglos antes
de Ptolomeo;
teniendo gran éxito el cromático de tipo aristogénico, aunque el
que más se usaba por entonces fue el diatónico. Recoge asimismo
este autor, los distintos modos de temperar según las diferentes
escuelas; resumidos en tablas que en imágenes más arriba hemos
plasmado -en la primera fotografía-.
JUNTO
ESTE PÁRRAFO: Grabado
antiguo, que representa a Claudio Ptolomeo con lo que parece una
"cruz invertida", aunque en realidad es una alidada de
cuerdas. Instrumento astronómico antiquísimo, utilizado como
cuadrante o mira (sextante) para orientarse y también llamado
ballestilla o báculo de Jacob. Con
ella se determinan los ángulos, midiendo -por ejemplo- el existente
entre el del horizonte, la estrella Polar, el Sol o la Luna. De tal
manera, sirve para determinar la latitud, o bien la distancia que
tenemos hasta un punto (si se conoce la altura de aquel). También
fue usado para medir y ajustar la situación en un mapa de dos
lugares; cuando sabemos la longitud, o el ángulo horizontal entre
ambos. No
negamos que Ptolomeo fuera un gran geógrafo y un importantísimo
hombre de ciencia; pero -a mi juicio- su teoría armónica adoece del
mismo fallo que su idea del Universo. Aseverando que la Tierra estaba
en el centro y el Cosmos giraba entorno a ella.
.
A
– 3) Claudio Ptolomeo y la razón matemática como método para
estudiar la “Harmonía”:
En
varios de nuestros artículos hemos analizado la obra musical de este
geógrafo alejandrino, siguiendo la traducción de “Tá Harmoniká”
que Pedro Redondo Reyes publicó como tesis doctoral
(10)
. Investigador que -como dijimos- realiza una
magistral traducción
de la obra Ptolomáica, escribiendo
en su comentario que la teoría musical helena se dividía en dos
facciones opuestas:
"Los pitagóricos y los aristoxénicos”.
Aunque “Ptolomeo
acepta la confianza de éstos en la capacidad de la percepción, pero
su carácter matemático le lleva a aceptar las líneas fundamentales
de los pitagóricos.
Un trasfondo numérico para toda la realidad, incluidos los
intervalos musicales –expresados entonces en el LOGOS armónicos–
y las estructuras más complejas. Con ello se pretende alcanzar un
objetivo propio de más largo alcance que lo habitual en la
tratadística musical: demostrar la coherencia y analogía entre el
modelo matemático –las hipótesis– y los fenómenos naturales
(entre ellos los musicales, pero también los celestes). En
lo que a la música atañe, la racionalidad se buscará mediante el
instrumento musical llamado canon”
(11)
-añadimos
a esta última frase que lo que denomina CANON es lo que comúnmente
llamamos monocordo-.
.
Las
frases de Redondo Reyes recogidas en el párrafo anterior, se podrían
resumir con la idea de que Ptolomeo fuera realmente un pitagórico
(aunque con reservas). Pues
en gran parte y como hacían los aristotélicos -aristogénicos-, el
alejandríno reconocía que la música se entendía y nos llegaba por
medio de los sentidos; pero también la considera explicable a través
de la razón. Así pues genera un método propio de temperar,
hallando el valor de los intervalos musicales, siguiendo sus gustos,
en base a un sistema similar al pitagórico -tal como podemos ver en
cita (12)
-. Sea
como fuere, todos los métodos de encontrar los temperamentos por una
fórmula física real, parten de uno solo; un método dominado por el
monocordo -o el canon- y sus subdivisiones. Es decir, que para hallar
la Escala, habremos de tomar una larga cuerda; vibrada y pulsada
(dividiéndola) en proporciones matemáticamente justificadas. Siendo
la Octava más básica y antigua la llamada pitagórica que facciona
esta cuerda en (½a + ½b) y que a continuación explicamos.
.
A
– 3) Fórmulas para hallar el valor de los intervalos musicales:
Mucho
se ha escrito acerca de los motivos que llevaron a crear una Escala
con doce Notas, desde la más remota antigüedad. Razones entre las
que se expone que el doce es el número sagrado en Mesopotamia (una
de las pátrias de las primeras afinaciones históricas). Pese a
ello, la existencia de una Escala de doce Intervalos no se debe a la
sacralización de esta cifra, ni mucho menos a una comodidad o a la
racionalización del sistema. Pues las doce Notas nacen del modo
natural de afinación -como veremos-; ya que la Octava se halla
multiplicando por 1/2 y 3/4 (1/2a + 1/2b). Es decir, que entre una
nota y otra igual, hay "la mitad" (de longitud, de tensión,
de peso -o modernamente, de hertzios-). Por su parte, en ese medio -o
distancia entre 1 y 2- habrá que ir buscando intervalos de 4/3 y de
3/4; todo lo que provoca que sean doce las notas que surjan.
De tal modo, si tomamos una cuerda tensada y la
hacemos sonar; al partirla (pulsando) en su mitad, el tono que
produce será el mismo que al tocarla al aire, pero en una Octava más
alta. Después, hay que ir buscando (pulsando) la mitad de la ese
medio -cortado de la cuerda-; realizándolo once veces seguidas y
hallando así la Escala completa pitagórica.
.
De
ello, en las guitarras que comúnmente tienen entre el puente y la
cejuela unos 660 milímetros, cualquier cuerda tocada al aire produce
una misma nota (en un tono más alto) que si se pulsa su mitad -en el
centímetro 33-. Es decir, que entre 1 y 2 (o entre 1 y 1/2) hay una
Octava. A su vez, si esta distancia la buscamos de nuevo y
repetidamente; al ser multiplicada por 3/4 -comenzando desde su
primer sonido-; resultará que tras
doce veces 3/4, llegaremos a una misma nota. Algo que explicado sobre
una cuerda de la guitarra, resuelve el por qué de las 12 notas en la
Escala: Pues si multiplicamos 660 milímetros (la sexta cuerda) por
3/4, durante once ocasiones; nos irá dando puntos diferentes
correspondiente a los doce tonos de la Octava. Pero cuando lo hagamos
la vez número doce, marcará la misma nota en la que habíamos
empezado (una octava más baja o alta).
Todo lo dicho se compueba en la cita (13)
, tomando como referencia la cuerda 6ª tocada
al aire en la guitarra (suponiendo una longitud total de 660
milímetros). Donde puede verse como buscamos la escala completa
multiplicando por 3/4, y corrigiendo su valor-.
.
Este
primer sistema de hallar la Escala que hemos expuesto, es el más
simple y es denominado Pitagórico. Pues se supone que este samio
aprendió
a temperar de ese modo la Escala musical -en Egipto o en Babilonia- a
mediados del siglo VI a.C.; importando el sistema a la Hélade y a
Magna Grecia (Crotona). Pese a ello, se considera que Terpandro de
Lesbos -citarista que vivió un siglo antes de Pitágoras- fue el
“inventor” de los temperamentos enarmónicos. Poniendo ello en
duda de que fuera el maestro de Samos, quien enseñó a los griegos a
buscar los intervalos musicales. Ya que el método de Terpandro es
más avanzado y complejo;
buscando los tonos partiendo desde una nota inicial, multiplicando
cinco ocasiones por ¾ (para localizar las 6 notas naturales) y
dividiendo el tono primero seis veces por ¾ (para hallar los 6
semitonos).
.
Estos
que hemos mostrado en imágenes, son los primeros y más exactos
métodos de hallar la Escala; aunque para los griegos planteaban un
problema ético. Pues
tras multiplicar once veces la nota inicial por ¾, no se llegaba a ½
o al doble del primer Tono. Debiendo calcularse la siguiente Escala,
dividiendo o multiplicando por 2, los valores hallados en las
primeras once multiplicaciones. Esta teoría mía supone que no
existe la llamada “Quinta del Lobo”, de la que tanto se habló en
la Edad Media; pues el Do2º no es Do1º multiplicado once veces por
¾; sino simplemente ½ del Do1º. Realmente,
no habría ni Quinta del Lobo, ni problema al templar la Escala a
modo pitagórico; pese a lo que en etapas grecorromanas y debido al
"amaneramiento" del periodo clásico, vieron que este
sistema carecía de “ética matemática” . Ello porque no
resolvía bien la escala, ya que si se mutiplicaba el tono inicial
once veces, daba una siguiente Octava, con valores distintos al 1/2 ó
a 2. Todo un problema filosófico del cual surgen los múltiples
tipos de afinaciones clásicas y hasta las medievales; llegando el
enigma hasta el Renacimiento, momento en que los teóricos resuelven
la Octava
con diversas teorías matemáticas, entre las que destacó el
"Sistema Perfecto" de Francisco Salinas, que prácticamente
llega a resolverlo como bien temperado.
SOBRE
Y BAJO ESTE PÁRRAFO:
Dos
imágenes que ya habíamos publicado. Arriba,
el mástil de la guitarra donde vemos el método de hallar las notas
a través de distancias (con el monocordo); pulsando regularmente
cada 4/3 la cuerda. Intervalos cuyo valor en Herztios también
recogemos.
Abajo, el
resultado de las distintas fórmulas para temperar a Escala:
Pitagórica, Enarmónica y Bien Temperada (actual).
A
– 4) La “falta de ética” en el sistema pitagórico o
enarmónico y las diferentes escuelas que lo rebatieron.
Lo
que anteriormente explicamos sobre la Quinta del Lobo, podría
parecernos un problema sin importancia; pues en la forma pitagórica
parece perfectamente ajustada. Cuando tras encontrar las primeras
once Notas y para resolver la siguiente Octava, bastaba con "copiar"
el valor de las anteriores, dividiéndolas o multiplicándolas por 2.
Pero
el planteamiento filosófico no era una simple resolución práctica
para un medio de afinar, ya que pretendían que el sistema fuera
"perfecto" (al entenderlo unido a la "moral").
Todo lo que llevó a no considerar totalmente "ético"
Escalas como las de Pitágoras y las de sus discípulos; al afirmar
que iban aumentando en intervalos a cada Octava, siendo el valor del
DO1º, diferente al del DO 2º. Llegando así a lo que se denominaban
la Quinta del Lobo -chirriante y que desafinaba como el aullido de un
cánido-. Acerca
de esta Quinta del Lobo y de su interpretación tratábamos en uno de
nuestros artículos anteriores; explicábamos que aquella forma de
ver la afinación pitagórica era errónea. Pues, como hemos dicho,
una vez obtenidas las primeras once Notas por Quintas, bastaría con
multiplicar -o dividir- la primera Escala por 2, para obtener los
valores del resto de Octavas. Pese a ello, este sistema no era del
todo admitido por no resolver el problema descrito; considerando su
"fallo" contra "ethes"; porque una misma Nota
mutiplicanda 3/4, no llevaba a determinar la siguiente Octava
-sin equivaler sus valores al doble o la mitad de la anterior-.
.
Así
sería como las diferentes escuelas fueron "inventando" o
experimentando procedimientos para hallar las Octavas, hasta que
siete de estos se hicieron los más comunes o usados (los que vemos
en las imágenes superiores). La razón de que sean siete, a mi
juicio se debe a que en cada caso se comenzó a estudiar la Escala
desde una diferente Nota, tomando como MESE (o tono inicial) un Tono
distinto. Algo que si lo experimentamos físicamente -tal como he
hecho-, veremos que cada una de las Notas en las que comencemos la
Escala, nos llevarán a concebir una Octava cuya explicación ha de
ser diferente. El resultado siguiente sería la necesidad de crear
otros cinco Modos más, para cada Medio-Tono existente. Y finalmente
hasta uno más y último, para la nota inicial de la siguiente escala
(Trece Tonos, habida cuenta que en la pitagórica no DO1 y DO2 no
equivalen a 1/2 ó bien a 2). Un total de trece que se hallan
recogidos en el sistema de Aristógenes; tras lo que en época de
Ptolomeo, se suman dos más (Hiperlidio e Hipereolio) logrando los
Quince Tonos que quedaron como sistemas clásicos en los
temperamentos (al menos hasta el siglo III d.C.). Todo lo que nos
interna en una Edad Media en la que el problema de afinaciones debió
ser irresoluble; no solo por su complejidad, sino ya solo por su
sentido y el gran número de modos.
.
A
cuanto explicamos, se une la infinidad de sistemas para hallar los
intervalos ideados por los distintos templos y escuelas filosóficas
grecorromanas; creando así tantas fórmulas para valorar las Notas y
las Escalas, como personas quisieran estudiarlas. De ello, se
llega a los métodos aristogénicos, en los que cada “sabio” idea
un procedimiento propio para hallar el valor de esos Intervalos
musicales, conforme a su oído perfecto. Llegando estos múltiples
sistemas a valorar los gustos y las preferencias acústicas de cada
“creador”, por cuanto se afinaría finalmente como cada cual
deseaba. Generando un caos musical que fue aprovechado por los
histriones -cantantes “heavy” grecorromanos-, que se presentaban
en los escenarios del decadente imperio, recibiendo los aplausos de
un público tan ignorante como inculto (musicalmente hablando). De
ello, tan solo en los conventos o en los templos tardo-romanos se
conservaron los sistemas clásicos de canto y de interpretación;
siendo los sacerdotes y monjes los únicos que finalmente supieron
templar la Escala y cantar o tocar una música culta (principalmente
a modo pitagórico). Quedando en el olvido los antiguos sistemas
matemáticos de hallar la Escala e interpretar las melodías, para el
resto de los ciudadanos.
SOBRE
Y BAJO ESTE PÁRRAFO:
Dos imágenes que ya habíamos publicado. Arriba,
el
bello pueblo Urueña, y en su cielo las distancias en una guitarra
afinada a modo pitagórico; en
tres Octavas que -como se ve- son simplemente la repetición de la
primera escala (dividida o multiplicada por dos). Las
proporciones en distancias milimétricas en el caso de buscar las
Notas usando el método pitagórico sobre una cuerda de 660 mm.,
correspondiendo a la sexta de la guitarra. Abajo,
medidas
de los intervalos musicales en las afinaciones: Bien Temperada
(actual), Pitagórica por Quintas, Pitagórica por Cuartas y
Enarmónica -ver
cita (14)
-.
A
– 5) El gran error platónico:
En
mi artículo EL
PROBLEMA DE LOS TEMPERAMENTOS Y SU RESOLUCIÓN EN FILOLAO Y PLATÓN
(15)
;
nos extendíamos en el “enigma” de Platón y las teorías
musicales helenas. Un tema sobre el que escribí hace ya doce años
las siguientes palabras: "todos
los indicios arqueológicos apuntan a que los babilonios, o los
egipcios, ya desde la más remota antigüedad habían dividido la
escala y creado los tonos que después enseñó Pitágoras. Pese a
ello, no habiendo siquiera texto alguno escrito por el filósofo de
Samos -o sus discípulos- sobre la temperación; la primera
descripción de la división de una Escala de la Historia se la
debemos atribuir a Platón. Aunque
quizás, éste no sea considerado pitagórico (porque sólo tuvo
"leve contacto" con la escuela de Pitágoras), Aristóteles
y otros muchos denominan a Platón como un `pitagórico más” (16)
.
Siendo así y sabiedo que el
dogma de temperamentos y armonía (los sistemas de afinación) era
irrevelable entre los de Crotona; no permitiéndose escribirlo a
Pitágoras y ni siquiera a sus alumnos. Todo hace pensar que esta
tradición oral y secreta, se corresponde a la conservación de
misterios filosófico-cósmicos, comunes entre las religiones de
Egipto y Mesopotamia
(lugares donde la biografía del filósofo de Samos, narra que había
estudiado). Hechos que hacen creer a los estudiosos sobre su vida,
que
Pitágoras obtuvo estas ideas en el Nilo o entre los del Tigris y el
Eúfrates; sin escribirlas jamás (como hacían los sacerdotes de
aquellas religiones impidiendo divulgar los grandes secretos).
.
.
De
tal manera, Platón aun habiendo pertenecido seguramente a la escuela
pitagórica, mientras estuvo en el Sur de Italia; al escribir y
divulgar el secreto de la Armonía, no sería propiamente uno de
ellos . Aunque quizás pudo transmitir y recoger aquellos misterios,
al haberse extinguido y destruido en su momento la secta del samio;
permitiéndole al ateniense escapar de su influencia y dar a conocer
libremente sus dogmas.
Sobre todo lo ello escribíamos en nuestra ponencia referida en cita
(16)
lo siguiente: "existe
una historia mencionada por Diógenes Laercio, en la que se cuenta
que Platón basó su relato en las obras que compró de un discípulo
de Pitágoras (Filolao de Crotona). Dice este Diógenes que el sabio
de Atenas copió gran parte de las ideas, sin mencionar la fuente
(añadiendo que pagó por tales escritos la inmensa cantidad de cien
–o bien cuarenta– minas de plata). Este
autor afirma abiertamente que la única fuente posible de Platón era
la escuela abierta por el samio en Cotrona, pues "hasta
Filolao no fue conocido el dogma pitagórico", añadiendo que
"éste fue el que escribió aquellos tan celebrados tres libros
que Platón publicó" (...) "compra que encargó Platón a
Dión" (...) "lo compró de los parientes de Filolao, por
40 minas de plata alejandrinas, y de este libro copió su Timeo"
(17)
.
.
Sobre
la compra de los textos de Filolao, de donde recogería Platón su
fuente, decíamos en nuestra ponencia que: "no podemos -ni
deseamos- entrar en el debate sobre si es real esta historia que
muchos desmienten; más lo que sí es cierto y probado es que
Platón ingresó en la escuela pitagórica de Crotona, y tuvo muy
estrecha relación con Arquitas de Tarento (el continuador de
Pitágoras y de Filolao). Por otra parte, es de destacar que Platón
no cita la fuente pitagórica como iniciadora del sistema de dividir
la escala musical en la forma que explica en el Timeo; ni tampoco el
hecho de que la temperación concebida como la Creación del
Universo, fuera una teoría filosófica de Pitágoras y los suyos.
Finalmente, añadir como evidente que Platón conocía la
existencia de Filolao, pues habla de él en dos de sus Diálogos,
pero no en el Timeo". Todo cuanto expresamos indica
claramente que el sabio de Atenas, se apropió del dogma pitagórico
y lo hizo suyo. Lo que explica el oscurantismo y la falta de medios
con los que redacta Platón el método de templar la Escala; dejando
ver que no comprendió plenamente el significado de lo que aprendió
en la escuela pitagórica, o bien que copiaba los textos de Filolao
(sin llegar a entenderlos). Pues en
verdad; el sabio de Atenas mezcla conceptos y deja ver en diálogos
como el Timeo, que no comprende del todo el sistema que desea
exponer.
.
En
mi artículo PLATÓN
Y LA PRIMERA DESCRIPCIÓN DE UNA TEMPERACIÓN EN NUESTRA CULTURA
(hipótesis para su exposición)
(18) ;
expusimos
que
en el Diálogo referido de este sabio ateniense, se explicaba el modo
de hallar las Escalas de un modo prácticamente ininteligible.
Consecuentemente, escribíamos: Es
conocido que en
la obra platónica Timaios (31-36) se muestra la afinación temperada
planteando que la Creación del Universo fué hecha a imagen y
semejanza a la de "la música" y de sus notas (o
viceversa). Este
texto, se tiene como la primera descripción de una forma de medir
armónicamente una Escala musical -al menos en Occidente-. En el cual
nos narra Platón como el Demiurgo crea el Cosmos y en el fragmento
35 explica el "nacimiento y concepción" del "todo",
de foma exacta a la de una "temperación" musical. Como si
los siete planetas fueran las siete notas, junto a sus ciclos
calendáricos (con sus ritmos y melodías, a modo del giro armónico
de los astros), uniendo así Platón el Cosmos a la música.
JUNTO
Y BAJO ESTE PÁRRAFO:
Al
lado, ánfora
ática de figuras rojas, atribuida al pintor de Berlín, fechada
entorno al 485 a.C., que representa un tañedor de cítara (propiedad
del Museo del Louvre; la
foto ha sido tomada en la exposición de Madrid: MÚSICAS EN LA
ANTIGÜEDAD,de Caixa Forum -obra social de La Caixa- a los que
agradecemos nos permitan divulgarla).
Abajo, diferentes
piezas relacionadas con la música, tal
como fueron expuestas en la exposición de Madrid MÚSICAS EN LA
ANTIGÜEDAD y propiedad
del Museo del Louvre (a
los que agradecemos nos permitan divulgarla). A
la izquierda, hombre tocando la cítara;
figura hallada en Rodas y fechada hacia el 550 a.C.. En
el centro, sellos con flautistas procedentes de Chipre,
fechados en el 200 a.C.. A
la derecha, estatua en piedra caliza con un citarista que fue
encontrada en Chipre y está fechada hacia el 600 a.C. (en tiempos
cercanos a Terpandro de Lesbos).
Observando con detenimiento el diapasón de la lira (en su puente
alto), se ven unidas unas siete cuerdas, tal como se dice tenía la
cítara de Terpandro.
Los fragmentos del
Timaios 31 y 32 (19) , que
preceden y describen los temperamentos musicales; son los que
recogemos en cita (20) .
En
el primer fragmento Platón
refiere la idea de creación del Universo, comparándolo con el de la
concepción de un hijo (entre el hombre y la mujer) donde padre y
madre se hacen "uno" -o "familia"-. De este
concepto, como veremos más tarde, pasa al la teoría del número de
carácter pitagórico en la que del 1+2 nace el 3. Podremos apreciar
que todo este texto es de origen y gran influencia pitagórica,
aunque en ningún momento se cita al sabio de Samos, ni a su Escuela
(pese a que el ateniense, entró en contacto con su escela en su
viaje al sur de Italia). Por lo demás y a título de crítica
personal,
parece que en estos pasajes del Timaios, Platón desea oscurecer toda
la teoría, que finalmente no sabe explicar.
Algo que se observa en el segundo fragmento -ver cita (20)-,
que se intepreta como un texto ininteligible; donde consideramos que
nos habla del (1, 2, 3...). Serie donde el 2 tiene igual distancia,
intervalo o proporción hasta el 1 que hasta el 3. A su vez, que la
distancia del 3 al 2, es la misma que la del 2 al 1; por lo que todos
se relacionan de igual forma. Lo que indica que los tres números son
uno; ya que en el 3, se contendrán los otros dos anteriores. Escrito
que va dirigido a la teoría del número de Pitágoras, en la que
hemos dicho que del simple "1" nacería el infinito. Algo
que se explica porque en sí mismo, las cifras se generan a en serie
y unas a otras, en la forma ya descrita.
.
Pese
a no saber explicarla Platón, esta fórmula para hallar las escalas
era muy sencilla. Pues Pitágoras claramente la tomó de Babilonia o
de Egipto; siguiendo métodos ancestrales.
Así, tal como escribíamos en el artículo mío antes citado;
basta entenderla del siguiente modo: Cuando vamos multiplicando un
Tono sucesivamente por 3 y dividiendo por 2, iremos encontrando las
notas que completan el diapasón. Si
el Tono Inicial lo consideramos 1; veremos que cualquier sonido
dividido o multiplicado por 2 o por 1/2, se corresponde con la misma
Nota, en una Octava más alta o más baja. Para hallar el resto de
los Intervalos, habrá que introducir el 3; multiplicando el Tono
inicial por 3/2 para halla la Quinta (siguiente nota) y así
sucesivamente once veces, hasta completar el Diapasón de doce Tonos.
Donde el primero de la siguiente Octava es igual al inicial dividido
o multiplicado por 2. Ello, supone
que toda la armonía se basa en el 1, 2, 3; números que hemos de
considerar los que rigen la Armonía Universal o el equilibrio del
Cosmos.
.
Pero
las Notas así logradas, no aparecen de forma correlativa
(do-re-mi-fa-sol-la-si do-etc.), sino que cada vez que multiplicamos
por 3/4 el intervalo de un Tono, hallamos su Quinta; es decir, cinco
más arriba (cinco notas más altas, que desde el MI es el LA). Este
es el modo en que la Escala van naciendo y más tarde explicaremos su
razón de ser; surgiendo toda la Escala en la forma que vemos en
imágen bajo este párrafo y en citas
(13) y (14)
. Lo
expuesto, significa
que Platón tan solo hubiera necesitado explicar que toda nota
dividida o multiplicada por dos (en su valor de intervalo) era el
mismo Tono una Octava más alta o más baja. A la vez que cualquier
tono dividido por 2 y multiplicado por 3, era su Quinta
(cinco notas más arriba); mientras ese tono multiplicado por 3 y
dividido por 2, es una Cuarta (quinta inferior, cinco notas más
abajo). Es
decir, que si el Universo guarda esta armonía nacida de los
Temperamentos y basada en 2, ó ½ ; 3, ó ¾ . Las órbitas de los
planetas y sus ciclos se deben a ello, al igual que el equilibrio;
debiendo hallarse el balance perfecto Universal en estos tres
primeros números, a la vez que los sínodos planetarios. Con esta
explicación que hemos expuesto en tres frases, Platón hubiera
dejado claro el sistema de lograr una Escala y su relación con la
Armonía del Cosmos (tal como la entendían los pitagóricos). Pero
su texto
Timaios, expresa que claramente el filósofo ateniense no entendía
el dogma pitagórico; ni siquiera lo que explicaban esos textos de
Filolao que compró y copió
(destruyéndolos probablemente, pues apenas se conservaron unos
fragmentos -que Arquitas debió guardar- y no se citan en los
Diálogos platónicos).
.
Todo
lo expuesto supone que los
pitagóricos no pudieron trasmitir sus conocimientos de un modo
legible;
al no permitir Pitágoras redactar el dogma en vida y al desaparecer
obras como las de Filolao. Además,
algunos seguidores de esta filosofía, generaron un verdadero caos en
la teoría musical griega; al no explicar debidamente sus
fundamentos. Especialmente Platón,
quien expone las fórmulas de la escuela de Crotona con enorme
oscurantismo; haciendo ver que aquellas ideas de Pitágoras eran una
extraña farsa, sin posible comprensión, ni aceptación científica.
Generándose
en el siglo IV a.C. un cisma, como fue el de los aristogénicos; que
ni creyeron en el sabio de Samos, ni consideraron que la matemática
o la física debía resolver la armonía. En este estado y bajo estos
parámetros surgen las diferentes teorías musicales grecorromanas,
sumidas en un caos de afinaciones, modos, tonos y largo etc. de
irregularidades, que hacen imposible hasta su mínima comprensión.
JUNTO
Y BAJO ESTE PÁRRAFO:
Al
lado, Platón
en un grabado fechado en 1855 y firmado por A. Roco. Este filósofo
recogió los textos de Filolao (heredero de Pitágoras) y los redactó
de un modo muy poco compresible. Dicen algunos que no se conformó
con copiar los estudios de los pitagóricos y comprar los escritos de
Filolao, sino que además los destruyó; para que nadie pudiera
descubrir las fuentes del saber platónico. A
mi juicio, tres fueron los motivos que generaron la confusión en
toda la teoría de la música griega. El primero, que Pitágoras y
los suyos impidieran transmitir o divulgar sus conocimientos a
personas ajenas a la secta (menos aún escribirlos). El segundo, que
quienes estudiaban las teorías pitagóricas, escondieron la
procedencia de su saber. Pero tercero y más importante, fue que el
sistema de afinar, consistió en un gran negocio durante la
Antigüedad. Por cuanto, la gran mayoría de iniciados, no
transmitían los secreto para afinar y su mecánica musical; con el
fin de obtener beneficios templando los instrumentos que los músicos
ponían en sus manos.
ABAJO:
Ejemplo
de "monocordo" hecho con la “sexta” de la guitarra; en
el que vemos un metro sobre la cuerda en que vamos a buscar las
notas. Asi
partimos de un "MI" a 660 milímetros (sexta tocada al
aire), por lo que hay otro a 330 mms. y un tercero a 165 milímetros.
De tal manera obteníamos la siguiente nota sumando tres veces el
menor (a 165 mm) que era su Quinta, en el milímetro 495 (165x3= 495
y que corresponde evidentemente al "LA". La siguiente es
495 mms dividido por 2, dos veces y multiplicado por 3 que ya sabemos
es "RE" {(495 : 2) : 2 · 3} = 371,25 mms que es donde se
situaría el RE pitagórico. Del mismo modo, sabemos que en 371,25
dividido por 2 y dividido por 2 se hallan los siguientes "RE"
en octavas inferiores. Pero de nuevo multiplicando el último por 3
nos dará la siguiente nota que sabemos es un "DO" y que se
corresponde con la siguiente operación: 371,25 : 2 = 185,625 //
185,625 : 2 = 92,8125 // Ahora 92,8125 · 3 = 274,4375 (que es el
"DO"). De ello sabremos que en los centímetros 274,4375
por 2 y dividido por 2 están los "DO" y que se
corresponden con: 556,875 mms y 139,21875 mms. Ahora para hallar la
siguiente bastará con multiplicar el anterior "DO" más
pequeño por 3 y nos saldrá la nueva nota que es igual a 139,21875 ·
3 = 417,65625 mms y se corresponde con un "FA". Tras ello
el proceso es el mismo, hasta alcanzar las doce notas.
A
- 6) : Ciencia musical griega y sus sistemas de afinación.
Nos
dice David Martín Sánchez que: “Para
Fubini Platón no sólo se limita a transcribir doctrinas ajenas
sobre la música sino que la música es en sí misma uno de los
centros de su filosofía; la dificultad mayor radica en reconstruir
sus ideas sobre música dado que los problemas musicales que plantea
están entremezclados entre su pensamiento filosófico y político en
sus principales diálogos
(…) En
La República habla de dos tipos de músicos, por un lado, aquellos
que `no dan descanso a las cuerdas,
que las ponen en tortura y las atormentan por medio de las clavijas
(...) dando golpes con el plectro a las cuerdas y dirigiendo
acusaciones a éstas y que estas niegan, desafiando a sus verdugos´,
y por otro lado aquellos que `hacen lo mismo que los astrónomos,
indagan los números de que resultan los acordes que hieren el oído´.
Estas
dos posiciones opuestas sobre la música estarían haciendo
referencia a la diferencia
entre la música práctica, que en este caso Platón rechazaría y la
música teórica que es la que quiere tratar. Según Fubini, `hay,
por consiguiente, una música que se oye y otra que no se oye, y
únicamente esta última es digna de atención del filósofo.
Más aún: la meditación sobre esta música abstraída de la
sonoridad es un filosofar, y tal vez, el más alto grado del
filosofar´. Debido a esto, de la música griega conocemos tanto de
la teoría y tan poco de su práctica, porque tenía mucho honor como
disciplina matemático-filosófica pero muy poca consideración como
arte práctica” (21)
.
.
Tras
leer las anteriores frases comprendemos la complejidad, las dudas y
los errores en la teoría musical platónica. Quien pretende dar una
explicación numérica a este arte; mientras a su vez, detesta a los
maestros en la técnica de interpretación (con plectro y cuerdas).
Intentando demostrar que la única música que valiosa es aquella que
nos se oye; es decir, la teoría y no la interpretación o la
composición.
Ideas
que dejan mucho que desear sobre el concepto de este arte en Platón;
pues sus premisas serían similares a denostar a quienes cantan,
tocan instrumentos y crean melodías, valorando tan solo a los
musicólogos y matemáticos que estudian los fundamentos del sonido.
Más compleja de entender es su teoría del “Ethos” (ética
musical) que recojo en cita (22)
descrita también por David Martín Sánchez.
Donde se explica la unión entre moral, estados de ánimo y
diferentes tipos de música,
diciendo el autor referido que “a
cada `harmoniai´ se le atribuía un ethos, es decir, `un carácter
que influye en sentido positivo o negativo sobre el espíritu
humano´; por este motivo, el significado de `harmonia´ no se puede
restringir al sentido de escala modal, (disposición de intervalos
dentro de una octava), dado que este significado no justificaría los
efectos que tiene cada armonía sobre las personas. Con respecto al
ethos de las armonías, en La República podemos encontrar que las
armonías lastimeras son la lidia mixta, la lidia tensa y otras
semejantes, por lo que es preciso `suprimirlas como malas, no sólo
para los hombres, sino también para aquellas mujeres que se precian
de ser sabias y moderadas´
”.
.
Las
anteriores frases, nos llevan a pensar sobre el verdadero
conocimiento de la música en Platón; capaz de unir la melodía
lastimera o triste, con un mal “ethos” (una ética artística no
admisible). Pudiendo plantearnos si adagios tan bellos como el del
Concierto de Aranjuez; serían éticamente aprobados por Platón.
Pese a ello, este filósofo debía considerarse a sí mismo, un
pitagórico; aunque no menciona nunca la fuente de sus conocimientos
(paralelos
a los del sabio de Samos), ni su contacto con esta escuela instaurada
en Crotona. Pero queda
claro su unión con el de Samos, cuando observamos que promulgaba una
teoría basada en la idea del número y la armonía musical,
relacionada con la Cósmica .
Aseverando el de Atenas que tan solo por medios matemáticos y
físicos, se podía valuar la Escala y regular las afinaciones.
Tristemente, los escritos platónicos no expresan con claridad los
conocimientos de la escuela de Crotona; por cuanto muy pronto se
rebatirían las fórmulas promulgadas por los de Pitágoras. Ya que
leídas en los textos de Platón, resultan un batiburrillo, sin
explicación ni coherencia.
.
Ello
promueve el éxito de teorías contrarias al pitagorismo, como las de
Aristógeno; que afirmaba hallar el valor de las Notas y de la
Octava, en base a su oído perfecto. Un oído absoluto, que algunos
“elegidos” tenían y que les permitía afinar; usando unos
intervalos que ellos mismos creaban, conforme a la belleza o a su
gusto y sin atender a fundamentos científicos. Un principio de
los aristigénicos, que no solo es un disparate intelectual, sino que
llevó a Grecia al caos musical. Existiendo tantas formas de valorar
la Octava, como sabios seguidores de Aristógenes iban surgiendo.
Platón fue uno de los más firmes detractores de estos que promovían
una música nacida solo de la inspiración y sin base en teorías
de medición del sonido, para medir físicamente los intervalos.
Aunque su medio de rebatir la “música inculta”, deja mucho
que desear; ya que el modo de redactar los conceptos matemáticos
tomados de los pitagóricos es farragoso e ilegible. Además, en
su método, excluye de la verdadera música toda armonía o melodía
nacida del sentimiento; lo que resta un enorme valor a este arte,
cuyo gran poder es lograr trasmitirnos tristeza, nostalgia, belleza o
alegría.
JUNTO
Y BAJO ESTE PÁRRAFO:
Fotos
tomadas en la exposición de Madrid: MÚSICAS EN LA ANTIGÜEDAD,de
Caixa Forum -obra social de La Caixa- a los que agradecemos nos
permitan divulgarlas. Al
lado, figura
de barro procedente de Tanagra con una mujer tocando el laúd. Se
fecha entorno al 275 a.C. y es propiedad del Museo de Louvre -al que
agradecemos nos permita divulgar nuestra imagen-.
Abajo,
mosaico de Orfeo fechado en el siglo II d.C. y hallado en Isère
(Francia), propiedad de Museo de Vienne
-al que agradecemos nos permita divulgar nuestra imagen-. Se
trata de un Orfeo frigio, con vestimenta oriental; sentado con su
lira hecha con caparazón de tortuga. De nuevo la cítara tiene las
siete cuerdas que impuso en Grecia Terpandro, en el siglo VII a.C..
.
B
) : PLUTARCO (pseudo Plutarco) Y LA MÚSICA:
.
B
– 1) Plutarco y la obra que analizaremos:
Acerca
de este autor, nos dice Ana Ma. Comesaña que “La
figura de Plutarco aglutina las culturas griega, romana y, en menor
medida, egipcia. Su obra, formada por los Moralia y las Vidas
paralelas, constituye un corpus inusualmente extenso, de carácter
enciclopédico, en
el que prevalece la intención moralizante y educativa por encima de
la exactitud en el relato histórico, especialmente en el conjunto
de sus biografías griegas y romanas (...) A ello contribuye, sin
duda, la
personalidad del autor, profundamente religiosa, que desempeñó
durante años diversos cargos relacionados con el santuario pítico
hasta llegar a ser uno de los dos sacerdotes permanentes en Delfos,
ya
al final de su vida, al tiempo que él mismo se declara, con cierto
orgullo, βεβακχευµένος,
iniciado en los misterios de Dionisos”
(23)
.
.
Pese
a lo expresado, hemos de dejar muy claro que la
obra a analizar (LA MÚSICA), solo se considera “probablemente”
de este autor; por lo que se intitula como “pseudo-Plutarco”.
Siendo muchos los que opinan que no fue escrita por él;
aunque está catalogada entre sus textos morales y de costumbres
(MORALIA). Tal como fue publicada repetidamente, desde el
Renacimiento; habiendo sido editada
recientemente de forma magistral por Gredos, en una recopilación de
Fragmentos comentados y traducidos por
José García López -que
vamos a utilizar en nuestro estudio-
(24)
. Donde
este investigador,
en su introducción, nos
dice que este opúsculo llamado La Música, no fue conocido por los
autores antiguos, ni siquiera hasta el siglo XIII.
Momento en que se recopiló como una obra más de Plutarco, pese a
que su estilo y lenguaje hacen ver que fue redactado en tiempos del
emperador Antonino (hacia el 150 d.C.). Por cuanto no
encaja plenamente en la época del griego que redactó el resto de
“Moralias”, que -como sabemos- muere en el 120 d.C. (25)
.
Así,
escribe José García López, en
su introducción a la edición de Gredos:
“El
autor, considerado desconocido por la mayoría de los
estudiosos;
compone su obra, como hemos apuntado anteriormente, sobre la base de
una compilación de materiales
muy
diversos
(...) . Esta
amalgama de fuentes explicaría los continuos anacronismos
descubiertos en la redacción del texto”
(26)
.
.
Continúa
comentando José García López, que: “el
autor de este pequeño opúsculo quiere recoger, a la manera de un
epítome, los principales datos por él conocidos sobre la historia
de la música griega desde sus orígenes hasta su época”. Cuya
publicación por Gredos podemos diferenciar en las varias partes, que
componen un tratado de musicología helena y
de las que destacamos: “Prefacio
a cargo del autor, el Pseudo Plutarco, y presentación del lugar,
tiempo y personajes: Onesícrates, que es quien ofrece el banquete, y
sus invitados, Lisias y Sotérico, y una Breve intervención de
Onesícrates para animar a sus invitados a hablar sobre la música,
de la que resalta su importancia en la relación de los hombres con
los dioses” (capítulos
1 y 2 del libro). Siguiendo los siguientes epígrafes del libro:
Introducción;
Género enarmónico; El mundo de los ritmos; Final del discurso de
Lisias; Discurso de Sotérico, no menos complejo que el de Lisias,
cuyas partes son: La defensa del origen divino de la música.
Diferencia
entre música antigua y moderna. Conocimientos musicales de Platón.
Sobre la harmonía.
La
importancia de la música. Repercusión de las innovaciones
musicales. Defensa de la música antigua. La utilidad de la música.
Epílogo
(27)
.
JUNTO
Y BAJO ESTE PÁRRAFO:
Dos
fotos relacionadas con el libro que analizamos. Al
lado,
portada de la edición de Gredos de Moralia;
comentada y traducida por
José García López.
Abajo,
grabado del siglo XVII en que figura Plutarco, idealizado y en su
mesa de escritura.
B
– 2) La Música, de Pseudo-Plutarco:
Es
esta una de las pocas obras que se pueden considerar un tratado sobre
musicología grecorromana. Solo comparable con la “HARMONIKA” de
Aristóxenos, con “Sobre la Música” de Arístides Quintiliano y
con el libro “TA HARMONIKÁ” de Ptolomeo (que hemos analizado
ampliamente en varios de mis artículos -ver cita (10)-
). El autor de LA MÚSICA -¿Plutarco?- comienza dando su
opinión sobre este arte melódico, escribiendo que “es
un acto piadoso y de gran importancia para los hombres,
cantar himnos a los dioses que les han concedido a ellos solos la voz
articulada” (28) .
Primeras frases que nos lleva a pensar si el texto puede ser
original de Plutarco; pues como sabemos, ese sabio griego era
profundamente religioso y fue sacerdote del Templo de Apolo en Delfos
(el más importante de toda la Hélade). Tras comenzar con la
referida mención a los dioses, “La Música” nos habla del
famosísimo citarista de Lesbos, Terpandro; del que dice, fue el
primero en crear los nomos citarídicos (al igual que Clonas,
sería el que inició los nomos para aulos). Sigue así comentando la
lista de estos “nomos” -cánticos y melodías helenas-,
mencionando el tipo de poemas y su métrica de versos, para los que
se creaban estas canciones (29)
. Para continuar refiriendo que la primera institución
relacionada con la música nació en Esparta y que fue Terpandro su
fundador. Siendo una escuela más tardía la creada por los maestros
de Gortina (Creta), Citerea (Chipre) y Argos; todos unidos a los
puertos más famosos del Egeo (30) .
.
Sigue
expresando el autor de “La Música”, que según Aristóxenos -y
otros- Olimpo fue el que inventó el género enármonico, ya que
antes de él toda la armonía era diatónica o cromática
(31)
. Para continuar refiriendo (literalmente): “Así
fue la introducción del género enarmónico. Más tarde, sin
embargo, tanto en las composiciones frigias como en las lidias el
semitono fue dividido. Olimpo, al parecer, enriqueció la música, al
introducir algo que antes no existía y que era desconocido a sus
predecesores, y llegó a ser el fundador de la noble música griega”
(32)
. En
la cita anterior recogemos el comentario al texto de Pseudo-Plutarco,
donde José García López (traductor y comentarista de la obra)
expone su visión acerca de cuanto expresa la obra. Aunque a mi modo
de ver, la afinación Enarmónica es tan sencilla como la que
expliqué antes y
que llevo exponiendo
desde hace años en mis artículos y ponencias. Refiriendo que el
modo clásico de templar las cuerdas para hallar la Octava (llamado
pitagórico), fue multiplicar once veces por 4/3 la Nota Inicial;
localizando así las once Notas de la Escala, a la que sumaremos el
Tono primero, partido por 2 (dividiendo o multiplicando también por
2 sus valores, para hallar el resto de Octavas). Aunque el
método enarmónico realizaba una operación un tanto diferente:
Multiplicando cinco veces el Tono inicial, por 4/3; para obtener las
6 Notas naturales (do, re, mi, fa, sol, la). Tras lo que seguiría,
dividiendo el la inicial por 4/3, en seis ocasiones; obteniendo así
los 6 semitonos (si, do#, re#, mi#, fa#, sol#, la#).
.
Sigue
el libro que analizamos de Pseudo-Plutarco, distinguiendo entre
música antigua y pura, diferenciada de la de su tiempo: Moderna y
carente de bases armónicas. Pero
sobre todo, diferencia
entre Modos melódicos, afirmando que tal como dijo Platón, el único
Modo viril y verdadero era el Dorio; mientras considera otros -como
el Mixolidio o el Lidio-; patéticos y dignos solo de interpretar en
tragedias teatrales
(33)
.
Continúa “La Música” explicando el uso de diferentes cuerdas,
refiriendo su relación con los Modos y las afinaciones. Aunque -como
vamos a explicar en nuestro último epígrafe-, creemos que los Modos
no dependen de prescindir o de incluir cuerdas en una misma Octava;
sino de unas Escalas armónicas, que precisan el orden de unas u
otras Notas (pues,
a mi juicio, Pseudo-Plutarco confunde cuerdas con intervalos). Así
es como expresa lo que recogemos en cita (34)
y
que José García López comenta del modo que también incluimos a
cntinuación de ella.
.
Continúa
la obra que analizamos, mencionando los conocimientos de Platón y el
acierto de este, al calificar algunos Modos como deleznables y
tildando de aberrantes los tipos de música que no contemplan la
filosofía (al menos, la platónica). No vamos a discutir, acerca de
los conocimientos matemáticos ni musicales de este sabio ateniense;
pues como ya expuse, consideramos que las lecciones armónicas en
Platón, son una farsa mal copiada de los escritos pitagóricos.
Consecuentemente, recogemos en
nuestra cita (35)
, lo que Pseudo-Plutarco dice sobre la teoría platónica de la
música y cuanto comenta Jose García López acerca de todo ello.
Realizando una meritoria labor este investigador, para intentar
explicar lo que escribió aquel sabio de Atenas y lo que se expresa
en “La Música”. Aunque -a mi juicio- esta repetición de
referencias a cuerdas, intervalos, proporciones, Modos, Tonos y etc.;
no se corresponden con un espíritu de ciencia, sino de manierismo.
Pues la verdad científica consiste en exponer de la forma más
sencilla y simple, unos hechos o teorías. De tal modo, el resultado
de (2 + 2) = 4; pero también podremos decir que (2 + 2) = (1+1+1+1)
= (1+1+2) = (1+3) = (5 – 1) = (6 – 2) etc... . Una
serie de resultados que son ajenos a la verdad práctica y que
pertenecen al barroquismo de aquellos que se obsesionan con ideas;
tal como realizaron los teóricos helenos, con la ciencia armónica.
.
Continuando
con el libro de Pseudo-Plutarco; en cita (36)
incluimos lo que sigue narrando su autor y que en este caso habla de
Aristóteles; como discípulo de Platón y acerca de sus ideas sobre
el arte armónico.
Añadiendo nuevos parámetros en las proporciones de una afinación,
los Tonos y en las distancias de intervalos. Marcando unos valores
propios, tal como hizo Aristógenos o Ptolomeo, que daban unas
medidas a cada cuerda, conforme a Escalas que ellos consideraban las
justas.
Terminará el autor de “LA MÚSICA” con las siguientes frases:
“Esto
resultaría claro, si se examinara cuál es el objeto de la
investigación de cada una de las ciencias. Pues es evidente que la
ciencia harmónica es un conocimiento teórico de
los géneros de la harmonización de los intervalos, de las escalas,
de las notas, de las tonalidades y de las modulaciones en las
escalas;
pero con ella no es posible avanzar más allá, de forma que no se
puede buscar conocer por ella si el compositor (…) ha elegido
debidamente el modo
hipodorio para el principio, o el mixolidio y el dorio para el final,
o el hipofrigio y el frigio para la parte central. La
ciencia harmónica, en efecto, no alcanza tales cuestiones, sino que
necesita otros muchos conocimientos, ya que ignora el valor de lo
apropiado
(37)
.
Todo
lo que indica un principio de sensatez por parte de Pseudo-Plutarco y
que no guarda Platón. Pues el autor de este libro mantiene que no
puede opinar sobre los gustos, formas ni estilos de los compositores.
Considerando que la ciencia “no
alcanza tales cuestiones, sino
que necesita otros muchos conocimientos, ya que ignora el valor de
lo apropiado”.
Es
decir, que un musicólogo, ni un científico, pueden opinar acerca de
una melodía bella o agradable, simplemente analizándola
técnicamente; ya que la ciencia ignora el valor de lo humano. Siendo
la teoría armónica incapaz de valorar el arte, tal como quiso hacer
Platón a través del conocimiento.
SOBRE
Y BAJO ESTE PÁRRAFO:
Dos
cuadros míos, con los Modos en época de Aristógenos, tal como los
recoge la publicación de Moralias (La Música) editada por Gredos y
comentada por José García López. Al final de este artículo
incluiremos mi teoría sobre esos Modos griegos.
ESTE
CAPÍTULO, SE HA DIVIDIDO EN DOS PARTES DEBIDO A SU EXTENSIÓN; ESTA
ES LA PRIMERA. PARA HALLAR LA SEGUNDA PULSAR SOBRE EL SIGUIENTE
ENLACE:
https://decnossosatartessos.blogspot.com/2020/03/nuevo-modo-de-interpretar-los-modos.html
.
https://decnossosatartessos.blogspot.com/2020/03/nuevo-modo-de-interpretar-los-modos.html
.
-----------------------------------------------------
CITAS:
-----------------------------------------------------
(1):
LA
VOZ Y EL CANTO
EN
LA ANTIGUA GRECIA
TESIS
DOCTORAL Madrid,
2016
Autor:
LUIS CALERO RODRÍGUEZ
Director:
DR. LUIS M. MACÍA APARICIO
.
(1b):
Idem.
Cita (1)
(pag
155 y 156)
.
(2):
Cuando
Luna y Sol se unían era en el periodo conocido entre los babilonios
y hebreos como Saros y “gran Saros”; que consistía en 19 años
solares, correspondiendo 235 lunaciones.
Tanto
como el Gran Saros conformaban 8 ciclos de 19 años = 152 años ,
dado que 365,2422 dias x 152 años ≥ 29,53 dias x 1880
.
Pues
1880 lunaciones de 29,53 días = 55516,4 días
Y
152 años solares de 365,2422 = 55516,81 días
.
(3):
Recordemos
que el sistema de bisiestos impuesto por el Papa Gregorio, marca que
el año tiene 365 días y que cada cuatro años se incluye un día
más, llamado biesiesto. Pero que después de cien años, el primer
bisiesto no se computa. Ello regula la duración del ciclo solar de
365,2422 con esta fórmula que indica que un siglo son 99 años de
365,25 días, más uno de 365 (99 · 365,25 + 365 = 36.524,75); con
un desajuste de 0,53 días solares por cada siglo.
.
(4):
Arístides
Quintiliano ; Sobre la Música 58
Cita
tomada de
LE
CALENDRIER GREC ATTIQUE
.
(5a):
Pedro
Redondo Reyes: La Harmónica de Claudio Ptolomeo,
Edición
crítica con introducción, traducción y comentario // 2014
InterClassica - Universidad de Murcia .
(de
la pag. 83)
(5b):(idem,
Pag.99)
.
(6):
CURT
SACHS
LA
MÚSICA EN EL MUNDO ANTIGUO; ORIENTE Y OCCIDENTE
Traducción
de La Musica nel Mondo Antico
Sansoni
Editore. Florencia 1981
(Pag.
111)
.
(7):
A
los interesados en el tema, recomendamos leer este artículo, del que
incluyo enlace:
SOBRE
EL ORIGEN EGIPCIO DEL TEMPERAMENTO PITAGÓRICO: De la "Tetratkis"
o la década; base matemática del Nilo (Capítulo 7 de "Hipótesis
arquelógica sobre las primeras temperaciónes y escalas musicales").
.
(8):
Op.
Cit
(5a) (pag
76)
.
(9):
Ibidem,
cita anterior.
.
(10):
LOS
PRICIPALES ARTÍCULOS EN QUE HEMOS TRATADO SOBRE PTOLOMEO Y LA MÚSICA
SON LOS SIGUIENTES:
HARMÓNICA
DE CLAUDIO PTOLOMEO Libro Primero -análisis y resumen- (Capítulo 11
de HISTORIA DE LOS TEMPERAMENTOS)-.
http://decnossosatartessos.blogspot.com/2014/07/harmonica-de-claudio-ptolomeo-libro.html
.
ASTRONOMÍA
Y ARMONÌA (la música en Claudio Ptolomeo). CONTINUACIÓN -Capítulo
10 de HISTORIA DE LOS TEMPERAMENTOS-.
.
ASTRONOMÍA
Y ARMONÌA (la música en Claudio Ptolomeo). PARTE PRIMERA -Capítulo
10 de HISTORIA DE LOS TEMPERAMENTOS-.
.
HARMÓNICA
DE CLAUDIO PTOLOMEO Libro Primero -análisis y resumen- (Capítulo 11
de HISTORIA DE LOS TEMPERAMENTOS)-.
.
HARMÓNICA
DE CLAUDIO PTOLOMEO: Libro II; análisis y estudio (segunda parte,
continuación del Capítulo 12 : HISTORIA DE LOS TEMPERAMENTOS).
http://decnossosatartessos.blogspot.com/2014/08/harmonica-de-claudio-ptolomeo-libro-ii.html
.
HARMÓNICA
DE CLAUDIO PTOLOMEO: Libro II -análisis y estudio- (primera parte
del Capítulo 12 HISTORIA DE LOS TEMPERAMENTOS).
.
BASADO
EN LOS ESTUDIOS DE:
-Pedro
Redondo Reyes: La Harmónica de Claudio Ptolomeo, edición crítica
con introducción, traducción y comentario // 2014 InterClassica -
Universidad de Murcia .
-Pedro
Redondo Reyes (Myrtia, N 18, 2003)
.
(11):
Ibidem
cita (8)
.
(12):
Distancias
e intervalos según Ptolomeo. Publicadas por mí en los diferentes
artículos mencionados en cita anterior.
OCTAVA
+ CUARTA de Ptolmeo = (x + 2/3)
NOTA
INICIAL:....660 mm. ..............//................ 82,5 hertzios =
MI
1-
(660 · 4/3) : 2 = 440 mm. // (82,5 : 4/3) ·2 = 123,75 Hz. // = SI
2-
(440 · 4/3) = 586,66 mm. // (123,75 : 4/3) = 92,81 Hz // = FA#
3-
(586,66 · 4/3) : 2 = 391,11mm // (92,81 : 4/3)·2 = 139,21 Hz // =
DO#
4-
(391,11 · 4/3) = 521,481 mm. // (139,21 : 4/3) = 104,41 Hz // = SOL#
5-
(521,48 · 4/3) : 2 = 347,65 mm// (104,41 : 4/3)·2 = 156,62 Hz// =
RE#
6-
(347,65 · 4/3) = 463,533 mm // (156,62 : 4/3 ) = 117,46 Hz // = LA#
.
Obteniéndose
así una primera octava, tal como la debió concebir inicialmente el
alejandrino, por Cuartas y de solo siete notas. Cuyos valores
ordenados son los siguientes:
NOTA
INICIAL:....660 mm. ..............//................ 82,5 herztios =
MI
2-
(440 · 4/3) = 586,66 mm. // (123,75 : 4/3) = 92,81 Hz // = FA#
3-
(391,11 · 4/3) = 521,481 mm. // (139,21 : 4/3) = 104,41 Hz // = SOL#
4-
(347,65 · 4/3) = 463,533 mm // (156,62 : 4/3 ) = 117,46 Hz // = LA#
5-
(660 · 4/3) : 2 = 440 mm. // (82,5 : 4/3) ·2 = 123,75 Hz. // = SI
6-
(586,66 · 4/3) : 2 = 391,11mm // (92,81 : 4/3)·2 = 139,21 Hz // =
DO#
7-
(521,48 · 4/3) : 2 = 347,65 mm// (104,41 : 4/3)·2 = 156,62 Hz// =
RE#
.
(13):
La
fila primera contiene el número de la nota (en negro y cifradas en
romano) por el orden en que aparecen los tonos. La fila segunda (en
morado) es el intervalo que muestra una sucesión de cinco en cinco;
para poder ver como avanzan e ir logrando conocer a que nota
corresponde cada intervalo hallado. La fila tercera es tan solo el
nombre del tono en nuestro solfeo (en rojo). La fila última y en
verde, da los puntos milimétricos que marca (lugar donde está la
nota) cada vez que una de estas se vuelve a multiplicar por 3/4 y
aparece una nueva.
I–––––––––––––––––––
II –––––––––––––––– III
––––––––––––––––
1
::: 2 :: 3 :::: 4::::::: 5 ::::: 1 :: 2 ::: 3 :: 4 ::: 5 ::::: 1 ::::
2 :::: 3 :::: 4 ::::5
.MI–FA–FA#-SOL–SOL#–LA–LA#–SI–DO–DO#–RE–RE#–MI–FA–FA#–
.660
mm. .......................495 mm. ..................371,25 mm.
.................. (x2)
.
.
IV
–––––––––––––––––– V
–––––––––––––– VI –––––––––––––
1
:::::: 2 :::: 3 ::: 4 ::: 5 ::: 1 ::: 2 :::: 3 ::: 4 ::: 5 ::: 1 :: 2
::::: 3 :::::: 4 ::::5
.SOL–SOL#–LA–LA#–SI–DO–DO#–RE–RE#–MI–FA–FA#–SOL–SOL#–LA
.556,875
mm. ............ 417,656 mm. .............. 313,242 mm.
................... (x2)
.
.
VII–––––––––––––––
VIII ––––––––––––––– IX ––––––––––––––
1
::::: 2 :: 3 ::: 4 :::: 5 :: 1 ::::: 2 :: 3 ::: 4 ::: 5 ::::: 1
::::::: 2 :::: 3 :::: 4:::: 5
.LA#–SI–DO–DO#–RE–RE#–MI–FA–FA#–SOL–SOL#–LA–LA#–SI–DO
.469,863
mm. ........... 352,397 mm. ....(x2)....... 528,596 mm.
...............
.
.
X
––––––––––––––––– XI
–––––––––––––––––– XII -
1
::::: 2 ::: 3 ::: 4 :: 5 ::: 1 :::: 2 ::::: 3 :::: 4 :::: 5 ::: 1
.DO#–RE–RE#–MI–FA–FA#–SOL–SOL#–LA–LA#–SI–*
.396,447
mm. ....(x2)... 594,67 mm. .................. 446,003 mm.
.
(14):
EJEMPLO,
PARTIENDO DESDE 660 MILÍMETROS, EN UNA CUERDA 6ª DE LA GUITARRA:
MI
= 660 mms. (:2) 330 mm. (:2) 165 mms
DIVIDIDO
por 1,053497942386831
FA
= 626,4843752300372 mm. (:2) 313,2421876150186 mm. (:2)
156,6210938075093mm.
DIVIDIDO
por 1,053497942386831
FA#
= 594,6707157687426 mm. (:2) 297,3353578843713 mm. (:2)
148,6676789421856 Mm.
DIVIDIDO
por 1,06787109375
SOL=
556,8750004089551 mm (:2) 278,4375002044775 mm. (:2)
139,2187501022388 mm.
DIVIDIDO
por 1,053497942386831
SOL#=
528,5961919885318 mm. (:2) 264,2980959942659 mm. (:2)
132,1490479971329 mm.
DIVIDIDO
por 1,06787109375
LA
= 495 mm. (:2) 247,5 mm. (:2) 123,75 mm.
DIVIDIDO
por 1,053497942386831
LA#
= 469,8632812500001 mm. (:2) 234,9316406250001 mm. (:2)
117,4658203125 mm.
DIVIDIDO
por 1,053497942386831
SI
= 446,0030364990237 mm. (:2) 223,0015182495118 mm. (:2)
111,5007591247559 mm.
DIVIDIDO
por 1,06787109375
DO
= 417,6562500000002 mm. (:2) 208,8281250000001 mm (:2)
104,4140625000001 mm.
DIVIDIDO
por 1,053497942386831
DO#
= 396,4471435546878 mm. (:2) 198,2235717773439 mm. (:2)
99,11178588867195 mm.
DIVIDIDO
por 1,06787109375
RE
= 371,25 mm. (:2) 185,625 mm. (:2) 92,8125 mm.
DIVIDIDO
por 1,053497942386831
RE#
= 352,3974609375001 mm. (:2) 176,19873046875 mm. (:2)
88,09936523437502 mm.
DIVIDIDO
por 1,06787109375
MI
= 330 mm. (:2) 165 mms
.
EL
SEMITONO = 1,06787109375
3188646
: 2985984 = (2x313) : 126 = 1,06787109375
EL
TONO = 1,053497942
39:
124 = 19683 : 20736 = 1,053497942
.
(15):
EL
PROBLEMA DE LOS TEMPERAMENTOS Y SU RESOLUCIÓN EN FILOLAO Y PLATÓN.
Capítulo 5 de "Hipótesis arquelógica sobre las primeras
temperaciónes y escalas musicales".
Para
consultarlo, pulsar:
.
(16):
Página
40
Angel
Gómez-Morán Sanfafé:
Creación,
temperación e improvisación en SIMPOSIO SOBRE PATRIMONIO
INMATERIAL; LA VOZ Y LA IMPROVISACIÓN (pags. 34 y ss) Fundación
Joaquín Díaz Valladolid 2008.
.
(17):
Diógenes
Laercio (Vidas, opiniones y sentencias de los filósofos más
ilustres) –L. VIII Pitágoras, 9-
IDEM
CITA anterior (pags 40 y 41)
.
(18):
PLATÓN
Y LA PRIMERA DESCRIPCIÓN DE UNA TEMPERACIÓN* EN NUESTRA CULTURA
(hipótesis para su exposición):
.
(19):
La
traducción del Timaios que manejamos, presentada por Pérez Martel -
en edición de Alianza Ed. Madrid 2004- es de I.Burnet ,Oxford 1903;
en ella el autor habla "del dios creador", pero al ser un
"Dios" en concepto platónico no griego, preferimos
sustituir este nombre por el de Demiurgo.
.
(20):
-
TIMEOS (31): "el Demiurgo (dios) comenzó a formar el cuerpo del
universo, lo hizo de fuego y tierra. Pero no es posible que dos
elementos solos se unan sin un tercero, pues es preciso que haya en
medio de los dos una atadura que los una. La atadura mas perfecta es
la que consigue que ella misma, o lo unido, se conviertan en una sola
cosa" ..
.
-
TIMEOS (32): "Siempre que el término medio de tres números
cualesquiera, enteros o cuadrados, haga que el primero se relacione
con él mismo y con el último, y a su vez que el último se
relacione con el término medio, y éste con el primero, siendo
entonces el primero y último el término medio, y el último y el
primero, por su parte, término medio, sucederá entonces, que
necesariamente todos serán lo mismo, y siendo lo mismo entre sí,
todos serán una sola cosa".
.
(21):
Escrito
por David Martín Sánchez
Fecha de publicación: Abril de 2011.
Artículo que vió la luz en la revista nº 0019 de Sinfonía Virtual
Fecha de publicación: Abril de 2011.
Artículo que vió la luz en la revista nº 0019 de Sinfonía Virtual
.
Para
Fubini Platón no sólo se limita a transcribir doctrinas ajenas
sobre la música sino que la música es en sí misma uno de los
centros de su filosofía; la dificultad mayor radica en reconstruir
sus ideas sobre música dado que los problemas musicales que plantea
están entremezclados entre su pensamiento filosófico y político en
sus principales diálogos: La República, Las Leyes, Fedón, Fedro,
en ellos se pueden encontrar diferentes concepciones con respecto a
la música, desde una “condena radical” hasta la “consideración
de la misma como suprema forma de belleza y de verdad” (…) “En
La República habla de dos tipos de músicos, por un lado, aquellos
que “no dan descanso a las cuerdas, que las ponen en tortura y las
atormentan por medio de las clavijas (...) dando golpes con el
plectro a las cuerdas y dirigiendo acusaciones a éstas y que estas
niegan, desafiando a sus verdugos”, y por otro lado aquellos que
“hacen lo mismo que los astrónomos, indagan los números de que
resultan los acordes que hieren el oído”. Estas dos posiciones
opuestas sobre la música estarían haciendo referencia a la
diferencia entre la música práctica, que en este caso Platón
rechazaría y la música teórica que es la que quiere tratar.
.
Según Fubini, “hay, por consiguiente, una música que se oye y otra que no se oye, y únicamente esta última es digna de atención del filósofo. Más aún: la meditación sobre esta música abstraída de la sonoridad es un filosofar, y tal vez, el más alto grado del filosofar”. Debido a esto, de la música griega conocemos tanto de la teoría y tan poco de su práctica, porque tenía mucho honor como disciplina matemático-filosófica pero muy poca consideración como arte práctica. Por lo tanto, “la concepción platónica de la música oscila entre dos polos; por un lado la música real y concreta que se enseñaba en la Atenas del siglo IV a.C. y por otro una música inteligible y abstracta del todo, sin vínculos aparentes con el mundo real de la música”. Por todo esto, para Fubini la única forma de unir a estos dos tipos de música será “el concepto de educación”.
Según Fubini, “hay, por consiguiente, una música que se oye y otra que no se oye, y únicamente esta última es digna de atención del filósofo. Más aún: la meditación sobre esta música abstraída de la sonoridad es un filosofar, y tal vez, el más alto grado del filosofar”. Debido a esto, de la música griega conocemos tanto de la teoría y tan poco de su práctica, porque tenía mucho honor como disciplina matemático-filosófica pero muy poca consideración como arte práctica. Por lo tanto, “la concepción platónica de la música oscila entre dos polos; por un lado la música real y concreta que se enseñaba en la Atenas del siglo IV a.C. y por otro una música inteligible y abstracta del todo, sin vínculos aparentes con el mundo real de la música”. Por todo esto, para Fubini la única forma de unir a estos dos tipos de música será “el concepto de educación”.
.
(22):
Idem
Cita anterior:
ETHOS
"Se
trata de un antiguo término musical que describe un concepto
importante en la relación entre la música griega antigua y la
educación. Según esta teoría, la música puede generar diferentes
estados en las personas que la escuchan. Según Comotti, a cada
“harmoniai” se le atribuía un ethos, es decir, “un carácter
que influye en sentido positivo o negativo sobre el espíritu
humano”; por este motivo, el significado de “harmonia” no se
puede restringir al sentido de escala modal, (disposición de
intervalos dentro de una octava), dado que este significado no
justificaría los efectos que tiene cada armonía sobre las
personas.
Con respecto al ethos de las armonías, en La República podemos encontrar que las armonías lastimeras son la lidia mixta, la lidia tensa y otras semejantes, por lo que es preciso “suprimirlas como malas, no sólo para los hombres, sino también para aquellas mujeres que se precian de ser sabias y moderadas”. Por otro lado, “las armonías muelles y usadas en los festines” son “algunas variedades de la jónica y la lidia, consideradas armonías relajantes”, y no pueden ser de ningún uso para los guerreros; “por lo tanto, no quedan otras que la dórica y la frigia”, es decir, “una fuerte, que traduzca el tono y las expresiones de un hombre de corazón, sea en la pelea, sea en cualquier otra acción violenta, (...) y otra más tranquila, propia de las acciones pacíficas y completamente voluntarias de alguien que intenta convencer a otro de algo, con súplicas si es un dios, con advertencias o amonestaciones, si es un hombre.”
Este tema es tratado por Pseudo Plutarco en el capítulo diecisiete cuando dice que “Platón prefirió la tonalidad Doria, que se ajustaba a los guerreros y a los sabios, no por ignorancia sino porque tiene una gran nobleza y la prefirió a otras
Con respecto al ethos de las armonías, en La República podemos encontrar que las armonías lastimeras son la lidia mixta, la lidia tensa y otras semejantes, por lo que es preciso “suprimirlas como malas, no sólo para los hombres, sino también para aquellas mujeres que se precian de ser sabias y moderadas”. Por otro lado, “las armonías muelles y usadas en los festines” son “algunas variedades de la jónica y la lidia, consideradas armonías relajantes”, y no pueden ser de ningún uso para los guerreros; “por lo tanto, no quedan otras que la dórica y la frigia”, es decir, “una fuerte, que traduzca el tono y las expresiones de un hombre de corazón, sea en la pelea, sea en cualquier otra acción violenta, (...) y otra más tranquila, propia de las acciones pacíficas y completamente voluntarias de alguien que intenta convencer a otro de algo, con súplicas si es un dios, con advertencias o amonestaciones, si es un hombre.”
Este tema es tratado por Pseudo Plutarco en el capítulo diecisiete cuando dice que “Platón prefirió la tonalidad Doria, que se ajustaba a los guerreros y a los sabios, no por ignorancia sino porque tiene una gran nobleza y la prefirió a otras
.
(23):
Ana
Mª Comesaña López
Estudio
sobre la fiesta y el culto griegos en las Vidas paralelas de Plutarco
Tesis
doctoral elaborada por Ana Mª Comesaña // Departamento de Filología
Clásica.
Murcia
2016
Pág
2
.
(24):
PLUTARCO
OBRAS
MORALES
Y
DE COSTUMBRES
(MORALIA)
XIII SOBRE
LA MÚSICA (PSEUDO PLUTARCO)
INTRODUCCIONES,
TRADUCCIÓN Y NOTAS DE JOSÉ
GARCÍA LÓPEZ Y ALICIA MORALES ORTIZ
EDITORIAL
CREDOS, S. A. Madrid, 2004.
Traducciones,
introducciones llevadas a cabo por José García López
(Sobre la música)
.
(25):
Idem
cita anterior; pag 14
“Este
pequeño opúsculo, no conocido, al parecer, por los autores
antiguos, como veremos al estudiar su transmisión, comienza a ser
citado como una obra plutarquea sólo a partir de su inclusión en la
edición de sesenta y nueve obras de Plutarco por el erudito
bizantino Máximo Planudes en el siglo XIII, no encontrándose fuera
de ella en el resto de la tradición manuscrita. (pag 10) M. García
Valdés, aconsejan todavía, con buen criterio, un estudio más
profundo de su lengua y su estilo para poder tomar una postura más
segura sobre su autoría. Precisamente el gusto por un cierto
arcaísmo en el estilo, propio de la época del emperador romano
Antonino, 138 al 161 d. C-, ha llevado a pensar en esta época para
señalar los años en que aproximadamente pudo vivir el autor anónimo
del tratado, aunque algunos señalen incluso unos límites más
tardíos” (SIC pag14)
.
(26):
Idem
cita
(24),
pags 14 y 17
.
(27):
Idem
cita
(24),
pags 18 a 21 (SIC)
1.
Prefacio a cargo del autor, el Pseudo Plutarco, y presentación del
lugar, tiempo y personajes: Onesícrates, que es quien ofrece el
banquete, y sus invitados, Lisias y Sotérico, y una Breve
intervención de Onesícrates para animar a sus invitados a hablar
sobre la música, de la que resalta su importancia en la relación de
los hombres con los dioses
(caps.
1 y 2).
2.
Discurso de Lisias, que podemos dividir en los siguientes apartados:
—
Introducción.
Comienza con una breve referencia a los estudiosos que antes se han
ocupado del tema: platónicos, peripatéticos, gramáticos y
harmónicos. A continuación, su fuente principal, Heraclides
Póntico, así como la
Inscripción
de Sición, Glauco de Italia y Alejandro Polihístor, sirven al autor
para hablar de la citarodia, los citaredos míticos (Anfión, Lino,
Filamón, Antes, Támiris, Femio y Demódoco), y, sobre todo,
Terpandro. Sigue una breve alusión a los aulodos Clonas y
Polimnesto, y al nombre de los nomos usados por estos poetas y por
los citaredos. A Clonas y Polimnesto precedieron los también míticos
auletas Hiagnis, Marsias y Olimpo. Termina así las referencias a la
primera institución musical, con Terpandro como figura principal,
así como a los representantes más destacados de la segunda:
Taletas, Jenodamo, Jenócrito, Polimnesto y Sáca-
das
(caps. 3-10).
—
Género enarmónico.
Sigue una digresión sobre el género enarmónico, cuyo origen se
atribuye a Olimpo, en uno de los pasajes, cuya interpretación ha
ocupado a importantes especialistas de la música griega antigua
(cap. 11).
— El
mundo de los ritmos. Termina Lisias su discurso con una incursión en
el mundo de los ritmos y sus principales creadores e innovadores:
Terpandro, Polimnesto, Taletas, Sácadas, Alemán, Estesícoro,
Crexo, Timoteo y Filóxeno (cap. 12).
—
Final del discurso de
Lisias. Lisias anuncia el final de su intervención y cede la palabra
a Sotérico, cuyos conocimientos teóricos de la música y la
filosofía alaba (cap. 13).
3.
Discurso de Sotérico, no menos complejo que el de Lisias, cuyas
partes son:
— La
defensa del origen divino de la música. Respuesta de Sotérico a la
alabanza de Lisias, elogiando a su vez su inteligencia. Su
intervención comienza defendiendo el origen divino, concretamente
apolíneo, de la música (cap. 14).
—
Diferencia entre
música antigua y moderna. A continuación señala Sotérico las
diferencias entre la música antigua y la moderna, los modos
musicales y su valor moral, la opinión sobre los mismos de Platón,
su uso por la tragedia,
y
la elección voluntaria, no por ignorancia, de ciertas melodías
(caps. 15-21). En esta parte, en tres ocasiones y por su nombre,
menciona Sotérico a Aristóxeno, una de las dos principales fuentes
de este tratado.
—
Conocimientos
musicales de Platón. En relación con lo anterior, se hace ahora una
larga digresión, para demostrar los conocimientos musicales de
Platón, basándose en el texto del Timeo (cap. 22).
—
Sobre la harmonía.
Sobre la afirmación aristotélica de que la harmonía es divina,
habla Sotérico a continuación de las diferencias en la misma, sus
partes y la consonancia entre las mismas (caps. 23-25).
— La
importancia de la música. Todo esto le lleva a recordar la
importancia que los antiguos reconocían en la música para la
formación de los jóvenes, con ejemplos de los pueblos espartano,
cretense y romano. La música, dice, estaba antiguamente confinada en
los templos y se empleaba en la educación de los jóvenes, no
estando al solo servicio del teatro, como ahora (caps. 26-27).
—
Repercusión de las
innovaciones musicales. Hace ahora un repaso a las innovaciones
musicales de los antiguos y su importancia y repercusión en la
cultura de los griegos, a cargo de los siguientes autores: Terpandro,
Arquíloco, Polimnesto, Olimpo, Laso de Hermione, Melanípides,
Filóxeno y Timoteo. Termina su reflexión citando un largo fragmento
del Quirón del cómico Ferécrates, en el que se habla de las
innovaciones de los poetas del llamado Nuevo Ditirambo: Melanípides,
Cinesias, Frinis y Timoteo (caps.28-30).
—
Defensa de la música
antigua. Sobre una anéctota contada por Aristóxeno continúa su
intervención Sotérico con la defensa de la música antigua frente a
la moderna; señala los conocimientos necesarios del músico, a
través de los cuales puede conseguir la posesión de un verdadero
juicio crítico en el terreno musical, y termina resaltando el
carácter moral de la música antigua y criticando a los músicos de
ahora, es decir, a los contemporáneos de su fuente, que han
renunciado, por ejemplo, al uso de los intervalos enarmónicos (caps.
31-39).
— La
utilidad de la música. Sotérico llega al final de su discurso con
unas breves consideraciones sobre la utilidad de la música para el
hombre, con ejemplos del Aquiles homérico y de Heracles, así como
para las ciudades, con ejemplos de Esparta y, de nuevo, de Homero
(caps. 40-42).
4.
Epílogo
—
Recoge las palabras de
Onesícrates que alaba las intervenciones de Lisias y Sotérico y
alude al papel, no mencionado por ninguno de los oradores, de la
música en el banquete, con citas de Homero y Aristóxeno (cap. 43).
— El
mismo Onesícrates recuerda a continuación la relación entre la
música, el curso del universo y el movimiento de los astros, como
decían los Pitagóricos, Platón y los filósofos antiguos, entona
el canto del peán y las libaciones a Crono, a todos los dioses y a
las Musas, despide a sus invitados y pone así punto final al
tratado. (páginas 18 a 21)
.
(28):
Idem
cita
(24),
pag 41
“Yo
pienso que es la música. Pues es un acto piadoso y de gran
importancia para los hombres cantar himnos a los dioses que les han
concedido a ellos solos la voz articulada. Esto también lo señaló
Homero en aquellos versos en los que dice: Todo el día aplacaban al
dios con cantos y danzas, e entonando un hermoso peón, los hijos de
los aqueos, celebrando al Arquero; éste, al oírlos, se alegraba”
(pag 41)
.
(29):
Idem
cita
(24),
pag 49 a 51
"Terpandro,
que era un compositor de nomos citaródicos, ponía música,
apropiada a cada nomo, a los hexámetros compuestos por él y a los
de Homero, y los cantaba en los concursos. Dice que éste fue el
primero en dar nombre a los nomos citaródicos, y que como Terpandro,
Clonas, el primero en componer nomos aulódicos y cantos procesionale
(pag 47 y 48)
4.
Los nomos usados por estos poetas, querido Onesícrates, eran
aulódicos: Apóthetos, Élegoi, Kômârchios, Schoiníón, Kepíón,
y Trimeres. Más tarde se inventaron los llamados Cantos de
Polimnesto. Los nomos citaródicos fueron compuestos no mucho tiempo
antes que los aulódicos, en tiempos de Terpandro; así fue él quien
dio primero nombre a los citaródicos, llamándolos: Beodo y Eolio,
Troqueo, Agudo, de Cepión y de Terpandro, y también el del canto
cuádruple. Terpandro compuso también preludios citaródicos en
hexámetros. Que los antiguos nomos citaródicos fueron compuestos en
hexámetos, lo demostró Timoteo cantaba, en efecto, sus primeros
nomos en hexámetros, mientras que mezclaba en ellos la dicción e
ditirámbica, para que no pareciese, de pronto, que violaba las leyes
de la música antigua. (pag 49 y 50)
Parece
que Terpandro se distinguió en el arte citaródico, pues está
recogido en una inscripción que venció cuatro veces seguidas en los
juegos Píticos. Por el tiempo en que vivió es muy antiguo: así,
Glauco de Italia46 en un libro Sobre los antiguos poetas y músicos
señala que él es más antiguo que Arquíloco, pues dice que
Terpandro fue el segundo tras los primeros compositores de canciones
para aulo”.(pag
51)
.
(30):
Idem
cita
(24),
pag 63 y 63
"9.
La primera institución relacionada con la música nace en Esparta,
siendo Terpandro su fundador. De la segunda tienen la responsabilidad
de ser sus maestros, sobre todo, Taletas de Gortina, Jenodamo de
Citera, Jenócrito de Locros, Polimnesto de Colofón y Sácadas de
Argos. A instancias de éstos se estableció la fiesta de las
Gimnopedias en Esparta, la «De las Apodeixeis» en Arcadia, y entre
las celebradas en Argos las llamadas «Endymâtia»"
(pag 62 y63)
.
(31):
Idem
cita
(24),
pag 65 a 68
"11.
Los músicos, como dice Aristóxeno, creen que Olimpo es el inventor
del género enarmónico, pues antes de él toda la música era
diatónica o cromática. Sospechan que la tal invención fue más o
menos del modo siguiente: Olimpo estaba moviéndose en el género
diatónico y hacía pasar la melodía con frecuencia a la parípate
diatónica, unas veces desde la parámese y otras desde la mese, y al
omitir la lícano diatónica, percibió la belleza de su carácter, y
así, admirando y aceptando la escala construida sobre la analogía
de esta omisión, empezó a componer en esta escala en el modo dorio.
En efecto, ni repercutía en las peculiaridades del género diatónico
ni en las del género cromático ni, por cierto, en las del género
enarmónico. Así fue su introducción del género enarmónico. Entre
éstas se considera la primera la Escala de las libaciones, en la que
ninguna de las divisiones de los géneros muestra su peculiaridad"
(pags 65 a 68)
.
(32):
Idem
cita
(24),
(pag
71)
.
Explica
Jose García López, en sus notas; las palabras antes recogidas del
siguiente modo:
-Sobre
una escala o modo dorio (mi, re, do, si, la, s o l f a , mi) la
actuación de Olimpo sobre la misma, cuando omitía la lícano,
tendríamos que (según los nombres griegos, cf. nota anterior, la
paramese es si, la mese es la, la lícano es sol y la parípate es
ja) el tetracordio inferior se reducía a tres notas; la, fa, mi, con
el empleo de un dítono y un semitono. Si por analogía se hace lo
mismo en el tetracordio superior y se omite la segunda nota (re o
paranete) tendríamos una escala pentatónica, común
en
la música asiática: mi, do, si, la, fa, mi.
-Existe
afinidad entre el modo dorio y el género enarmónico. Sobre el
empleo de tonos, tonalidad, por harmonía, modo, en este tratado, cf.
n.
-Griego
spondeíon. En principio spondeíon era el vaso con el que se hacían
las libaciones (cf. spondé, «libación») y , después, canto o
composición instrumental que se hacía frente al altar durante las
libaciones, con acompañamiento de auló (spondeíon aúlema), pero
luego también de la cítara ( P ó l u x , IV 10, y S e x t o E m
p í r i c o , Contra los profesores VI 8 ) . Se cantaba en ritmo
espondaico, de ahí el nombre de espondeo, pero no se dice en qué
modo.
-Arístides
Quintiliano , 28, 5-6 (= I, cap. 11), al hablar de ciertos
intervalos o alteraciones de los intervalos, dice que mientras se
llamaba éklysis al descenso de tres diesis (es decir, de 3/4 de
tono; cf. B a q u i o , Harmonica introductio 41, Ja n , p. 301-302)
no compuestas, el espondiasmo (spondeiasmós) era el ascenso (hacia
el agudo) de este mismo intervalo. Cf. cap. 29 y n. 262. De esta
forma, en un tetracordio enarmónico, con dos 1/4 de tono (o
pylaión), se ampliaba en 1/4 de tono el pylaión, que valía
entonces 3/4 de tono, con detrimento natural del intervalo restante.
-La
nota dominante, no en el sentido de nuestro sistema musical, en la
escala doria es la mese (la). El tono próximo a ella es la parámese
(si), disjunto, pues separaba los dos tetracordios disjuntos, que
formaban el octacordio o escala de ocho notas (cf. n. 110), y, por lo
tanto, con respecto a la mese, más cercano al agudo. La diesis o
diesi, de la que aquí se habla, responde al término griego diesis,
que se emplea con distintos valores en la teoría musical. Así, en
la escuela de A r i s t ó x e n o , Harmonica 57, 6-7 (=II, p. 46;
pp. 50-52), vale un 1/4 de tono en ei género enarmónico (el menor
de todos, no habiendo intervalo melódico menor que éste), vale 1/3,
3/8 y 1/2, de tono, en las distintas chróai (cf. n. 283) del
cromático, y vale 1/2 tono en el diatónico, aunque ya no se llama
así, mientras la escuela pitagórica llama diesis al semitono, pero
lo considera no como la mitad del tono, sino como el resultado de
restar dos veces el intervalo de un tono (9:8) al intervalo de cuarta
(4:3), que da una proporción de 256:243, es decir, un semitono
menor, llamado ieímma, frente a la otra parte o semitonomayor, que
llama apotomê. Cf. Gaudencio , Harm. 14 Jan .
-Es
decir, si el espondiasmo agudo, en lugar de ser, como hemos visto, un
intervalo simple de un valor de 3/4 de tono (do*-si), fuera de un
tono (do#-si), entonces tendríamos dos dítonos seguidos, y dos
dítonos seguidos, es decir, dos terceras mayores, no eran permitidos
en la harmónica griega antigua, como escribe Aristóxeno , Harmonica
80, 3 ( III,p. 64): «no se colocarán dos dítonos seguidos». El
primer dítono (la fa), en efecto, sería un dítono simple, sin
ninguna nota en medio, pero el segundo sería compuesto (dotí-si-la),
es decir, el espondiasmo agudo (do si) más el tono disjunto (si-la),
el de la parámese a la mese.
-En
primer lugar, decir que, siguiendo la propuesta de L. Laloy,
«Anciennes gammes...», pág. 247, traducimos el original griego en
taís mesáis por «en el tetracordio medio», ya que, dice Laloy,
las palabras mésë e hypâtë, designan en singular la nota y
en plural el tetracordio entero. El término pyknón significa
«denso», «compacto». En música se llama pylmón a la suma de los
dos intervalos pequeños de un tetracordio, cuando esa suma es menor
que el intervalo restante,
cosa
que sucede en los géneros cromático y enarmónico (cf. n, 102). A
s í en el cromático la suma de los dos intervalos menores (dos
semitonos) es menor que el tono y medio del intervalo restante (1/2 +
1/2 + 1. 1/2) y, del mismo modo, en el enarmónico la suma de l o s
intervalos menores (dos 1/4 de tono) es menor que el dítono del
intervalo restante (1/4 + 1/4 + 2). En el género diatónico no hay
pyknón, pues, como sabemos por su composición, no se da esta
circunstancia (1/2 + 1 + 1).Así pues, el pyknón enarmónico, al
que se refiere aquí el autor, es el intervalo compuesto, dos 1/4 de
tono seguidos (= semitono, por ej . f a -
mi*
- mi), mientras que el que emplea la manera musical antigua es un
intervalo, también equivalente a un semitono, fa-mi, pero simple,
por tanto, sin nota intermedia. Por su parte, sabemos que en toda
escala griega (gr. systëma, definida por A ristóxeno, Harmonica 21,
6-7 (=I, p. 15-16), como la unión de más de un intervalo) la base
era el tetracordio o primer sistema bien organizado de cuatro
cuerdas o notas contiguas, las dos centrales móviles, según el
género (diatónico, cromático y enarmónico; cf. n. 102), y las
dos extremas fijas, que formaban un intervalo de cuarta perfecta. Con
el tiempo, a partir de él se formó el heptacordio (con dos
tetracordios conjuntos, es decir, con un tono común, la nota me se )
y el octacordio, creación debida, según se cuenta, a Pitágoras
(con dos tetracordios disjuntos, con un tono entre ellos, entre la
mese y la parámese; cf. n. 103). Más tarde se crearon las llamadas
Escala Perfecta Menor (con tres tetracordios conjuntos, l l amados
conjunto, medio y bajo), -Escala Perfecta Mayor (con cuatro
tetracordios conjuntos dos a dos, llamados añadido, disjunto, medio
y bajo) y Escala Perfecta Inmutable o Inmodulante, formada por la
unión de las dos anteriores. La octava, que representa la tonalidad
doria, es la central, formada por los tetracordios disjunto y medio.
Cf, n. 161 y Gráficos”.
.
(33):
Idem
cita
(24),
(pags
78 a 87)
15.
Los antiguos practicaron la música, como todas sus otras
actividades, de acuerdo con su dignidad; los modernos, en cambio,
rechazando sus aspectos más venerables, en lugar de aquella música
viril, inspirada y querida a los dioses introducen en los teatros una
música afeminada y seductora. Por eso Platón, en el libro III de su
República, muestra su rechazo a esa clase de música; desaprueba,
por ejemplo, el modo lidio, por ser agudo y apropiado para las
lamentaciones. (pag 76) el modo lidio fue presentado por primera vez
en las bodas de Níobe, y otros, como cuenta Dionisio Yambo, que el
primero en utilizar este modo fue Torebo (pag 78)
16.
El modo mixolidio es patético, apropiado para las tragedias.
Aristóxeno dice que Safo fue la que inventó (pag 78)
17.
Por ser estos modos el uno quejumbroso y el otro de carácter
relajado, Platón, tras rechazar a los dos, eligió el modo dorio,
como adaptado a los guerreros y a los hombres prudentes (pag 81)
19.
Que los antiguos no evitaron por ignorancia la trite en el estilo de
la libación158 lo demuestra el uso que hacen de ella en el
acompañamiento (pag 87)
.
A
ESTAS PALABRAS DE PSEUDO-PLUTARCO, ANOTA JOSE GARCÍA LÓPEZ:
-Sin
duda, el número de tres cuerdas no significa que no dispusieran de
más, pues el número de siete cuerdas era atribuido ya a Terpandro
(cf.n. 28) y aceptado como canónico. Sin embargo, en la innovación
de Olimpo, sí tenemos tres notas sólo en uno de los, tetracordios
(cf. n. sig.). El pasaje, de todas formas, refleja la diferencia
entre la música antigua y la nueva, que está recogida, por ejemplo,
en Platón,
República
III 399c-d, que, al hablar de los instrumentos y los modos permitidos
en la educación, escribe: «nuestras melodías y cantos no
precisarán de muchas cuerdas ni de modos diversos
(polychordías...panharmoníou)»; frente a esto, tenemos el mayor
número de cuerdas empleado por los músicos dei Nuevo Ditirambo y
sus numerosas innovaciones introducidas en el campo de la música
tradicional. Cf. nn. 45, 63 y 130.
-debemos
señalar que en la frase griega del original, en Sispondiázonti
trópói, traducimos el término tropos por «estilo», como propone
L. Laloy , «Quels sont les accords...», pág. 137, significado que
mantenemos para todos los lugares del tratado. Además, concluye
Laloy, pág. 140, el estilo de la libación era en género
enarmónico, pues cree que así se decía en Aristóxeno, y que
nuestro autor, por atolondramiento o ignorancia, se salta o suprime
para abreviar. Luego decir que, posiblemente, se refiera aquí
nuestro autor, en una Escala Perfecta Mayor (sÿstëma téleion
tneîzon) en dorio y en el género enarmónico, a la trite del
tetracordio disjunto, en la que la trite es, en efecto, consonante,
en intervalo de quinta (cf. η.
184), con la parípate del tetracordio medio, con la supresión de la
trite, pasándose de la parámese a la paranete, es decir, 1/2 tono
en lugar de los dos 1/4 de tono. Eí resultado recuerda a la
innovación de Olimpo, al omitir la lícano del tetracordio medio
(cf. η.
104), en ambos casos uno de los tetracordios se queda con tres notas.
Cf. nn. 110 y 161 y Gráficos.
.
(34):
Idem
cita
(24),
(pag
88)
"en
consonancia con la parípate, si no conocieran su uso, sino que está
claro que la nobleza del carácter, que se consigue en este estilo de
la libación por la supresión de la trite, era lo que inducía a su
sensibilidad a pasar directamente su melodía a la paranete. Lo mismo
se puede decir también de la nete: en efecto, también la emplearon
en el acompañamiento, como una nota en disonancia con la paranete y
en consonancia con la mese, pero en la melodía no les parecía
adecuada al estilo de la libación. Pero no sólo estas notas, sino
también todos usaban así la nete del tetracordio conjunto: en el
acompañamiento la usaban en disonancia con la paranete y la parámese
y la lícano, pero en la melodía se habrían avergonzado”
.
-
En efecto, la nete formaba siempre un acorde de quinta con la mese,
consonante por lo tanto, mientras que con la paranete su acorde era
de un dítono (una tercera mayor), en la música griega un acorde
disonante, aunque sí utilizado en el acompañamiento. Cf. η.
184
-
De los tres sistemas o escalas de los que se habla en la teoría
musical griega (cf. nota 130), la llamada Escala Perfecta Mayor se
componía de cuatro tetracordios, conjuntos dos a dos, y disjuntos
entre los dos tetracordios centrales, el medio y el disjunto. Al
tetracordio llamado bajo se le añadía una nota, la proslambanómeno,
para completar la octava con el tetracordio llamado medio, que le
seguía, e iban desde la hípate a la mese; venía a continuación el
otro par de tetracordios conjuntos de la parte alta, el primero, con
un tono por medio, se llamaba por ello disjunto y el segundo añadido,
e iban desde la parámese a la nete. Pero, también, el llamado
tetracordio disjunto podía ser sustituido por un tetracordio
conjunto con el medio, cambiando su nombre por el de tetracordio
conjunto, que es al que aquí se menciona. Cf. Gráficos.
-De
nuevo nuestro editor admite aquí una laguna en el texto. Se han
hecho varias propuestas no convincentes y, en general, sobre las
dificultades de todo este pasaje V olkmann , Plutarchi De musica...,
pág. 1 0 7 , escribe: «totum vero locum non intelligo». Por lo
demás, pensemos que la nete del tetracordio conjunto, en los géneros
enarmónico, cromático y enarmónico, está, respectivamente, dos
tonos, un tono y medio y un tono, disonante por tanto, sobre la
parenete del mismo tetracordio, un tono y medio, un tono, y medio
tono, también disonante, sobre la parámese del tetracordio
disjunto, y cuatro tonos y medio y cuatro tonos, igualmente
disonante, en los géneros enarmónico y cromático, sobre la lícano,
del tetracordio medio, pero tres tonos y medio, un intervalo de
quinta, consonante por tanto, en el género diatónico.
-Griego
en toîs Mëtroiois. En el cap, 29, 1141B, se mencionan de nuevo
estos cantos para el aulo de Olimpo a la Madre de los Dioses, que así
era llamada también la diosa Cibele. Cf. P í n d a r o , Píticas
137-140. (pag
84 y 85)
.
(35):
Idem
cita
(24),
(pag
90 y ss)
“22.
Después de haber demostrado que Platón no rechazó las demás
formas musicales por ignorancia o por inexperiencia, sino por no ser
convenientes a su concepción del Estado, demostraremos a
continuación que era experto en la ciencia de la harmonía. Así, en
el relato de la creación del alma en su Timeo demostró sus
conocimientos de las matemáticas y la música del modo siguiente: Ύ
después de esto
rellenó los intervalos dobles y triples, cortando porciones de allí
y colocándolas en medio de éstos, de modo que en cada intervalo
había dos medias. Este preludio revelaba su experiencia en la
ciencia de la harmonía, como al punto demostraremos. La medias
fundamentales son tres, de las cuales se deriva toda media: la
aritmética, la harmónica y la geométrica. De estas medias, la
primera excede y es excedida en un mismo número, la segunda en una
misma proporción y la tercera ni en una proporción ni en un número”
(Pag 90 y 91)
.
EL
COMENTARIO QUE REALIZA JOSÉ GARCÍA LÓPEZ ES EL SIGUIENTE:
-Timeo
36a. En efecto, así termina Timeo (de Locros, en Italia, personaje
pitagórico de ficción), en el diálogo platónico del mismo nombre,
su preludio sobre la creación del alma cósmica. Esta se realiza,
dice, a partir de la mezcla de lo Mismo indivisible y lo Otro
divisible con una tercera entidad intermedia entre los dos. A
continuación, el Demiurgo va subdivídiendo la unidad obtenida de
tal manera que de las subdivisiones resulta una serie numérica, 1,
2, 3, 4, 8, 9, 27, en la que se distinguen claramente dos secuencias
en progresión geométrica, la primera de razón 2 (1, 2, 4, 8) y la
segunda de razón 3 (1, 3, 9, 27). Luego rellena los intervalos
(diaslémata) dobles y triples hasta conseguir que entre ellos haya
dos medias: una aritmética (sobre un mismo número) y otra harmónica
(sobre una misma fracción), siguiendo así la subdivisión
pitagórica de la octava musical, como vemos en la nota siguiente. El
intervalo musical (to diastema) es definido como el espacio entre dos
notas que no poseen el mismo grado ( Aristóxeno , Harmonica 20-21;
21, 1 [= I, p. 1 5 ] ) , es decir, de diferente altura tonal, y,
entre otras formas, se divide (21, 19-22; 22,1-2 [== I, p.16]) por su
tamaño, por su pertenencia a un género (cf. n. 102), como
consonante (sÿmphônon) y disonante (diáphónon), simple
(asÿntheton) y compuesto (sÿntheton), racional (rhetón) e
irracional (álogon). Entre los intervalos consonantes el más
pequeño es el intervalo de cuarta (día tessárón, relación 4:3,
es decir, una relación sesquitercia [logos epitritos], dos tonos y
medio, que forma el tetracordio [cf. nota 110]), le siguen el de
quinta (diá pénte, relación 3:2, es decir, una
relación sesquiáltera [logos hemiólios], tres tonos y medio), el
de octava (diàpasôn, relación 2:1, es decir, una relación doble
[diplásios], seis tonos), el más perfecto ( Pseudo Aristóteles,
Problemata XIX 35, Ja n , pág. 95, cf. también nn. 190 y 213), y
los formados por el de octava más el de cuarta 8:3, o más el de
quinta, 3:1, el de doble octava, 4:1, y doble octava más cuarta,
16:3, o quinta, 6:1. En total serían ocho. Por otro lado, el
intervalo de un tono ( A r i s t ó x e n o , Harmonica I, p. 21, y
II, p. 46) es la diferencia de magnitud entre los dos primeros
intervalos, esto es, el de cuarta y el de quinta, en la relación
9:8, sesquioctava. Entre las partes del tono tienen, además, valor
melódico ( Aristóxeno , Harmonica 57, 2-6 [= II, p. 46]) la mitad,
denominada hémitónion; el tercio de tono (1/3), llamado diesis
chrômatikë elachistè; y el más pequeño, el de cuarto de tono
(1/4), denominado diesis enarmonios elachistë. Ningún intervalo
menor que éste tiene valor melódico. Finalmente, si el intervalo
consonante menor es el de cuarta, el mayor se haya limitado por
nuestra propia capacidad. Sobre los intervalos, cf. también
Aristides Quintiliano , 10-13 (= I, cap. 7). Sobre otro tipo de
intervalos, cf. n. 300.
.
SIGUE
PSEUDO-PLUTARCO EN LA MÚSICA EXPONIENDO:
"Así
pues, Platón, queriendo demostrar en términos harmónicos la
harmonía de los cuatro elementos en el alma y la causa de la
consonancia entre unos y otros a partir de su diferencia, mostró en
cada intervalo dos medias del alma, según la proporción musical.
Pues ocurre que en música dos son los intervalos medios de la
consonancia de octava, cuya proporción vamos a demostrar. La
consonancia de octava es considerada en proporción doble; la
proporción doble, por dar una imagen numérica, se representará por
el 6 y el 12; esto es el intervalo desde la hípate del tetracordio
medio hasta la nete del tetracordio disjunto. Así, si los extremos
son el 6 y el 12, la hípate del tetracordio medio es representda por
el número 6 y la nete del tetracordio disjunto por el f 12. Por lo
demás, queda añadir a éstos los números que caen en medio, de
cuyos extremos el uno aparecerá en proporción sesquitercia y el
otro en proporción sesquiáltera: se trata del 8 y el 9, pues de 6
el 8 es sesquitercio y el 9 sesquiáltero. Tales son las relaciones
con un extremo, mientras el otro, el 1139A 12, es sesquitercio de 9
y sesquiáltero de 8. Así, como estos números están en medio del 6
y del 12, y el intervalo de octava está compuesto del intervalo de
cuarta y el de quinta, está claro que la mese tendrá el número 8 y
la parámese el 9. Si esto es así, la hípate tendrá la misma
relación hasta la mese que la parámese hasta la nete del
tetracordio disjunto, pues desde la hípate del tetracordio medio a
la mese hay un intervalo de cuarta y de la parámese a la nete del
tetracordio disjunto hay también lo mismo: está claro que también
desde la hípate del tetracordio medio hasta la nete del tetracordio
disjunto hay un intervalo de octava. La misma proporción se
encuentra en los números: pues 6 es a 8 como 9 es a b12, y 6 es a 9
como 8 es a 12; en efecto, 8 es sesquitercio de 6, y 12 de 9, y 9 es
sesquiáltero de 6, y 12 de 8. Bastará lo dicho para demostrar el
conocimiento y la experiencia que tenía Platón de las matemáticas
18 1X6 Es decir, los cuatro elementos del alma cósmica estarían
representados por las cuatro notas fijas de la octava musical,
compuesta, como hemos visto (cf. nn. 103, 110 y Apéndice), por dos
tetracordios disjuntos, en los que son fijas la nete, la parámese
(del tetracordio superior o disjunto), la mese y la hípate (del
tetracordio inferior), representadas pitagóricamente por los números
12, 9, 8 y 6 respectivamente. Para todo este párrafo, será útil
tener presente io dicho sobre las notas y los tetracordios en las
notas anteriores.
.
ANTE
LO QUE JOSÉ
GARCÍA LÓPEZ COMENTA LO SIGUIENTE:
-Así,
utilizando como los pitagóricos los números 6 y 12, que están
entre ellos en la proporción 1 a 2, como las notas extremas de la
octava, vemos que la media aritmética entre 6 y 12 es 9, es decir,
es mayor y menor en tres de ambos números, mientras que la media
harmónica entre esos mismos números es 8, es decir, que este número
es superior a 6 en 2, que es un 1/3 de 6, e inferior a 12 en 4, que
es igualmente un 1/3 de 12. En cambio, la media geométrica no es
tenida en cuenta por no reunir, como dice el texto, ninguna de estas
condiciones, que son aplicables a la octava musical. De este modo,
los números 8 y 9 y sus relaciones aritmética y harmónica con los
números 6 y 12, sí sirven para representar los dos intervalos
musicales de cuarta (8:6 y 12:9 = 4:3) y quinta (12:8 y 9:6 = 3:2);
el intervalo de octava, a su vez, está, como hemos dicho, en
relación doble, 2:1, y es la suma de los dos intervalos anteriores,
que, a su vez, se puede decir, están contenidos en ella. Cf. n.
anterior.
.
(36):
Idem
cita
(24),
(pag
90 y ss)
“23.
Que la harmonía es venerable y algo divino y grande lo dice
Aristóteles, el discípulo de Platón con estas palabras: ‘‘La
harmonía es celestial, y a que tiene la naturaleza divina, noble y
maravillosa. Es por naturaleza cuatripartita en su valor, tiene dos
medias, la aritmética y la harmónica, y sus partes, sus
magnitudes y sus excesos se manifiestan en relación con el número
y la igualdad en la medida, y a que en dos tetracordios s e
estructuran ordefiadamente las melodías’ . Éstas son sus
palabras. Decía,por otra parte, que el cuerpo de la harmonía se
componía de dos partes desiguales, aunque consonantes una con
otra,y, además, que sus medias eran consonantes en proporción
aritmética. La nota más alta con la nota más baja producen la
consonancia de octava por estar ajustadas en la proporción doble.
Pues tiene, como hemos dicho anteriormente, la nota más elevada de
12 unidades y la más baja de 6, y la parámese, que está en
consonancia con la hípate en la proporción sesquiáltera, la tiene
de 9 unidades; y deciamos que las unidades de la mese son 8. Y sucede
que los principales intervalos de la música están constituidos por
estas proporciones: el de cuarta, que corresponde a la proporción
sesqui tercia, el de quinta que corresponde a la proporción
sesquiáltera, y el de octava que corresponde a la proporción doble.
Y también se cumple la proporción sesquioctava, que es la
proporción del tono 596
(pag 94)
Así,
Aristóteles demuestra que las medias tienen las propiedades
siguientes: la nete supera a la mese en una tercera parte de sí
misma y la hípate es superada por la parámese del mismo modo, de
tal manera que sus diferencias son proporcionales, pues superan y son
superadas por las mismas partes. Por tanto, los extremos superan la
mese y la parámese y son superados por ellas en las mismas
proporciones, esto es, la sesquitercia y la sesquiáltera. Tal es la
diferencia harmónica. La diferencia entre la nete y la mese en
proporción aritmética presentan diferencias según una misma
porción. Del mismo modo, también la parámese supera a la hípate,
pues la parámese supera a la mese en la proporción sesquioctava, y
de nuevo la nete es doble que la hípate, la parámese es
sesquiáltera con la hípate, la mese está ajustada en proporción
sesquitercia con la hípate. Así es por naturaleza, según
Aristóteles, la harmonía en sus partes, sus números y sus
diferencias. (pag 95)
En
efecto, tiene la nete par, de doce unidades, la parámese impar, de
nueve unidades, la mese es par, pues tiene ocho unidades, la hípate
es par-impar, pues es de seis unidades. De este modo siendo por
naturaleza la harmonía ella misma y sus partes así unas con otras
en sus diferencias y sus proporciones, toda ella está también en
consonancia con su totalidad y con sus partes. (pag 96)
28.
Alguien podría decir: ‘amigo mío, ¿entonces, nada ha sido
descubierto e innovado por los antiguos?’. También yo reconozco
que se han hecho descubrimientos, pero con nobleza y de manera
conveniente. Así, los que han escrito la historia de estos asuntos
atribuyeron a Terpandro la introducción de la nete doria, de la que
no habían hecho uso en la melodía sus predecesores; y se dice que
inventó también el modo mixolidio en su totalidad y el estilo de la
melodía Ortia, que se canta en ritmo ortio y, junto al ortio, el
troqueo marcado. Y si, como afirma Pindaro, Terpandro fue el inventor
también de los cantos llamados escolios, a su vez, Arquíloco
descubrió la ritmopeya de los trímetros, la combinación de ritmos
no 1141 a homogéneos, la recitación y su acompañamiento”. (pag
97)
.
COMENTANDO
POR JOSÉ GARCÍA LÓPEZ:
Esta
actuación de Terpandro la explica el Pseudo Aristóteles, Problemata
XIX 32, Ja n , págs. 94-95, cuando dice que «en un principio las
cuerdas eran siete; después Terpandro, quitando la trite, añadió
la nete, y por esto (el intervalo) se llamó di à pasôn
y no dici okiñ. Por
ello lascuerdas eran siete». En efecto, si en un heptacordio (cf. n.
1Î0 y Gráficos) se suprime (en dorio y en el género diatónico) la
cuerda o nota trite y se añade a la nete una nueva nete, llamada
doria, el intervalo entre esta nete doria añadida y la hípate no es
ya de séptima y por ello disonante (cf. n.184), sino de octava,
consonante, por lo tanto, aunque sólo igualmente sobre siete
cuerdas, es decir, todas las que hay, dià pasôn,
no sobre ocho. Con esta invención de Terpandro se obtiene igualmente
el acorde o intervalo de quinta entre la nete doria y la mese, y el
intervalo de cuarta entre la mese y la hípate, ambos consonantes
(cf. n. 184). Sobre Terpandro y sus descubrimientos musicales, cf. n.
28, así como el cap. 12, del que éste parece ser una ampliación.
.
(37):
Idem
cita
(24)
(pags. 112 y 113)