ÍNDICE
GENERAL: Pulsando
el siguiente enlace, se llega a un índice general de capítulos.
PARA CONSULTARLO HACER CLIK sobre:
.
El
artículo se desarrolla en un texto escrito en negro y se acompaña
de imágenes con un amplio comentario explicativo (en
rojo y cuya finalidad es razonar las ideas).
Podrá leerse completo, pero si desea hacerlo entre líneas, bastará
con seguir
la negrilla o
las letras rojas destacadas.
JUNTO
Y BAJO ESTOS PÁRRAFOS:
Al
lado, portada del libro EL ARCA DE LA ALIANZA de Óscar Vallet (1)
, obra en la que vamos a basar la introducción de nuestro estudio.
Abajo,
tapiz
de Flandes manufacturado en Bruselas hacia 1515, basado en un cartón
de Jean Van Roome (tejido
en lana, seda y oro); obra depositada por la Catedral Primada de
Toledo, en el Museo de Santa Cruz -donde se exhibe y al que
agradecemos nos permita divulgar nuestra imagen-.
Su iconografía representa la “Vida del rey David” y en él vemos
al monarca fundador de Israel, entrando en Jerusalén junto a su
comitiva, que porta El Arca de la Alianza. Si observamos bien la
escena, nos daremos cuenta de que ese “Arcón” se presenta
cristianizado, sustituyéndose por una “custodia” catedralicia.
Sagrario que en este caso se parece a alguno de los que se fabricaban
en España durante la época en que se tejió el tapiz. Por
su parte -a mi juicio- no sería desorientado considerar que el
personaje central (que representa al rey David) fuera Felipe el
Hermoso, marido de Juana I de Castilla y coronado poco antes como
Felipe I. Una identificación que parece ratificarse cuando vemos a
ese monarca luciendo un enorme collar, que bien parece el Toisón de
Oro -galardón de la Casa de Borgoña importado a España por Felipe
el Hermoso-.
JUNTO
Y ESTE PÁRRAFO:
Retrato
hoy considerado anónimo, anteriormente atribuido al Maestro de la
leyenda de la Magdalena; donde vemos a Felipe
el Hermoso, de joven (hacia 1492). En este perfil podemos observar el
parecido con la figura central del tapiz.
Recordemos que ese monarca muere en Burgos en 1506, tras haber sido
proclamado rey de Castilla, bajo el nombre de Felipe I (por
incapacidad se su mujer). Por lo tanto, no
sería extraño que su hijo Carlos V, al llegar a España para
reinar, encargase a Flandes una serie de tapices dedicados al rey
David, iniciador de la monarquía israelita y donde apareciese su
padre encarnando este personaje bíblico -realizando un paralelismo
entre la Casa de Austria (instaurada por su progenitor en España) y
el reino judío-.
.
A-
INTRODUCCIÓN:
.
Esta
primera parte del artículo la basaremos en el libro de Óscar
Vallet, EL ARCA DE LA ALIANZA, antes mencionado. Debido a que
nuestro estudio no tratará de profundizar en lo que ya se ha
publicado sobre este cofre sagrado; sino más bien deseamos dar otro
significado a el arcón sacro judío. Del mismo modo, queremos
encontrar un nuevo sentido al Maná y a la Vara de Aarón, junto a
las Tablas de la Ley; reliquias que -como sabemos- se guardaban desde
tiempos mosáicos en El Arca de la Alianza. Así pues, para
comprender brevemente qué fue este cofre sagrado, resumiremos en
nuestra introducción la obra de Óscar Vallet; haciéndonos así una
idea general de cuanto de ha escrito e investigado acerca del Arca.
Posteriormente, pasaremos a un análisis personal y a presentar
nuestras nuevas teorías acerca de esa gran caja relicario y de los
objetos que en ella se encerraban.
.
A-1)
Breve historia del Arca:
Comienza
diciendo Vallet que la religión judía no está plenamente
supeditada a la aparición de este cofre;
que tan solo juega un papel histórico en sus creencias
(2) . Posteriormente expresa
que en ella se escondía la esencia de Yahveh y de alguna forma,
contenía un espíritu divino en su interior (3)
. Narra más tarde la
Historia del Arca, exponiendo que hasta el reinado de David, se
guardaba siempre en una tienda o tabernáculo desmontable y sagrado.
Aunque tras la fundación de Israel y
la coronación del monarca que vence a Goliat, nace
la idea de crear un santuario pétreo y estable, donde recoger la
reliquia. Un proyecto que finalmente lleva a cabo el hijo de David;
Salomón, quien en el siglo X a.C. levanta el famoso Templo, donde en
su lugar principal se guardará y rendirá culto al Arca. Allí
permaneció, hasta que la ciudad de Jerusalén fue arrasada por
Nabucodonosor (597 a.C.), quien terminó por destruir hasta el
Templo, un decenio más tarde. Fue
por entonces, cuando tras quince años de asedios y guerras, los
babilonios se hicieron con todo el territorio que antes fuera Israel
y Judá, enviando al cautiverio a la mayor parte de la ciudadanía
hebrea. Desde ese momento, se perdieron en la Historia, diez de las
doce tribus, junto a los tesoros del Templo de Salomón
(entre ellos, El Arca) (4) .
.
Algunos
capítulos más tarde, Óscar Vallet
menciona que el cofre sacro se adornaba con querubines, cuyas alas
formaban un triángulo; todo lo que a mi juicio es una fantasía del
autor, intentando ver en el ataúd una figura egipciante
(por no decir típicamente faraónica).
Asimismo añade, que aquella caja de reliquias era de madera de
acacia negra, e iba revestida de oro
(por dentro y en su exterior);
midiendo 2,5 Codos de largo, 1,5 Codos de alto y 1,5 Codos de ancho.
Más tarde entraremos a especificar
el significado y la medida exacta de los Codos Judíos; aunque
debemos exponer -al margen de las
palabras de Vallet- que este patrón metrológico era exacto a los de
Egipto, en tiempos de Akhenatón. Correspondiendo
el Codo Vulgar hebreo a 0,45 centímetros y el Codo Real a 0,525
ctms. -aprox-; idénticos al Codo Real y Vulgar faraónicos,
coetáneos a Amenofis IV. Siguiendo con el libro de Vallet, en este
nos relata tal como la Biblia explica que El
Arca era transportable gracias a unos anillos de oro que pendían de
sus laterales; a través de los que se pasaban pértigas, con las que
se levantaba y portaba la reliquia
(siempre sin tocarla, pues estaba prohibido poner una mano sobre
ella). Dejando la función del
traslado del cofre a los Levitas, de
la familia de Cath (5) ;
quienes cargaban con el arcón en
toda peregrinación o viaje.
.
Este
objeto era tan sagrado por su simbolismo, como por encerrar las
reliquias más valiosas de su pueblo. Debiendo ser portado allí
donde los judíos mudasen su nuevo hogar, principalmente durante los
siglos en los que vivieron como nómadas
-hasta lograr dominar la “tierra prometida”-. Asimismo Vallet
explica que Guardaba el cofre en su
interior: Las Tablas de la Ley,
talladas sobre una roca por Yahveh, tras ser recibidas por Moisés,
en El Sinaí. Conteniendo también la
Vara florecida de Aarón y un trozo de Maná, en una copa sagrada.
Por todo cuanto este autor escribe
literalmente que “para los hebreos, El Arca de la Alianza era
manifestación física de Dios. Tener El Arca era en realidad tener a
Dios” (6) .
JUNTO Y
BAJO ESTOS PÁRRAFOS:
Dos
cuadros de Correa de Vivar, representando a los profetas Isaías y
Jeremías -propiedad
del Museo de Santa Cruz de Toledo, al que agradecemos nos permita
divulgar nuestras imágenes-.
Al lado,
el Profeta Jeremías y -bajo este- su biografía, anotada por mí.
Como podemos ver en las fechas, Jeremías es contemporáneo a la
destrucción del Templo de Salomón y a la pérdida del Arca, junto a
los tesoros del gran recinto sagrado judío. Muchos piensan que este
profeta pudo cargar con cofre, en su huida hasta Egipto; o bien que
fue el mismo Jeremías quien lo escondió en alguna cueva cercana al
Templo de Salomón.
Abajo,
junto al Profeta Isaías, pintado por Correa de Vivar; hemos recogido
los hechos cronológicos que muestran la caída y destrucción de
Israel y de Judá -por manos asirias y posteriormente por los
neobabilonios-. Desde estos años se pierde el rastro del famoso
Arca de la Alianza; que se supone escondida en algún lugar de
Israel, o bien trasladada a otra tierra, donde los israelitas huyeron
del asedio y destrucción de los asiriobabilonios. Aunque la
hipótesis más razonable es pensar que se destruyó en el asedio de
Nabucodonosor.
Sigue
narrando Vallet, que durante la más remota antigüedad, era
costumbre de los pueblos seminómadas, guardar todos los documentos y
reliquias en grandes arcones. Especialmente parece ser un uso normal
entre aquellos que vagaban por el “creciente fértil” y por el
Sinaí; quienes introducían en esos cofres, los títulos de
propiedad, los nombramientos de importancia, contratos y tratados con
extranjeros, así como ídolos y pequeñas estatuas sagradas a las
que llamaban “terafines”. Cintando posteriormente entre los
pueblos que tenían la costumbre de utilizar estos grandes cajones
sagrados, a los egipcios, fenicios, arameos, acadios y diversas
tribus árabes. Pese a ello, el autor destaca que la diferencia
entre los cofres de uso ritual o jurídico y el famoso Arca de la
Alianza; pues el arcón judío tenía una esencia divina, albergando
en él la existencia misma de Yahveh. Escribiendo literalmente:
“contenía la evidencia de los hechos de redención de Dios. El
Arca era un memorial que hacía de archivo sagrado, conservando
artículos que servían de testimonio y recuerdo. Los Diez
Mandamientos, tenían esa función; recordar al pueblo judío que se
había comprometido ante Yahveh a guardar esas normas (….) Por ello
El Arca no era un simple baul, sino un artefacto religioso, ya que
era un emblema de la soberanía y de la presencia divina” (7)
.
.
Así
pues, el verdadero valor de ese ataúd y relicario israelita, se
completaba con su contenido. Guardando las Tablas de la Ley (grabadas
por Moisés o por Yahvé), un trozo de Maná (contenido en un cuenco)
y la famosa Vara de Aarón (florecida de un almendro). Al albergar en
su interior el Decálogo (original), el cofre se convertía en
sacrosanto y encerraba en sí mismo la Alianza con Dios. Un hecho que
se comprende perfectamente en las culturas judeo-cristianas, por
reconocerse que los Diez Mandamientos son la “piedra fundacional”
de la religión hebrea y del cristianismo. Asimismo, hemos de
añadir a las palabras de Vallet, que esas Tablas de la Ley
talladas en roca, eran la “clave” del Estado hebreo, puesto que
ser judío es profesar una religión; por cuanto todo aquel que
siguiera ese código de moral y se prometiera fiel a sus hermanos,
podría ser hijo de Israel. Ello, sucedía al margen de razas,
tribus o naciones; siendo solo necesario para considerarse judío,
confirmar la referida Alianza con Yahveh. Un hecho que a mi juicio se
basa en el cumplimiento del Decálogo; pero que antes de ello, se
fundamentaría en seguir a Abrahám y su unión con Dios, prohibiendo
realizar sacrificios humanos (menos aún el del primogénito, que se
exigía comúnmente entre los pueblos semitas). Así pues, aquellos
Diez Mandamientos copiados en lajas, podemos considerarlos la losa
fundacional de los israelitas, como códice inicial y punto de
partida para la unión judía.
.
Pero
-como hemos dicho- El Arca de la Alianza también guardaba: Un trozo
de Maná (recogido en una copa) y la Vara de Aarón. Esta última era
el símbolo de la dirección espiritual entre los hebreos; pues
cuando floreció como bastón de mando tallado en rama de almendro;
indicó que tan solo ese hermano de Moisés -Aarón- y su estirpe,
eran los elegidos para el sacerdocio judío. Dicho cetro
garminado quedó para siempre en el tabernáculo, tal como Moisés
ordenó; para que nadie se rebelase contra la tribu de su hermano
(los Levitas) y que por siempre ellos ejercieran la misión de
clérigos. Finalmente, el tercer elemento que contenía El Arca
era un cuenco, con una parte del famoso alimento del que habían
vivido los israelitas, durante los cuarenta años en que vagaron por
el desierto. Una porción de Maná, palabra que según Vallet
significa en hebreo “lo que es” y que él considera una “esencia
de Dios”. Explicando posteriormente que en algunas traducciones de
El Éxodo se identifica con semillas de cilantro, con algo similar a
la miel, o bien a humedad de hojas y el rocío del alba. Más
adelante explicaremos nuestra teoría sobre ese Maná; pero ahora nos
limitaremos a mencionar que Yahveh -en El Éxodo- ordenó a Moisés
que llenase un “gomor” de ese Maná y lo conservase para sus
descendientes; como recuerdo del pan con el que les alimentó Dios,
al sacarlos del desierto (8)
.
AL
LADO Y BAJO ESTAS LINEAS:
Inspiradas en el Arca de la
Alianza, durante la Edad Media proliferaron las arquetas y cofres
sagrados, guardándose en muchos de ellos reliquias importadas desde
Oriente Medio y Tierra Santa. Al lado, Arqueta
llamada de San Genaro -o de
Alfonso III-, fechada hacia el año 900; una de las joyas del arte
prerrománico (agradecemos al Museo Episcopal de Astorga nos permita
divulgar nuestra imagen). Abajo,
el famoso Arcón de Carrizo
(procedente del monasterio de la Ribera de Carrizo);
fechado en el siglo XIII y
también expuesto en el Museo catedralicio de Astorga -al que
agradecemos nos permita divulgar nuestras imágenes-.
AL
LADO Y SOBRE ESTAS LINEAS: Otro
tipo de relicarios de la Edad Media inspirados en El Arca de la
Alianza, fueron los cofres y arquetas recubiertos con esmaltes. Al
lado, una arqueta del taller de
esmaltes de Santo Domingo de Silos. Abajo,
urna de Santo Domingo de Silos, fechada hacia 1160. Ambas
piezas procedentes del Monasterio de Silos, se exponen en el Museo
Provincial de Burgos, al que agradecemos nos permita divulgar
nuestras imágenes.
A-2)
Poderes sobrenaturales del Arca:
Continúa
Vallet explicando que este arcón, no solo era un objeto capaz de
resucitar y dar vida; sino también de provocar la muerte (a quienes
la profanasen o no la respetaran). Por ello, anualmente los
sacerdotes de Leví le ofrecían un novillo, con el fin de mostrar
aquellos poderes, de vida y muerte que el arcón contenía. Unas
facultades mortíferas que fueron los filisteos los primeros en
experimentar; cuando tras ganar una batalla a los hebreos, osaron
robarla. Así fue como los enemigos de Israel se atrevieron a
llevar el cofre al templo de su dios Dagón, tras lo que el ídolo
del santuario filisteo aparecía cada mañana como caído. Todo lo
que asustó a quienes habían usurpado El Arca; y es que ademá
-según narra Flavio Josefo- los filisteos comenzaron a contagiarse
de lepra y extrañas infecciones desde ese momento. Tras una
enorme epidemia de disentería y otros males, los ladrones de la
reliquia la colocaron en un tiro con una yunta de bueyes, para
devolverla a los judíos; llegando así el cofre hasta manos de sus
dueños. Aunque aquellos enemigos que la tocaron y la subieron al
carro, también murieron de forma extraña. Todo ello sucedió
durante el reinado de David, una etapa en donde veremos muy destacado
el poder mortífero del Aca. Tanto, que también mató
fulminantemente a un levita que la trasportaba (llamado Ozas); cuando
la tocó, solo pretendiendo que el baúl no se volcase. Tal temor
levantó el arcón sacro, que David lo dejó en casa de Obededom;
desde donde finalmente fue transportada por su hijo -el rey Salomón-
hasta el centro del Templo (momento en que se convierte en una
reliquia legendaria) (9) .
.
Acerca
del poder mortífero del Arca, es muy conocido el relato que nos
habla de la toma de Jericó; cuando los hebreos la llevaron hasta las
proximidades de su fortaleza, para derribar la famosa muralla de esa
urbe bíblica (por obra y milagro del cofre divino). Pese a ello,
en la siguiente batalla, el baúl sacro no obró con poderes; y
cuando los hebreos la portaron para luchar contra la ciudad de Hai,
sufrieron una gran derrota. Aunque pronto los sacerdotes levitas
comprendieron por qué habían perdido la plaza; descubriendo que fue
debido a que un soldado judío había saqueado Jericó, siendo la
orden divina que tras su toma, se respetase a la ciudadanía y sus
propiedades. Así pues, cuando el ladrón fue capturado y ejecutado;
dicen que Yahveh concedió otra vez poderes al Arca, ayudándoles de
nuevo y logrado que tomasen Hai. Estos episodios que nos hablan de
una preciada reliquia puesta al frente de un ejército, expresan
técnicas de guerra muy antiguas y comúnmente mantenidas a lo largo
de la Historia. Donde se arengaba a los soldados a combatir por lo
más sagrado; llegando a llevar al campo de batalla objetos
sacrosantos, por los que era capaz de dar su vida cualquier súbdito.
Hablamos de hechos bélicos muy comunes a todos los tiempos, pero que
durante La Reconquista española fueron norma de conducta (10)
.
AL
LADO Y BAJO ESTAS LINEAS: De
nuevo otra foto del tapiz de
Flandes manufacturado en Bruselas hacia 1515, basado en un cartón de
Jean Van Roome (propiedad de
la Catedral de Toledo, expuesto en el Museo de Santa Cruz -al que
agradecemos nos permita divulgar nuestra imagen-). Al
lado, escena general del paño,
que representa la devolución a Jerusalén del Arca y su entrada en
la ciudad de David. Abajo,
un detalle del dibujo (situado en su parte superior izquierdo) donde
se describe el pasaje narrado por el Antiguo Testamento, antes
explicado. Viéndose el
regreso de El Arca atada a un carro de bueyes, mientras los judíos
la reciben con regocijo; asimismo aparecen los filisteos que tocaron
la reliquia, muertos de forma fulminante (tal como se observa en el
personaje del detalle izquierdo, en primer plano -que también podría
tratarse del levita Ozas-).
AL
LADO: Dibujo
de la Custodia de Sevilla, realizado por su autor (Juan de Arfe),
publicado en 1587 en un librillo donde explican los pormenores de
esta obra, que el platero consideraba su mejor trabajo.
Un ejemplar de este opúsculo que Juan de Arfe intituló “Descripción
de la traza y ornato de la Custodia de plata de la Santa Iglesia de
Sevilla”; fue conservado por Ceán Bermúdez, y recientemente ha
sido adquirido por la Biblioteca Nacional (a la que agradecemos nos
permita divulgar su imagen). Observamos
que El Arca de la Alianza representada en el tapiz renacentista de la
Catedral de Toledo, es claramente una Custodia.
AL
LADO: Dibujo de la Custodia de
Sevilla, realizado por el pintor barroco Valdés Leal. Cean
Bermúdez, añadió al cuadernillo publicado por Juan de Arfe, varios
diseños, entre ellos este de Valdés Leal, con la misma Custodia
sevillana. Vemos así, que las
Arcas de la Alianza representadas desde El Renacimiento, eran
idealizadas como Sagrarios o Custodias y no tanto con forma de cofre
(tal como se hizo durante el
medioevo) -agradecemos a la Biblioteca Nacional, nos permita divulgar
las imágenes del citado cuadernillo de Cean Bermúdez-.
.
.
.
.
.
.
.
.
.
.
.
.
.
.
.
.
.
.
.
.
.
.
.
Aquel
poder terrible del arcón se recoge desde que fue creado y ya
está descrito en los primeros relatos de su historia. Narrando el
Antiguo Testamento que dos sacerdotes hijos de Aarón, penetraron en
el tabernáculo con incensarios de metal -prohibidos en aquel
recinto- y fueron devorados por una enorme llamarada de fuego que
emergió del Arca. Demostrando de ese modo la fuerza y la
importancia que tenía aquel cofre sagrado. Tras este terrible
incidente en el que murieron abrasados dos sobrinos de Moisés,
Yahveh le habló para advertirle de que Aarón jamás podría entrar
sin cumplir el rito en el lugar ocupado por esa reliquia, so
pena de morir (pues allí la divinidad se manifestaba en forma de
nube). Debiendo presentarse el hermano del libertador, tan solo
una vez al año y portando novillo para ofrecerlo en sacrificio -por
el pecado-. Ante estos relatos que nos muestran la importancia
del ataúd sagrado, al que solo podían presentarse con vestimentas
especiales, cumplimentando las honras anuales y sin confundir las
ofrendas -bajo el riesgo muerte fulminante-. Vallet se preguntá qué
clase de reliquia sería esta y si ejercería un poder especial capaz
de crear una alucinación colectiva. Llegando a plantearse si en
verdad sería un verdadero acumulador de energías sobrenaturales, o
bien -tal como algunos racionalistas han querido ver- se trataba de
un cargador eléctrico o magnético (11)
.
.
Frente
a estas cuestiones, el autor opta por creer que podía contener
restos de algún aerolito de enormes proporciones, recogido en el
desierto. Betilos sagrados formados por varios meteoritos
fundidos -o en estado natural-; que se veneraban en los templos
antiguos, designándoles una función de comunicación con los dioses
-como es manifiestamente sabido- (12) .
Llegando este autor a plantearnos si las mismas Tablas de la Ley
pudieron ser un gran aerolito caído en el monte Sinaí. Ante
tantas hipótesis como las que expresa Vallet -un tanto absurdas-;
diríamos que todas ellas son posibles, pero personalmente yo,
las considero bastante desacertadas. Pues los hebreos sabían
distinguir perfectamente un aerolito, de un texto escrito; y porque
-además- un meteorito apenas crea un estado de alteración
energética, capaz de modificar la consciencia (menos aún para
lanzar rayos fulminantes que abrasen a personas). Así pues, las
teorías del magnetismo y la posible electricidad que irradiaba el
famoso Arca, a mi juicio pertenecen al mundo de la ufología y del
absurdo; ya que no podemos analizar el pasado bajo nuestros
parámetros, ni sometiéndolo a los conocimientos modernos. Debiendo
pensar que aquello que expresan sobre el cofre, se debe a motivos muy
idealizados -quizás sublimados en forma legendaria-; pero que de
algún modo sucedió.
.
Por
todo ello -a mi juicio-, esos extraños poderes del Arca debemos
unirlos a momentos históricos de los judíos, durante los que
vivieron multitud de hechos inexplicables. Asociados a pasajes
bíblicos, donde nos hablan de zarzas ardiendo y de llamas que
emergen de la tierra; junto a estados de trance vividos en el
desierto y en montañas con fuegos interiores (como las del Sinaí).
Todo lo que a mi entender recogería situaciones en que los
personajes de la Biblia vivieron grandes crisis y fuertes fenómenos
telúricos; tanto, como para que alterasen su psique y el estado
emocional colectivo. Nos referimos episodios del Antiguo Testamento
ligados a zonas de actividad sísmica, donde las emociones y el
sentimiento místico se modifican. Tal y como recientemente la
ciencia ha podido demostrar; exponiendo los investigadores que en
situaciones de crisis magmática se interfiere la mente, debido al
magnetismo que emite la tierra -principalmente en puntos cercanos
al geosinclinal; más concretamente donde hay simas, fallas activas y
grandes movimientos geológicos-. Este magnetismo emerge desde las
“hendiduras”, naciendo del interior de la tierra (de la actividad
tectónica); estando científicamente probado que es capaz de
interferir el hemisferio izquierdo del cerebro, afectando
posteriormente sobre el derecho y generando lo que se denominan:
“Apariciones” o bien “posesiones”. Un estado de trance en
el que el hombre comienza a tener visiones y hasta la sensación
segura de contactar con los espíritus o con Dios.
SOBRE,
JUNTO, Y BAJO ESTOS PÁRRAFOS:
Diferentes
fotografías de Maebashi; Japón.
Arriba y al lado, un
templo sintoísta en las cercanías de Maebashi; abajo,
cementerio santuario donde está enterrada mi familia japonesa (en
Tzukíono, Gunma). Tal como decimos, la ciencia ha podido demostrar
que la actividad sísmica produce en el cerebro una interferencia
magnética que afecta al hemisferio izquierdo, trasladando su
espectro al derecho; provocando visiones y generando un éxtasis en
el que los individuos creen entrar en contacto con espíritus o con
los dioses. Ello explicaría los santuarios de la antigüedad,
elevados sobre puntos de enorme actividad telúrica. Pero asimismo
este hecho nos puede llevar a entender por qué los pueblos que
habitan esos lugares con grandes movimientos telúricos, son muy
creyentes. Este
es el caso de los japoneses y de los griegos -en la antigüedad-;
aunque en la era moderna la actividad sísimica se ha reducido en el
Egeo, lo que asimismo explicaría su cambio de costumbres religiosas.
.
Acerca
de todo ello, diremos (como experiencia vivida) que al residir en
Japón nos encontraremos entre una población la enorme fe religiosa
-incluso supersticiosa-. Pues la gran mayoría de quienes viven en
sus islas, son profundamente creyentes; practicando el budhismo y
sintoismo, a la vez que adquieren otras religiones y filosofías
conforme viajan o estudian (llegando a configurar un promedio de 3,7
religiones por habitante). Personalmente y en principio, atribuí
estas creencias a su larga Historia y a un sistema social, basado en
doctrinas antiquísimas y panteístas. Pero actualmente podríamos
comprender la fe de los japoneses -tanto como su facilidad para
admitir la muerte- nacida desde la actividad sísmica existente en la
tierra que habitan. Situada en el Cinturón de Fuego del
Pacífico, donde las ondas telúricas emiten un magnetismo que
llevarán indudablemente a esos estados de éxtasis -tal como la
ciencia ha podido recientemente demostrar y tal como yo personalmente
he vivido en algún momento de actividad geológica-. Ello puede
explicar la fe de los japoneses y su falta de miedo hacia la muerte.
Asimismo, si analizamos relatos de la Antigüedad atendiendo a la
teoría expuesta; estos hechos nos servirían para comprender que
en el Antiguo Testamento se asocie la aparición de Yahveh con
lenguas de fuego emergiendo de la tierra, o con luces blancas y
llamas que no cesan (fenómenos que se producen en los terremotos y
en grandes crisis tectónicas). Del mismo modo, ello nos
llevaría a explicar por qué Yahveh es buscado en el Sinaí y más
concretamente en sus montañas; ya que ese desierto y sus cordilleras
son un área de una enorme actividad sísmica. Finalmente diremos que
muchas de las leyendas y relatos atribuidos al Arca, también deben
unirse a este momento en que los judíos vagaban por el Sinaí
(cuando observarían fenómenos inexplicables, cuyo magnetismo
telúrico pudo hacerles entrar en un éxtasis colectivo).
Este
fenómeno, que la ciencia médica ha podido demostrar hace pocos
años, es el motivo para que situasen determinados santuarios sobre
cortados y grietas telúricas. Simas de las que emanaban aguas y
gases, que luego eran utilizados por los sacerdotes del templo
(para sugestionarse o bien para drogarse y emitir oráculos). Debido
a ello, durante el siglo XIX y XX, los arqueólogos pensaban que
el motivo para elevar templos en estos puntos telúricos, fueron esas
extrañas aguas, o las emisiones de aires procedentes del interior de
la tierra (con las que los pitonisos entraban en éxtasis).
Pero hoy en día, se cree que la razón primera radicó en ser una
falla tectónica -un lugar de enorme actividad sísmica-; por cuanto
emitían ese magnetismo terrestre que afecta al cerebro, provocando a
las personas un trance. Siendo este un hecho para el que la
ciencia no encuentra explicación, debido a que no hay razones ni
motivos comprensibles, para que la actividad sísmica genere esta
alteración “visionaria” del cerebro. Aunque a mi juicio, quizás
puedan entenderse los cambios de consciencia, como un método de
defensa que la naturaleza otorga a la mente humana. Actuando sobre el
cerebro el magnetismo terrestre que la actividad sísmica provoca,
con el fin ayudarnos a sublimar la realidad; logrando así que una
persona sometida a un terremoto, pueda superarlo (en vez de quedar
aterrorizado).
.
De
este modo, al sufrir las convulsiones del suelo y ante uno de los
hechos más terribles que se pueden vivir (como es ver que la tierra
tiembla y se abre); quizás el magnetismo terrestre haga creer a ser
humano que está entrando en contacto con Dios. Consiguiendo de ese
modo darle valentía, para que no quede inmovilizado por el miedo y
salvándolo así de la hecatombe. Todo ello explicaría que
aquellos movimientos sísmicos o aquel gas con fuego que mana de de
la tierra en lugares sísmicos; se identifiquen con señales divinas.
Pudiendo de esta manera la población convivir con tan extraños
fenómenos y superar los seísmos, sin temor a morir abrasado o
enterrado -como suele suceder en los terremotos-. Esta es mi teoría
personal, que puede explicar por qué el magnetismo terrestre ejerce
ese cambio de consciencia en el cerebro. Asimismo, nos explicaría
las razones que llevaron a levantar oráculos como los de Delfos,
Delos, Eleuisis y largo etcétera de santuarios situados sobre
grietas volcánicas o magmáticas (13) .
Aunque también podemos comprender las apariciones y fenómenos
extraños que relata El Antiguo Testamento (como los del Arca);
asociados comúnmente a montes y a lugares del desierto con alta
actividad tectónica.
.
Por
todo ello -a mi juicio- las menciones de Moisés y las apariciones
bíblicas de Yahveh, relacionadas con llamas de fuego, o bien con
zarzas ardiendo y rayos fulminantes; deben de comprenderse en razón
a lo antes expuesto. Sobre todo, porque el Sur del desierto del Sinai
es un lugar de enorme vida sísmica; lo que puede explicar esos
estados de trance de personajes bíblicos, asociados con fogonazos y
lenguas flamígeras. Por todo cuanto expreso, nos resulta
imposible seguir las teorías que expone Oscar Vallet, llegando a
afirmar que las Tablas de la Ley fueran aerolitos y que debido ello
se cargaban de una energía especial -tanta como para provocar
fenómenos como los que el Antiguo Testamento describe- (14)
. Pensando personalmente que aquellos sucesos
vinculados al fuego y a las apariciones divinas recogidos en La
Biblia, están más unidos a explicaciones como la anteriormente
expuesta; quizás provocados por la estancia de los judíos en
lugares con actividad geológica, o simplemente en tierras donde el
petróleo no dejaría de manar y arder. Hechos que hoy podemos
explicar, pero que antaño parecerían sobrenaturales y que por todo
ello, se añadieron como leyenda a cuanto se narraba sobre Moisés,
El Éxodo o El Arca de la Alianza.
.
.
JUNTO
Y BAJO ESTOS PÁRRAFOS:
Dos
fotografías 1991; días en los que llegué al Japón, poco después
de casarme. Están tomadas en el camino desde Maebashi hasta Nikko y
aparezco junto a mi mujer. En ambas se observa la orografía japonesa
que llama enormemente la atención, porque es fruto de la actividad
volcánica y
no de movimientos tectónicos producidos a lo largo de millones de
años (como sucede en Europa). De ello, son muy particulares las
montañas picudas -nacidas de erupciones- a la vez que sus ríos
escondidos, en ocasiones entre caudales de lava petrificada (tal como
vemos en la imagen de al lado). Abajo,
mi mujer y yo en la ribera de uno de los muchos lagos de cráter que
hay en Japón. Al ser muy antigua la fotografía no se distingue
verdadero el color de su agua; amarillenta, por su enorme cantidad de
sulfuros ácidos y azufres. Los nippones viven junto a todos estos
fenómenos naturales tan extraños,
tal como los suizos pueden convivir con la nieve, o los habitantes
del desierto con las arenas. Siendo para ellos normal que un volcán
cercano, entre en erupción; o bien que la tierra tiemble casi a
diario. Así pues, se hace natural en Japón que por la noche el
suelo comience a moverse como si aquello fuera un vagón de tren; o
bien que las montañas más próximas empiecen a expulsar fumarolas,
emitiendo incluso gases y cenizas. Esos
fenómenos confieren una enorme sensación de fragilidad a la
Sociedad; obligando a pensar lo débil que es el ser humano y lo
efímera que es la vida. Estos y otros motivos, llevan al pueblo
japonés a tener una enorme fe en sí mismo y en el Más Allá;
debiendo poner su confianza en los dioses, para poder afrontar la
existencia en un lugar tan inseguro (sísmicamente hablando).
JUNTO
Y BAJO ESTOS PÁRRAFOS:
Dos
fotografías recientes con jardines de Kioto, tomadas por mi mujer
(Chiho Onózuka). Al
lado un
Karesansui (jardín seco) del templo Ryoanji
Goryonoshita-cho;
cuyas
ondas peinadas sobre las arenas imitan a agua. Abajo,
el famoso Pabellón de Plata. En ambos casos vemos este gran arte del
Japón que es la jardinería imitando la vida; minimizándola y
sublimando las fuerzas naturales. Realizado con el mismo sentido
místico al de un cristiano que recrea en el interior de sus iglesias
un ambiente semejante al Cielo
y construyendo bóvedas o cristaleras -en las que sitúa angelitos
volando, pinta nubes con santos junto a María, Cristo y al mismo
Dios-.
Los japoneses en sus templos y santuarios, imitan la Naturaleza
minimalizada, como si ellos fueran El Creador que genera y domina la
el Universo.
De ese modo, en
sus jardines rinden culto panteísta a las fuerzas naturales;
admirando y alabando la belleza de cuanto Dios ha hecho en nuestro
Planeta. Todo ello tiene un sentido sintoista, religión que adora a
la Naturaleza,
comprendiendo que el hombre es tan solo un ser más en el Cosmos.
JUNTO
ESTE PÁRRAFO:
“La
gran ola” de Hokusai. Como decíamos, la jardinería japonesa y los
cultos sitoistas están plenamente relacionados entre sí, pero a mi
juicio todo ello nace desde la situación telúrica y marítima del
Japón.
Debiendo comprenderse que
para los nippones (acostumbrados a volcanes y terremotos) la vida es
efímera y frágil; por cuanto hay que rogar a “la madre Tierra”,
cuidar del grupo y olvidarse de individualidades. Por
su parte, estos
hechos llevan a idealizar montañas y cráteres, siendo uno de los
lugares más sagrados del Japón, el monte Fuji
(al que llaman Fuji-San). En la imagen -al lado- podemos ver
representado este volcán en el famoso grabado llamado “La gran
ola”, obra del pintor Hokusai, impreso en primera tirada hacia 1833
(agradecemos a IBASEN Co. y a su presidente, el Sr. Yoshida, nos
permitan divulgar esta imagen editada por su empresa). En
el ukiyoe se observan las fuerzas de la naturaleza, sometiendo al
hombre: Al fondo, el famoso Monte Fuji, y en primer término el mar
embravecido (no sabemos si por un terremoto o por una galerna). Entre
las aguas se distinguen tres barcos con japoneses a bordo, a los que
vemos rezar bajando sus cabezas
(tal como hacen los nippones cuando piden perdón del modo más
fervoroso). Parece
evidente que en estas situaciones de temporales o tifones y
conviviendo en una tierra que no para de temblar; aquel que no tenga
una enorme fe, no soportará fácilmente la vida. Aunque la ciencia
actualmente ha podido demostrar que precisamente en estos lugares
donde se producen continuados terremotos, se genera un magnetismo
telúrico que hace transcender a las personas; llegando a provocar
esa imantación terráquea estados de éxtasis (todo
lo que debe ayudar enormemente a adquirir la fe necesaria para
sobrevivir en medios tan duros).
.
A-3)
Viajes y desaparición del Arca:
Continúa
Óscar Vallet su libro con un capítulo que intitula “El arca
peregrina”, donde muestra que gran parte de la esencia de este
cofre fue precisamente su condición de objeto fabricado para viajar,
guardando en él las reliquias
(los enseres más sagrados del pueblo seminómada que lo portaba).
Por esta razón, cuando
los judíos comenzaron a establecerse en el Creciente Fértil, parece
que empiezan a darle una utilidad distinta; como fue la de usarla
para llevarla al frente y lograr la victoria gracias a sus poderes
(15)
.
Aunque la verdadera la función del Arca en esas segunda etapa, sería
la de actuar como un aliciente para la tropa; fortaleciendo al
ejército, que se vería obligado a luchar como fuera, para no
perderla en batalla. Un
uso que también tuvo en diversas ocasiones anteriores y desde la
etapa mosaica
(desde que se crea por orden de Yahveh). Precediendo
al pueblo judío en sus marchas, sirviendo como estandarte de avance
-tal
como hemos recogido en cita anterior, donde transcribimos las
palabras de Flavio Josefo sobre la toma de Jericó-.
Tras numerosas guerras en las que participó el cofre santo, ya
habíamos relatado que finalmente cayó en manos de los filisteos;
aunque la desgracia se cernió sobre aquellos que la robaron.
Provocando disenterías, cóleras y enfermedades entre los
secuestradores del ataúd de Yahveh; por cuanto esos filisteos lo
subieron y lo entregaron de nuevo a sus dueños. Ya
en poder de los judíos, por entonces comenzó a provocar el miedo
también entre los súbditos de David,
cuando al trasladarla hasta Jerusalén mató a un israelita -el
mencionado Ozas, quien cayó abatido tan solo por tocarla para que no
se balancease-.
Así, tras ser llevada a Jerusalén fue allí guardada por Obededom;
pero al morir David, su sucesor encargó una tienda especial donde
refugiarla, en espera de terminar el Templo. Pasando posteriormente a
guardarse en el sanctasantórum del famoso santuario elevado por
Salomón entorno al 960 a.C. -en
cita (16)
recogemos el relato de Flavio Josefo sobre estos hechos: El robo del
Arca por los filisteos, la devolución a los israelitas, el temor que
levantaba entre los judíos y su posterior disposición en el recinto
sagrado salomónico-.
.
Aquel
Templo de Salomón sabemos que estuvo inspirado en el templete móvil
que ordenó Yahveh construir a Moisés, tras fabricar El Arca. Un
lugar sacro elevado con maderas y telas (a modo de tienda de
campaña), llamado Tabernáculo y que los judíos transportaban en
todo viaje
-para montarlo nuevamente, donde parasen-.
Ese templo desmontable tenía una enorme carpa sujeta por mástiles,
que se orientaban al Este, como señal de devoción a Yahveh. En su
centro y habitación más sagrada, se guardaba El Arca escondida
entre velos;
impidiendo de ese modo que fuera vista por todos los fieles (ya que
solo tenía acceso a la zona del cofre, el sumo sacerdote). En
aquel Tabernáculo móvil, realizaron sus ritos los judíos, durante
siglos; fuera cual fuese el lugar en que se asentaban. Pese a ser un
recinto efímero, sus columnas y condiciones tenían una enorme
complejidad y peso, lo que implica que en sus traslados habían de
realizar un gran esfuerzo para transportarlo. Pues
tal como describe La Biblia, ese Tabernáculo se debía montar en un
gran llano, con forma rectangular; observando el enorme tamaño de
sus recintos sagrados. Con el fin de guardar en su interior, además
del Arca, varios altares y todos los enseres sagrados de celebración.
De ese modo, el
templo móvil se sustentaba por columnas de cedro, con capiteles y
bases de plata o bronce
(sosteniendo una enorme carpa de lino blanco, símbolo de la pureza y
otra de piel de cabra, que lo refugiaría de lluvias y frios). Las
medidas que nos da Vallet en su libro no son las que refiere el
Antiguo Testamento (17)
,
por lo que a continuación vamos a relatar cómo era este Tabernáculo
y su Arca, tal como lo recoge El Éxodo (en sus capítulos XXV y
XXVI) y como describe Flavio Josefo (18)
.
.
En
la extensa cita anterior de Flavio Josefo vemos la complejidad y el
enorme tamaño del Tabernáculo, que estaba formado por diez
cortinas de lino de 28 Codos cada una con una altura de 4 Codos;
unidas de cinco en cinco (diez paños de unos 14,7 metros de largo
por 2,1 mts de alto). A su vez, iba cubierto por una carpa de pelo
de cabra fabricada con once paneles de 30 Codos cada (15,75 mts),
con igual altura a las cortinas (dos Codos, ó 2,1 mts.). Se
apoyaban todas estas lonas y pieles, sobre columnas de madera de
acacia, con basas de bronce, capiteles de plata y engarces de oro.
Creando un recinto sagrado de enorme tamaño, tal como se
desprende de los datos que nos aporta El Éxodo y Flavio Josefo. Que
describen unas proporciones en sus lonas, por las que debe entenderse
que el referido Tabernáculo mediría en su totalidad unos 36,75 x
36,75 mts. (en caso de que su planta fuera cuadrada; pero que al ser
rectangular, tendría unos 1351 metros cuadrados). Pudiendo
pensarse -a mi juicio- que su medida era de 50 por 100 Codos (26,25 ·
52,5 = 1378,125 metros). Corroborando la idea de que el Tabernáculo
medía cien por cincuenta Codos Reales judíos, cuanto refiere
Flavio Josefo (18a) ;
junto a descripciones que narran como llevaba cincuenta lazadas por
cada lado y tenía cincuenta ganchos para cada cortina.
.
De
todo lo expuesto se desprende que aquel Arca pertenecía al mundo
trashumante judío, donde lo sagrado debía someterse a necesidades
que permitieran su fácil traslado. Un concepto que no cuadra con
nuestra mentalidad cristiana;
donde la piedra y lo inalterable, es el eje que simboliza una
filosofía en la que lo efímero se identifica con algo alterable y
muy lejano a conceptos sagrados. Aunque
esa característica migratoria hebrea, que necesitaba la movilidad de
todos y de todo
(hasta de lo más santo); encaja
perfectamente con la de otras culturas coetáneas, como la fenicia o
la egea -pueblos
marinos y marineros-. Así pues, esas
tribus judías caravaneras, que vivieron durante siglos abriendo
comercio entre Egipto y Mesopotamia; precisaban de un templo móvil y
de un arcón sagrado donde guardar sus principales reliquias. Siendo
el Tabernáculo y El Arca, un templo y relicario transprtables, que
podría resolver las necesidades religiosas hebras, coordinándolas
con su vida en trashumancia.
JUNTO
Y BAJO ESTAS LINEAS:
Al lado, dibujo
de El Tabernáculo de El Escorial, publicado por Pierre Perret
(1555-1655)
incluido en su librillo “Sumario y breve declaración de los
diseños y estampas de la fábrica de San Lorencio de El Escurial”
-Madrid, 1589-. Sabido es que
Juan de Herrera inspiró el monasterio escurialense en el Templo de
Salomón, por cuanto ese “doble Tabernáculo” es un recuerdo del
recinto sagrado y móvil, donde se reunían los judíos
(que a su vez fue el modelo del edificio salomónico). Todo lo que
nos habla del recuerdo de templete levantado con lonas y postes en el
Sinaí, unos tres mil años más tarde. En la imagen de abajo
vemos
un ingenio llamado Tabernáculo de El Greco, realizado por este
pintor para el Hospital de Tavera en 1595. Contiene en su interior
una figura tallada por Domenikos Theotokopulus, que representa un
Cristo desnudo en acción de ascender a los cielos, introducido
en un receptáculo que imitaba el famoso Tabernáculo de Herrera
(antes, en dibujo). El referido ingenio tenía
varillas -aun
conservadas- que servían
para elevar la figurita del Cristo resucitado mecánicamente;
simulando su camino a la Gloria -saliendo
por el techo del templete de madera y camino de los cielos-. Antaño,
este artilugio creado por El Greco,
se encontraba en el altar mayor de la iglesia en el Hospital de
Tavera; poniéndose en funcionamiento los días del Corpus, con el
fin de emular la Ascensión de Jesús.
.
Es
de destacar que este mecanismo y la escultura de un Redentor desnudo
-subiendo al Cielo-, fueron realizados por un artista nacido en
Creta. Pues debemos suponer que
por sus orígenes ortodoxos, El Greco sería devoto de adorar a
Cristo en Ascensión y no tanto al Crucificado, como comúnmente
realizan los católicos.
Así se entiende esta curiosa obra, donde aparece El Salvador desnudo
y resucitado, para
venerarlo el día del Corpus. Una fecha de enorme importancia antaño,
en que se rendía homenaje al Cuerpo de Cristo; reverenciando las
Sagradas Formas en sus sagrarios y Custodias. No
siendo tan común rendir homenaje al Cristo ascendente, pese a que
esta era la forma más extendida de venerarlo entre los ortodoxos.
Agradecemos al Hospital de Tavera de Toledo -su fundación e
iglesia-, nos permita divulgar nuestras imágenes -la del tabernáculo
de El Greco y la lámina del Tabernáculo de Herrera-.
JUNTO
Y BAJO ESTAS LINEAS: Dos
imágenes de la Custodia de Sevilla; obra de Juan de Arfe, el mismo
orfebre que fabricó la de Toledo
-agradecemos a la catedral de Sevilla nos permita divulgar nuestras
fotos-. Al lado, una toma general de la sacristía con la Custodia
expuesta, donde podemos hacernos una idea del tamaño (al lado de
ella se encuentra el Sr. Peugheol y su esposa; famoso arquitecto y
restaurador de iglesias góticas europeas). Abajo, la pieza creada
por Juan de Arfe, tal como actualmente se expone. Estas
Custodias se paseaban por las calles durante la procesión del
Corpus; día que antaño era una de las más importantes fiestas del
año. Como sabemos, en esta
fecha se conmemora la ascensión de Jesús a los Cielos, siete
semanas después de su muerte en la Cruz. Durante la fiesta del
Cuerpo de Cristo se procesionaban por las calles de toda España, las
Custodias y Sagrarios de catedrales y parroquias; aunque hoy en día
tan solo perdura esa costumbre en algunos lugares -como Toledo-. El
valor de esa festividad y de su reliquia, haría que en las pinturas
y grabados renacentistas representen El Arca de la Alianza,
idealizada como una Custodia. Algo que cuadra con el concepto sacro
que contenía el cofre judío, pues en él se contenía la esencia de
“Dios”. Para terminar
este comentario de imágenes, añadiremos que la idea de un
Pentecostés también existe en Asia; tanto que los japoneses esperan
49 días para enterrar al muerto -considerando que tras esas siete
semanas, el fallecido deja la Tierra y se encamina hacia el Mas
Allá-. Debido a ello, los restos cremados del difunto se mantienen
en la casa donde vivió durante ese periodo, para ser enterrado el
día 49; reconociendo que entonces marcha hacia el cielo. Un rito
japonés, que puede relacionarse con nuestro Corpus y con las fiestas
que conmemoran la Ascensión de Jesús a la Gloria.
Siguiendo
con la historia del Arca, hemos de recordar que a la muerte de
Salomón (hacia el 930 a.C.) los hebreos se dividieron en dos
Estados: Israel -al Norte y con capital en Samaria-; frente a
Judá -al Sur, cuya urbe primera era Jerusalén, donde se
guardaba el cofre sagrado-. Tras siglos de vicisitudes, incuso de
luchas internas debidas a que los israelitas eran más liberales
que sus conservadores hermanos judíos; en el año 722 a.C. el
asirio Sargón atacó la capital de Israel (Samaria) destruyendo este
reino. Llevando a cautiverio desde el 720 a.C. a gran parte de su
población; que desapareció sin dejar rastro, por lo que fueron
conocidos como las diez tribus perdidas de Israel. Por su parte, las
otras dos tribus que habitaban junto a Jerusalén (Levitas y Judíos),
parece que resistieron a duras penas al referido ataque asirio.
Aunque en el 701 a.C. se vieron obligados a pactar con este enemigo y
someterse. Con ello, Judá y su monarca quedaron como tributarios
de Asiria; logrando cierta prosperidad, al menos durante unos cien
años. Pues aunque sobreviven a la ocupación, e incluso llegan a
crecer económicamente; tras diversas crisis sirias, en el 598
a.C. aparecen en tierras hebreas los neobabilónicos. Un enorme
ejército al mando de Nabucodonosor II, que asedia Judá y
conquista Jerusalén en pocos meses. Momento en que la ciudad santa y
su Templo de Salomón fueron saqueados (aunque no destruidos);
mientras una parte de sus ciudadanos eran deportados a la capital del
Eúfrates. Así se sometió la ciudad al tributo impuesto esta
vez por Nabucodonosor, considerando al monarca judío súbdito del
babilonio. Aunque diez años más tarde, el rey de Judá Sedecías,
decide rebelarse contra Babilonia; aliándose con Egipto y
favoreciendo al faraón Nekao. Todo lo que provocó la ira de
Nabucodonosor, quien esta vez arrasó Jerusalén, destruyó el Templo
y mandó al cautiverio a la mayor parte de los judíos, secuestrando
a casi todos los que aún vivían en esa tierra (en el 587 a.C.)
(19) .
.
Entre
las numerosas referencias al saqueo del Templo, llevado a cabo por
los soldados babilonios (que podemos leer en cita anterior); no se
habla nunca del Arca, lo que hace pensar a algunos que antes de la
destrucción, algunos levitas podrían haberla sacado del recinto
sagrado (salvándola). Pese a ello, tampoco vuelve a mencionarse la
presencia del Arca cuando se reconstruye el recinto sagrado y los
judíos regresan a su tierra. Sin
existir mención al cofre en época del Segundo Templo; tras
reconstruir Jerusalén y su santuario, después de que el rey Ciro
conquistase Babilonia; liberando y devolviendo a su patria a los
hebreos. Hechos que
suceden en el año 539 a.C., cuando el rey persa libera a los judíos,
obligando a los babilonios a devolverles los objetos saqueados en el
Templo;
de los que solo se mencionan los vasos -ver cita (20)
-.
Por cuanto
decimos, algunos creen que el Arca no fue robada, al no encontrarse
en la mencionada lista de enseres expoliados; aunque mejor sería
considerar que aquella reliquia debió de arder o ser destruida
durante la destrucción del Templo por Nabucodonosor. Ello
explicaría que cuando levantaron el segundo santuario en Jerusalén
(entre los años 520 y 515 a.C.); jamás se menciona el Arca en su
interior. De ese modo escribe Flavio Josefo que en el Segundo Templo
había una losa de piedra, en el lugar donde antes se hallaba el
cofre santo. Losa sobre la que el sumo sacerdote realizaba las
ofrendas que antes se hacía frente al Arca; celebrando ante aquella
piedra el famoso sacrificio del novillo anual. Todo
lo que obliga a pensar que el cofre santo se había perdido
irremisiblemente en el 587 a.C.; cuando los babilonios arrasaron el
Templo.
.
Una
de las últimas referencias al Arca en el santuario de Jerusalén, se
fecha en el 701 a.C.
-mencionada por Isaías (37, 14-20)-; considerando
algunos por ello que la desaparición del cofre sucede en época del
malvado rey Manasés (697-642
a.C.).
Monarca que se declaró súbdito de Asurbánipal y sembró el dolor
entre los judíos, para que todos se sometieran al rey asirio.
Regresando Manasés a los ritos semitas, consintió los sacrificios
humanos (incluso el de infantes) y elevó a sus altares al Baal de
Asiria, incluso dentro del Templo de Salomón. Ello
explicaría que tras la muerte de Manasés y durante el reinado de
sus sucesores (Amón y Josías, circa 640 a.C.), los escritos hablan
de que el Arca ya no estaba en el sanctasantorum de Jerusalén.
Mencionando que se hallaba ya fuera del Templo y que los sacerdotes
estaban cambiándola de emplazamiento -probablemente debido a la
síncresis de cultos hebreos con religiones asirias- (21)
. De tal modo, Josías menciona hacia el año 621 a.C., que deberían
devolver el cofre a su sanctasantorum, para evitar los Levitas tener
que moverla y cargar con ella en sus ritos (tres décadas antes de
que Nabucodonosor destruyese Jerusalén). No sabemos si finalmente el
arcón fue devuelto a su lugar, en el edificio salomónico; lo que
habría supuesto que unos treinta años más tarde los soldados de
Babilonia la habrían expoliado (junto al resto de tesoros del
Templo). Aunque para
muchos, es llamativo que en todos los textos donde se relata el
saqueo de este recinto sagrado por Nabucodonosor, no se hable del
Arca, ni de la destrucción de esa importante reliquia.
.
Varias
historias más existen acerca de este cofre perdido, entre las que se
encuentra la conocida hipótesis de que fue llevada hasta Egipto, en
tiempos de Manases; o bien cuando los judíos se aliaron con el
faraón, poco antes de la destrucción de Jerusalén (pues la
consecuencia de su pacto con Nekao, fue al asedio de los babilonios).
De ese modo, quienes piensan que la reliquia pudo ser trasladada al
reino del Nilo, antes del ataque de Nabucodonosor; basan su
hipótesis en las buenas relaciones entre el faraón Nekao y el rey
de Israel, existiendo por entonces diversas colonias judías en el
territorio nilota (especialmente en Alejandría y Luxor). Otra
de las teorías hablan del Arca en Etiopía, una idea que se
fundamenta en la narración judía que nos transmite como mientras
Moisés vagaba por el desierto, se casó con la hija del rey de
Etiopía, llamada Tarbis (22)
. Lo que mostraría un linaje judeo-etíope en aquella tierra a la
que llamaban Saba; unos hechos que asimismo se ratificarían porque
Aarón despreciaba a la esposa de Moisés, al ser etíope y no judía
(23) . Por lo demás,
sabemos que Salomón se casó con la reina de Saba, suponiendo la
leyenda que tuvo un hijo que reinó en la actual Etiopía. Debido
a ello, los etíopes siguen esta linea para vincular una réplica
exacta del Arca a su tierra; afirmando que cuando Salomón se casó
con Belkis (reina de Saba) esta quedó embarazada y regresó a su
país. Allí pariría a Menelik I, fundador de una dinastía de la
que procedería directamente Haile-Selasie. Narrando la supuesta
historia, que aquel Menelik hijo de Salomón (iniciador del linaje);
fue enviado a vivir con su padre hasta cumplir los veinte años. En
Jerusalén aprendió las costumbres y religión judías. Por lo que
antes de regresar a su tierra como rey, su progenitor le regaló una
copia exacta del Arca, para que la custodiasen en Etiopía y con el
fin de que los “falashas” (judíos etípes) tuvieran su propio
cofre sagrado.
.
Para
finalizar este epígrafe, añadiremos que otras teorías afirman que
el Arca se halla aún escondida en las proximidades del Templo. Donde
la habría ocultado Jeremías; del que se dice también escondió
otros tesoros sagrados en una cueva de Jerusalén. Concluiremos
añadiendo que unos setenta años atrás se hallaron en cavernas
cercanas al Mar Muerto los documentos Qumran. Entre ellos se
distinguió un rollo hecho en bronce, formado por dos láminas
grabadas, conteniendo una lista de sesenta y cuatro tesoros sagrados
y el lugar donde fueron escondidos. Algunos piensan que se trata de
la ocultación realizada antes del asedio de Babilonia (atribuyendo
el rollo y sus palabras, al mismo profeta Jeremías). Aunque los
arqueólogos han determinado que hablan de dinero y joyas salvadas de
los romanos; cuando tras las revueltas frente a Roma, Tito comenzó a
asediar Judea y destruyó el Segundo Templo (24)
. Así pues, este rollo de cobre sería un listado de bienes y
tesoros del Segundo Templo, no del primero; por cuanto nada tendría
que ver con el Arca y su desaparición.
JUNTO
Y BAJO ESTOS PÁRRAFOS:
Al
lado, un grabado con una estela en bajorrelieve representando al rey
babilonio Nabucodonosor. Abajo, xilografía de 1891 con la roca
inscrita junto al templo de Philae (Egipto, Asuán; Lago Nasser).
Existe una teoría acerca del Arca de la Alianza, manteniendo que
antes de que Nabocudonosor asediase por segunda vez Jerusalén, la
habrían trasladado hasta Egipto. Donde algunos judíos huyeron de
los ataques asirios o incluso del impío Manases; conformando allí
varias colonias (al Norte y Sur del Nilo, en las principales
ciudades).
Desconocemos si esta leyenda sobre el cofre puede considerase una
hipótesis con base histórica, aunque es real la existencia de una
enorme población judía asentada al menos desde el siglo VII a.C.,
en el delta del Nilo (junto a la posterior Alejandría). Otro
de los lugares donde se supone que pudieron huir los Levitas portando
el Arca, fue a las cercanías de Asuán; junto al famoso templo de
Philae y la isla de Elefantina. Diciéndose de que en este islote en
mitad del Nilo, se guardaba el Arca.
JUNTO
Y BAJO ESTOS PÁRRAFOS: Dos
fotografías tomadas por mi mujer un verano de hace ya bastantes
años. Al lado, mis sobrinos -uno japonés y dos españoles-
bañándose en la Ribera de la Isla Elefantina (en el Nilo); les
ayudan a buscar el Arca dos divertidos egipcios. Abajo, falucas en
las proximidades de Elefantina (junto a la presa Nasser).
B-
SIGNIFICADO DE LA VARA DE AARÓN Y DEL MANÁ:
.
Hace
ya más de cinco años, publicábamos varios artículos en mi blog
TARTESSOS Y LO INVISIBLE EN EL ARTE (25)
, donde explicábamos mi teoría personal sobre la
Vara de Aarón y el Maná. A continuación resumiré algunas
de las ideas que presentaba en estos artículos (26)
, con el fin de que entendamos claramente qué
pudieron ser -en nuestra opinión- esas dos reliquias guardadas en El
Arca y su simbolismo unido a Las Tablas de la Ley. Pero para
comprenderlo mejor, antes explicaremos qué significaba La Medida
unificada y La Norma común; desde la más remota antigüedad.
Fórmulas sin las que era imposible constituir una Sociedad, unir a
la población, o crear un comercio próspero y bien regulado.
.
B-1)
Significado de la medida y el peso, en la Antigüedad:
Decíamos
en nuestro artículo antes citado, que hace miles de años
la manutención
-o la unificación- de
una misma metrología era imprescindible para el progreso; ya que de
lo contrario se hacía casi imposible establecer relaciones
comerciales.
Esta costumbre, convertida en norma social durante el Imperio Romano,
tristemente se terminó perdiendo durante
la Edad Media;
donde cada
señor establecía su "Patrón" sin importarle el de sus
vecinos (provocando una enorme dificultad para el mercaado y la
prosperidad).
Sabiendo
los antiguos que sin lazos de metrología regulada no era posible el
comercio,
y que sin comercio antes o despúes se producían guerras (de reinos,
ciudades, o civiles). Incluyeron
entre sus dogmas religiosos la preservación de estas medidas
sagradas, para que la Sociedad fuera estable. Ponderales y longitudes
cuya imposición era de origen milenario
-en el caso de culturas como la del Nilo o las de Mesopotamia- y
que se guardaban de manera inalterable en los recintos sagrados.
Convirtiendo a los templos y a sus clérigos en unos verdaderos
custodios de aquellos Patrones, que se tuvieron comúnmente
dictaminados por ley divina.
.
Si
deseamos comprender lo que significaba la metrología para los
antiguos, podemos consultar -por
ejemplo- el
Libro de los Muertos egipcio; mandando en el juicio supremo de
Osiris, que el fallecido debía jurar no haber alterado jamás las
medidas ni los pesos. De
igual manera, La Biblia menciona las medidas, cubicajes y longitudes
del Templo de Salomón, dándoles un carácter absolutamente ritual y
primordial
(27)
. Atribuyendo
las religiones antiguas a dictámenes sagrados el establecimiento de
estas magnitudes y volúmenes; todo lo que en verdad se relaciona con
el hecho cierto de que al modificarse, o adulterarse, se suelen
producir grandes regresiones. Pues no solo el mercado se ve dañado
(y hasta destruido) con la modificación fraudulenta de las medidas,
sino
que ese cambio puede afectar a los
conocimientos. Ya que aunque se modifique el Patrón por ley y en
acuerdo común, sin perjudicar el comercio; unas nuevas proporciones
podían mermar los
análisis astronómicos -al variar las coordenadas de medición,
generando enormes problemas entre los estudiosos del cielo-. De este
modo y sabiendo que las culturas del desierto tomaban sus patrones
desde medidas geodésicas, que les servirían para orientarse. Al
modificarse, provocarían errores en el cálculo y lectura de los
astros;
lo que podía incapacitarles para conocer hora o día, pero sobre
todo para marcar las rutas entre las arenas (a través de cuadrantes
o alidadas). De
todo cuanto narramos -en mi opinión- nació el dogma sobre el
"numero y la medida" en la Antigüedad; surgiendo una "fe"
relacionada con la física y la astronomía, que siguieron
civilizaciones como la egipcia o la sumeria. Pensamiento
que permaneció entre muchos de los pueblos del desierto que
precisaban guiarse y viajar a través de la cúpula celeste.
Todo lo que podemos ver aún en algunos de los cultos y costumbres de
Israel, que como heredera directa de Egipto y Babilonia, mantuvo
parte de esta filosofía unida al número sagrado y a la medida
perfecta. Un
pensamiento que más tarde sería aprendido por los pitagóricos y
practicado por platónicos y neoplatónicos, en Occidente.
.
Tal
como decimos, los "dogmas" sobre el número, el peso, la
medida y el patrón inalterable; no solo sentaban sus bases en la
necesidad de una unificación metrológica para el buen comercio,
sino sobre todo en la de los progresos en la ciencia -algo sabido
durante la más remota la Antigüedad-. Puesto que sería inviable el
avance en los conocimientos, si no se mantenían unas medidas
universales, pasando de unas generaciones a otras. Debido a ello, los
ilustrados intuyeron que Egipto y Mesopotamia habían alcanzado el
valor del Grado Geodésico con bastante perfección (midiendo el
tamaño del Meridiano, comparando sombras en linea recta de Norte a
Sur). Por lo que en el siglo XVIII observaron que la metrología
más antigua se unificó con estos fines; basándose en distancias
geodésicas, para orientarse gracias a la estimación aproximada del
arco terrestre. Siendo discutido por entonces, si aquellos
antiguos habían logrado -o no- dar con el tamaño más o menos
aproximado del Grado. Científicos como Newton, tanto como
otros muchos sabios del Renacimiento y del Barroco; mantenían que
teorías como la pitagórica -y la de otros samios-, confirmaban
que los egipcios y los mesopotamios conocían bastante bien el tamaño
de la Tierra. Afirmación que obligaba a suponer que el origen
de gran parte de los conocimientos de la Escuela samia, estaba en el
Nilo y en Babilonia; habida
cuenta que allí se formaron estos filósofos griegos.
Debido a ello, a fines del siglo XVII, las universidades
inglesas -por iniciativa del mismo Isaac Newton- gastaron grandes
cantidades de dinero en enviar exploradores a Egipto; con el fin de
medir los edificios más antiguos del Nilo, deseando obtener así
un patrón común del Codo faraónico (por reducción). Para
poder dictaminar exactamente el tamaño de la circunferencia de
nuestro Planeta; sabiendo que llegarían a dar con esta longitud
del Arco (bastante exacta), si se conocía la metrología usada por
los egipcios hace cuatro mil años. Hipótesis y fórmula de
trabajo, nada aventurada ya que el tamaño del meridiano se encuentra
estimado -con bastante precisión- en textos "grecos-alejandrinos",
como los de Heratóstenes de Cirene (heleno que fue bibliotecario de
Alejandría y explicó cómo medían los egipcios el perímetro
terrestre, sirviéndose de sombras).
.
ARRIBA: Parte lateral del friso del Arco de Tito (hacia el año 67) de Roma. La escena refleja la dispersión de los israelitas, mostrando algunos cautivos judíos huyendo, el expolio y soldados romanos cargados con los tesoros del Templo de Jerusalén. Entre los enseres sagrados que portan estos expulsados de su tierra, se encuentra una "extraña caja" en la parte delantera, que he marcado con una flecha porque quizás ese arcón pudiera tratarse de una réplica del Arca de la Alianza (hecha durante la fase del Segundo Templo). Sobre ella, figuran una escuadra y un triángulo; y a su lado, un vaso ceremonial (todo lo cual cubre de misterio la representación). Teniendo cruzadas encima dos trompetas litúrgicas, con la imagen de ser semejantes a varas como la de Aarón. Más adelante trataremos sobre esta curiosa figura y sobre el posible sentido metrológico del Arca de la Alianza, puesto que como veremos -en mi opinión- la Vara de Aarón y el Maná, pudieron ser patrones (de longitud y volumen) custodiados en esa caja sagrada (medidas que quizás se encuentran representadas sobre este cofre que lleva un vaso y una escuadra -o medida-).
ARRIBA: Parte lateral del friso del Arco de Tito (hacia el año 67) de Roma. La escena refleja la dispersión de los israelitas, mostrando algunos cautivos judíos huyendo, el expolio y soldados romanos cargados con los tesoros del Templo de Jerusalén. Entre los enseres sagrados que portan estos expulsados de su tierra, se encuentra una "extraña caja" en la parte delantera, que he marcado con una flecha porque quizás ese arcón pudiera tratarse de una réplica del Arca de la Alianza (hecha durante la fase del Segundo Templo). Sobre ella, figuran una escuadra y un triángulo; y a su lado, un vaso ceremonial (todo lo cual cubre de misterio la representación). Teniendo cruzadas encima dos trompetas litúrgicas, con la imagen de ser semejantes a varas como la de Aarón. Más adelante trataremos sobre esta curiosa figura y sobre el posible sentido metrológico del Arca de la Alianza, puesto que como veremos -en mi opinión- la Vara de Aarón y el Maná, pudieron ser patrones (de longitud y volumen) custodiados en esa caja sagrada (medidas que quizás se encuentran representadas sobre este cofre que lleva un vaso y una escuadra -o medida-).
.
ABAJO:
Detalle del lienzo donde se representa
"El paso río Jordán"
con el Arca de la Alianza
(oleo atribuido al pintor Juan
Montero de Rojas y propiedad de los fondos del Museo del Prado-al
que agradecemos nos permita divulgar la imagen-). La escena recrea a
los judíos junto al Jordán, mientras el cauce queda seco para que
pudieran cruzar los levitas que portaban el Arca; tras ellos logran
pasar sobre el caudal parado, los israelitas que les seguían (tal
como narra Josué III). Ya hemos
expresado la idea de que quizás en el famoso Arca de la Alianza se
guardaban también los valores o medidas sagradas hebreas.
Simplemente contenidas en las dimensiones del cofre, o quizás en la
Vara de Aarón; bastón
sagrado del hermano de Moisés y que La Biblia narra se depositó en
el Arca. Lo que pudo ser perfectamente un patrón métrico muy
antiguo establecido y custodiado en el "sagrario santo"
judío.
Todo
ello hizo que los ingleses en el siglo XVIII desearan conocer
perfectamente esa metrología tenida por sagrada en la antigüedad;
al intuir que determinados sistemas tenían un origen geodésico.
Lo que explicaba que permaneciera su valor casi inalterable durante
milenios; tal como sucedió -por ejemplo- con el Codo de Gudea o el
Faraónico. Manutención
y creación de un patrón sagrado, que no solo servía en Egipto o
Mesopotamia para propiciar el establecimiento de sistemas de
comercio,
posibilitando procedimientos de fijar cambios con otras
civilizaciones. Sino que sobre
todo promovió los medios para el avance científico, en un progreso
que permitiría el estudio de los astros durante siglos (llevado
a cabo desde los zigurats o desde los templos egipcios).
Dando así con fórmulas para orientarse a través el cielo y
generando gracias a ello, las "Civilizaciones del desierto";
de las que más tarde nacieron "las del mar" (Malta, Creta
o El Egeo). Culturas cuya defensa durante la
Edad del Bronce, se basó simplemente en aislarse y prosperar en un
lugar inaccesible para otros (un oasis en medio de las arenas, o
bien en islas lejanas). Civilizaciones cuyo fundamento inicial estuvo
en la inteligencia y no en la barbarie, ni el la fuerza; poniendo
como murallas kilómetros de dunas o de olas y generando Sociedades
que pudieron florecer, sin recibir la visita de "bárbaros".
.
Solo
así y de este modo, nacieron "mundos" como el egipcio o el
de Mesopotamia; tanto como el cretochipriota, el maltés, o el
sardo-siciliano (entre otros). Protegidos por su lejanía y aislados
de la brutalidad, gracias al conocimiento de los astros y a la
inteligencia para navegar. Para todo lo cual es evidente que fue
imprescindible el estudio del Cosmos y el conocimiento de medios de
orientación, que no son posibles sin partir desde desde una Tierra
esférica (o al menos, semiesférica, como promulgaban los
sumerios hace cinco mil años). Ello asimiso explica que el fraude
de patrones fuera un terrible delito en el Mundo Antiguo. Tanto
que ya en el siglo XXIV a.C., el código de Urukagina, perseguía
como criminal a todo aquel que hubiera hecho una medida falsa;
denominada por estos textos legales "GUR" (adulterada) (28)
. La normativa equiparaba esa falsificación, al robo
o al impago de fuertes deudas -por su gravedad-; aunque se destaca
a su vez en la redacción de la mencionada ley, que la norma también
se refiere a "aquel que ha establecido" una falsa medida.
Lo que no solo supone simplemente falsificarla, sino incluso
modificarla por vía de decreto particular de quienes gobiernan. Por
lo que el edicto advierte a los mandatarios para que nunca impongan
una metrología diferente y nueva; siendo delito también entre los
que ostentaban el poder, alterar la metrología "oficial"
(29) .
JUNTO
ESTAS LINEAS:
Dibujito
pintado por mí del famoso gobernador Gudea;
segundo soberano de Lagash en su dinastía, durante el llamado
"renacimiento sumerio" del siglo XXII a.C.. Su
corto mandato -cercano a tres lustros, hace más de cuatro mil años-
nos dejó un enorme legado histórico; compuesto por innumerables
construcciones, obras de arte y representanciones. Entre estas,
destacan las características estatuas del mandatario esculpidas en
diorita
(como la que he pintado), de las que hoy se conocen aproximadamente
una treintena. Al menos en
dos de ellas, el príncipe-sacerdote Gudea aparece sedente y tallado
sobre la medida del Codo; el patrón de longitud reformado e impuesto
por esta próspera saga de Lagash. En las referidas esculturas,
podemos ver (a los pies del gobernador) perfectamente cincelado aquel
Codo, con sus subdivisiones y fracciones, minuciosamente recogidas.
En
mi opinión,
esas representaciones en diorita no solo servían para la veneración
de su persona, sino también se
hacían para la conservación de la medida sagrada impuesta por él.
Ya
que el "Patrón Codo", que se recoge con absoluta precisión
en estas tallas sobre una durísima piedra, a mi entender tendría
como finalidad que no pudieran modificar el "modelo
estandarizado". Habiendo sido de gran utilidad las estatuas "de
Gudea y su Codo" en caso de litigio; pues sobre ellas se podrían
comprobar perfectamente los verdaderos tamaños de "la medida".
Todo lo que nos hace entender por qué este príncipe-sacerdote es
recordado por la Historia como el generador de un periodo de paz y de
enorme prosperidad en Mesopotamia.
.
Con
lo expuesto, podemos comprender por qué para todas las grandes
civilizaciones (que han basado su progreso en el la ciencia, el
comercio y la producción), el patrón métrico era tan sagrado como
inalterable. Pues de no conservarse adecuadamente, los Estados
-reinos o ciudades-, se verían incapacitados para vender o comprar
mercancías. Regresando antes o después al trueque. De tal
manera, si aquella metrología no se guardaba con suma cautela, no
podrían valorar las mercancías en metales, ni los impuestos; sin
controlar siquiera la producción, impidiendo a los gobernantes
cobrar justamente sus tributos. Menos aún los templos, calcularían
los diezmos, o las cantidades justas que los fieles debían entregar
al recinto sagrado (como ofrendas obligadas). Ya que para todo lo
antes dicho, era absolutamente imprescindible pesar con exactitud el
grano, la carne o el pescado; tanto como medir perfectamente la
cerveza o el vino -con los que se comerciaba, pagaban impuestos o se
rendía tributo a los dioses-. Aunque principalmente, lo que se
hacía imposible sin una metrología fijada, era ponderar los
metales; ya que sin un patrón común y bien determinado, no hay
quien establezca el precio de algo tan sutil como el oro y la plata,
su referencia en cbre o estaño y su valor cambio por productos.
De lo que al hacerse más complejas y avanzadas las Sociedades
Antiguas, precisaron establecer estos sistemas metrológicos
perfectamente regulados. Puesto que la metalurgia no solo servía
crear armas, sino también para hacer todo tipo de nuevas
herramientas. Tasando así el bronce como un valor económico de
producción, con el que debieron crear una base equitativa de
correspondencia de este material de alto uso, con otros productos;
llegando finalmente a introducir en el cambio de equivalencias
metales de lujo y sin utilidad alguna (como el oro o la plata).
.
El
nacimiento de ese patrón "metal precioso", procede a mi
juicio de la idealización del oro y la plata, como adorno; pero
sobre todo porque con ellos se podían crear "objetos
indestructibles" (enseres que no se alteraban a lo largo de los
tiempos). Por lo que comenzaría a proliferar la orfebrería para
ofrendas divinas y votivas, o como atributos femeniles o de prestigio
(tanto como símbolos reales o de riqueza). Así, civilizaciones como
la egipcia o la mesopotámica, pasaron a considerar el oro uno de los
más preciados bienes, habida cuenta que todos los objetos hechos en
este metal permanecían inalterables (por los siglos de los siglos,
como si tuvieran "vida eterna"). Por todo cuanto
narramos, desde comienzos del tercer milenio a.C. se generaría un
mercado ya perfectamente medido en valores de metal; ponderación que
regulaban en Egipto y Mesopotamia funcionarios pesadores, quienes
tasaban la pureza y el peso del bronce, del oro o la plata,
asignándoles una correspondencia. De un modo similar como hoy se
sigue haciendo en el mercado internacional de cambio, dando un precio
relativo entre los metales y otras mercancías. Control de
cambios que se llevaba a cabo comúnmente en los templos o por
trabajadores del Estado, quienes regulaban minuciosamente los pesos y
valores de las mercancías, con el fin de que el comercio prosperase,
procurando no tener que recurrir de continuo al trueque.
AL
LADO: Portada
del interesantísimo libro de Manuel Molina LA LEY MÁS ANTIGUA
Textos
legales sumerios" (Ed. Universidad Barcelona, Madrid 2000). Tal
como venimos repitiendo, para
el progreso mercantil por entonces, era imprescindible el
mantenimiento de unos patrones exactos e inalterables -para evitar
engaños y fraudes-. Lo que no solo hacía prosperar el comercio
interno, sino que principalmente permitía el mercado con
extranjeros. Ajenos
al reino o la ciudad, que se acercaban a ella para trocar, confiando
en un sistema justo y bien regulado; introduciendo de ese modo
mercancías desde lugares lejanos y fomentando con ello el mayor
progreso de la zona. De tal manera, hemos
de entender que las leyes tratasen por todos los medios, impedir que
se modificaran o adulterasen las medidas; porque los cambios y
engaños en los ponderales durante la Antigüedad se asemejarían a
lo que hoy es falsificar moneda.
Ya que un patrón mal defendido (en un reino o ciudad que lo
"otorgaba"), al ser falsificado, rescindiría toda
posibilidad de progreso al "emisor" de aquella medida y
peso. Por ello, las Ciudades Estado o las Sociedades antiguas,
velaban y custodiaban sus Patrones (pesos y "pesetas") de
un modo semejante como más tarde guardaron la tasación y el valor
de la moneda en oro o plata (todo lo cual repercutía directamente en
sus arcas nacionales, ya que del Tesoro procedían los fondos para
pagar a funcionarios y soldados). Siendo
así, se comprenderá la sacralización y la no alteración de los
pesos y medidas en ocasiones durante miles de años; tal como sucedió
en Egipto y Mesopotamia, donde durante más de treinta siglos su
metrología apenas varío.
.
Por
lo demás -como ya hemos dicho- estos sistemas métricos nacieron a
mi juicio desde unas longitudes de origen geodésico, con el fin de
poder orientarse en el desierto (o en el mar) y para medir los ciclos
astrales. Algo que solo se lograba, con la permanencia de una mismas
medidas durante siglos y a través del estudio de los movimientos
cósmicos, desde idénticas coordenadas. Observando el cielo
cientos de años, durante unos mismos puntos establecidos en los
templos, en monolitos, pirámides o en los zigurats -construidos con
ese fin-. Un análisis del Universo que facilitaría la capacidad
de orientarse por medio de las estrellas, pudiendo así dirigir
caravanas en largas singladuras entre las dunas. Algo que en si
mismo fue la base del comercio y que generó civilizaciones cuyos
principios ya no se asentaba en la guerra, sino en el mercado y en la
mejora de las condiciones de la población. Prefiriendo ocultarse
entre las arenas y ser guiados espiritualmente por estos astrónomos
y sabios (llamados sacerdotes en Egipto y magos en Mesopotamia),
antes que verse de contínuo sometidos a luchas y a la visita de la
barbarie.
AL
LADO Y ABAJO: Dos
ejemplos de medidas estandarizadas, para comprobarse públicamente.
Al lado, marcas en las paredes del famoso pueblo vinícola La
Guardia; señalando los patrones de "Ladrillo", "Teja",
"Media Vara" y "Vara". Con estas hendiduras en la
pared de un edificio situado en la plaza, podrían comparar las
medidas los comerciantes y compradores, para evitar fraudes. Abajo,
famosa columna situada en la plaza del mercado de Zafra; población
famosísima por sus ferias y comercio. En el centro de su fuste y
bien marcado, vemos la Vara extremeña.
AL
LADO: Báscula
municipal, de Ponte de Lima (Portugal). La
función de esta báscula a día de hoy, es que la usen quienes se
acercan a vender sus productos y no tienen medios para pesar. Pero
sobre todo, sirve
para que los clientes comprueben si les han ponderado bien las
mercancías que han comprado. Pues el engaño en la báscula fue uno
de los más comunes fraudes, a lo largo de toda la Historia. Debido a
ello, el Libro de los Muertos obligaba a todo hombre, jurar ante
Osiris que no habían alterado jamás las medidas. Fuera
mercader, soldado o sacerdote; pues si un comerciante engañaba en la
báscula; un soldado al alterar el patrón, modificaría los cálculos
de orientación o de mira sobre terreno. Del mismo modo que el
sacerdote, si cambiaba la medida o el peso; provocaría enormes
problemas a los astrónomos y a los funcionarios, cuya misión era
valuar impuestos o metales.
.
B-2)
Significado de El Arca de la Alianza, como garante de las normas,
medidas y pesos:
Tal
como hemos explicado, durante la Antigüedad los patrones
metrológicos se guardaban en un “sactasantorum”; custodiados por
sacerdotes y funcionarios capaces de analizarlos perfectamente, en
caso de litigio. Todo ello, de un modo similar y tal como
hicieron al crear el Metro (estableciendo el sistema métrico
decimal); realizando un modelo en platino y ordenando a varias
organizaciones internacionales vigilar por su valor y pesos
(30) . Siendo así, tras estudiar las reliquias
guardadas en El Arca (Las Tablas de la Ley, El Maná en una copa y la
Vara de Aarón); mi opinión es que en este cofre se custodiaban los
tres pilares del pueblo judío: La norma suprema, la medida
estandarizada y su peso. Ello supone -de algún modo- afirmar que
en el arcón sagrado de los judíos se contenía su Constitución, el
Metro y un ponderal de decilitro -o de kilo, en agua-. Todo lo que
era imprescindible durante la antigüedad para “sobrevivir” como
Sociedad, pues sin una norma común y un sistema metrológico
establecido, era imposible tener un mínimo de orden ni organización.
Nuestra idea se comprende mejor cuando pensamos que durante la Edad
del Bronce -época de Moisés- la justicia, el cambio de metales, el
cálculo de valor en mercancías, la tasación de metal y etc.; se
administraba y realizaba en los templos o por funcionarios asimilados
a sacerdotes. Ya que era ardua y muy difícil la labor de estas
regulaciones en peso, valuación de objetos, tanto como la tasación
en pureza de cobre, estaño, plata y oro. Por cuanto tenían clérigos
y funcionarios que determinaban exactamente los ponderales y medidas,
que los templos garantizaban. Asimismo, en caso de litigio, solían
ser los propios sacerdotes los que juzgaban; a menos que los Estados
tuvieran una casta de jueces, aunque aquellos se sometían a normas
que procedían de leyes creadas en los templos y ratificadas por el
soberano. Siendo así y teniendo en cuenta que el pueblo judío
era nómada hasta su establecimiento en el Creciente Fértil; se
hacía necesario para ellos guardar y custodiar en algún arcón sus
normas (de forma que no se borrasen) junto a sus patrones métricos.
Debido ello -a mi juicio- en El Arca guardaba El Decálogo (leyes
grabadas en piedra) junto a la Vara de Aarón (que marcaría el valor
de la medida) y el Maná (que indicaría su “mina”, o cubicaje
del patrón métrico).
.
B-3)
La Vara de Aarón y la medida sagrada; el Maná y la mina judía:
Cuanto
hemos expuesto nos hace entender el
significado social -y religioso- que tuvo la metrología (no solo su
aspecto económico). Algo que quizás podemos percibir claramente en
La Biblia, cuando nos habla de las medidas del Templo de Salomón, de
los cubicajes de sus pilas, de su "Mar" central y de las
longitudes de sus recintos. Siendo muy de
destacar que quizás el mismo Arca de la
Alianza pudiera detrerminar también el "patrón" de las
longitudes sagradas; porque el tamaño de este cofre era de "dos
Codos y medio de largo, por uno y medio de ancho y uno y medio de
altura" (Éxodo,
25:10,11, 17-22 y 37: 6-9.).
Bastando medirla exteriormente, para obtener los patrones lineales y
posteriormente cubicando. Por su parte,
sabiendo que el Codo Sagrado hebreo era igual al egipcio del Imperio
Nuevo (de 52,49 centímetros aproximadamente), aún hoy podemos
conocer que el arcón medía más o menos: 131,25 centímetros de
longitud y 78,75 de alto y de ancho. Y por todo lo expuesto, nos es
fácil comprender que a los judíos, para mantener su sistema
metrológico, les bastaría con observar minuciosamente las paredes
del cofre sacro y concluir el tamaño del Codo (lo que explica que se
estuviera prohibido tocarla -más aún abrirla-). Pese
a ello, esta forma de comprobación no parece la más indicada para
conservar un modelo métrico. Por lo que creo personalmente que en la
famosa Vara de Aarón, era donde se custodiaba esa medida sagrada
(31)
.
.
Podemos
plantearnos cómo se comprobaría aquel patrón, si El Arca no podría
ni siquiera tocarse... . Aunque quizás la prohibición de acercarse
al cofre fue muy posterior; cuando los Levitas observaron que aquel
bastón ya no florecía y que el jarro o copa del Maná no contenía
nada... . Ya que la tradición afirmaban que en el vaso se contenía
un trozo del alimento sagrado del desierto y que la Vara de Aarón
siempre se mentendría con ramas verdes.
Un hecho que señaló al hermano de Moisés para ser nombrado
sacerdote; narrando El Éxodo que su elección como clérigo supremo
se produjo cuando aquel bastón seco hecho de almendro, floreció en
sus manos (naciendo en ella yemas eternas). A
mi juicio todo ello tiene un significado poético y alude
inicialmente a una "vara" métrica, útil y fructífera (no
a un bastón germinado); hablando de la mina (Maná) como un valor de
peso y líquidos -no a una comida del desierto-. Pero
entenderemos mejor mi hipótesis, al
observar que Moisés en La Biblia también vive unos curiosos
pasajes, en los que usa su báculo (o el de Aarón) de un modo que
nos recuerda a una confrontación de metrologías. Nos referimos el
momento en que toma un cayado de las manos de Aarón y lo lanza
frente al faraón, naciendo del palo una gran sierpe; ofidio que
traga las cobras que habían surgido de las varas puestas en el mismo
lugar por los sacerdotes egipcios (33)
. Después, asimiso el libertador de los
judíos, también separará los mares tocando el agua con su vara;
seguramente indicando que este bastón era un método para guiarse o
una alidada para comprender el camino a tomar.
AL
LADO Y ABAJO:
Al lado,
Medias
medidas unidas, de Codo
Real (codo
plegable, de 52,4998 centímetros exactamente); dividido en dos
partes y procedente
del ajuar de utensilios encontrados en la tumba del arquitecto "Kha"
(TT-8 de Tebas), de tiempos de Amenofis II (agradecemos
al Museo de Luxor, que guarda este, nos permita divulgar la imagen).
El que vemos es
igual en su medida y divisiones (en
28 Dedos, agrupados en Palmos) al
de la tumba de Maya, el tesorero de Tutankhamon y ambos prácticamente
miden 52,5 centímetros; todo
lo que testimonia una vez más que en
la Dinastía XVIII el valor del Codo Real era este, siendo el mismo
que conservaron los judíos como Patrón (Codo sagrado hebreo de 525
milímetros).
Observando este "objeto para uso y trabajo", comprendemos
la facilidad de crear patrones comunes, bastando en el caso de
volúmenes y pesos, hacer un cajón de madera perfecto en el que cada
lado tuviera la medida elegida. Tras
ello y confirmada la exactitud de aquel gran vaso cuadrado -que en el
caso del Codo al Cubo mediría unos 52,498 ctms. cb. (144686,58 ctms
cb.)- bastará con barnizarlo para que no tomase líquido y llenarlo
de agua. Después,
la medida estandarizada se fraccionaba en diferentes subdivisiones.
Sabemos que en Egipto la más común de todas ellas era la Hekat, que
se correspondía a 1/30 de este Codo cúbico y equivalía a unos 4,8
litros (conforme
la época habida cuenta que el valor del Codo Real durante Imperio).
ABAJO,
Codo
Amenofis II; dibujo Laura Donatelli según LA VIDA COTIDIANA DE LOS
EGIPCIOS, museo Turín.
El
fragmento bíblico mencionado antes, con Moisés frente al faraón y
los distintos cayados convertidos en serpientes; probablemente alude
de manera poética a sistemas métricos y a reformas del Codo de
época mosáica en Egipto. Habida cuenta que durante el Imperio
Nuevo existieron varias modificaciones del Codo, hasta situarlo en
una longitud igual a la que conservaron los hebreos (52,489 ctms).
Pues tal como he expuesto en numerosos artículos, es evidente que
la metrología hebrea fue importada del Nilo y mantenida por los
hebreos milenios, desde tiempos de Moisés, con un valor inalterado.
Pues el tamaño de los Codos (Sagrado y Común) en Israel, es
exactamente igual al de los Codos (Real y Vulgar) faraónicos,
durante la dinastía XVIII. Algo que podemos constatar porque los
edificios faraónicos de esta época están construidos con una
medida correspondiente a 52,489 centímetros -exacta a la que
permanece entre los israelitas como Codo Sagrado-. Todo lo que se
demuestra además arqueológicamente al observar que los Codos
faraónicos (votivos o de uso), hallados en tumbas correspondientes a
excavaciones al tiempo de Tutankhamon y Horemheb; tienen una longitud
de unos 52,489 centímetros (para el Real y 44,99828... ctms. para el
Vulgar). Siendo idéntico al Codo Judío Real (unos 52,49 cmts) y al
Codo judío Vulgar (unos 44,9 ctms). Todo lo que indicaría, que el
Éxodo hemos de marcarlo en el momento en que Egipto daba este valor
exacto a sus medida; entre mediados y final del siglo XIV a.C..
.
Ello
obliga a situar a Moisés en la época antes referida; lo que encaja
con la hipótesis de un Éxodo relacionado con Akhenatón, que como
ya hemos relatado que, son las más admitidas. Siendo así, las
varas de Aarón y la de Moisés -que tanto menciona La Biblia- pueden
referirse a patrones metrológicos procedentes del Nilo, posiblemente
corregidos en tiempo del rey Akhenatón (el rey hereje, que todo lo
cambió). Por todo, ello nos atrevemos a interpretar, que cuando
La Biblia menciona la Vara de Aarón, custodiada en el interior del
Arca de la Alianza; nos habla de ese patrón métrico y sagrado, que
equivalía al Codo importado de Egipto. Una medida geodésica que
hubieron de guardar con suma cautela, en el lugar más vigilado; al
menos hasta que se construyera el templo. Pues tras edificarse el
santuario salomónico no necesitarían ya un "modelo";
habida cuenta que todas las paredes, columnas, salas y hasta llos
objetos de este recinto sagrado, estaban perfectamente delimitados en
Codos -ver cita (33) -
. Ello concuerda con lo que sabemos sobre esta Vara, que en algún
momento anterior a la construcción del primer Templo, fue sacada del
Arca junto a la copa con Maná. Dejando allí tan solo Los Diez
Mandamientos (tal como Flavio Josefo expresa, cuando afirma que en el
cofre tan solo se guardaba El Decálogo). Pudiendo interpretarse que
fueron obtenidos esos patrones métricos desde el arcón; para
construir a su escala y medida exacta todas las pilas, paredes y
columnas del Templo. Siendo así, una vez terminado el gran santuario
de Jerusalén, la Vara de Aarón y la copa que medía la capacidad de
la “mina”, ya no serían de utilidad -porque en cualquier pila,
estanque, pared o escalón; podrían comprobar los hebreos el tamaño
de su metrología-. Lo que
explica que no volvieran a introducirlos en El Arca; pues se daba la
paradoja de que en el interior de la copa no habría alimento alguno
-al ser esa misma el Maná o la "mina" de metal que les
ayudó a sobrevivir-. Haciendo lo mismo con aquella Vara de Aaron, al
ver que carecería de germinación, ni ramas verdes -pues su flor se
debía a que marcaba un patrón geodésico, útil para guiarse en el
desierto-.
.
Por
cuanto hemos expuesto, creemos que
la Biblia recoge que aquella Vara de Aarón fue posteriormente sacada
del Arca, tras elevarse el Templo de Salomón. A i juicio, porque una
vez contenidas las medidas en el gran edificio, no necesitarían
custodiar un sistema metrológico guardando el modelo del Codo en el
cofre. Ya que en caso de litigio -por
longitudes o ponderales- para una absoluta precisión en el tamaño
exacto del Codo Sagrado, bastaría con tomar como referencia
cualquier zona del Templo -cuyas medidas se establecen perfectamente
en Éxodo (26 y 27)-. Entendiéndose así
por qué La Biblia menciona varias veces que tras la construcción
del Templo de Salomón, se sacó la Vara del Arca. Algo que
igualmente se hizo con un trozo de Maná que hasta entonces se había
guardado en el referido cofre sagrado. Lo que nos obliga deducir que
el Maná se relacionaba también con estos sistemas ponderales que
tras edificarse el recinto sagrado, ya no necesitaban guardarse en el
arcón (porque estaban contenidas en el
edificio -en sus pilas de agua sagrada, sus objetos, columnas y
habitaciones-).
JUNTO
Y BAJO ESTOS PÁRRAFOS: Al lado, fragmento
del Codo en el Museo de Turín. Abajo, Codo
Real, del arquitecto Kha TT8 de Tebas, tiempos de Amenofis II. Es
igual en su medida y divisiones al de la tumba de Maya, el tesorero
de Tutankhamon. Mide 525 ctms, exactamente el mismo valor tenía el
Codo Real Judío desde tiempos de Moisés; lo que puede indicar que
el Éxodo se produjo en el siglo XIV a.C.; cuando el Codo Real de
Egipto tenía estas proporciones (más concretamente, en tiempos de
Akhenatón).
B-4)
El Maná y la mina judía:
Comúnmente
se considera aquel "Maná", una resina, planta, un liquen
-o semilla-, existente en el desierto y de la que se pudieron
alimentar los hebreos durante su diáspora. Ello
porque algunos creen que la palabra "maná" procede de una
voz egipcia cercana que podría significar "alimento";
mientras otros traducen "maná" desde el hebreo
considerando que ha de interpretarse por una pregunta cuya traducción
es: "¿Qué es eso?". Siendo esta última etimología la
más aceptada, no puede tenerse como muy acertada. Por mi parte
-personalmente-, considero
que Maná más probablemente sea el término que significa en los
idiomas semitas "mina"; voz que da nombre al bloque de
metal que se tenía como patrón de peso. Lingote o talento que en
los idiomas acadios, sumerios y babilonios, se expresaba exactamente
así: "Mana"
(34)
.
Aquella
Mina -o "mana" mesopotámico- en los tiempos que hablamos,
era el ponderal correspondiente a la cubicación de la medida
sagrada: Codo Egipcio o Vara Real de Gudea, que entre los
sumerios se valoraba en unos 49,8 centímetros. Patrón que cubicado
generaba una mina (Mana) equivalente a 60 siklos (o Gin), acercándose
muchísimo su peso a 500 gramos (ya que hemos dicho como el Siklo de
Gudea, llamado Gin, era de unos 8,33... gr.). Por lo tanto, no
sería extraño pensar que ese "Maná" referido en la
Biblia y del que comieron durante años los judíos, hasta tener una
tierra donde asentarse; fuera una alegoría de alguna "mina"
de metal hallada o explotada por ellos (oro, plata o bronce). Aunque
también pudo tratarse de un comercio de metales llevado a cabo desde
Mesopotamia a Egipto, establecido por los israelitas (gracias manejar
perfectamente el sistema de ponderales en minas). Inclinándome a
pensar que se refiere probablemente a yacimientos de cobre que
pudieron hallar y trabajar los hebreos en el territorio de la actual
Jordania (rica por entonces en este mineral). A la vez que indica el
modo en que los judíos se convierten ya en cambistas, prestamistas y
tasadores de metales (oficios que nunca dejaron).
.
De
tal modo y pudiendo deducirse que ese Maná se refiere a la "mina"
-talento o lingote, tal como se pronuncia e idiomas semíticos-;
entendemos por qué un trozo del Maná se guardaba en una jarra
dentro del Arca de la Alianza. Ya que la mina sería el ponderal de
líquidos, metales y pesos, que se calculaba en base al volumen del
agua cubicando el modelo de longitud. Es decir, una jarra (o copa)
que marcaba el valor fundamental del peso. Algo fácil de entender
porque para hallar las metrologías se partía desde ese Patrón
(elegido conforme los astrónomos o sacerdotes dictasen); y trás
ello se cubicaba la medida, para obtener los valores de volumen y
capacidad (de cebada, trigo etc). Llenando posteriormente con agua el
modelo cubicado, para así lograr los ponderales de líquidos y sus
pesos -entre los que estaban como fracciones menores, los usados en
metales-. Todo de un modo exactamente igual al seguido en
el sistema métrico decimal, durante el siglo XVIII (que copió
los métodos metrológicos antiguos). Donde una medida (un Metro) es
una longitud "sagrada" (geodésica = la diezmilésima parte
del Cuadrante Terrestre) y un decímetro cúbico -de volumen- lleno
de agua, es un litro-kilo de agua. Método mensurador que se
realizaba de manera muy similar desde la Antigüedad; aunque
subdividían en muy distintas fracciones los valores, en relación a
sus diferentes sistemas matemáticos (no en una base 10, tal como
guarda el métrico-decimal) (35)
.
.
Por
cuanto explicamos, es muy fácil entender por qué debían valorarse
los pesos en volumen de líquidos, habida cuenta que ese era el medio
para que nunca variasen; ya que bastaba con cubicar el Patrón y
llenarlo de agua, para llegar al peso exacto establecido (mina,
libra, siklo etc). Un método que sobre todo permitía el cambio y la
tasación de metales, de un modo inalterable. Por lo que es posible
intuir qué escondía aquella jarra o copa que contenía el Maná
(hebreo); siendo a mi juicio un ánfora con la capacidad
correspondiente a una Mina en agua. Cantidad que en el caso de
Israel correspondía al peso del líquido introducido en 1/256 del
Codo Sagrado hebreo cubicado -aproximadamente, unos 567 gramos-.
Medida de metales y líquidos que tras la construcción del Templo de
Salomón, ya no se tendría que custodiar en copa, ni cofre alguno;
puesto que se contenía en todas las jarras y pilas del recinto
sagrado, hasta en el Mar que se había colocado en el centro de aquel
edificio (especificando igualmente Éxodo 26 y ss. las proporciones
de aquellos estanques, fuentes y pilas en Codos Cúbicos). Por
todo lo expuesto, creo personalmente que tanto la Vara de Aarón como
la jarra que contenía el Maná, eran los dos patrones -de peso,
volumen y longitud-, que se custodiaban en el lugar más vigilado del
mundo judío, hasta que pudieron ser guardados en las medidas del
Templo. Arca de la Alianza, también llamada "el armario santo"
o "el cofre sagrado", donde lógicamente hubieron de
guardarse los fundamentos de la Sociedad israelita, entre los que se
encontraba también el código máximo: Los Diez Mandamientos.
SOBRE
ESTAS LINEAS: Curiosísima
pintura existente en la tumba de Tutmosis III, donde vemos al faraón
junto al sicomoro sagrado
(agradecemos a la institución "Valle de los Reyes, dinastía
XVIII" nos permita divulgar la imagen). Tras la figura del rey,
existe una inscripción que habla de la diosa Hathor que amamanta al
rey difunto. Frente
al árbol, se halla Tutmosis de cuya boca -a mi juicio- sale el
símbolo jeroglífico de la medida sagrada: " El Codo";
que en Egipto se pronunciaba "Meh" (M´H) y cuyas formas
comunes fueron "Codo Real" ("meh nesu" -de unos
525 mm.-) y "Codo Vulgar" ("meh sherer" -de unos
450 mm.-). Por
su parte, el rey estaría marcando sobre un trozo del árbol "la
longitud" sagrada con sus manos, en lo que a primera vista
pudiera parecer una rama o una parte del tronco. Aunque observando el
dibujo bien, vemos que esa zona del sicomoro contiene en forma de "V"
la representación de algo muy semejante al jeroglífico de "Codo"
(Mh); pero que realmente, es un brazo humano doblado (con puño
cerrado); todo lo que confiere cierto "misterio" a la
escena.
.
Esta
representación en que aparece la figura real y el árbol sagrado, a
mi modo de ver, es una alegoría de la mensuración, de la ley y de
la astronomía. Pues, aunque parece evidente que el faraón está
pronunciando la palabra "Codo", también lo es que a su vez
marca sobre una rama la medida a cortar. Todo lo que creo
que no solo significa la longitud sagrada, sino también una
advertencia -o sentencia- sobre la pena que caerá al que roba, o
expolie la tumba. Castigo que será probablemente el de
cortar el brazo al ladrón, a la altura que señala el faraón (el
codo). Pudiendo hacernos pensar este dibujo tan sencillo,
situado frente a la tumba de Tutmosis, que quizás había sido allí
puesto como una "anuncio" con fines mágicos y reales,
pretendiendo evitar expoliadores o ladrones. Un cartel para alejar la
tentación de llevarse algo antes de cerrar la tumba, dirigido a los
descendientes -o familiares- del faraón; para que todos respetaran
el legado que debían depositar en ella. Advirtiendo que la
diosa Hathor protegería al muerto, por lo que antes o después,
sería apresado el ladrón (fuera quien fuese), para hacer justicia
con él -aplicándole la medida... Cortando el Codo, cómo señala en
la escena Tutmosis-.
JUNTO
Y BAJO ESTOS PÁRRAFOS:
Dos
fotografías de ponderales. Al
lado,
“vasos anidados” en libras castellanas, del
primer cuarto del siglo XVI, pertenecientes a la Fundación Eugenio
Fontaneda (tal como fueron expuestos en el Museo de Las Ferias, de
Medina del Campo, a los que agradecemos nos permitan divulgar nuestra
imagen). Abajo,
pesos
del siglo XIII, tal como los exhibe la Catedral de Ávila
en su claustro (a la que agradecemos nos permita divulgar nuestra
foto). Observamos
la diferencia entre ambos ponderales; marcando unos la tosquedad y
falta de precisión del siglo XIII, frente a la precisión de los
vasos anidados del XVI. Un momento en que ya se necesitaban medidas
de líquidos y sólidos con gran exactitud (para comerciar los
metales preciosos, el mercurio y etc). Pues
una de las diferencias comunes entre las Sociedades avanzadas y las
atrasadas, reside en la falta de un sistema metrológico exacto y la
no estandarización de sus medidas.
B-5)
El Decálogo, el Maná y la Vara de Aarón; conclusiones a su
significado como reliquias del Arca:
Una
Sociedad no puede prosperar sin una ley y unos patrones comunes; pues
se produciría el caos, si en cada caso se aplicasen unas normas y
unas medidas distintas. Así pues, no me cabe la menor duda de que El
Arca guardaba esos fundamentos del pueblo judío; basados en una
primera ley (Los Díez Mandamientos) y en unas medidas: El Codo Real
(o Vara de Aarón) y la Mina (Maná) nacida de cubicar el Codo. Por
lo tanto podríamos plantearnos qué significado tuvo el Maná
durante la travesía del desierto; llegando -a mi juicio- a dos
únicas conclusiones: Primero, que fuese una mina -quizás de cobre-
hallada por los hebreos en el Sinaí y de la cual obtuviesen
beneficios suficientes para mantenerse y alimentarse. Aunque la
segunda opción -y más acertada- sería pensar que aquella
Mina que les dio de comer, pudo referirse al arte de los judíos para
medir, pesar, tasar y conocer los metales. Una labor que por entonces
era de enorme dificultad, ya que no solo debían conocer la
pureza del oro, la plata, cobre y estaño; sino que además
necesitaba haber desarrollado un sistema de mensuración milimétrico.
Pues sabemos que ya durante esta época, en Mesopotamia y Egipto se
tasaba el oro casi en miligramos. Métodos por los que lograban
valuar el metal, pesando con balanzas de hilo y valiéndose granos de
arroz, trigo o bien de cuentas pétreas; cuya estimación los
arqueólogos han tasado en fracciones de centigramos. Ya que un gramo
de oro o de plata en la época que hablamos (siglos XV al X a.C.) era
muy valioso.
.
Así
pues, la teoría más propicia para interpretar ese Maná, quizás
fuera considerarlo como el arte que los judíos tenían para medir,
tasar, valorar o conocer las minas y por ende, los metales (quizás
como una técnica aprendida en Egipto). Siendo capaces de comerciar
el oro, la plata, el cobre y el estaño, que les llegaba de tierras
lejanas; para distribuirlo en el Nilo y en Mesopotamia (al Este y
al Oeste de donde moraban). Pero hemos de entender que para
conocer la pureza del metal, por entonces, era fundamental estimar
con enorme precisión su peso y volumen. Siendo durante la Antigüedad
este método, el único modo de lograr saber si eran puros. Tras
introducirlos en agua y luego pesarlos, con el fin de comparar si su
peso se correspondía con el volumen líquido expulsado. De ello, si
los judíos comerciaban con metales; la Mina y sus subdivisiones,
eran imprescindibles, ya que con un juego de vasos anidados (como
los que vemos arriba en imagen), puede compararse el volumen y
peso de una pieza, concluyendo si se trata de oro, plata, cobre o
estaño (más o menos puros). Por lo demás, para ejercer esa
función de tasador de metal; era imprescindible -asimismo- la
balanza de hilos, como las que usaban los orfebres desde la más
remota antigüedad. Logrando saber de ese modo, si la pieza que nos
ofrecían estaba hecha del metal que afirmaban, contenía una
aleación, o era una falsificación. Todo este proceso, lo
supieron resolver perfectamente en Mesopotamia y en el Nilo, durante
la Edad del Bronce. Como muestra el hecho de que en Egipto tuvieran
funcionarios cuya misión precisamente era tasar los metales,
fundirlos en piezas valuadas y crear exactamente pesos egipcios
(cuya fracción principal era el Shaty, de unos 7,5 gramos y del cual
nació el Shekel -judío y fenicio-). Pues al no existir moneda,
el único medio de comerciar -al margen del trueque- era este de
crear aros o anillos de oro y plata, oficializados por funcionarios y
con los cuales se realizaban los pagos (recordemos que la
acuñación se inicia por los griegos de Lidia, en el siglo VII
a.C.). Por lo demás, este arte de manejar las “minas” o el
comercio de metales, parece haber sido una constante en el pueblo
judío (tanto como en el fenicio); todo lo que confirmaría la idea
del Maná como la “mina” metrológica.
.
Finalmente
añadiremos que para entender plenamente la procedencia sagrada de la
Vara de Aarón (interpretada como el patrón del Codo Real judío);
hemos de destacar que procedería del Codo Real egipcio y por lo
tanto sería medida geodésica de gran exactitud. Ello haría
comprender las evidencias innegables y existentes, que demuestran el
conocimiento del tamaño de la Tierra por parte de los hebreos en
tiempos de Moisés. Tal como se muestra en las medidas sagradas del
judaísmo, relacionadas con una estimación del Meridiano. Tanto
es así, que la distancia permitida para recorrer en un Sabath, es de
112.037,316
centímetros. Algo
más de ciento once metros. Esta misma la base para medir la milla
hebrea, que se tasa en diez Tehum y que es igual a 1120.373,16
centímetros. Aunque a su vez, la milla judía marcará la parasangra
(conocida como pasanagra en castellano); cuyo valor es de cien
millas, es decir 112.037,316 centímetros; lo que es casi igual a la
décima parte del Grado. Por
cuanto hemos de concluir que estas medidas pueden derivar
directamente del Meridiano terrestre; ya que diez
pasanagras (parasangras judías) 112,037 kilómetros, son
prácticamente equivalentes al Grado, cuyo valor sabemos que es de
111,11... kilómetros.
.
Las
proporciones del Tehum (distancia del Sabath), la milla hebrea y la
parasanagra (o pasanagra), están actualmente un tanto rectificadas;
pues en la antigüedad debieron corresponderse con a Codos. Siendo un Tehum 250 Codos Vulgares, igual a unos 112,5 metros. Por lo que
la
estimación del Grado en época de Moisés, podemos considerarla
cercana a los 112,5 kilómetros
(con un error en el Meridiano de 500 kilómetros; ya que desde un
Grado de 112.500 metros se obtendría un arco total de 4.5000.000
metros). Un
valor que -a mi entender- podemos considerar daban al tamaño de la
Tierra los judíos en etapa mosáica. Aunque posteriormente lo
corregirían y reducirían el grado hasta 112,037316
kilómetros; lo que genera un perímetro terrestre de 40.333.433,76
metros (con un error de unos trescientos kilómetros). De este grado de
unos 112 kilómetros, nacería la pasanagra (parasangra judía, de un
décimo de Grado), tanto como la Milla (una centésima de Grado) y el
Tehum (la distancia a recorrer en el Sabath, igual a una miésima de
Grado).
Para todos los interesados en el tema, recomendamos leer nuestra cita
(36)
, comprobando que
tanto los egipcios, como los mesopotamios y los judíos (en
época mosaica), conocían el perímetro de Globo terráqueo. Debido
a que les era imprescindible para guiarse por el desierto y para
estudiar los astros.
.
Finalmente,
hablaremos sobre El Decálogo, el primer “código” de leyes
hebreas; tanto que se consideraba escrito por Yahveh; algo que no
debemos interpretar literalmente, sino hemos de entender que aquellas
leyes procedían directamente de Dios (de su Derecho Natural). De tal
manera, este Decálogo entregado a Moisés era tenido por el
fundamento de la justicia entre los israelitas (como más tarde lo
fue para los cristianos) y por ello puede considerarse la Norma
Suprema judía -lo que hoy sería la Constitución-. Unas “leyes
principales” que se denominaban entre los latinos “códigos”,
nombre que Justiniano dio a su compendio legislativo y que procedía
de la palabra “codex”, cuyo significado es “tronco”.
Creyendo los etimólogos que aquella denominación de “codex”
procede de que los códigos se mantenían escritos en papel o madera
de árbol (de tronco arbóreo). Aunque -a mi juicio- su nombre se
refiere a dos términos: El “codo” como medida y el “codo”
(tronco) como unión. Pero no solo ello, sino que su más primitivo
sentido estuvo unido al hecho cierto de que una de las medidas que
los códigos propugnaban, era el cortar manos -o brazos- al ladrón o
al impío. De tal manera, aquel que engañaba modificando el
“Codo” métrico, sería castigado perdiendo su antebrazo, hasta
el “codo”. Por cuanto la ley del “codo”, el códice, el
código y la medida sagrada, se unían con un mismo sentido; desde
normas que se consideraban dadas por los dioses. Debido a ello,
en Egipto el jeroglífico de “Codo” métrico (Meh) se unía a la
representación del brazo doblado o cortado, considerándose quizás
una ley divina que quien robase, tuviera que perder esa parte del
cuerpo.
.
Para
para terminar el artículo de hoy y regresando a Los Diez
Mandamientos, guardados en El Arca. Añadiremos que -a mi juicio- su
custodia en el cofre tan solo confiere realidad a la idea de que El
Decálogo fuera tenido como una primera piedra del Estado de Israel.
La Constitución del país que Moisés soñó y que finalmente creó
David (unos cuatro siglos más tarde). Asimismo, el hecho de que
el judaísmo afirmase que la esencia de Yahvéh se contenía en El
Arca, también se relaciona con la Vara de Aaron y el Maná. Pues
aquellos dos patrones metrológicos, procederían de valores
geodésicos y por lo tanto cósmicos. Conteniendo así el Arca: Las
leyes y la medidas universales (la norma divina y los patrones de
longitud y número del Cosmos).
JUNTO
Y BAJO ESTOS PÁRRAFOS:
Dos
imágenes de la exposición llevada a cabo en el Museo de las Ferias
de Medina del Campo, dedicada al cambista y banquero Simón Ruiz
(benefactor
de la Villa) -agradecemos a esta institución nos permita divulgar
nuestras fotos-. Al
lado y abajo, diversos vasos anidados, juegos de pesas y balanzas de
comienzos del siglo XVI; usados para cálculo de metales y tasación
de su pureza.
JUNTO
Y BAJO ESTOS PÁRRAFOS:
Al
lado,
diversas barras de medición y estuche del sigo XVIII, con largueros
para tomar distancias, tal como los expone el Museo de Marvao (en
Portugal, al que agradecemos nos permita divulgar nuestra imagen).
Estos utensilios tenían una función militar y también estratégica;
calculando con ellos las posibles distancias hasta el enemigo, o
hasta el lugar donde queríamos llegar. Asimismo fueron usados por
los ingenieros para valorar el Meridiano, que a finales del siglo
XVIII lograron estimarlo en 40.000.000 metros (pese a tener
errores).
Abajo, de
nuevo una foto de la exposición del Museo de las Ferias de Medina
del Campo, dedicada al cambista y banquero Simón Ruiz
-agradecemos a esta institución nos permita divulgar nuestras
imágenes-. En este caso vemos pesas más rudimentarias, junto a
cartas y letras de cambio del siglo XVI.
AL
LADO: El
autor de este artículo, hace varios años; junto a una columna con
la estatua del rey David (tocando el arpa), a la entrada de la
Catedral de Santiago de Compostela.
.
.
.
.
.
.
.
.
.
.
.
.
.
.
.
..
.
.
.
.
.
.
.
.
.
.
.
.
.
.
..
.
.
.
.
.
-----------------------------------------------------
.
.
.
.
-----------------------------------------------------
CITAS:
-----------------------------------------------------
(1):
EL
ARCA DE LA ALIANZA; Óscar Vallet (Edimat,
Madrid 2007)
.
(2):
Op.
Cita (1)
pag 8.
.
(3):
Op.
Cita (1)
pag 19.
.
(4):
Op.
Cita (1)
pags 21-22.
.
(5):
Suponemos que Vallet aquí se refiere a los Colhnagim, descendientes
de Aarón.
.
(6):
Op.
Cita (1)
pags 61-62.
.
(7):
Op.
Cita (1)
pags 64-65.
.
(8):
Op.
Cita (1)
pags 69-73.
.
(9):
Op.
Cita (1)
pags 74-75.
.
(10):
Acerca
de las reliquias, su uso bélico y cultural, o sus traslados durante
La Reconquista; recomendamos leer la separata de Andrea Mariana
Navarro (de la Universidad de Tucumán)
SANCTI
VIATORES:
PREDICACIONES, VISIONES, APARICIONES Y
TRASLADO
DE RELIQUIAS
EN
ANDALUCÍA (S. V –XVII)
HID
39 (2012) páginas
153-183
liberada
en la Red, formato Pdf
.
(11):
Op.
Cita (1)
pags 80-83.
.
(12):
Para
comprender esta función de los betilos aerolíticos en la antigüedad
y su veneración en los templos más remotos. Les recomendamos leer
mis artículos:
-
Dioses del comercio y la prosperidad, venidos del cielo. (de Lo
invisible en la mitología: Los bueyes de Gerión en el tesoro de El
Carambolo. Parte XXXIII). -PROCEDENCIA
DIVINA DE LOS METALES Y SENTIDO SAGRADO DE LAS JOYAS-
VER:
http://loinvisibleenelarte.blogspot.com.es/2012/01/1-6.html
- Mercurio dios del comercio y la prosperidad. (de Lo invisible en la mitología: Los bueyes de Gerión en el tesoro de El Carambolo. Parte XXXIV). -LOS DIOSES QUE ENVÍAN EL ORO Y LA PROSPERIDAD, RELACIÓN DE LA JOYERÍA CON LOS ASTROS-
- Mercurio dios del comercio y la prosperidad. (de Lo invisible en la mitología: Los bueyes de Gerión en el tesoro de El Carambolo. Parte XXXIV). -LOS DIOSES QUE ENVÍAN EL ORO Y LA PROSPERIDAD, RELACIÓN DE LA JOYERÍA CON LOS ASTROS-
VER:
http://loinvisibleenelarte.blogspot.com.es/2012/01/1-9.html
.
(13):
A
los interesados en el tema de los Oráculos en la antigüedad y su
situación sobre cooredenadas telúricas, recomendamos leer nuestro
artículo:
“SECRETOS
DE LOS ORÁCULOS" (Capítulo
106 de: "Los bueyes de Gerión en el Tesoro de El Carambolo"):
LLEGAMOS A LA CONCLUSIÓN DE QUE LOS OMPHALOS SITUADOS EN LOS TEMPLOS
ORACULARES TIENEN SUS ORÍGENES EN PUNTOS GEODÉSICOS. MÁS
CONCRETAMENTE PUEDE DEMOSTARSE QUE LA FUNDACIÓN DE GIZA EN EL
PARALELO 30º, O DE ATENAS EN EL 38º; SE LLEVARON A CABO POR MOTIVOS
DE ORIENTACIÓN. SITUADOS SOBRE PUNTOS GEODÉSICOS, IMPRESCINDIBLES
DURANTE LA ANTIGÜEDAD PARA PODER VIAJAR Y LOCALIZAR POBLACIONES.
http://loinvisibleenelarte.blogspot.com.es/2015_07_01_archive.html
.
(14):
Desde
la página 85 y hasta más allá de la 95, Óscar Vallet se afana en
exponer teorías propuestas pr varios investigadores modernos, y que
a mi juicio son absurdas. Pues llegan a considerar El Arca un posible
condensador eléctrico, un sistema de energías magnéticas e incluso
un generador nuclear. Todo ello llega a unirlo con el poder de las
Pirámides, creando el típico batiburrillo en el que siempre
terminan aterrizando los extraterrestres.... Pues nada de lo que se
dice tiene sentido ni explicación.
Op.
Cita (1)
pags 85-95.
.
(15):
DE
ESTE MODO NARRA FLAVIO JOSEFO SU USO COMO ESTANDARTE DE AVANZADA Y
APOYO A LOS EJÉRCITOS ISRAELITAS.
Flavio
Josefo Antigüedades judías. Texto traducido desde el griego por J.
Farré; publicado
en
Buenos
Aires, en 1961 (Ed. Acervo Cultural).
LIBRO
V
CAPITULO
I
Josué,
comandante de los hebreos, hace la guerra a loscananeos, los vence,
los destruye y divide la tierra por sorteo entre las tribus de Israel
3.
Dos días más tarde Josué hizo pasar al ejército y toda la
multitud de la siguiente manera: Primero avanzaron los sacerdotes,
con el arca; luego los levitas conduciendo el tabernáculo y los
vasos de los sacrificios; después les siguió la multitud, por
tribus, llevando a las mujeres y los niños en el centro, para que no
los arrastrara la corriente.
4.
Los hebreos avanzaron cincuenta estadios más e instalaron el
campamento a diez estadios de Jericó. Josué erigió un altar con
las piedras que los jefes de las tribus, por orden del profeta,
habían sacado de la profundidad, para que fuera un recuerdo del
retroceso del río y para ofrecer en él sacrificios aDios. En aquel
sitio celebraron la pascua, y consiguieron en abundancia todas las
cosas que querían, porque cosecharon el
grano
de los cananeos, ue estaba a punto, y tomaron otras cosas como botín,
porque ya no recibieron más el maná, que había sido anteriormente
su alimento y que habían comido durante
cuarenta
años.
5.
Mientras hacían eso los israelitas, los cananeos no los atacaron;
permanecieron quietos dentro de sus murallas, y Josué resolvió
ponerles sitio. El primer día de la fiesta2 los sacerdotes
condujeron el arca, rodeada por un grupo de hombres armados, para
hacerle guardia. Los sacerdotes iban delante, soplando las siete
trompetas, y exhortando al ejército a que tuviera valor y marchara
alrededor de la ciudad, seguido por el senado.
6.
Dicho esto, y después de poner en orden al ejército, lo condujo
contra la ciudad. Volvieron a marchar en derredor de ella, con el
arca a la cabeza, y los sacerdotes animando al pueblo a obrar con
fervor. Dieron siete vueltas a la ciudad y permanecieron un instante
inmóviles y luego las murallas se derrumbaron sin que los hebreos
les hubiesen aplicado ningún instrumento guerrero ni ninguna otra
fuerza.
.
(16):
Flavio
Josefo Antigüedades judías. Texto traducido desde el griego por J.
Farré; publicado
en
Buenos
Aires, en 1961 (Ed. Acervo Cultural).
LIBRO
V
CAPITULO
XI
Los
filisteos derrotan a los hebreos y se apoderan del arca.
Muerte
de Eli
1.
En aquel tiempo los filisteos hicieron la guerra a los israelitas,
instalando
el campamento en la ciudad de Afee. Poco
después
se presentaron los israelitas, y al día siguiente
entablaron
combate. Los filisteos obtuvieron la victoria y
mataron
más de cuatro mil hebreos, persiguiendo al resto de la
multitud
hasta su campamento.
2.
Temiendo los hebreos lo peor, llamaron al senado y al sumo
sacerdote
y pidieron que trajeran el arca de Dios, porque,
estando
en formación con el arca entre ellos, serían difíciles de
vencer.
No pensaban que aquel que los había condenado a sufrir
esa
calamidad era más grande que el arca y que sólo por él se
honraba
al arca.
Trajeron
el arca y con él a los hijos del sumo sacerdote, a
quienes
su padre les había dicho que si pretendían sobrevivir a
la
toma del arca no volvieran a presentarse ante él. Fineés ya
oficiaba
a la sazón como sumo sacerdote, porque su padre había
renunciado
al cargo en su favor, por su avanzada edad.
Los
hebreos se sintieron llenos de valor, suponiendo que con
la
llegada del arca serían difíciles de vencer por el enemigo.
También
el enemigo se sintió preocupado, temerosos por la
llegada
del arca de los israelitas. Pero el resultado no fué como lo
preveían
ambos bandos. Entablada la batalla la victoria que
esperaban
los hebreos fué ganada por los filisteos, y la derrota
que
temían los filisteos, le tocó a los israelitas, quienes
comprobaron
que habían confiado en vano en el arca (...)
3.
Cuando llegó a Siló la noticia de la derrota con la captura
del
arca (un joven benjaminita, que había combatido, actuó como
mensajero),
la ciudad se llenó de lamentos. Eli, el sumo
sacerdote,
que se hallaba sentado en un trono alto junto a una de
las
puertas, oyó el llanto y los gritos y pensó que había ocurrido
algo
extraño a su familia. (...)
.
LIBRO
VI
Comprende
un lapsode treinta y dos años
CAPITULO
I
Los
filisteos y su tierra sufren calamidades, por la ira de
Dios,
a causa de haberse llevado cautiva el arca. La de
vuelven
a los hebreos
1.
Cuando los filisteos capturaron el arca de los hebreos, como
dije
poco antes, la llevaron a la ciudad de Azot, y la pusieron
junto
a su dios, que se llamaba Dagón, como parte del botín. Pero
cuando
entraron a la mañana siguiente en el templo, para
adorar
a su dios, lo encontraron adorando a su vez al arca:
estaba
tirado en el suelo, como si se hubiese caído de su pedestal.
Muy
preocupados, lo levantaron y lo colocaron de nuevo en su
sitio.
Y cada vez que entraban hallaban a Dagón tendido en el
suelo,
en actitud de adorar al arca 1. Los filisteos quedaron
sumamente
preocupados y confusos.
Finalmente
Dios envió una enfermedad destructora a la
ciudad
y la comarca de Azot; muchos fueron víctima de la
disentería
o flujo, mal doloroso que mataba de golpe. Antes de
que
el alma pudiera, como es habitual en las muertes sencillas,
separarse
del cuerpo, a los atacados se les revolvían las
entrañas,
vomitaban todo lo que habían comido y quedaban
completamente
putrefactos por la enfermedad.
En
cuanto a los frutos del campo salió de la tierra una gran
cantidad
de ratones que no perdonaron ni las plantas ni los
frutos.
Mientras el pueblo de Azot sufría estas calamidades
insoporta
(...)
3.
Resolvieron aceptar como prudentes las palabras de esos
hombres,
e hicieron lo que habían indicado. Llevaron el carro a
un
cruce de tres caminos y lo dejaron. La yunta de vacas tomó el
camino
correcto, como si alguien la guiara, mientras los jefes
filisteos
la seguían deseosos de averiguar dónde se detendría o a
donde
se dirigiría. (...)
.
CAPITULO
II
La
expedición de los filisteos contra los hebreos, y la victoria de
éstos
bajo el mando del profeta Samuel, que fué su
general
1.
Mientras el arca estuvo en la ciudad de Cariatiarima todo
el
pueblo se dedicó a ofrecer continuamente oraciones y
sacrificios
a Dios, demostrando celo y empeño en su adoración.
Viendo
el profeta Samuel que estaban muy dispuestos a cumplir
con
su deber, pensó que aquél era el momento oportuno para
hablarles
sobre la recuperación de la libertad y las bendiciones
que
ésta traía consigo. Para eso usó las palabras que consideró
más
apropiadas para excitar su inclinación y para convencerlos
que
lo intentaran.
.
CAPITULO
IV
David
derrota dos veces a los filisteos que atacan a Jerusalén.
2.
Después del feliz resultado de la batalla, David creyó conveniente,
consultándolo
con los ancianos, los jefes y los capitanes
de
las milicias, enviar a buscar a los compatriotas de todo el país
que
estaban en la flor de la edad, a los sacerdotes y a los levitas,
para
dirigirse a Cariatiarima a sacar el arca de Dios de esa
ciudad
y transportarla a Jerusalén, donde la conservarían,
ofreciendo
ante ella los sacrificios y las honras que complacían a
Dios.
Si lo hubiesen hecho en el reinado de Saúl, no habrían
sufrido
tantas desventuras.
Reunido
el pueblo como lo habían resuelto, el rey se dirigió
hacia
el arca, que el sacerdote sacó de la casa de Aminadab, y la
depositó
en un carro nuevo, permitiendo a sus hermanos e hijos
que
la arrastraran junto con los bueyes. Delante marchaba el rey
y
toda la multitud del pueblo, cantando himnos a Dios y todas
sus
canciones habituales y así llevaron el arca a Jerusalén, entre
los
sones de los instrumentos musicales, trompetas y címbalos,
danzando
y entonando salmos.
Al
llegar a la era de Cidón, Ozas fué muerto por la ira de
Dios;
porque como los bueyes sacudían el arca tendió la mano
para
sostenerla. Como no era sacerdote y tocó el arca, Dios lo
hirió
de muerte.
El
rey y el pueblo quedaron muy afligidos por la muerte de
Ozas;
aquel sitio se llama desde entonces Quiebra de Ozas.
Temeroso
David de que si recibía el arca en la ciudad podría
sufrir
la misma suerte que Ozas, la llevó a la casa de un hombre
justo,
llamado Obedam, de familia levita, y la depositó allí.
Quedó
en ese sitio tres meses, durante los cuales hizo prosperar
a
la casa de Obedam y le confirió muchas bendiciones.
Cuando
el rey supo lo que le había ocurrido a Obedam, que de
hombre
pobre que era se había vuelto de pronto opulento y era la
envidia
de todos los que veían o preguntaban por su casa, y
animado
por la esperanza de que no sufriría desgracias, transfirió
el
arca a su casa. La transportaron los sacerdotes,
precedidos
por siete compañías de cantores, preparados por el
rey,
y él mismo que tocaba el arpa y acompañaba la música.
Cuando
lo vió su esposa Mijal, la hija de nuestro primer rey
Saúl,
se echó a reír. Trajeron el arca y lo instalaron bajo el
tabernáculo
preparado por David y éste ofreció costosos
sacrificios
y ofrendas de paz.
4.
Viendo el rey que sus cosas progresaban a diario, por la
voluntad
de Dios, pensó que sería ofenderlo si dejaba el arca en
un
tabernáculo, mientras él vivía en casas de cedro de gran
altura
magníficamente arregladas. Decidió construir un templo
dedicado
a Dios, como el que Moisés había predicho que se
levantaría.
Después de discutirlo con el profeta Natán, que lo
animó
a hacer lo que pensaba, puesto que Dios estaba con él y
era
su asistente en todo, se dispuso con más ánimo a edificar el
templo.
.
CAPITULO
XIV
David
hace preparativos para la construcción del Templo.
Sublevación
de Adonías. David nombra sucesor a Salomón
2.
David llamó a su hijo Salomón y le encargó que cuando
recibiera
el trono levantara un templo a Dios.(...)
David
exhortó a los jefes del pueblo a que asistieran a su hijo
en
la construcción, y que luego, libres de desventuras, emplearan
el
tiempo libre en honrar a Dios. De este modo gozarían de paz y
de
una vida dichosa, con cuyas bendiciones Dios recompensa a
los
piadosos y justos. Ordenó además que cuando estuviese construido
el
templo, depositaran en su interior el arca y los vasos sagrados,
.
LIBRO
VIII
Comprende
un lapso de ciento sesenta y tres años
CAPITULO
III
La
construcción del Templo. Sus dependencias.
3.
Instaló en el sanctasantórum, que tenia veinte codos de ancho
e
igual dimensión de largo, dos querubines de oro macizo de
cinco
codos de alto cada uno; tenían dos alas cada uno tendidas
en
una extensión de cinco codos. Salomón los puso uno cerca del
otro,
de modo que con un ala tocaban la pared austral de la
cámara,
y con la otra la septentrional; las otras dos alas, que se
tocaban
entre sí, cubrían el arca, instalada entre ellas. Pero
nadie
sabe, ni se imagina siquiera, qué forma tenían esos
querubines.
.
CAPITULO
IV
Salomón
translada el arca al Templo, ruega a Dios y le
ofrece
sacrificios públicos
1.
El rey Salomón concluyó esas obras , esos grandes y
hermosos
edificios, con todos los tesoros depositados en el
Templo,
en el término de siete años, dando una demostración de
sus
riquezas y su decisión al realizar en tan poco tiempo una
obra
de esa magnitud, que cualquiera que la viera creería que
había
demandado siglos para hacerla. Escribió entonces a los
jefes
y los ancianos de los hebreos ordenándoles que reunieran al
pueblo
en Jerusalén para que vieran el Templo y para
transportar
el arca de Dios. Recibida la citación de concurrir a
Jerusalén,
se reunieron finalmente en el séptimo mes, el que
nuestros
compatriotas llaman tisri y los madeconios
hiperbereteon.
Era precisamente la época de la fiesta de los
Tabernáculos,
celebrada por los hebreos como una de las
solemnidades
más santas e importantes.
Fueron
a buscar el arca y el tabernáculo que había erigido
Moisés
y todos los vasos destinados al servicio de los sacrificios
divinos,
y los transportaron al Templo. (....)
De
estemodo fué conducida el arca. Pero cuando hubo que introducirla
en
el sanctasanctórum el pueblo se retiró y únicamente los
sacerdotes
la transportaron y la colocaron entre los dos
querubines,
que con los extremos unidos de sus alas (así los
había
hecho el artífice), cubrieron el arca formándole encima una
especie
de tienda o cúpula.
El
arca no contenía más que dos tablas de piedra que conservaban
grabados
los diez mandamientos transmitidos por Dios a
Moisés
en el monte Sinaí. El candelabro, la mesa y el altar de
oro,
los pusieron en el Templo delante del sanctasanctórum”
.
(17):
Op.
Cita (1)
pags 102 y ss.
.
(18):
CONSTRUCCIÓN
DEL TABERNÁCULO
EXODO
CAP. 25:
"8.
Y me harán un santuario,
y yo habitaré
entre ellos. 9 Conforme a todo lo que yo te
muestre, el diseño del tabernáculo y
el diseño de todos susenseres, así lo haréis. 10 Harán también
un arca de madera
de acacia, cuya longitud será
de dos codos y medio, y suanchura de codo y medio, y su
altura de codo y medio. 11 Y la recubrirás
de oro puro; por
dentro y por fuera la recubrirás, y
harás sobre ella
una cornisa de
oro alrededor. 12 Y para ella fundirás
cuatro argollas de
oro, que pondrás ensus cuatro esquinas, dos argollas
a un lado de ella y dos argollasal otro lado.
13 Y harás unas varas de madera de
acacia, las cuales recubrirás de
oro. 14 Y meterás las varas por lasargollas a los lados del
arca, parallevar el arca con ellas. 15 Las
varas quedarán en las argollas del arca; no se quitarán de ella. 16
Y pondrás en el arca el testimonio
que yo te daré. 17 Y harás un
propiciatorio de
oro fino, cuya
longitud será de dos
codos y medio, y su anchura de
codo y medio 18 Harás también dos
querubines de
oro; labrados a
martillo y los
harás en los dos extremos
del propiciatorio. 19 Harás, pues, un
querubín en un
extremo, y un querubín en elotro extremo; harás el propiciatorio
con los querubines
en sus dos
extremos, de
una sola pieza. 20 Y los querubines extenderán
por encima las alas, cubriendo
el propiciatorio con sus alas;
sus rostros estarán el uno enfrente
del otro; mirando
hacia el propiciatorio
los rostros de
los querubines. 21
Y pondrás el propiciatorio encima
del arca, y en el
arca pondrás
el testimonio
que yote daré. 22 Y allí me reuniré
contigo, y hablaré
contigo desde el propiciatorio,
de entre los
dos querubines
que están sobre el
arca del
testimonio, de
todo lo que yo te mande para
los hijos de Israel. 23 Harás asimismo una mesa
de madera de acacia; su longitud
será de dos codos, y de un codo su anchura,
y su altura de codo y medio. 24 Y la recubrirás de oro puro
y le harás una cornisa de oro alrededor. 25 Le harás también una
moldura alrededor, del ancho de un palmo menor, y le hará una
cornisa de oro alrededor de la moldura. 26 Y le harás cuatro
argollas de oro, las cuales pondrás en las cuatro esquinas que
corresponden a sus cuatro patas. 27 Las argollas estarán cerca del
borde para colocar en ellas las varas para llevar la mesa. 28 Y harás
las varas de madera de acacia y las recubrirás de oro, y con ellas
será llevada la mesa. 29 Harás también sus platos, y sus cucharas,
y sus cubiertas y sus tazones con que se libará; de oro fino los
harás. 30 Y pondrás sobre la mesa el pan de la proposición
delante de mí continuamente. 31 Harás además un candelabro de oro
puro; labrado a martillo se hará el candelabro; su pie, su caña,
sus copas, sus cálices y sus flores serán de una sola pieza. 32 Y
saldrán seis brazos de sus lados: tres brazos del candelabro de un
lado y tres brazos del candelabro del otro lado.
33
Tres copas en forma de flor de almendro en un brazo, un cáliz y una
flor; y tres copas en forma de flor de almendro en el otro brazo,
un cáliz y una flor; así en los seis brazos que salen del
candelabro. 34 Y en la caña del candelabro habrá cuatro copas en
forma de flor de almendro, sus cálices y sus flores. 35 Habrá un
cáliz debajo de los dos brazos del mismo, otro cáliz debajo de los
otros dos brazos del mismo, y otro cáliz debajo de los otros dos
brazos del mismo, conforme a los seis brazos que salen del
candelabro. 36 Sus cálices y sus brazos serán de una sola pieza,
todo ello una pieza labrada a martillo, de oro puro. 37 Y le harás
siete lámparas, las cuales encenderás para que alumbren hacia
delante. 38 También sus despabiladeras y sus platillos, de oro puro.
39 De un talento de oro fino lo harás, con todos estos utensilios.
40 Y mira y hazlos conforme al modelo que te ha sido mostrado en el
monte”.
.
ÉXODO,
CAP. 26
“1
Y harás el tabernáculo de diez cortinas de lino torcido, y azul, y
púrpura y carmesí; y las harás con querubines de obra primorosa. 2
La longitud de cada cortina será de veintiocho codos, y la anchura
de cada cortina será de cuatro codos; todas las cortinas tendrán la
misma medida. 3 Cinco cortinas estarán unidas la una con la otra, y
las otras cinco cortinas unidas la una con la otra. 4 Y harás
lazadas de azul en la orilla de la última cortina del primer
conjunto; lo mismo harás en la orilla de la última cortina del
segundo conjunto. 5 Cincuenta lazadas harás en la primera cortina, y
cincuenta lazadas harás en el borde de la cortina que está en el
segundo conjunto; las lazadas estarán contrapuestas la una a la
otra. 6 Harás también cincuenta ganchos de oro, con los cuales
unirás las cortinas la una con la otra, y se formará un
tabernáculo. 7 Harás asimismo cortinas de pelo de cabra para una
cubierta sobre el tabernáculo; once cortinas harás. 8 La longitud
de cada cortina será de treinta codos, y la anchura de cada cortina
será de cuatro codos; la misma medida tendrán las once cortinas. 9
Y unirás cinco cortinas aparte y las otras seis cortinas
separadamente; y doblarás la sexta cortina en la parte frontal del
tabernáculo. 10 Y harás cincuenta lazadas en la orilla de la
cortina al borde del primer conjunto, y cincuenta lazadas en la
orilla de la otra cortina del segundo conjunto. 11 Harás asimismo
cincuenta ganchos de bronce, los cuales meterás por las lazadas; y
así unirás la tienda, para que se haga una sola. 12 Y el sobrante
que resulta de las cortinas de la tienda, la mitad de la cortina que
sobra, colgará a espaldas del tabernáculo. 13 Y un codo de un lado
y otro codo del otro de lo que sobra en la longitud de las cortinas
de la tienda, colgará sobre los lados del tabernáculo a un lado y
al otro, para cubrirlo. 14 Harás también a la tienda una cubierta
de pieles de carnero teñidas de rojo, y una cubierta de pieles de
tejón encima. 15 Y harás para el tabernáculo tablas de madera de
acacia que colocarás verticalmente. 16 La longitud de cada tabla
será de diez codos, y de codo y medio la anchura de cada
tabla.
17 Dos espigas tendrá cada tabla, trabadas la una con la otra; así
harás todas las tablas del tabernáculo. 18 Harás, pues, las tablas
del tabernáculo; veinte tablas para el lado del sur, hacia el sur.
19 Y harás cuarenta basas de plata debajo de las veinte tablas: dos
basas debajo de una tabla para sus dos espigas, y dos basas debajo de
la otra tabla para sus dos espigas. 20 Y al otro lado del
tabernáculo, al lado norte, harás veinte tablas, 21 y sus cuarenta
basas de plata; dos basas debajo de una tabla, y dos basas debajo de
la otra tabla. 22 Y para el lado posterior del tabernáculo, al
occidente, harás seis tablas. 23 Harás además dos tablas para las
esquinas del tabernáculo en los dos ángulos posteriores, 24 las
cuales se unirán desde abajo, y asimismo se juntarán por su alto
con un gozne; así será con las dos; formarán las dos esquinas. 25
De suerte que serán ocho tablas, con sus basas de plata: dieciséis
basas, dos basas debajo de una tabla y dos basas debajo de la otra
tabla. 26 Harás también cinco barras de madera de acacia para las
tablas de un lado del tabernáculo, 27 y cinco barras para las tablas
del otro lado del tabernáculo, y cinco barras para el lado posterior
del tabernáculo, que está al occidente. 28 Y la barra del centro
pasará a media altura de las tablas, de un extremo al otro. 29 Y
recubrirás de oro las tablas, y harás sus argollas de oro para
meter por ellas las barras; también recubrirás de oro las barras.
30 Y armarás el tabernáculo conforme al modelo que te fue mostrado
en el monte. 31 Y harás también un velo de azul, y púrpura, y
carmesí y de lino torcido; será hecho de primorosa labor, con
querubines. 32 Y lo colgarás con clavijas de oro sobre cuatro
columnas de madera de acacia recubiertas de oro, sobre basas de
plata. 33 Y colgarás el velo debajo de los ganchos, y detrás del
velo colocarás el arca del testimonio; y aquel velo os hará
separación entre el lugar santo y el lugar santísimo. 34 Y pondrás
el propiciatorio sobre el arca del testimonio en el lugar santísimo.
35
Y pondrás la mesa fuera del velo, y el candelabro enfrente de la
mesa en el lado sur del tabernáculo; y pondrás la mesa en el lado
norte. 36 Y harás para la entrada del tabernáculo una cortina de
azul, y púrpura, y carmesí y lino torcido, obra de bordador. 37 Y
harás para la cortina cinco columnas de madera de acacia, las cuales
recubrirás de oro, con sus clavijas de oro; y fundirás para ellas
cinco basas de bronce”.
.
SANTA
BIBLIA, EN VERSIÓN REINA-VARELA
Antigua
versión de Casiodoro de Reina (1569) revisada por Cipriano de Valera
(1602)
Otras
revisiones: 1862 y1909
.
NARRA
FLAVIO JOSEFO LA CONSTRUCCIÓN DEL TABERNÁCULO Y LA DEL ARCA, EN
ANTIGÜEDADES DE LOS JUDÍOS
LIBRO
III
CAPITULO
VI
“El
tabernáculo que Moisés construye en el desierto en honor de Dios, y
que sirve de templo”
1.
Jubilosos por lo que habían visto y oído a su conductor, los
israelitas
no fueron remisos en demostrar sus habilidades;
trajeron
plata, oro y bronce, maderas de las mejores clases, que
no
se arruinarían por la putrefacción, pelo de camellos, cueros de
carnero,
algunos de ellos teñidos de azul, otros de rojo. Unos
trajeron
la flor para el color púrpura, otros para el blanco, y
lana,
teñida con las flores nombradas, y lino fino, y piedras
preciosas,
que los que usaban adornos costosos engastaban en
monturas
de oro. Llevaron también gran cantidad de especias.
Con
estos materiales Moisés construyó el tabernáculo, que no
difería
en nada de un templo móvil y ambulante. Reunidas con
gran
diligencia todas esas cosas, porque todos tenían la ambición
de
hacer más de lo que podían, nombró los arquitectos para la
obra,
por orden de Dios, que fueron por cierto los mismos que el
pueblo
habría elegido si les hubiesen encargado la elección. Sus
nombres
figuran en los libros sagrados; eran Beseleel, hijo de
Uri,
de la tribu de Judá, nieto de Miriam, la hermana del
conductor,
y Eliab hijo de Isamac, de la tribu de Dan.
El
pueblo prosiguió la tarea que había emprendido con tanta
actividad
que Moisés se vió obligado a contenerlos, proclamando
que
lo que habían traído era suficiente, según informaban los
artífices.
Se
entregaron entonces
a la
construcción del
tabernáculo.
Moisés
les
informó, de acuerdo con las directivas de Dios, las
medidas que
debía
tener, y su tamaño; y cuántos vasos debía
contener para uso
de
los sacrificios. También las mujeres
querían hacer su parte, con
respecto
a las vestimentas de los sacerdotes
y de otras cosas,
que
harían falta, tanto para los ornamentos
como para el mismo servicio divino.
2.
Preparadas todas las cosas, el oro, la plata, el bronce, los
tejidos,
Moisés,
que había anunciado anticipadamente que se haría
una fiesta,
ofreciéndose
sacrificios de acuerdo con la capacidad de
cada cual,
erigió
el tabernáculo.
Midió el
atrio abierto,
de cincuenta
codos de ancho
y
cien de largo, puso columnas de bronce,
de cinco codos de altura,
veinte
en cada uno de los costados más
largos, y diez columnas en
el
ancho posterior. Todas las
columnas tenían un anillo. Los capiteles
eran
de plata, pero las
bases de bronce; parecían puntas de lanza y
eran
de bronce, fijas en
el suelo. Pasaron cuerdas por los anillos, atados
por
la otra punta a
clavos de bronce de un codo de largo, clavados en
el
suelo junto a cada columna, para sostener el
tabernáculo y evitar
que
lo sacudiesen los vientos. Una cortina de lino fino y suave
rodeaba
todas
las columnas, y colgaba libremente de los capiteles;
envolvía todo
el
espacio y
parecía una
pared que
lo rodeara.
Así
fué la estructura de tres costados del recinto. El cuarto,
que
tenía cincuenta codos de longitud, era el frente del conjunto;
veinte
codos eran para la abertura de las entradas, donde había
dos
columnas de cada lado, pareciendo puertas abiertas; estaban
hechas
totalmente de plata, pulidas, excepto las bases que eran
de
bronce. A cada lado de la entrada tres columnas, insertadas
en
la base cóncava del portal, con el que hacían juego.
Rodeándolas
había una cortina de lino fino. En el portal mismo,
de
veinte codos de largo y cinco de altura, la cortina era de
púrpura,
rojo y azul, lino fino y bordado con muchas y diversas
clases
de figuras, excepto figuras de animales. Dentro del portal
estaba
la jofaina de bronce para la purificación, con una base
debajo,
del mismo metal, donde el sacerdote pudiera lavarse las
manos
y rociarse los pies. Esa fué la construcción ornamental del
recinto
que rodeaba el atrio del tabernáculo, y que estaba
expuesto
al aire libre.
3.
En cuanto al tabernáculo mismo, Moisés lo ubicó en el
centro
de ese atrio, dando frente al este, de modo que recibiera
los
primeros rayos del sol. Su longitud, una vez instalado, era de
treinta
codos, y su ancho de doce. Una de las paredes daba al sud
y
la otra estaba expuesta al norte, quedando el oeste en la parte
posterior.
Fue necesario que su altura fuera igual a su ancho.
Había
también columnas de madera, veinte a cada lado; estaban
talladas
de forma rectangular, de un codo y medio de ancho y
cuatro
dedos de espesor; tenían colocadas de ambos lados finas
placas
de plata en dos lados, el de dentro y el de fuera; cada una
de
ellas tenía dos espigas de plata insertadas en la base,
habiendo
en cada base un receptáculo para recibir las espigas.
Las
columnas de la pared del oeste eran seis. Las espigas y
los
quicios, exactamente fijados unos en otros, de modo que las
junturas
fueran invisibles, parecían una sola pared unida,
cubierta
de oro, por dentro y por fuera. El número de columnas
era
el mismo en los lados opuestos; había veinte en cada lado.
Cada
una de ellas tenía un espesor de un tercio de palmo, y de
ese
modo formaban los treinta codos entre ellos. Pero en la pared
posterior,
donde las seis columnas sólo sumaban nueve codos,
hicieron
otras dos columnas, de un codo, y las pusieron en las
esquinas,
haciéndolas igualmente finas como las otras.
Todas
las columnas tenían anillos de oro en la cara externa,
como
si se hubieran arraigado en las columnas, y formaban una
fila
por la que pasaron varillas forradas de oro, de cinco codos de
largo
cada una, las que unían las columnas pasando la cabeza de
un
varilla dentro de la otra, como las espigas insertas una en
otra.
En la pared de atrás sólo había una fila de varillas que pasaba
por
todas las
columnas, en
cuya fila
entraban las
puntas de
las varillas
de
los costados de la pared más larga, machihembrados
firmemente
para
que el tabernáculo no se moviera, ni
sacudido por el viento ni por
otros
medios, y para que permaneciera
continuamente
quieto e
inmóvil.
4.
En cuanto a la parte interior, Moisés la dividió a lo largo en
tres
porciones. A diez codos del extremo más secreto Moisés situó
cuatro
columnas, hechas de igual manera que las otras y con la
misma
base, y colocadas a poca distancia una de otra. El espacio
al
que rodeaban estas columnas era el lugar más sagrado. El
resto
del espacio era el tabernáculo, abierto para los sacerdotes.
Esta
proporción de las medidas del tabernáculo resultaron
ser
una imitación de la organización del mundo; porque esa
tercera
parte que estaba dentro de las cuatro columnas, en la
que
no podían entrar los sacerdotes era, por así decir, un cielo,
reservado
a Dios. El espacio de los veinte codos era, por así decir,
mar
y tierra, accesible a los hombres; por eso esta parte estaba
reservada
a los sacerdotes.
Al
frente, donde se hizo la entrada, pusieron columnas de oro,
sobre
bases de bronce, en número de siete; luego tendieron sobre
el
tabernáculo velos de lino fino, de color púrpura, rojo y azul, y
bordados.
El primer velo tenía diez codos por lado, y lo extendieron
sobre
las columnas que dividían el templo, ocultando el
sitio
más sagrado; ese velo hacía que esa parte no fuera visible
para
nadie. Todo el templo se llamaba el lugar sagrado, pero esa
parte
que estaba dentro de las cuatro columnas, en la que no
podía
entrar nadie, se llamaba el sanctasanctórum.
El
velo era muy hermoso, bordado con las flores que produce
la
tierra, y llevaba tejidas todas las variedades que pudieran ser
ornamentales,
exceptuando formas de animales. Había otro velo
cubriendo
las cinco columnas de la entrada. Era como el anterior
en
su tamaño, textura y color. En la esquina de cada columna un
anillo
lo sostenía de arriba abajo hasta la mitad de las columnas
siendo
la otra mitad una entrada para los sacerdotes que se
desli.
zaban debajo de él. Sobre aquél había un velo de lino, del
mismo
largo que el anterior; se corría hacia un lado o hacia el
otro
por medio de cuerdas, cuyas anillas, fijadas en el tejido del
velo
y en las cuerdas, servían para correrlo y descorrerlo y para
soste.
nerlo en las esquinas, de modo que una vez corrido no
estorbase
la vista del santuario, sobre todo en los días solemnes.
En
otros días, especialmente cuando el tiempo amenazaba nevar,
se
extendía, suministrando al velo una cubierta de diversos
colores.
De ahí de. riva nuestra costumbre de colocar sobre la
entrada,
después de la construcción del templo, un hermoso velo
de
lino.
Las
otras diez cortinas tenían cuatro codos de ancho y veintiocho de
largo,
con broches de oro, para unir una cortina con otra,
lo
que hacían tan exactamente que parecían una sola cortina en.
tera.
Estaban extendidas sobre el templo y cubrían toda la parte
superior
y partes de las paredes, a los costados y por detrás,
hasta
un codo del suelo. Había otras cortinas del mismo ancho,
pero
una más en número, y más largas, porque tenían treinta
codos
de largo; estaban tejidas con pelo, con la misma delicadeza
que
las de lana, y caían flojamente hasta el suelo, pareciendo en
el
portal un frente triangular con una elevación; la undécima
cortina
era usada precisamente con ese objeto.
Encima
de aquéllas había otras cortinas hechas de piel, que
daban
cubierta y protección a las hiladas, pero cuando hacía
calor
y llovía. Era grande la sorpresa de los que veían esas
cortinas
desde lejos, porque no se diferenciaban en nada del color
del
cielo. Las que estaban hechas de pelo y de piel llegaban hasta
abajo
como el velo del portal, y protegían contra el calor del sol y
contra
los daños que pudiera ocasionar la lluvia. De ese modo fué
erigido
el tabernáculo.
5.
También hicieron un arca, consagrada a Dios, de madera
fuerte
que no se pudría. La llamaban, en nuestro idioma, erón.
Fué
construída de este modo: Su largo era de cinco palmos, y su
ancho
y alto de tres palmos cada uno. Estaba toda recubierta de
oro,
por dentro y por fuera, de modo que no se veía la madera.
Tenía
además una cubierta, unida por medio de goznes de oro,y
de
una manera extraordinaria; la cubierta era pareja por todas
partes,
y no presentaba eminencias que ocultaran su exacta
unión.
Había además dos anillas de oro en cada uno de sus
tablas
más largas, que pasaban por toda la madera; corrían por
ellas
varillas de oro que se extendían por todo el largo de cada
tabla,
para que por medio de ellas se pudiera moverla y sacarla,
cuando
llegara la ocasión. Porque no era conducida en un carro
por
bestias de carga, sino en los hombros de los sacerdotes.
Sobre
la cubierta había dos imágenes, que los hebreos llaman
querubirn.
Son seres alados, pero su forma no es parecida a
ninguna
de las criaturas que hayan visto los hombres, aunque
Moisés
dijo que él había visto seres como ésos junto al trono de
Dios.
En esta arca puso las dos tablas que tenían escritos los diez
mandamientos,
cinco en cada una, dos y medio de cada lado. El
arca
la instaló en el santuario.
6.
En el templo sagrado puso una mesa, como las de Delfos.
Su
largo era de dos codos, su ancho de un codo y su altura de
tres
palmos. Tenía patas, cuyas partes inferiores eran completas,
como
las que los dorios ponían en las camas, y las superiores de
forma
cuadrada. La mesa tenía un hueco en cada extremo, y una
cornisa
de cuatro dedos que la rodeaba como una espiral, por
arriba
y por abajo. En cada una de las patas había un anillo,
cerca
de la cubierta, por la que pasaban varas de madera dorada,
para
sacar la mesa cuando hacía falta, habiendo una cavidad
donde
se unía con los anillos. Porque no eran anillos enteros;
antes
de redondearse terminaban en agudas puntas, una de las
cuales
se insertaba en la parte prominente de la mesa y la otra
en
la pata; por ahí era conducida cuando viajaban.
En
esa mesa, que se hallaba al norte del templo, no lejos de la
parte
más sagrada, había doce hogazas de pan ázimo, seis en
cada
pila, una sobre otra. Estaban hechas con dos décimas
partes
de la harina más pura; la décima parte es una medida de
los
hebreos, y contiene siete cotylae atenienses. Encima de las
hogazas
había dos redomas llenas de incienso. Cada siete días
cambiaban
hogazas, el día que nosotros llamamos el sabat;
porque
al séptimo día le decimos el sabat. Pero de esas hogazas
volveremos
a hablar en otro sitio.
7.
Por encima de la mesa, cerca de la pared del sud, había un
candelabro
de oro fundido; hueco por dentro, pesaba cien minas,
peso
que los hebreos llaman cincares. Traducido al griego
significa
talento. Tenía sus borlas, sus lirios, sus granadas y sus
cuencos
(adornos que sumaban en total setenta) ; de ese modo la
caña
se elevaba desde una sola base y se desparramaba en
tantos
brazos como el número de planetas, incluyendo la luna.
Terminaba
en siete cabezas, puestas en fila, una al lado de la
otra.
Esos brazos llevaban siete lámparas, imitando el número
de
planetas, que miraban hacia el este y hacia el sud, estando el
candelabro
en posición oblicua.
8.
Entre el candelabro y la mesa que, como dijimos, estaban
dentro
del santuario, se hallaba el altar del incienso, hecho de
madera,
pero de la misma madera con que habían hecho los
vasos
anteriores, que no podía pudrirse. Estaba completamente
revestido
con una placa de oro. Su ancho en cada lado era de un
codo,
pero su altura el doble. Encima había una reja de oro,
extendida
sobre el altar, con una corona de oro que la rodeaba y
Delante
de este tabernáculo erigieron un altar de bronce, pero
hecho
de madera por dentro, de cinco codos por lado y tres de
alto,
adornado igualmente con láminas de bronce brillantes como
el
oro. Tenía también un hogar de malla, porque como no tenía
base
para recibirla, el suelo recibía el fuego del hogar. Junto al
altar
estaban los tazones, las redomas, los incensarios,
las calderas,
hechas
de oro. Los otros vasos, para los sacrificios, eran de
bronce.
Esta era la construcción del tabernáculo; y éstos son los
vasos
que le correspondían”.
Flavio
Josefo Antigüedades judías. Texto traducido desde el griego por J.
Farré; publicado
en
Buenos
Aires, en 1961 (Ed. Acervo Cultural).
.
(18a):
Flavio
Josefo Antigüedades judías.
LIBRO
III CAPITULO VI
2.
Preparadas todas las cosas, el oro, la plata, el bronce, los
tejidos,
Moisés,
que había anunciado anticipadamente que se haría
una fiesta,
ofreciéndose
sacrificios de acuerdo con la capacidad de
cada cual,
erigió
el tabernáculo.
Midió el
atrio abierto,
de cincuenta
codos de ancho
y
cien de largo, puso columnas de bronce,
de cinco codos de altura,
veinte
en cada uno de los costados más
largos, y diez columnas en
el
ancho posterior. Todas las
columnas tenían un anillo. Los capiteles
eran
de plata, pero las
bases de bronce; parecían puntas de lanza y
eran
de bronce, fijas en
el suelo.
.
(19):
Flavio
Josefo Antigüedades judías.
LIBRO
IX , CAPITULO
VI
Expedición
de Nabucodonosor contra Necao. Pesimistas
profecías
de Jeremías. Nabucodonosor entra en Jerusalén;
asesinato
de Joacim. Reinado de Joaquim
1.
En el cuarto año de su reinado, Nabucodonosor asumió el
gobierno
de los babilonios. Por el mismo tiempo y muy bien
pertrechado,ascendió
al pueblo de Carcamesa, situado en el
Eufrates,
con el propósito de hacer la guerra a Necao, rey de los
egipcios.
Bajo el dominio del último se encontraba toda la Siria.
Enterado
Necao de los propósitos de la expedición que el
babilonio
dirigía contra él no se abandonó, y dispuesto a hacerle
frente,
marchó hacia el Eufrates. Pero fué vencido en la batalla y
perdió
miríadas de hombres. En cuanto al babilonio, una vez
pasado
el Eufrates, sometió a su poder la Siria hasta Pelusio, con
la
excepción de Judá.
En
el cuarto año del reinado de Nabucodonosor, que era el
octavo
desde que Joacim gobernaba entre los hebreos, el
babilonio
con un gran ejército llevó la guerra contra los judíos,
exigiendo
un tributo a Joacim, amenazándolo con la guerra en el
caso
de que se negara. Atemorizado, éste compró la paz con
dinero
y pagó durante tres años el tributo que se le exigía.
3.
Poco después llegó el rey de los babilonios con un gran
ejército,
y Joacim lo recibió, por miedo de lo que había predicho
el
profeta, y con la esperanza de que nada malo acontecería,
puesto
que no le cerraba las puertas ni se había preparado para
la
guerra. Pero aquél, una vez dentro de la ciudad, no cumplió lo
prometido,
sino que hizo perecer a los más fuertes y hermosos de
los
jerosolimitanos juntamente con el rey, al cual mandó dejar
insepulto
fuera de las murallas; nombró a su hijo Joaquim rey de
la
ciudad y de la región. Hizo prisioneros a los principales del
pueblo
en número de tres mil y se los llevó a Babilonia; entre
ellos
se encontraba el profeta Ezequiel, todavía niño. Éste fué el
fin
del rey Joacim, habiendo vivido treinta y seis años y reinado
once.
Su sucesor, Joaquim, reinó tres meses y diez días; su
madre
era una ciudadana, de nombre Nosta.
CAPITULO
VII
Sitio
de Jerusalén. Joaquim es reemplazado por Sedecías.
Impiedad
de Sedecías. Profecías de Ezequiel. Sedecías se
subleva
contra los babilonios. Derrota de los egipcios, alia
dos
de Sedecías. Jeremías predice la ruina de Jerusalén y
del
Templo
3.
Después de ocho años de fidelidad a la alianza hecha con
los
babilonios, rompió sus compromisos, y se inclinó por los egipcios,
con
la esperanza de que, si se unía con ellos, abatiría por
completo
a los babilonios. Al saber esto el rey de los babilonios
marchó
en su contra, devastó la región y ocupó las plazas
fuertes,
y llegó a la misma ciudad de Jerusalén con el propósito
de
sitiarla.
4.
En el año noveno del reinado de Sedecías y en el día décimo
del
décimo mes, de nuevo el rey de los babilonios marchó contra
Jerusalén,
acampó frente a la ciudad y la sitió con gran ardor
por
espacio de dieciocho meses. Simultáneamente sobre la
Jerusalén
sitiada se abatieron el hambre y la peste, dos terribles
plagas,
que se propagaron en gran manera.
.
CAPITULO
VIII
Sitio
de Jerusalén. Caída de la ciudad. Sedecías es captu
rado.
Duración del reino de los judíos. Saqueo e incendio
del
Templo; deportación del pueblo y de los nobles. Muer
te
de Sedecías
5.
El babilonio envió a Jerusalén a su general Nabuzaradán
para
que saqueara el Templo; le ordenó que lo incendiara al
igual
que el palacio real, que arrasara la ciudad y transportara
el
pueblo a Babilonia. Llegó a Jerusalén en el año undécimo del
reinado
de Sedecías, saqueó el Templo, expropió los vasos de oro
y
plata consagrados a Dios, así como la gran vasija dedicada por
Salomón,
las columnas de bronce con sus capiteles, las mesas de
oro
y los candelabros. Después que se apoderó de todo esto,
incendió
el Templo en el quinto mes, en el día primero, año
undécimo
del reinado de Sedecías y el décimoctavo de
Nabucodonosor.
Incendió también el palacio y arrasó la ciudad.
El
Templo fué incendiado a los cuatrocientos setenta años, seis
meses
y diez días de su fundación 1 hacía mil sesenta y dos años,
seis
meses y diez días que el pueblo había salido de Egipto.
Desde
el diluvio hasta la destrucción del Templo habían pasado
mil
novecientos cincuenta y siete años, seis meses y diez días; y
desde
la creación de Adán, tres mil quinientos trece años, seis
meses
y diez días. Esto en cuanto al número de años; lo que
aconteció
durante este período lo hemos explicado
detalladamente.
El
general del rey de los babilonios, después de destruir el
Templo
y deportar al pueblo, hizo cautivos a Sareas, el sumo
pontífice,
y al que estaba en segundo lugar, Sofonías, a los tres
jefes
de la guardia del Templo, colocado al frente de
los
hombres de armas, siete amigos de Sedecías, su escriba y
otros
sesenta jefes. A todos ellos, con los vasos que robó, los llevó
a
Reblata, ciudad de Siria. Allí el rey hizo cortar la cabeza al
pontífice
y a los jefes, y se llevó a los cautivos a Babilonia, entre
ellos
a Sedecías. Además se llevó encadenado a Josadoc, sumo
pontífice,
hijo del sumo pontífice Sareas, a quien mató en
Reblata,
como hemos dicho antes.
7.
El rey, una vez en Babilonia, retuvo a Sedecías en la cárcel
hasta
que murió. Lo sepultó con honores reales. Dedicó a sus
dioses
los vasos de que había despojado al Templo de Jerusalén.
En
cuanto al pueblo lo estableció en el país de Babilonia y libró
al
pontífice de las cadenas.
.
(20):
Flavio
Josefo Antigüedades judías.
LIBRO
XI , CAPITULO I
Reconstrucción
de Jerusalén y del Templo. Restitución de
los
vasos sagrados
1.
En el año primero del reinado de Ciro, esto es a los setenta
años
de la transmigración de nuestro pueblo a Babilonia, Dios se
apiadó
de su cautividad y tribulaciones, según lo predijo
Jeremías
antes de la destrucción de la ciudad o sea que después
de
estar cautivos al servicio de Nabucodonosor y sus sucesores
por
espacio de setenta años, de nuevo regresarían a su tierra,
edificarían
al Templo y retornarían a la antigua prosperidad. Así
lo
predijo. Conmovieron estas profecías a Ciro
3.
Ciro les devolvió los vasos de Dios que el rey Nabucodonosor
trasladara
a Babilonia, después de haber hecho saquear el
Templo.
Encargó de estas tareas a Mitrídate, su tesorero, con
orden
de entregarlos a Abasaro, para que los guardara hasta que
el
Templo estuviera edificado, y luego se los diera a los
sacerdotes
y a los efes del Templo que lo reemplazarían.
También
envió una carta de este tenor a los sátrapas de Siria:
"El
rey Ciro a Sisines y Sarabasanes, salud.
"He
permitido a los judíos que habitan en mi reino, que si es
de
su agrado, regresen a su patria, reedifiquen su ciudad y restauren
el
Templo de Dios en Jerusalén, en el mismo lugar donde
se
encontraba antes. He enviado también a Mitrídate, mi
tesorero,
y a Zorobabel, jefe de los judíos, para que pongan los
fundamentos
del Templo y lo edifiquen, de una altura de sesenta
codos
y otros tantos de amplitud; harán tres ringleras de piedra
lisa
y una de madera del país, como también un altar en el que
sacrificarán
a Dios. Quiero tomar por mi cuenta los gastos que
todo
esto ocasione. Además he entregado a Mitrídate, mi
tesorero,
y a Zorobabel, jefe de los judíos, los vasos que el rey
Nabucodonosor
sus. trajo del Templo, para que los lleven a
Jerusalén
y los restituyan al Templo de Dios. Son los siguientes:
cincuenta
vasos de oro para refrescar, y cuatrocientos de plata;
cincuenta
copas de oro, y cuatrocientas de plata; cincuenta
jarrones
de oro, y quinientas de plata; cuarenta vasos de oro
para
las libaciones, y trescientos de plata; treinta copas de oro y
dos
mil cuatrocientas de plata, y además mil utensilios de
diversas
clases"
Flavio
Josefo Antigüedades judías. Texto traducido desde el griego por J.
Farré; publicado
en
Buenos
Aires, en 1961 (Ed. Acervo Cultural).
.
(21):
II
CRÓNICAS; cap 35
Cita
tomada de Op.
Cita (1)
pag 124
.
(22):
Flavio
Josefo Antigüedades judías. Texto traducido desde el griego por J.
Farré; publicado
en
Buenos
Aires, en 1961 (Ed. Acervo Cultural).
LIBRO
II (Moisés), CAPÍTULO X
"Tarbis,
la hija del rey de Etiopía, vió a Moisés
conduciendo
las tropas hasta la muralla y peleando con gran
valor.
Admirada por la sutileza de sus acometidas, y
comprendiendo
que él era el autor de los triunfos de los egipcios,
que
antes desespera. ban de recobrar la libertad, y el causante
del
gran peligro en que se hallaban los etíopes, que antes se
jactaban
de sus grandes victorias, se enamoró profundamente de
él.
Impulsada por su pasión, le envió al más fiel de sus sirvientes
para
tratar con él de su matrimonio. Moisés aceptó la oferta, con
la
condición de que se rindiera la ciudad; y le aseguró con
juramento
que la tomaría por esposa y que después de tomar la
ciudad
no quebrantaría su pro. mesa. Hecho el trato, se cumplió
inmediatamente.
Derrotados los etíopes, Moisés dió gracias a
Dios,
realizó el enlace y condujo a los egipcios de vuelta a su
patria”
.
(23):
Flavio
Josefo Antigüedades judías. Texto traducido desde el griego por J.
Farré; publicado
en
Buenos
Aires, en 1961 (Ed. Acervo Cultural).
LIBRO
II (Moisés), CAPÍTULO XII
.
(24):
A
los interesados en el tema, les recomendamos este interesante
articulo de la Jorge Álvarez
https://www.labrujulaverde.com/2017/09/el-rollo-de-cobre-el-manuscrito-del-mar-muerto-que-es-el-mapa-de-un-tesoro-oculto
.
Tanto
como el que presenta Wikipedia
.
(25):
Indice
general del blog TARTESSOS Y LO INVISIBLE EN EL ARTE. En el que se
contiene las más de cien entradas que hasta ahora hemos subido.
.
(26):
ARTÍCULO PUBLICADO EL: domingo, 16
de marzo de 2014
METROLOGÍA
Y PONDERALES EN EL MUNDO PRE-TARTESSIO
-Siguendo a Ruiz-Gálvez- (Parte primera: El significado de la
Metrología en la Antigüedad)
.
(27):
Éxodo
16:32-34 /// Hebreos 9:4 // Números 17:10 // I Reyes 8:9 // II
Crónicas 5:10 //
.
(28):
LA
LEY MAS ANTIGUA Textos legales sumerios.Edición
y traducción Manuel Molina Universidad de Barcelona (Madrid
2000)-pag
54 en LAS REFORMAS DE URUKAGINA hacia siglo XXIV a.C. ( texto XI-20 A
29):"al
que estaba endeudado, al que había establecido una medida-gur falsa,
al que había llenado inapropiadamente una medida (gur-falsa) con
cebada, al ladrón, y al asesino"
.
(29):
Acerca
del mismo tema, se conservan textos legales pertenecientes a los
tiempos cercanos a Gudea. Recogiendo el profesor Molina las leyes de
Ur-Nama (siglos XXII al XX a.C.) en que el tercer rey de Ur emprende
una enorme reforma de pesos y medidas. Todo ello, con el fin de
reavivar el comercio y de generar prosperidad; aunque tras la lectura
detallada de las normas podemos deducir que las reformas tuvieron
como fin también poder adaptar su metrología a las de otros reinos
muy lejanos. Tanto que en uno de sus principales fragmentos refiere
claramente que gracias a estas modificaciones de pesos y medidas se
logró devolver al reino de Ur el "mercado con tierras lejanas,
que hasta entonces se hallaba en manos de los navegantes"
LEYES
DE UR-NAMA siglos XXII AL XX aC Sulgi rey III de Ur emprende reformas
de pesos y medidas
PAG 68 (fra 114 y ss) HICE REGRESAR EL COMERCIO LEJANO QUE SE HALLABA EN MANOS DE NAVEGANTES.
PAG 68. (FRA 150 160): EN ESE TIEMPO REGULÉ EL TRÁFICO DE BARCAS EN LAS ORILLAS DEL TIGRIS, EN LAS ORILLAS DEL EÚFRATES Y EN LAS DE TODOS LOS RIOS. Hice que los caminos fueran seguros? para los mensajeros?
PAG 68 (fra 114 y ss) HICE REGRESAR EL COMERCIO LEJANO QUE SE HALLABA EN MANOS DE NAVEGANTES.
PAG 68. (FRA 150 160): EN ESE TIEMPO REGULÉ EL TRÁFICO DE BARCAS EN LAS ORILLAS DEL TIGRIS, EN LAS ORILLAS DEL EÚFRATES Y EN LAS DE TODOS LOS RIOS. Hice que los caminos fueran seguros? para los mensajeros?
LA
LEY MAS ANTIGUA Textos legales sumerios. Edición
y traducción Manuel Molina
Ibidem
cita anterior -ver
(28)
-
.
(30):
Algunas
de estas organizaciones internacionales encargadas de velar por la
exactitud en la medida y peso métrico decimal son:La
Oficina
Internacional de Pesas y Medidas
(BIPM,
por sus siglas del francés, Bureau
International des Poids et Mesures),
cuya sede esté en Sevres un suburbio de París
El
Comité
Internacional de Pesas y Medidas
(CIPM,
Comité
international des poids et mesures),
comité administrativo que se reúne anualmente en la Oficina
Internacional de Pesos y Medidas.
La
Conferencia
General de Pesas y Medidas
(CGPM,
del francés Conférence
générale des poids et mesures),
un evento que tiene lugar cada cuatro años con los delegados de
todos los Estados miembros.
DATOS
TOMADOS DE WIKIPEDIA
.
(31):
Para
los interesados en metrología del Templo de Salomón, ya hemos
aconsejado ver nuestro artículo publicado en este blog:
http://decnossosatartessos.blogspot.com.es/2010/10/el-mar-del-templo-de-salomon.HTML
Acerca del contenido del Arca de la Alianza nos dice La Biblia que allí durante un tiempo se guardó en el Arca la "jarra de oro que contenía el maná y la vara de Aarón, que echó ramas" (Números 20:22-29)
Acerca del contenido del Arca de la Alianza nos dice La Biblia que allí durante un tiempo se guardó en el Arca la "jarra de oro que contenía el maná y la vara de Aarón, que echó ramas" (Números 20:22-29)
.
(32):
Éxodo
7:8-13
.
(33):
En
algún momento anterior a la construcción del templo de Salomón,
sacaron del Arca la jarra con el Maná y la Vara de Aarón. (Heb 9:4;
Éx 16:32-34; Nú 17:10; 1Re 8:9; 2Cr 5:10.). SOBRE
EL MANÁ:
Éxodo 16:22.
.
(34):
“M´Na”
voz que en idiomas semitas indica una medida cercana a la Libra (de
aproximadamente unos 500 gramos. La “Maná” hebrea partía desde
la cubicación del Codo. Así pues:
CODO
HEBREO = 52,5 ctms. , que al cubo es 144703,125 y dividido por 256 =
565,24658... gramos = MINA ISRAELITA.
.
(35):
Estos
sistemas
se aplicaron para las longitudes, volúmenes y pesos en las
civilizaciones antiguas; siendo -por ejemplo- el estandarizado de
líquidos en Egipto: La Hekat. Que tal como vimos en artículos
anteriores, se correspondía aproximadamente a una jarra de 4,8
litros y era 1/30 del Codo Real cúbico -lleno de agua y con un Codo
de 52,498 ctms-. Hekat de la que también procedían los valores de
ponderación de pesos en metales; entre los que se destacaban el
Deben (90 gramos oro) que correspondía a 12 anillos o Shaty (de 7,5
g. oro), que era la parte (64·10) de la Hekat. Puesto que las
medidas en Egipto se subdividían en base a 2 elevado a 2; hasta
llegar a 64. Así el Shaty era igual a 1/64 de la jarra Hekat
(dividido por 10); es decir (4800/64 : 10) = 7,5 gramos; tanto como
el Deben era 12 Shatys; es decir (4800/64 · 12/10) = 90 gramos
(aprox).
.
(36):
ESCRIBÍAMOS
EN NUESTRO ARTÍCULO DE TARTESSOS Y LO INVISIBLE EN EL ARTE:
CONCLUSIÓN
FINAL A LA METROLOGÍA Y PONDERALES; DE LA EDAD DEL BRONCE A LA DEL
HIERRO -su pervivencia en época grecorromana y su perduración
hasta nuestros días-.(sic)
.
Además,
dijimos en nuestros artículos anteriores que aquellas longitudes de
origen humano (dedo, brazo ó pie), se concebían asimismo como una
parte del Cosmos. Habida cuenta su carácter geodésico ya explicado,
nacido de que las culturas del desierto -y las marineras- precisan
como absolutamente necesario manejar una referencias relativas al
arco terrestre (sin las cuales se pierden en las arenas, o entre las
olas). De ello, indudablemente hemos de reconocer como un hecho
histórico, que los Codo sumerios, acadios, babilonios o egipcios;
fueran creados como una parte del perímetro de la Tierra. Dado que
el Grado es muy fácil de conocer en zonas como Mesopotamia o en
Nilo, donde basta calcular la distancia entre dos puntos situados en
linea Norte-Sur, cuya sombra varíe 1 de 90 partes, en una misma
fecha.
.
Por
todo ello ya dijimos que en la etapa de Gudea (siglo XXII a.C.),
establecen este Codo en 498 mm.; longitud que hemos de suponer
significó para los sumerios algo similar a lo que resulta para
nosotros el Medio Metro -una vigesimo millonésima parte del
Cuadrante-. De igual forma, que medio milenio antes -en tiempos de
Imhotep, hacia el siglo XXVIII a.C.- se había impuesto el Codo Real
egipcio de unos 523 mm.. Estos patrones se mantuvieron casi intactos
durante treinta siglos, un hecho que tan solo se explica al ser un
modelo geodésico. Todo lo que hace entender por qué veinticinco
siglos después de la implantación del Codo Real faraónico,
Eratóstenes de Cirene describa un Arco terrestre con bastante
exactitud y de 75600000 Codos (252.000 Estadios de 300 Codos).
.
Algo
que puede ayudarnos a entender la forma en la que durante el tercer
milenio a.C. habían calculado el Meridiano, en Mesopotamia o en
tierras del faraón. Con longitudes proporcionales a lo explicado y
con un Grado igual a 210000 Codos Reales de Egipto, o de 220000 Codos
de Gudea. Lo que significaria en el primer caso una estimación de la
circunferencia terrestre de 39538800 kmts. y 75600000 Codos Reales
faraónicos (siendo el Grado de unos 109830 metros = 210000 C.R.).
Tanto como en Lagash habríamos de considerar que su Meridiano fue de
unos 39441600 kmts. (79200000 Codos), con un Grado de 109560 mts.
(220000 Codos de Gudea). Sea como fuere, ambos Grados -el que
obtenido desde el Codo del Nilo y el mesopotámico- son casi iguales,
muy próximos y con una diferencia de tan solo 270 mts. Todo lo que
me hace pensar que ambas medidas fueron correlativas a la
consideración común de un Meridiano cercano a los 39.441.600 kmts..
Cálculos para los cuales repetimos, tan solo hace falta medir
perfectamente las sombras en una misma fecha y las distancias entre
aquellas (sin más aplicación de trigonometría, ni de observación
geodésica).
.
CONTINUÁBAMOS
EXPONIENDO SOBRE EGIPTO y la evolución de un Codo que perduró
durante casi tres milenios:
.
Desde
los conceptos antes descritos vamos a establecer unos valores
definitivos metrológicos, comenzando por el Codo Real de Egipto, que
sabemos impuesto en tiempos de Saqqara (hacia el siglo XXVIII a.C.),
con una longitud algo menor (entorno a los 523 mm.). Posteriormente y
en tiempos de las pirámides, aquella longitud debió aumentar un
tanto, llegando a los 523,6 mm.; tamaño que ya vimos se mantuvo
hasta el final del Reino Antiguo. Siendo así, sus ponderales y
divisores serían los siguientes, que podemos consultar en Tabla 1ª
de concordancias
http://loinvisibleenelarte.blogspot.com.es/2014/05/tablas-de-concordancia-del-articulo.html
. Más tarde, tras la caida del Imperio Antiguo que coincide
aproximadamente con los tiempos de Lagash, debió de coordinarse esta
longitud del Codo Real y su Shaty con los ponderales sumerios,
equiparándolos en la forma 9/10. Siendo así, sabiendo que el Gin de
Gudea pesaba 8,3 gramos, su coeficiente de paso al Shaty sería de
(8,3 · 9 = 10 Shatys egipcios = 74,7). Quedaría el Shaty en 7,47
durante el Reino Medio (2050 1750 a.C.), lo que supondría además
que el Codo Real se regulase sobre unos 523,44 mm. como podemos ver
en la Tabla 2ª correlativa VER:
http://loinvisibleenelarte.blogspot.com.es/2014/05/tablas-de-concordancia-del-articulo.html.
.
El
tamaño del Codo Real, ya vimos que aumenta en Egipto con toda
seguridad por trasladar la capital al Sur y cuando se establece en
Tebas -Luxor- durante el Reino Medio. Habida cuenta que el Grado
tiene mayor medida cuanto más nos acerquemos al Ecuador (por efecto
del achatamiento del planeta). Siendo así, parece que prosigue en su
aumento durante el Reino Nuevo (1580-1085 a.C.) cuando sabemos se
convierte en unos 525 milímetros (más concretamente 52,489 ctms),
todo lo que llevaría a valer al Shaty 7,536 gramos (ver tabla de
concordancia Tercera
http://loinvisibleenelarte.blogspot.com.es/2014/05/tablas-de-concordancia-del-articulo.html
.). Finalmente, tras la caida del Imperio Nuevo y con la llegada del
Hierro pleno, entrarían valores más recientes y que dejarían el
Codo Real por encima de los 526 mm., destacando como última reforma
de las medidas la llevada en etapa Saita que aumenta un tanto más su
estimación (aunque no queda bien delimitada, pues las diferentes
crisis de civilización egipcias afectan también al estabecimiento y
estudio de su metrología que se desajusta).
.
Pese
a ello, podemos delimitar el Codo Real del primer milenio en 526 mm.
(algo superior en etapa saita) y desde el cual surgiría un Shaty de
unos 7,58 gramos. Medida tambien llamada por algunos "Shenns"
que identificamos con el Siklo filisteo, denominado Pim, que este
tenía exactamente este mismo peso -muy proximo a los 7,6 gramos y
que probablemente se tratara de un ponderal de origen micénico
(importado por los filisteos a Canaán)-. Desde aquí, ya todos los
valores de Egipto encajarían con la metrología de la Edad del
Hierro, siendo el Shaty igual al Siklo filisteo cuyo cambio era de
2/3 con el Shekel israelita. Ver Tabla de concordancia Cuarta
http://loinvisibleenelarte.blogspot.com.es/2014/05/tablas-de-concordancia-del-articulo.html
.
ACERCA
DE ISRAEL Y SU METROLOGÍA EXPLICÁBAMOS QUE ERA EL PUENTE ENTRE LA
DE BABILONIA Y EGIPTO, EXPONIENDO:
.
Habiamos
visto como se produce un desajuste importante en el momento en el que
el Codo Real egipcio aumenta -en una proporción que consideramos
nacida de sucesivas mediciones nuevas del Arco Terrestre,
rectificándolo para lograr que 75600000 Codos Reales, se ajustaran a
nuestros 40.000 kmts.-. Siendo así, en época Saita progresa su
valor por encima de los 526 mm.; todo lo que lleva a que sus pesos
igualmente crezcan (de modo geométrico). Consecuentemente, el Shaty,
el Deben, o la jara Hekat -que guardaban la fórmula de 1/30 del Codo
al cubo; o bien 1/300·64 ; tanto como 1/1600 del Codo cubicado-.
Pasan a valer los siguientes gramos: Jarra Hekat 4,8512 litros
(gramos agua); Deben 90,96 gramos y Shaty (siklo) 7,58 g. (con una
aproximación de +/- 0,01 %).
.
Por
todo ello, el problema debió ser por entonces realizar equivalencias
entre el mundo babilonio (los ponderales y medidas del Segundo
milenio a.C.) y estos nuevos del Nilo. Habida cuenta que los valores
de Egipto eran muy diferentes al nacer de un Codo que tenía al menos
un milímetro más. Por lo que en Oriente Medio debieron buscar el
sistema correlativo de cambio entre ambos; un hecho que se observa de
modo fehaciente en la metrología de Israel, que seguramente
comerciaba con ambas civilizaciones debiendo tener un coeficiente de
paso para Egipto y para Mesopotamia. Aunque al haber conservado los
judíos las longitudes sagradas de la Dinastía XVIII -manteniedo
unos Codos Reales y Vulgares iguales a los de Egipto, en etapa de
Akhenatón-. Desde aquellas antiguas medidas, la transformación
hacia las babilonias era inmediata; pues ya vimos que el Codo Vulgar
Persa (de 495 mm.) se convertía en el Vulgar faraónico simplemente
aplicando un coeficiente de 11/10. Un igual al paso había que hacer
desde el Codo Común de Israel (de 45 ctms.) al de Babilonia,
bastando saber que (11 · 450 mm.) = (10 · 495 mm.).
.
Por
su parte en lo que se refiere al siglo más antiguo que usarían los
judíos debió ser también uno intermedio entre el de
Gudea-Babilonia (de 8,33333 gramos de peso) y el Shaty (de 7,5 g.).
Sabiendo nosotros que 9 Gin (o siklos de Babilonia) eran 10 Shatys
(siklos faraónicos), dijimos que su punto intermedio podía
establecerse en el llamado siklo monetal mesopotámico que se
correspondía prácticamente con 11,25 gramos. 11,25 g. equivalentes
a la 10781100 parte de un Codo Vulgar Babilonio (al cubo) y que a su
vez corresponde a 3/2 Shatys (1,5 · 7,5 gramos). Un peso desde el
que se desarrolla un siklo mayor babilónico cuyo valor era de 6/5
del monetal; es decir 11,25 · 6/5 = 13,5 gramos. Que a su vez tenía
un siklo menor equivalente a su mitad y de 6,75 g..
.
Por
cuanto hemos narrado, a nuestro juicio, los primeros valores del
Shekel judío se establecerían entorno a los 11,25 gramos -igual al
siklo mesopotámico-, con un Shekel menor equivalente a sus 3/5; es
decir (11,25 · 3/5 = 6,75 gr.). Aunque -como decimos-, al crecer el
Shaty egipcio en la Edad del Hierro hasta los 7,58 g., los judíos
-al igual que otros pueblos de Oriente Medio que mercadeasen con el
Nilo y con Mesopotamia-, debieron verse obligados a establecer un
sistema que regulase pesos y medidas propios, con los ajenos. Siendo
así, parece que el método de hallar un coeficiente de paso fuera
precisamente el conocido como cambio del Pim al Shekel (del siklo
judío al siklo filisteo), con una correspondencia de 3/2 entre
ambos. De tal manera, 3 Siklos filisteos de 7,58 g. (iguales al Shaty
egipcio de la época) eran 2 Shekel judíos, que así pasaron a valer
11,37 gramos. Un peso del Shekel Israelita que simplificado sería
11,4 g. -tal como normalmente los arqueólogos escriben- y que se
correspondería con el valor también simplificado que dan el Pym -o
siklo filisteo, comunmente valorado por los historiadores en 7,6
gramos (7,6 g. · 3/2 = 11,4 g.)-.
.
Siendo
así, la Mina de 50 Shekel judíos, valdría lo mismo que 75 Shatys
del Nilo (iguales a 75 Pim) pesando 568,5 gramos. Una cantidad que a
su vez eran 68,22 siklos de Babilonia (de 8,333 g.). Aunque en la
misma época (entre los siglos IX al VII a.C.) en Babilonia
establecerían otra escala de correspondencias con los valores de la
Edad del Hierro, creando un siklo procedente de aquel de 6,75 gramos
(que equivalía a 3/5 de 11,25 g.) y que se corregiria hasta los 6,73
g. -un peso que comunmente los historiadores valoran en 6,72-. Este
es el llamado Siklo Menor de Babilonia, cuyo valor exacto de
equivalencias para nosotros ha de quedar en 6,7381875 g., con un
coeficiente de paso hacia el Shaty (y al siklo filisteo) de 27/24 (27
siklos babilonios por cada 24 siklos filisteos) y con una
equivalencia al Shekel judío de 27/16 (16 Shekel, por cada 27 siklos
babilonios). Como decimos, nosotros hemos de escribirlo como
6,7381875 g. para poder aplicar los coeficientes de paso, aunque los
arqueólogos lo estiman en 6,72 g. -o bien 6,73 g.-; cuya Libra de 50
Siklos valdría unos 336 gramos; y la Mina de 60, unos 403,2 g..
.
Finalmente.
diremos que existe un ponderal en el que se unirían todos los
valores de la Edad del Hierro; un peso que los judios determinaron
como Bat (baño o pila) y que regulaba la metronomía israelita. Esta
se correspondía a 32 shekel de 11,37 gramos, quedando establecido en
paso de correspondencias por mí con un valor de 363,862125 gramos.
Pese a mi valoración, en Israel a día de hoy el Bat (Piscina o
baño) se tasa en unos 36,44 gramos; como una centésima parte del
Bat (pila). Además habríamos de observar que este peso y volumen
que rige la metrología hebrea, es una "Mina" con
coeficiente de paso en todos los sistemas de la Edad del Hierro (de
unos 364,4 gramos-agua). -VER TABLA DE CONCORDANCIA OCTAVA-
.
Por
su parte, este Bat (baño o pila sagrada) surge curiosamente desde un
Codo Real egipcio de época saita y no se corresponde exactamente al
Codo Sagrado hebreo. Ya que 364,4 multiplicado por 400 es igual a la
Cubicación del Codo egipcio de etapa Saita. Es decir: (364,4 · 400)
= (526,2 mm. al Cubo). De lo que mi valoración del Bat (pila sagrada
de 36,3862125 litros-kilos agua ) y de una "Mina" judía de
32 Shekel o 1/100 de Bat, de 363,862125 gramos; creo que es
perfectamente ajustada a los sistemas de peso de entonces. Ya que
supondría exactamente Codo Real faraónico (de 526 mm.) al cubo y
dividido por 400. Es decir 52,6 ctms. cubicados (145531,576) partidos
por 400 (= 363,82894) -con un error mínimo sobre mi cálculo que
daba 363,862125 g.-. Además -tal como veremos-, este Bat y su
centésima parte, son una "Mina", "Libra" o
"Lingote"; en la cual coinciden todos los pesos y cambios
de la época.
.
Como
decimos, la medida llamada "piscina" "pila" o
"baño" entre los hebreos, es la clave para encajar todos
los sistemas metrológicos de la Edad del Hierro. Una etapa cuyo
patrón común se une en 36,3862125 kilogramos-agua; desde el cual
parten las equivalencias de todos los ponderales. Ya que el Dracma
heleno antiguo -y el primer Denario- hemos de estimarlo igual a un
Bat dividido por 800 = 4,5482765625 gramos (Mina de 363,862125 : 80).
Un siklo Filisteo y un Shaty egipcio de la época eran igual al Bat
dividido por 4800 = 7,5804609375 gramos (Mina de 363,862125 : 48). Un
Siklo Púnico correspondía al Bat fraccionado por 5000 = 7,2772425
gramos (Mina de 363,862125 : 50). El Siklo Babilonio era el Bat
dividido en 5400 = 6,7381875 gramos (Mina de 363,862125 : 48). Y,
finalmente, el Shekel judío mayor o más antiguo y de
correspondencia, era la 3200 parte del Bat = 11,37069140625 gramos
(Mina de 363,862125 : 32). Para terminar diremos que este peso igual
a la centésima parte de un Bat (un ponderal hebreo de 32 Shekel y
363,862125 gramos); aparece en lingotes del litoral atlántico
peninsular fechados en la Edad del Hierro (el especial en Galicia,
donde proliferan las llamadas "tortas-lingote" de plata y
oro con u peso cercano en todas a los 364 gramos).