ESTAS
SON LAS CITAS DEL ARTÍCULO
“MOISÉS:
SU SIGNIFICADO HISTÓRICO Y ARQUEOLÓGICO”
SE
RECOMIENDA ABRIRLAS A LAS VEZ QUE LAS PÁGINAS DEL ARTÍCULO; QUE SE
ENCUENTRA DIVIDIDO EN DOS, EN LAS ENTRADAS SIGUIENTES:
PARTE
PRIMERA:
PARTE
SEGUNDA:
SE
RECOMIENDA ABRIR ARTÍCULO Y CITAS A LA VEZ, PARA TENER LAS DOS
PÁGINAS A SU DISPOSICIÓN Y PODER LEER EL ARTÍCULO MIENTRAS
CONSULTAN LAS CITAS.
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CITAS:
----------------------------------------------------------------
(1):
Autores
como Grehard Herm, en LOS FENICIOS (Ed. Destino, Barcelona 1986)
afirman que Canaan significa “país de la púrpura”; dando este
significado como etimología generalmente aceptada en el siglo XX.
Otros autores, principalmente de origen judío, la asocian con el
vocablo hebreo “CAN” que se traduciría por “fundación” y
con “MSD” que es “comercio”; en esta linea escribe Isaac
Asimov que se trataría de una fundación comercial.
.
(2):
Ver
imágenes con los jeroglíficos de Benu; ave que parece era la garza
real, aunque puede identificarse con el AVE FENIX
.
(3):
Las
palabras SIC refiriéndose a lo reyes Hicsos fueron escritas por el
sacerdote Manetón (siglo III d. C.) y están recogidas en el libro
LOS FENICIOS de Grehard
Herm, (Barcelona 1986); capítulo III
.
(4):
La
Biblia menciona que los fenicios sacrificaban niños a sus dioses (II
Reyes 23,10) y lo prohíbe condenando a muerte a los que incumplieran
esa ley (Levítico 18,21; 20,1-5)
.
(5):
Así
podemos leerlo entre otros pasajes en:
1
REYES 11, 7
7
Entonces edificó Salomón un
lugar
alto a Quemos, dios abominable
de
Moab, en el
monte
que
está enfrente de Jerusalén, y
a
Moloc, ídolo abominable de los
hijos
de Amón.
8
E hizo lo mismo para todas
sus
mujeres extranjeras, las cuales
quemaban
incienso y ofrecían
sacrificios
a
sus dioses.
9
Y se enojó Jehová contra Salomón,
por
cuanto se había desviado
su
corazón de Jehová Dios
de
Israel,
quien se le había
aparecido
dos
veces.
Jeremias
7, 31 y ss.
31
Y han edificado los lugaraltos de Tofet, que está en el valle
del
hijo de Hinom, para quemaren el
fuego
a sus hijos y a sushijas, cosa que yo no les mandéni estuvo en mi
corazón.
32
Por tanto, he aquí, vendrándías, ha dicho Jehová, en queno se
dirá más Tofet ni valle del
hijo
de
Hinom,
sino
valle de laMatanza; y serán enterrados enTofet, por no haber lugar.
Jeremias
19, 5 y ss.
5
Y edificaron los lugares altos a Baal, para quemar en el fuego
a
sus hijos en holocaustos a Baal,
cosa
que no les mandé, ni dije ni me vino al pensamiento.
6
Por tanto, he aquí, vienen días, dice Jehová, en que este lugar no
se llamará más Tofet ni valle del hijo de Hinom, sino valle de la
Matanza.
7
Y haré nulo el consejo de Judá y de Jerusalén en este lugar; y les
haré caer a filo de espada delante de sus enemigos y en las manos
de los que buscan su vida; y daré sus cuerpos como comida a las aves
del cielo y a las bestias de la tierra.
8
Y pondré a esta ciudad por espanto y por objeto de burla; todo aquel
que pase por ella se
maravillará
y se burlará a causa de todas sus calamidades.
9
Y les haré comer la carne de sus hijos y la carne de sus hijas; y
cada uno comerá la carne de su amigo, en el asedio y en el apuro con
que los afligirán sus enemigos y los que buscan su vida.
10
Entonces quebrarás la vasija ante los ojos de los hombres que
van
contigo,
11
y les dirás: Así ha dicho Jehová de los ejércitos: Así
quebrantaré a este pueblo y a esta ciudad, como quien quiebra una
vasija de barro, de modo que no puede restaurarse más; y en Tofet se
enterrarán, porque no habrá otro lugar para enterrar.
Ezequiel
20, 26
26
Y los contaminé en sus
ofrendas
cuando hacían pasar
por
el fuego a todo primogénito,
para
que yo los
desolase,
a
fin
de que supiesen que yo
soy
Jehová.
27
Por tanto, hijo de hombre,
habla
a la casa de Israel y diles:
Así
ha dicho Jehová el Señor: Aun
en
esto me
han
blasfemado vuestros
padres
cuando
cometieron
infidelidad
contra
mí.
-SANTA
BIBLIA
por Casiodoro
de Reina (1569)
Revisada
por Cipriano de Valera (1602)
Otras
revisiones: 1862, 1909
.
(6):
Sobre
la última plaga de Moisés:
EXODO
11
4
Y dijo Moisés: Jehová ha dicho
así:
A la media noche yo pasaré
por
en medio de Egipto,
5
y morirá todo primogénito
en
la tierra de Egipto, desde el
primogénito
de Faraón que se
sienta
en su trono, hasta el primogénito
de
la sierva que está tras
el
molino,
y todo primogénitode
las
bestias.
6
Y habrá gran clamor por toda
la
tierra de Egipto, cual nunca
hubo
ni jamás habrá.
7
Pero contra todos los hijos de Israel, desde el hombre hasta
la
bestia, ni un perro moverá
su
lengua, para que sepáis que
Jehová
hará
diferencia
entre los
egipcios
y los israelitas
EXODO
12
29
Y aconteció que a la medianoche
Jehová
hirió
a todo
primogénito
en
la tierra de Egipto,
desde
el
primogénito de Faraón
que
se
sentaba sobre
su
trono
hasta
el
primogénito del cautivo
que
estaba
en la cárcel,
y
todo
primogénito
de
los animales.
30
Y se levantó aquella noche
Faraón,
él y todos sus siervos
y
todos los egipcios; y hubo un
gran
clamor en Egipto, porque
no
había casa donde no hubiese
algún
muerto.
31
E hizo llamar a Moisés y a Aarón de noche y les dijo:Salid de en
medio de mi pueblo
vosotros
y los hijos de Israel; e
id,
servid a Jehová, como habéis
dicho.
32
Tomad también vuestras ovejas
y
vuestras vacas, como habéis
dicho,
e
idos; y bendecidme también
a
mí.
33
Y los egipcios
apremiaban
al
pueblo,
dándose prisa a echarlos
de
la tierra, porque decían: Todos
moriremos.
-SANTA
BIBLIA
por Casiodoro
de Reina (1569)
Revisada
por Cipriano de Valera (1602)
Otras
revisiones: 1862, 1909
.
(7):
El
judaismo es una fé cuyo inicio fué claramente Abraham, con este
hecho que le distingue muy mucho de otras religiones semitas. Así
hemos de considerar claramente como judíos son ya un pueblo nacido
en Canaán en el siglo XIX a.C., diferenciándose claramente de otros
caananitas pues quienes practicaron esa fé rescataban al niño,
sustituido por un animal, mientras sus pueblos hermanos permitían
que se matase a la víctima humana. Pese a todo, hubo reyes y gentes
de Judá que volvieron a los ritos semitas y practicaron el
sacrificio del hijo propio, aunque eran tenidos por degenerados (ver:
1, Reyes, 11, 7. Jeremias 7, 31, y 19, 5. Ezequiel 20, 26 y 26, 20).
.
(8):
GÉNESIS
17
9
Dijo de nuevo Dios a Abraham:
Tú
guardarás
mi alianza,
tú
y tu
descendencia después de
ti
por sus
generaciones.
10 Esta será mi
alianza,
que guardaréis
entre nosotros
y tu
descendencia después de ti tambén hará:
Será
circuncidado todo varón
de entre
vosotros. 11
Circuncidaréis, pues, la carne
de vuestro
prepucio, y será por
señal del
convenio entre Yahvé
y vosotros.
12
Y de edad de ocho días será circuncidado (...) 13
Debe
ser circuncidado el nacido
en
tu casa y el comprado por
tu
dinero;
y
estará mi alianza
en
vuestra
carne por convenio
eterno
(...) 20 Y en cuanto a
Ismael,
también te he dicho; he aquí que le bendeciré y le haré
fructificar
y multiplicarse en gran manera. Doce príncipes engendrará, y haré
de él una gran nación.
21
Mas yo estableceré mi alianza con Isaac, el que Sara te dará a luz
por este tiempo, el año que viene.
22
Y acabó de hablar con él y su bió Dios de estar con Abraham.
23
Entonces tomó Abraham a Ismael, su hijo, y a todos los siervos
nacidos en su casa y a todos los comprados con su dinero, a todo
varón entre los de la casa de Abraham, y
circuncidó
la carne del prepucio de ellos en aquel mismo día, como Dios le
había dicho.
24
Era Abraham de edad de
noventa
y nueve años cuando circuncidó la carne de su prepucio.
25
E Ismael, su hijo, era de trece años cuando fue circuncidada la
carne de su prepucio.
.
17
Entonces Abraham se postró
sobre
su
rostro,
y
se
rió,
y
dijo
en su corazón: ¿A hombre
de
cien años ha de nacer hijo?
¿Y
Sara, ya de noventa años, ha
de
dar a luz?
.
GÉNESIS
21
3
Y llamó Abraham
a
Isaac;
el
nombre
de
su hijo que le nació y que le dio
a
luz Sara.
4
Y
circuncidó
Abraham a su
hijo
Isaac de ocho días, como
Dios
le había mandado.
5
Y era Abraham de
cien
años
cuando
le nació su hijo Isaac.
.
GÉNESIS
22
Y
después de estas
cosas,
aconteció
que Dios
puso
a prueba
a
Abraham y le dijo: Abraham. Y
él
respondió: Heme aquí.
2
Y Dios dijo:
Toma
ahora a
tu
hijo, tu
único,
Isaac, a quien
amas,
y vete a tierra de
Moriah
y
ofrécelo allí en holocausto sobre
uno
de los montes que yo
te
indicaré (...) 9 Y cuando llegaron al lugar que Dios le había
dicho, edificó allí Abraham un
altar,
y acomodó la leña, y ató a Isaac, su hijo, y le puso en el altar
sobre la leña. 10 Y extendió Abraham su mano
y
tomó el cuchillo para degollar a su hijo.
11
Entonces el ángel de Yahvé
clamó
del cielo y dijo: ¡Abraham! ¡Abraham! Y él respondió: Heme aquí.
12
Y dijo: No extiendas tu mano sobre el muchacho ni le hagas nada,
porque ya sé que
temes
a Dios, pues no me rehusaste a tu hijo, tu único.
13
Entonces alzó Abraham sus ojos y miró, y he aquí un carnero asus
espaldas trabado en un zarzal por sus cuernos; y fue Abraham, y tomó
el carnero y lo ofreció en holocausto en lugar de su hijo
.
GÉNESIS
23
Y
fue la vida de Sara ciento veintisiete años; tantos fueron los años
de la vida de Sara.
2
Y
murió
Sara en Quiriat-arba, que es
Hebrón,
en la tierra de Canaán; y vino Abraham a hacer duelo por Sara y a
llorarla.
.
GÉNESIS
17
17
Entonces Abraham se postró
sobre
su
rostro,
y
se
rió,
y
dijo
en su corazón: ¿A hombre
de
cien años ha de nacer hijo?
¿Y
Sara, ya de noventa años, ha
de
dar a luz?
.
-SANTA
BIBLIA
por Casiodoro
de Reina (1569)
Revisada
por Cipriano de Valera (1602)
Otras
revisiones: 1862, 1909
.
(9):
VER
MI LIBRO "HIGA, HIGO, HÍGADO Y AOJO (magia, religión y
medicina) "El cuerpo en la
tradición",
Valladolid 2007 (ed. fundación Joaquín Díaz).
SOBRE
EL TEMA SE PUEDEN CONSULTAR EN LA RED ALGUNOS ARTÍCULOS MÍOS COMO
LOS QUE A CONTINUACIÓN RELACIONO:
54ª-
DE FALOS, JOYAS Y OTRAS... "BOLLAS": CONTINUACIÓN. (Lo
invisible en la mitología:
Los
bueyes de Gerión en el tesoro de El Carambolo. Parte XXV).
-SIGNIFICADO APOTROPAICO
DE
LOS ABALORIOS Y COLGANTES QUE SE USABAN Y AÚN UTILIZAMOS PARA
COMBATIR
EL
MAL FARIO- VER:
55ª-
DE FALOS, JOYAS Y OTRAS... "BOLLAS". CONTINUACIÓN: Pater
Libero (Lo invisible en la
mitología:
Los bueyes de Gerión en el tesoro de El Carambolo. Parte XXVI).
-SENTIDO SEXUAL
DE
LAS JOYAS QUE PROTEGEN, SU RELACIÓN CON EL MAL DE OJO- VER:
56ª-
DE FALOS, JOYAS Y OTRAS... "BOLLAS". CONTINUACIÓN:
Fascinus (Lo invisible en la
mitología:
Los bueyes de Gerión en el tesoro de El Carambolo. Parte XXVII).
-PROTEGERSE DE
LA
MIRADA Y DE LOS MALES SOCIALES A TRAVÉS DE LAS JOYAS CON FORMAS
OBSCENAS;
LA SUERTE UNIDA A UN COLGANTE QUE EVITABA LAS MALAS MIRADAS- VER:
57ª-
DE FALOS, JOYAS Y OTRAS... "BOLLAS". Continuación: El Ojo
"cónico o en bola"
-"alcorciles
y bollas"-. (Lo invisible en la mitología: Los bueyes de Gerión
en el tesoro de El
Carambolo.
Parte XXVIII).-VAMOS DESCUBRIENDO EL MUNDO DE LAS JOYAS EN FORMA DE
BULLA
O ESFERAS, RELACIONADAS CON EL OJO Y SUS MALES- VER:
58ª-
DE FALOS, JOYAS Y OTRAS... "BOLLAS". Continuación:
Permanencia del arte egipcio en el
mundo
ibérico. (Lo invisible en la mitología: Los bueyes de Gerión en el
tesoro de El Carambolo.
Parte
XXIX). -DEMOSTRACIÓN DE LA PERVIVENCIA DE MODELOS Y SIGNIFICADOS DE
TALISMANES
Y COLGANTES DURANTE CINCO MIL AÑOS- VER:
59ª-
DE FALOS, JOYAS Y OTRAS... "BOLLAS". Continuación: Dioses
de la Fertilidad; Min o Minu
egipcio.
-RELACIÓN DEL SEXO Y LAS ENFERMEDADES VENÉREAS CON EL MAL DE OJO,
SU
PLASMACIÓN EN LAS JOYAS QUE LO EVITAN- (de Lo invisible en la
mitología: Los bueyes
de
Gerión en el tesoro de El Carambolo. Parte XXX). VER:
.
(10):
Para
comprender la importancia de la presencia de los Pueblos de Mar y de
los micenios en Canaán, recomendamos leer nuestro artículo.
LOS HEREDEROS DE MICENAS, su establecimiento en Israel y su relación con Tartessos.
LOS HEREDEROS DE MICENAS, su establecimiento en Israel y su relación con Tartessos.
.
(11):
Éxodo
1, 13, “los egipcios esclavizan a los israelitas y amargan sus
vidas obligándoles a trabajar en el adobe y duras labores de
arcilla, o con toda faena del campo”
.
(12):
LA
TUMBA DE TUTANKHAMÓN, Howard Carter, Capítulo I // Destinolibro;
Barcelona 1988.
.
(13):
J.
Cambell manejó una reedición de la obra de Freud impresa en 1939,
editada por Knopf MOSES AND MONTEISM ; Alfred A. Knopf, Nueva York
1939.
.
(14):
Joseph
Campell; LAS MÁSCARAS DE DIOS. Mit. Occidental, cap. 2 -IV “La
victoria de los hijos de la luz” // Ed. Alianza Madrid 1992
.
(15):
Idem
cita anterior
.
(16):
Otto
Rank: EL MITO DEL NACIMIENTO DEL HÉROE // BARCELONA, Paidós, 1981
.
(17):
Mito
narrado por Justino (44,4) del que recomendamos leer el estudio que
sobre esta leyenda realiza J. Bermejo y Barrera, en MITOLOGÍA Y
MITOS DE A HISPANIA PRERROMANA // Akal Madrid 1982 // Cap IV.
.
(18):
“Jan Assmann y Moisés el egipcio. La memoria de Egipto en el
monoteísmo occidental”. Cambridge, Harvard University Press, 1997
Greg
Johnson: Counter-Currents Publishing; Books Against Time "Notas
sobre Moisés el Egipcio de Jan Assmann" Greg Johnson
.
(19):
Para
más información sobre el hermetismo, véase Garth Fowden, The
Egyptian Hermes: Un enfoque histórico de la mente pagana tardía
[Princeton: Princeton University Press, 1993], Frances A. Yates,
Giordano Bruno y la Hermetic Tradition[Chicago: University of Chicago
Press , 1964], y Florian Ebeling, La historia secreta de Hermes
Trismegistus: hermetismo de la antigüedad a la época moderna
[Ithaca, NY: Cornell University Press, 2007]
CITA
TOMADA DEL AUTOR DEL QUE EXTRAEMOS FRASES (Greg Johnson)
.
(20):
Greg
Johnson: NOTAS SOBRE “Jan Assmann y Moisés el egipcio. La memoria
de Egipto en el monoteísmo occidental”. Cambridge, Harvard
University Press, 1997. SIC:
“Los monoteístas bíblicos también rechazan el misticismo
unitario como blasfemia. La idea de creación ex nihilo significa que
las criaturas no son idénticas a Dios sino que simplemente dependen
de Dios para su existencia. La enseñanza mística perenne es que el
propio ser de uno es idéntico al ser / dios como tal, mientras que
la idea de creación significa que nuestro ser más próximo es
precisamente nuestra nulidad, es decir, nuestra absoluta dependencia
de un Dios trascendente y totalmente otro. La teología de la
creación plantea un abismo metafísico entre Dios y la creación que
no puede ser superado por ningún acto de criatura (...) ¿Por qué,
entonces, los politeístas, desde la antigüedad tardía hasta los
tradicionalistas actuales, intentan convencer a los monoteístas
bíblicos de que existe un orden religioso más elevado que puede
reconciliar sus contradictorios relatos de lo divino?. La razón
principal es su deseo de combatir la intolerancia monoteísta y la
persecución. Esto era necesario incluso en la antigüedad, cuando
los monoteístas bíblicos vivían bajo regímenes politeístas que
intentaban restringir sus peores tendencias. Se hizo aún más
urgente cuando los monoteístas bíblicos podían usar el poder
coercitivo del estado para perseguir a los no creyentes y herejes”.
.
(21):
Counter-Currents
Publishing; Books Against Time "Notas sobre Moisés el Egipcio
de Jan Assmann" Greg Johnson
.
(22):
En
el capítulo inicial del libro, “Mnemo-historia y la construcción
de Egipto”, Assman
expresa
a Akenatón y Moisés como los creadores de las contra religiones
monoteístas que fueron asociadas a los mitos Egipcios y pueden haber
sido conectadas -ambas en la historia-. Tolerancia religiosa y ley
internacional fundados en la idea cosmoteísta de un orden común
divino detrás de las diferentes religiones vs intolerancia religiosa
y enemistad internacional que surge de la “Distinción Mosaica”
entre verdaderas y falsas religiones (que deben ser suprimidas). El
dios creador trascendente del monoteísmo bíblico vs el dios
inmanente del panteísmo o del panenteísmo del “cosmoteísmo”,
que enseña que un solo dios oculto –que se
manifiesta así mismos de forma diversa en particulares dioses,
mortales y la naturaleza como un todo – habita la naturaleza como
un alma habita al cuerpo. Assman asemeja su libro a un calidoscopio,
en el cual todos estos elementos son puestos en un tubo, y en cada
capítulo trata con una nueva “vuelta” que forma una constelación
con estos elementos en un patrón diferente.
SIC
Greg
Johnson
.
(23):
El
capítulo 2, “Historia suprimida y memoria reprimida: Moisés y
Akenatón”, empieza con un fascinante sondeo de Assmann de informes
del antiguo Egipto y grecorromanos del éxodo que claramente
contienen rastros bloqueados del reinado de Akenatón, que fue
asociado con dos crisis históricas. Akenatón proclamo que el dios
Aton, representado por el disco solar, era el único dios verdadero,
y cerró templos de los otros dioses y suprimió su culto, cortándole
a la gente el orden divino tal cual como lo habían experimentado
durante mil años. Al final del reinado de Akenatón, una plaga
arrasó el Oriente Próximo. Esta etapa de horror duró unos veinte
años, asoló incontable cantidad de población, y desestabilizó el
orden político y el panorama internacional. Luego de la muerte
Akenatón, los viejos dioses fueron restaurados, y el nombre de
Akenatón y sus hechos fueron tan profundamente expurgados de los
registros egipcios que él fue olvidado en la historia por más de
3000 años. Sin embargo, los egiptólogos han discutido que es
posible la supervivencia de rastros de la memoria del reinado de
Akenatón. Manetón que era un sacerdote e historiador egipcio vivió
en la primera mitad del tercer siglo a.C. bajo el faraón Macedonio
Ptolomeo II. Fragmentos de la historia de Manetón fueron preservados
por el escritor judío Flavio Josefo (primer al segundo siglo d.C.)
en su Contra Apionem, una defensa del judaísmo de sus críticos
egipcios y griegos. De acuerdo a Manetón, Moisés fue un sacerdote
egipcio de Heliópolis conocido como Osarsiph. El Rey Amenhotep –
que es el nombre original de Akenatón así como el de su padre-
quería percibir a los dioses directamente. Los egipcios creían que
los dioses estaban ocultos, y que el faraón así como también los
cultos religiosos fueran establecidos como sus representantes
visibles. Su deseo de ver a los dioses directamente, por lo tanto,
fue implícitamente revolucionario, ya que haría que tanto la
“iglesia” como el “estado” no sean ya necesarios.
Para
revelar a los dioses, el sabio Amenhotep, hijo de Hapu (una conocida
figura histórica) le aconsejó al rey de purificar la tierra de los
leprosos. El rey llevó a 80000 leprosos a trabajar en excavaciones
del desierto del este. Entre los leprosos había sacerdotes. No está
claro si eran leprosos ellos mismos o simplemente sacerdotes enviados
a servir como ministros. Pero el sabio anticipó el castigo divino
por este tratamiento a los enfermos: ellos recibirán ayuda exterior,
conquistar Egipto, y gobernar por 13 años. Con miedo de decirle al
rey, el sabio escribió esta profecía y se suicidó. Después de un
tiempo, el rey permitió a los leprosos moverse a la ciudad desértica
de Avaris, que había sido la capital de los Hicsos, los invasores
semíticos que habían dominado Egipto por más de un siglo antes de
que fueran expulsados, alrededor de 200 años antes del tiempo de
Akenatón. Una vez instalados en Avaris, los leprosos eligieron a
Osarsiph, un sacerdote de Heliópolis, como su líder. Osarsiph
entonces proclamó nuevas leyes basadas en el principio de la
inversión normativa. Todo lo que los egipcios tenían como sagrado
ahora está condenado, y todo lo que ellos condenaban ahora es
sacralizado. Sus seguidores recibieron palabra de mantenerse alejados
de los otros pueblos. Osarsiph fortifico Avaris, llamó a los Hicsos
a regresar, y luego atacó Egipto. El Rey Amenhotep se fue de Nubia
con los animales sagrados egipcios. Los leprosos/semitas tuvieron el
control de Egipto por 13 años, cometiendo cada abominación
contra-religiosa. El rey Amenhotep y su nieto Ramsés regresaron y
sacaron a los leprosos/Semitas de Egipto. Osarsiph, su líder, tomó
el nombre de Moisés, y así empezó el judío errante”.
SIC
Greg
Johnson
.
(24):
“En
esta historia, tres crisis históricas egipcias están combinadas: la
invasión de los semíticos Hicsos, la herejía de Akenatón, y la
gran plaga que lo siguió. Los egipcios naturalmente asociaron a los
Hicsos con los judíos, dado que ambos eran semitas. Además, aunque
los Hicsos adoraban a Baal y otros dioses, un Rey Hicso, Apophis,
adoraba solo a Baal, quien los Egipcios identificaban con Set y los
griegos con Tifón. Por lo tanto Avaris fue asociado en la mente de
los egipcios con los invasores semíticos, dioses de la tormenta, y
el monoteísmo (o por lo menos monolatría –
la adoración de un solo dios). Después del tiempo de akenaton, los
egipcios empezaron a tomar a Set menos como un dios y más como un
contra dios – una figura demoníaca. Plutarco también registra una
tradición Egipcia que identificaba a los judíos con los hijos de
Set. Puede incluso ser el caso de que los Hicsos y los judíos sean
el mismo pueblo, pues la dominación de los Hicsos puede muy bien ser
la realidad histórica detrás la historia bíblica de José, que
llegó al poder en Egipto e invocó a su pueblo a deshuesar a los
Egipcios, pero cuyo poder fue acabado por un faraón patriótico “que
no conocía a José” y liberó a su pueblo de los parásitos
extranjeros. La historia de Osarsiph claramente se relaciona con la
de Akenatón. La herejía de Amarna tuvo lugar entre el reino de
Amenhotep III (El padre de Akenatón) y la ascensión de Ramses I, el
fundador de la décimo novena dinastía. Los dos incluso pueden haber
tenido relación de abuelo y nieto, aunque la fundación de la nueva
dinastía indica que sólo podría haber sido matrilinealmente. De
cualquier forma, la restauración de los viejos dioses tomó lugar
bajo el mando del conocido nieto de Amenhotep, Tutankamón (cuyo
nombre luego fue suprimido junto al de Akenatón). También es
significante que no es menciona alguna del hijo de Amenhotep, ya que
el hijo de Amenhotep III fue el proscripto Akenatón. Osarsiph fue
sacerdote de Heliópolis, un centro para la adoración del sol, y la
religión del Atón de Akenatón tiene algunos rastros de la teología
solar heliopólitana. La migración a Avaris corresponde al
movimiento de Akenatón de Tebas para encontrar la nueva capital
Akenatón”.
“La
asociación con enfermos y leprosos llama la atención en cuatro
puntos: La plaga empezó al final del reinado de Akenatón. Las
grotescas representaciones de Akenatón y su familia –algunas de
las cuales aún son visibles para los viajeros en la estela
fronteriza desfigurada en su desierta capital. El sentido metafórico
de leprosos como parias. Para los seguidores de Osarsiph, su status
de parias fue reforzado por sus propios mandamientos de que ellos
como pueblo deban morar solos. Al final de la herejía del Amarna,
sería natural el dibujar al gobierno de Akenatón sobre una colonia
de leprosos enganchada en un sistemático sacrilegio y abominación.
Incluso si el período de 13 años es correcto, desde Akenatón fue
la capital por los últimos 12 años de su reino, además del reinado
de dos efímeros sucesores Neferneferuaten y Smenkhkare, hasta el
retorno a Tebas bajo Tutankamón”.
.
“Assman
relata otros relatos de solapamiento histórico de las versiones
Romanas, egipcias y griegas del éxodo:
Hecateo
de Abdera (griego, siglo IV a.C)
Lisímaco
(griego, siglo II a.C.)
Chaeremon
(egipcio, siglo I a.C.)
Pompeyo
Trogo (romano, siglo I a.C.)
Atrapanus
(judío, siglo II a.C.)
Tácito
(romano, I - II siglos d.C)
Apión
(Egipto, siglo I dC)
Estrabón
(griego, siglo 1 aC).
Por
todo lo dicho, hay más de una docena de tales relatos, que
repetidamente hablan de la expulsión de los judíos y los asocian
con enfermedades, subversión, misantropía, y la creación de una
religión a través de la “inversión normativa”, significando la
profanación de todo lo que Egipto concebía como sagrado”.
SIC
Greg
Johnson
.
(25):
“Cuando
sondeando este antiguo Consensus Gentium sobre los judíos, Assman
más bien absurdamente da un paso al costado la pregunta sobre la
verdad, afirmando que él sólo está tratando con el tema de la
memoria: “La imagen del judío como enemigo religioso par
excellence –como
ateo, iconoclasta, criminal sacrilegioso- resulta ser un asunto no de
experiencia, sino de memoria, esto es, el retorno a una memoria
suprimida de Akenatón” (p.43). En otras palabras, ninguno de estos
escritores a lo largo de cinco siglos nunca vio al judío hacer algo
malo, algo que apoye su reputación como un pueblo peligroso y lleno
de odio de carácter único. Ni tampoco han tenido alguno la
perspicacia de leer las escrituras judías, que están llenas de
largas narrativas de intrigas, crimines, y amorosamente tendido,
exuberantemente atenuados odios. No, la única base histórica para
el mal nombre de los judíos fueron los crímenes de Akenatón, que
fue olvidado por la historia y sólo se recordaba vagamente en el
mito. Assman incluso va más allá y sugiere que en el Siglo XIV,
cuando los judíos estaban acusados de subvertir el reino Cristiano
en beneficio del rey musulmán de Granada al aliarse ellos con los
leprosos, no es razón suficiente para preguntar “¿Qué hay con
los judíos y leprosos?” No, esto era simplemente el eco distante
de los crímenes de Akenatón (p.44).
El
hecho de que Assmann vea obligado a ofrecer este tipo de apologética
ridícula para los Judíos antiguos es, por supuesto, la prueba de
que todavía vivimos bajo la sombra del odio judío e intolerancia.
Assman luego cambia el foco hacia el antiguo cosmoteísmo. Cuando los
antiguos politeístas encontraban otras religiones, no las entendían
como falsas simplemente porque eran diferentes de las suyas. En
lugar, ellos buscaban establecer las correspondencias entre las
diferentes religiones, permitiendo mutuas “traducciones” e
entendimientos. Pero así como los lenguajes son mutuamente
traducibles porque hacen referencia a una realidad en común, los
antiguos politeístas podían traducir entre religiones sólo con la
presunción de que eran diferentes formas de referirse a un mismo
orden divino.
Diferentes
religiones pueden ser relativas para diferentes pueblos, pero el
orden divino es absoluto. Diferentes religiones son varias, el Uno
absoluto está más allá de todos los nombres. Dado que los nombres
divinos son varios y relativos, el Uno absoluto está más allá de
los nombres. Dado que todas las formas de manifestación son
relativas, el Uno absoluto está oculto”.
“Es
raro para Assman seguir su sumario de registros antiguos del éxodo
con una discusión del cosmoteísmo. ¿Por qué estos tópicos
pertenecen al mismo capítulo? Al final del capítulo, sin embargo,
Assmann explica que el entendimiento del cosmoteísmo provee razones
muy sólidas de porque “el poder antagonistico de las
contra-religiones como el Judaísmo y el Cristianismo fue tan
resentido por los intelectuales paganos”. (p. 54). El monoteísmo
bíblico fue visto con horror porque golpeaba en las raíces de los
más grandes logros intelectuales y políticos de la antigüedad
pagana: cosmoteísmo y sus implicaciones prácticas, pluralismo
religioso y ley internacional. Debido a que diferentes religiones
todas refieren al mismo orden divino, todas ellas pueden ser
respetadas. Todas son verdad, ya que refieren a la misma verdad. Sólo
que lo hacen de diferentes maneras, asi como diferentes lenguajes
usan diferentes palabras para las mismas realidades. Estas diferentes
formas de acercarse a lo divino en realidad no son, sin embargo,
“meramente humanas”. Ellas también son expresiones de la
creación divina, acomodándose a sí misma en la pluralidad de
diferentes pueblos y tipos – que son
expresiones de la creación divina también. Entonces los antiguos no
simplemente “toleraron” (sufrieron) el pluralismo religioso como
una maldad necesaria. Ellos lo podían abrazar como un bien positivo.
Por
lo tanto, después de culpar a
Akenatón y absolver a los judíos por anti-semitismo, Assmann
explica porque los antiguos politeístas tenían razón para tener
miedo al monoteísmo bíblico. Este es un patrón con Assmann: el
linealmente reniega conclusiones semíticamente incorrectas mientras
tranquilamente construye argumentos sellados al vacío para ellas”.
SIC
Greg
Johnson
.
(26):
“Historia,
memoria, éxodo.
A
propósito de Jan Assmann”
Roberto
Navarrete Alonso
Universidad
Complutense de Madrid
Bajo
Palabra. II Época. Nº17. 2017. Pgs: 397-412
Citas
de las páginas 399 y 400
.
(27):
Éxodo
2, 10: “SE LLAMÓ MOISÉS (EN HEBREO MOSHEH), PORQUE SE DIJO: -En
verdad lo que surge del agua (del Mosheh)”-
.
(28):
FLAVIO
JOSEFO
en CONTRA
APIÓN
(SOBRE
LA ANTIGÜEDAD DEL PUEBLO JUDÍO) Libro I; cnfunde a los hicsos con
su propio pueblo argumentando que el nombre de HICSO significa “reyes
pastores” y se refiere a los judíos, que normalmente se dedicaron
a esta labor en Palestina.
Recogemos
a continuación lo que Flavio Josefo añade sobre los hicsos:
14.
(73) Empezaré con los escritos de los egipcios. No es posible que
me sirva de esos escritos en
su
propia lengua. Maneto fue de origen egipcio, pero se instruyó en el
griego, pues escribió la historia
de
su patria en este idioma, tomándola como dice él mismo de los
libros sagrados; demostró que
Herodoto
se equivocó en muchos aspectos tocantes a los egipcios. (74) Maneto
en el segundo libro de
la
historia de Egipto escribe así sobre nosotros. Permítaseme copiar
sus mismas palabras, puesto que lo
cito
como testigo: (75) “Tuvimos un rey de nombre Timeo, durante cuyo
reinado, estando la divinidad indignada con nosotros, ignoro por qué
motivo, desde las regiones orientales lanzó sobre nosotros hombres
de raza desconocida, que con suma audacia sometieron a nuestro país
fácilmente y sin lucha. (76) Después de
apresar
a los príncipes, incendiaron despiadadamente las ciudades y
destruyeron los templos de los
dioses.
En fin, se comportaron cruelmente con los habitantes, matando a unos
y reduciendo a la esclavitud a otros con sus hijos y mujeres. (77)
Al final hicieron rey a uno de ellos, de nombre Salatis.
Este
habitaba en Menfis e hizo tributarias a las provincias superior e
inferior, construyendo fortalezas
en
lugares convenientes. Protegió especialmente a la región oriental,
teniendo en cuenta a los asirios,
que
podían llegar a ser más poderosos y codiciar su reino e invadirlo.
(78) Habiendo conquistado en la
prefectura
de Saite una ciudad muy adecuada ubicada al oriente del río
Bubastita que alguien denominó
Avaris
según la teología antigua, la protegió con muros fortísimos,
después de haber ubicado en la
misma
para su custodia una multitud de doscientos cuarenta mil hombres.
(79) Iba allí en la época del
verano,
para recolectar el trigo y a la vez para pagar a los soldados y
ejercitarlos para terror de los
extraños.
Habiendo reinado por espacio de diecinueve años, falleció. (80)
Después de este rey hubo
otro,
por espacio de cuarenta y cuatro años, de nombre Beón. Luego otro
de nombre Apacnas, durante
treinta
y seis años y siete meses. Luego Apofis por espacio de sesenta y
uno, y Janías, cincuenta años y
un
mes. (81) Después de todo éstos, Asis durante cuarenta y nueve
años y dos meses. Y estos seis
fueron
los príncipes primeros, todos ellos belicosos y ansiosos de suprimir
radicalmente a los egipcios. (82) Esta nación se llamaba la de los
hicsos, esto es, reyes pastores. Hic en la lengua sagrada significa
rey.
Sos significa pastor o pastores según el dialecto común; de ahí la
palabra compuesta de hicsos.
(83)
Hay algunos que dicen que fueron árabes.” En otros ejemplares
dice que hicsos no significa reyes,
sino
que al contrario indica pastores cautivos. Hic en la lengua egipcia y
hac con aspiración significa
precisamente
cautivos. Esto me parece más verosímil y más de acuerdo con la
historia antigua. (84) “Los reyes antedichos procedentes de esos
llamados pueblos y sus sucesores se dice que
tuvieron
a Egipto bajo su potestad por espacio de quinientos once años. (85)
Entonces se produjo una
grave
y prolongada guerra contra los pastores de parte de los reyes de
Tebaida y del resto de Egipto. (86) Bajo el rey cuyo nombre era
Misfragmutosis, fueron derrotados aquellos pastores y expulsados de
todo
Egipto y encerrados en un lugar cuyo ámbito era de mil yugadas y que
se llamaba Avaris. (87)
Estaba
defendido y amurallado fuertemente, y allí guardaban su fortuna y el
resultado de sus rapiñas.
(88)
El hijo de Misfragmutosis, Tumnosis, le puso sitio con un ejército
de cuatrocientos ochenta mil
hombres,
empeñado en apoderarse del mismo por la fuerza; pero desesperó del
éxito del asedio.
Entonces
hizo con ellos un pacto por el cual podrían salir de Egipto e ir a
donde quisieran. (89)
Ellos
con
sus familias y bienes, de acuerdo con lo pactado, no menos de
doscientos cuarenta mil, se dirigieron por el desierto a Siria. (90)
De miedo al gobierno de los asirios, que entonces dominaban en
Asia,
edificaron en aquella región que actualmente conocemos con el nombre
de Judea, una ciudad
capaz
de contener esos miles de hombres y le dieron el nombre de
Jerusalén.”
(91)
En otro libro sobre Egipto, Maneto dice:
“Esta
gente a la cual denominamos pastores, en sus libros sagrados son
llamados cautivos." Y esto con razón. Era propio de nuestros
antiguos progenitores mantener rebaños; y, por el hecho de
llevar
una vida pastoril, eran denominados pastores. (92) También no sin
razón son denominados
cautivos
en los libros de los egipcios, porque nuestro progenitor José dijo
al rey de Egipto que él era
cautivo;
y posteriormente invitó a ir a Egipto a sus hermanos. Pero sobre el
particular en otra parte
haremos
una investigación más detenida.
15.
(93) Ahora presentaré como testigos de nuestra antigüedad a los
egipcios; y continuaré con las
referencias
cronológicas de Maneto. Dice así: (94) “Después de salir de
Egipto el pueblo de los pastores hacia Jerusalén; el rey Tumnosis
que los
expulsó,
reinó durante veinticinco años y cuatro meses, y falleció. Recibió
el reino de su hijo Cebrón,
que
gobernó durante trece años. (95) Después Amenofis durante veinte
años y siete meses; su hermana
Amesis
durante veintiún años y nueve meses. Después de ella Mefres por
doce años y nueve meses.
Luego
Meframutosis durante veinticinco años y nueve meses. (96) Luego
Tmosis durante nueve años
y
ocho meses. A continuación de él Amenofis II durante treinta años
y diez meses. Luego Oro durante
treinta
y seis años y cinco meses. Su hija Acencres gobernó durante doce
años y un mes. Después de
ella
su hermano Ratotis durante nueve años. (97) Luego Acenqueres
durante doce años y tres meses.
Luego
Armais durante cuatro años y un mes. A continuación Rameses un año
y cuatro meses. Después
Armeses
Miammi durante sesenta años y dos meses. (98) Luego Amenofis III
durante diecinueve años
y
seis meses. Después Setosis, llamado también Rameses, que dispuso
de muchas tropas de caballería y
una
flota. Este nombró a su hermano Armais procurador de todo el Egipto
y le pasó la potestad real;
solamente
le prohibió el uso de la corona y que no ofendiera a la reina y
madre de sus hijos y que se
abstuviera
además de las concubinas reales. (99) Él, habiendo emprendido una
expedición a Chipre y
Fenicia
y contra los asirios y los medos, a algunos con las armas y a otros
sin lucha, los sometió por
terror
a su gran poderío. Ensoberbecido por los éxitos obtenidos, aumentó
su audacia y conquistó las
ciudades
orientales y las provincias. (100) Como pasara mucho tiempo, Armais,
a quien había dejado
en
Egipto, sin temor ninguno por todo lo que el hermano le había dicho
que se abstuviera, violentó a la
reina,
y siguiendo su capricho hizo uso de las concubinas. Cediendo a la
persuasión de los amigos se
ciñó
la corona y se sublevó contra el hermano. (101) Pero el que atendía
los asuntos sagrados de
Egipto
envió a Setosis Codicilos, informándolo de todo y que su hermano
Armais se había sublevado
en
guerra contra él. Setosis regresó a Pelusio y recuperó su reino.
(102) Esta provincia fue denominada
Egipto
por su nombre. Se dice que Setosis se llamaba Egipto, y su hermano
Armais, Danao.”
16.
(103) Esto es lo que dice Maneto. Si tenemos en cuenta la época en
que empieza esta historia,
constará
por completo que a quienes ellos denominaban pastores, eran nuestros
mayores, que salieron
de
Egipto y se establecieron en nuestro país trescientos noventa y tres
años antes de la llegada de
Danao
a Argos, personaje a quien los argivos consideran, sin embargo, el
más antiguo de sus reyes.
(104)
De este modo se obtienen dos testimonios importantes, extraídos por
Maneto de los anales
egipcios:
uno, que fuimos a Egipto desde otra parte; y el otro, que de allí
emigramos a otra región, lo
que
ocurrió en una poca tan antigua, que antecedió a la guerra de Troya
en mil años. (105) En cuanto a
lo
que Maneto agregó, no fundándose en los escritos egipcios, sino,
como él mismo confesó,
tomándolo
de autores inciertos, lo trataré después más particularmente,
demostrando que se trata de
mentiras
carentes de toda verosimilitud.
FLAVIO
JOSEFO
: CONTRA
APIÓN
(SOBRE
LA ANTIGÜEDAD DEL PUEBLO JUDÍO) Libro I
FUENE:
5
volúmenes traducidos del griego al español
por
Luis Farré. (Buenos Aires: Acervo Cultural / Editores, 1961.) Vol.
5: Contra
Apión.
.
Asimismo
recomendamos leer
HISTORIA
DE EGIPTO, Manetón
VERSIÓN
DE César Vidal Manzanares (liberada en la RED en pdf).
.
Recomendamos
la traducción de Luis Farré. (Buenos Aires: Acervo Cultural /
Editores, 1961.) en su Vol. 5 para leer “Contra
Apión o sobre la antigüedad del pueblo judío” Joshep FLAVIO
(5 volúmenes obras completas de FLAVIO JOSEFO).
.
(29):
A
CONTINUACIÓN RECOGEMOS LOS COMENTARIOS AL RELATO DE MANETÓN HECHOS
POR FLAVIO JOSEFO, TEÓFILO, AUTÓLICO
.
Fr.
42 (de
Flavio
Josefo, Contra Apión, I, 14, pp. 73-92) PAG 38 y 39 (sic) DEL LIBRO
DE CÉSAR VIDAL
91.
En otro libro de su Historia de Egipto, Manetón dice que la raza de
los denominados «pastores» es descrita, en los libros sagrados de
Egipto, como «cautivos», y su afirmación es correcta. Ciertamente,
nuestros remotos antepasados tuvieron como costumbre hereditaria el
apacentar ganado, y como llevaban una vida nómada, fueron llamados
«pastores» 34.
92.
Por otra parte, en los registros egipcios fueron denominados, no sin
razón, cautivos, puesto que nuestro antepasado José dijo al rey de
Egipto 35 que era un cautivo, y más tarde, con el consentimiento del
rey, llamó a sus hermanos a Egipto. Pero trataré este tema más a
fondo en otro lugar.
.
Fr.
51 (de Teófilo61, A Autólico, III, 19) (SIC) PAG 44 DEL LBRO DE
CESAR VIDAL.
Moisés
era el caudillo de los judíos, como ya he dicho, cuando fueron
expulsados de Egipto por el rey faraón cuyo nombre era Tétmosis63.
Después de la expulsión del pueblo, este rey, según se dice, reinó
25 años y 4 meses, según el cálculo de Manetón.
2.
Después de él, Jebron reinó 13 años.
3.
Después de él, Amenofis reinó 20 años y 7 meses.
4.
Después de él, su hermana Amesse reinó 21 años y 1 mes.
5.
Después de ella, Mefres reinó 12 años y 9 meses.
6.
Después de él, Meframmutosis reinó 20 años y 10 meses.
7.
Después de él, Tutmoses reinó 9 años y 8 meses.
.
Fr.
54 (de Josefo, Contra Apión, I. 26-31, pr. 227-287). pag 47 y ss
(sic) DEL LIBRO DE CÉSAR VIDAL
227.
El primer escritor al que voy a referirme es aquel que utilicé un
poco antes como testigo de nuestra antigüedad.
228.
Me refiero a Manetón. Este escritor, que desarrolló la tarea de
traducir la historia de Egipto de los libros sagrados, empezó
señalando que nuestros antepasados vinieron contra Egipto con muchos
miles de personas y que lograron el dominio sobre sus habitantes.
Después él mismo admitió que, en fecha posterior, fueron
expulsados del país, ocuparon lo que ahora es Judea, fundaron
Jerusalén y construyeron el templo. Hasta ese punto Manetón siguió
las crónicas.
229.
Después, prestando oído a leyendas y a murmuraciones acerca de los
judíos, se tomó la libertad de interpolar historias improbables en
su deseo de confundirnos con una multitud de egipcios que, a causa de
la lepra y de otras enfermedades, habían sido condenados al
destierro de Egipto.
230.
Después de citar a un rey Amenofis, un personaje ficticio —razón
por la cual no se atrevió a definir la duración de su reinado,
aunque en el caso de los otros reyes menciona los años con
precisión—, Manetón le atribuye ciertas leyendas, habiendo
olvidado sin duda que según su propia crónica el éxodo de los
Pastores de Jerusalén tuvo lugar 518 años antes.
231.
Porque era rey Tetmosis cuando salieron; y, según Manetón, los
reyes posteriores sumaron 393 años hasta los dos hermanos Setos y
Hermeos, el primero de los cuales, según cuenta, tomó el nuevo
nombre de Egipto y el último el de Dánaos. Setos expulsó a Hermeos
y reinó 59 años; después, Rampses, el mayor de sus hijos, reinó
66 años.
232.
Así que, después de admitir que habían pasado tantísimos años
desde que nuestros padres abandonaron Egipto, Manetón interpola
ahora a este supuesto Amenofis. Este rey, señala, concibió el deseo
de contemplar a los dioses, como Hor, uno des predecesores en el
trono, había hecho; y comunicó su deseo a su tocayo Amenofis el
hijo de Paapi, el cual, en virtud de su sabiduría y conocimiento del
futuro, era
considerado
partícipe de la naturaleza divina.
233.
Su tocayo le contestó entonces que podría ver a los dioses si
limpiaba toda latierra de leprosos y otras personas contaminadas.
234.
El rey se complació en aquella respuesta y reunió a todos los que
había en Egipto cuyos cuerpos sufrían la enfermedad. Eran un total
de 80.000 personas.
235.
A continuación los deportó a las canteras del este del Nilo para
que trabajaran allí separados del resto de los egipcios. Entre
ellos, añade Manetón, había algunos príncipes dotados de
educación, que habían sido tocados por la lepra.
236.
Entonces este sabio vidente llamado Amenofis fue lleno del pavor de
que la cólera divina se descargara contra él y contra el rey si se
descubría aquel maltrato; y añadió la predicción de que ciertos
aliados se unirían a la gente contaminada y se apoderarían de
Egipto por 13 años. No arriesgándose a comunicar personalmente tal
profecía al rey, dejó un relato completo de la misma por escrito y
a continuación se quitó la vida. El rey cayó en un estado de
profunda postración.
237.
Entonces Manetón continúa como sigue (cito literalmente del mismo):
«Cuando
los hombres de las canteras habían sufrido maltratos durante un
tiempo considerable, suplicaron al rey que les concediera como morada
y refugio la ciudad abandonada de los Pastores, Avaris, y aquél se
lo concedió. Según una tradición religiosa, esta ciudad estaba
desde tiempos antiguos dedicada a Tifón.
238.
»Al ocupar la ciudad y utilizarla como centro para su rebelión,
nombraron como su caudillo a uno de los sacerdotes de Heliópolis
llamado Osarsef, y juraron obedecerlo en todo.
239.
»Lo primero que éste hizo fue promulgar una ley en el sentido de
que no deberían adorar a los dioses ni privarse de ninguno de los
animales considerados como especialmente sagrados en Egipto, sino
que deberían consumirlos todos por igual, y que no deberían tener
relaciones con nadie externo a su pacto.
240.
«Después de promulgar un gran número de leyes como éstas,
completamente opuestas a las costumbres egipcias, les ordenó que con
sus manos repararan los muros de la ciudad y que se prepararan para
la guerra con el rey Amenofis.
241.
»Después, de consuno con algunos otros sacerdotes y personas
contaminadas como él mismo, envió una embajada a los Pastores que
habían sido expulsados por Tetmosis, a la ciudad de Jerusalén; y
narrándoles la dificultad en que se hallaban tanto él como sus
compañeros, les rogó que se les unieran en un ataque contra Egipto.
242.
»Les prometió primero llevarlos a su morada ancestral de Avaris,
proveer a sus tropas con abundantes recursos, combatir a su favor
siempre que surgiera la necesidad y colocar Egipto sin dificultad
bajo su dominio.
243.
»Entusiasmados con esta propuesta, todos los pastores, en número de
200.000, se pusieron en camino y al poco tiempo llegaron a Avaris.
Cuando Amenofis, el rey de Egipto, supo de la invasión, quedó
profundamente turbado, porque recordó la predicción de Amenofis, el
hijo de Paapis.
244.
«Primero, reunió a una multitud de egipcios; y habiéndose
aconsejado de los principales entre ellos, ordenó que se trajeran
ante su presencia los animales sagrados que eran honrados con mayor
reverencia en los templos, y dio instrucciones a cada grupo de
sacerdotes para que ocultaran las imágenes de los dioses de la
manera más segura posible.
245.
»En cuanto a su hijo de cinco años Setos, también llamado Rameses
por su abuelo Rapses, le envió a refugiarse al lado de un amigo.
Después cruzó el Nilo con 300.000 de los guerreros más bravos de
Egipto, y se enfrentó con el enemigo. Pero, en lugar de trabar
combate, decidió que no debía luchar contra los dioses,
246.
»y se retiró apresuradamente a Menfis. Allí se hizo cargo de Apis
y de otros animales sagrados que había ordenado llevar a aquel
lugar; y se dirigió hacia Etiopía con todo su ejército y la
muchedumbre de los egipcios.
247.
»El rey etíope, que, como muestra de gratitud por un servicio, se
había convertido en su súbdito, le dio la bienvenida, mantuvo a
toda la muchedumbre con los productos del país que eran apropiados
para el consumo humano, les asignó ciudades y pueblos para el
período señalado de 13 años de destierro de su reino, y estacionó
específicamente un ejército etíope en las fronteras de Egipto para
guardar al rey Amenofis y a sus seguidores.
248.
»Esa fue la situación en Etiopía. Mientras tanto, los solymitas
descendieron al lado de los egipcios contaminados y trataron a la
gente de una manera tan impía y salvaje que la dominación de los
Pastores pareció una edad de oro a los que eran testigos de las
atrocidades presentes.
249.
»Porque no sólo quemaron ciudades y aldeas, saqueando los templos y
mutilando las imágenes de los dioses sin medida, sino que también
se habituaron a utilizar los santuarios como cocinas donde asar los
animales sagrados que adoraba la gente, y obligaban a los sacerdotes
y profetas a sacrificar y degollar a los animales, y después los
expulsaban desnudos.
250.
»Se dice que el sacerdote que redactó su constitución y sus leyes
era nativo de Heliópolis, se llamaba Osarsef a causa del dios
Osiris y adoraba en Heliópolis, pero cuando se unió a esta gente,
cambió su nombre y fue llamado Moisés.»
251.
Tales son las historias egipcias acerca de los judíos, junto con
muchos otros cuentos que no consigno por amor a la brevedad. Manetón
añade, sin embargo, que, en época posterior, Amenofis avanzó desde
Etiopía con un gran ejército, mandando también una fuerza su hijo
Rampses, y que los dos trabaron combate con los Pastores y sus
contaminados aliados, y los derrotaron, matando a muchos y
persiguiendo a otros hasta las fronteras de Siria.
252.
Este, junto con otros cuentos de naturaleza similar, es el relato de
Manetón. Antes de que pruebe que sus palabras son mentiras y
estupideces manifiestas, mencionaré un punto en concreto, que se
refiere a mi refutación posterior de otros escritores. Manetón nos
ha hecho una concesión. Ha admitido que nuestra raza no era de
origen egipcio, sino que llegó a Egipto procedente de otro lugar,
tomó posesión de la tierra y
después
la abandonó.
.
(30):
MOISÉS
TIRA UNA CORONA REAL DE NIÑO Y EL ESCRIBA DESEA MATARLO AL
CONSIDERARLO UN MAL PRESAGIO; FINALMENTE LO SALVA EL REY DE EGIPTO:
Relato
narrado por Flavio Josefo en Libro I cap. IX
(SIC)
CAPITULO
IX
Las aflicciones que sufren los hebreos en Egiptodurante cuatrocientos
años
6.
Después Termutis le impuso el nombre de Mouses, recordando su
extracción del río, porque los egipcios llaman Mo al agua, y Uses a
lo que es salvado de ella. Uniendo las dos palabras formaron el
nombre que le dieron. Y de acuerdo con la predicción de Dios fué,
por su gran inteligencia y su desdén por las dificultades, el más
ilustre de los hebreos. (Porque Abram fué su antepasado de la
séptima generación. Moisés era hijo de Amram, que era hijo de
Caat, cuyo padre Leví era hijo de Jacob, que era hijo de Isaac, el
hijo de Abram.)
La
inteligencia de Moisés no era la de su edad, sino muy superior a su
término medio. Reveló una rapidez de aprehensión mayor de la
habitual, presagiando grandes acciones para cuando llegara a ser
hombre. Dios le dió también una estatura que a los tres años ya
era maravillosa. En cuanto a su belleza, nadie dejaba de asombrarse
por la hermosura de su rostro cuando lo veía. Frecuentemente sucedía
que la gente que se cruzaba con él cuando lo llevaban por el camino
volviera la cabeza para seguir mirándolo; dejaban lo que estaban
haciendo y se quedaban un rato largo contemplándolo. Porque la
belleza del niño era tan notable y natural por muchos conceptos que
detenía a los espectadores obligándolos a mirarlo largo rato.
.
7.
Advirtiendo Termutis lo notable que era el niño, lo adoptó como
hijo porque ella no los tenía. Un día se lo llevó a su padre y le
dijo que pensaba hacer de él el sucesor del rey, si Dios quería que
no tuviese un hijo propio.
-He
criado un niño -dijo-, de forma divina y de mente generosa. Y como
lo he recibido por la merced del río, de manera maravillosa, he
creído conveniente adoptarlo como hijo y heredero de tu trono.
Diciendo
esto puso al niño en los brazos de su padre, quien lo oprimió sobre
su pecho y, para subrayar las palabras de su hija, puso amablemente
su corona en la cabeza. Pero Moisés la arrojó al suelo y con
ademanes pueriles la hizo rodar y la pisó, lo que pareció traer un
mal presagio para el reino de Egipto.
Cuando
lo vió el sagrado escriba (el mismo que había pronosticado que su
nacimiento derribaría el dominio del reino), hizo una violenta
tentativa para matarlo, y con voz terrible exclamó:
-Este,
loh, rey!, es el niño de quien Dios nos previno que si lo matábamos
nos libraríamos del peligro. Ahora él mismo confirma la predicción,
atropellando tu autoridad y pisoteando tu corona. Elimínalo, y libra
a los egipcios del miedo que tienen por su causa; y quita a los
hebreos las esperanzas de ser animados por él.
Pero
Termutis se lo impidió y le arrebató el niño de las manos. El rey
no se apresuró a matarlo, porque Dios protegió a Moisés induciendo
al rey a salvarle la vida. Fué luego educado con gran esmero. Los
hebreos pusieron en él sus esperanzas en la certeza de que haría
grandes cosas. Los egipcios, en cambio, desconfiaban del resultado
que daría su educación. Pero se abstuvieron de matarlo porque si
Moisés era muerto no quedaría ninguno, ni pariente ni adoptado, que
pudiera pretender la corona con beneficio para ellos.
.
(31):
Sobre
los rituales parecidos y el sentido de ofrecer una víctima
propiciatoria para acabar con la tempestad, recomendamos leer nuestro
artículo 95º:
DEL
FARMACÓS Y DEL FÁRMACON -parte
segunda-: Sobre el "farmacós" o la inmolación humana (De
"Lo invisible en la mitología": Los bueyes de Gerión en
el tesoro de El Carambolo. Parte LXVI).
ANALIZA LOS SACRIFICIOS HUMANOS EN LAS CEREMONIAS RELIGIOSAS, Y SUS
SUSTITUCIÓN POR LA DE ANIMALES ENTRE PUEBLOS ABRAHÁMICOS. Para
leerlo pulsar a continuación:
http://loinvisibleenelarte.blogspot.com.es/2012/10/del-farmacos-y-del-farmacon-parte.html
.
(32):
Éxodo,
14; 21-31
21
Extendió
Moisés su mano sobre el mar; y el SEÑOR, por medio de un fuerte
viento solano que sopló toda la noche, hizo que el mar retrocediera;
y cambió el mar en tierra seca, y fueron divididas las aguas.
22
Y
los hijos de Israel entraron por en medio del mar, en seco, y las
aguas les eran como un muro a su derecha y a su izquierda.
23
Entonces
los egipcios reanudaron la persecución, y entraron tras ellos en
medio del mar todos los caballos de Faraón, sus carros y sus
jinetes.
24
Y
aconteció que a la vigilia de la mañana, el SEÑOR miró el
ejército de los egipcios desde la columna de fuego y de nube, y
sembró la confusión en el ejército de los egipcios.
25
Y
entorpeció las ruedas de sus carros, e hizo que avanzaran con
dificultad. Entonces los egipcios dijeron: Huyamos ante Israel,
porque el SEÑOR pelea por ellos contra los egipcios.
26
Entonces
el SEÑOR dijo a Moisés: Extiende tu mano sobre el mar para que las
aguas vuelvan sobre los egipcios, sobre sus carros y su caballería.
27
Y
extendió Moisés su mano sobre el mar, y al amanecer, regresó el
mar a su estado normal, y los egipcios al huir se encontraban con él;
así derribó el SEÑOR a los egipcios en medio del mar.
28
Y
las aguas volvieron y cubrieron los carros y la caballería, a todo
el ejército de Faraón que había entrado tras ellos en el mar; no
quedó ni uno de ellos.
29
Mas
los hijos de Israel pasaron en seco por en medio del mar, y las aguas
les eran como un muro a su derecha y a su izquierda.
30
Aquel
día salvó el SEÑOR a Israel de mano de los egipcios; e Israel vio
a los egipcios muertos a la orilla del mar.
31
Cuando
Israel vio el gran poder que el SEÑOR había usado contra los
egipcios, el pueblo temió al SEÑOR, y creyeron en el SEÑOR y en
Moisés, su siervo.
.
(33):
JONÁS
1, 3: Narra como el profeta huye de su misión hacia Nínive, y en
Haiffa toma un barco en
dirección
hacia Tarshish.
Recogemos el texto bíblico donde se muestra como los pasajes a
Tarshis se tomaban en el Mediterráneo -en puerts junto a Haifa- y
debían ser barcos pilotados por filisteos o por fenicios; quienes
practicaban religiones con sacrificios humanos (con culto a tifonio,
tal como muestra el texto de Jonás)
Jonás
huye de Jehová (1)
(1)
Vino la palabra de Yahvéh a Jonás hijo de Amitay, diciendo: (2)
Levántate y ve a Nínive a
predicar
en aquella gran ciudad, y pregona contra ella, porque su maldad ha
subido hasta mí. (3)
Pero
Jonás se levantó y para huir de la presencia de Yahvéh fua a
Tarsis; descendió a Jope, y
halló
una nave que partía para Tarsis; y pagando su pasaje, entró en ella
para ir con ellos a Tarsis,
lejos
de la presencia de Jehová. (4) Pero Yahveh hizo levantar un gran
viento en el mar, y hubo en
la
mar una tempestad tan grande que se pensó que se partiría la nave.
(5) Los marineros tuvieron
miedo
y cada uno clamaba a su dios; echaron al mar los enseres que había
en la nave, para
descargarse
de ellos. Pero Jonás había bajado al interior de la nave, se había
acostado, y dormía
profundamente.
(6)
Y el patrón de la nave se le acercó y le dijo: -¿Qué haces aquí,
dormido?
Levántate,
y clama a tu Dios; quizás él se acordará de nosotros, y no
pereceremos-. (7) Le dijeron
cada
uno a su compañero: -Venid y echemos suertes, para que sepamos por
causa de quién nos
ha
venido este mal-. Jugaron suertes, y la suerte cayó sobre Jonás.
(8) Entonces le dijeron ellos:
-Decláranos
ahora por qué nos ha venido este mal. ¿Qué oficio tienes, y de
dónde vienes? ¿Cuál
es
tu tierra, y de qué pueblo eres?- (9) Él les respondió: -Yo soy
hebreo, y temo a Yahveh, Dios de
los
cielos, que hizo el mar y la tierra-. (10) Entonces aquellos hombres
temieron sobremanera, y le
dijeron:
-¿Por qué has hecho esto? Porque ellos sabían que huía de la
presencia de Jehová, pues
él
se lo había declarado-. (11) Y le dijeron: -¿Qué haremos contigo
para que el mar se nos
aquiete?-.
Porque el mar se iba embraveciendo más y más. (12) Él les
respondió: -Tomadme y
echadme
al mar, y el mar se aquietará; porque yo sé que por mi causa ha
venido esta gran
tempestad
sobre vosotros-. (13) Con todo, aquellos hombres remaron con ahínco
para hacer
volver
la nave a tierra; mas no pudieron, porque el mar se iba embraveciendo
más y más contra
ellos.
(14) Por lo cual clamaron a Jehová y dijeron: -Te rogamos ahora,
Yahvéh que no
perezcamos
nosotros por la vida de este hombre, ni pongas sobre nosotros la
sangre inocente;
porque
tú, Yahveh eres el que ha obrado conforme a tu beneplácito. (15)
Así que tomaron a
Jonás,
y lo echaron al mar; que se aquietó de su furor. (16) Temieron
aquellos hombres a Yahveh
con
gran horor, y le ofrecieron sacrificios, e hicieron votos. (17) Pero
Yahveh tenía preparado un
gran
pez que se tragase a Jonás; y estuvo Jonás en el vientre del pez
tres días y tres noches".
Oración
de Jonás (2)
(1)
Entonces oró Jonás a su Dios Yahveh desde el vientre del pez, (2) y
dijo: -Invoqué en mi
angustia
a Yahveh, y él me oyó. Desde el seno del Seol clamé, y oíste mi
voz. (3) Me echaste a lo
más
hondo en medio de los mares, y me rodeó la corriente. Todas tus
ondas y tus olas pasaron
sobre
mí. (4) Entonces dije: Soy rechazado de delante de tus ojos; mas
todavía miraré hacia tu
santo
templo. (5) Las aguas me rodearon hasta el alma; rodeóme el abismo y
las algas se
enredaron
a mi cabeza. (6) Descendí a los cimientos de los montes; la tierra
echó sus cerrojos
sobre
mí para siempre; mas tú sacaste mi vida de la sepultura, oh Yahveh
Dios mío. (7) Cuando
mi
alma desfallecía en mí, me acordé de Yahveh y mi oración llegó
hasta ti en tu santo templo. (8)
Los
que siguen vanidades ilusorias, abandonan su misericordia (9) mas yo
te ofreceré sacrificios
con
voz de alabanza; pagaré lo que prometí, pues a salvación es de
Yahveh. (10) Y dio orden
Jehová
al pez, que vomitó a Jonás en tierra.
.
(34):
A
CONTINUACIÓN RECOJO ENTERAMENTE LO QUE ESCRIBE FLAVIO JOSEFO ENTORNO
A ESTE PASAJE DE LA HISTORIA DE EGIPTO DE MANETO (o Manetón):
FLAVIO
JOSEFO
: CONTRA
APIÓN
(SOBRE
LA ANTIGÜEDAD DEL PUEBLO JUDÍO) Libro I
(fuente:
5
volúmenes traducidos del griego al español
por
Luis Farré. (Buenos Aires: Acervo Cultural / Editores, 1961.) Vol.
5: Contra Apión)
26.
(227) Mencionare especialmente a uno que poco antes presenté como
testigo de nuestra
antigüedad.
(228) Me refiero a Maneto, que afirma exponer la historia de Egipto
de acuerdo con sus libros sagrados. Confiesa que nuestros
progenitores llegaron a Egipto en muchas decenas de miles y
que
sometieron a sus habitantes; luego reconoce que posteriormente
salieron de aquella región y
ocuparon
la zona que ahora se denomina Judea, y luego de edificar Jerusalén
levantaron el Templo. Hasta aquí siguió las historias antiguas.
(229) Después, abusando de su licencia, quiere aparecer
recogiendo
todos los rumores y las fábulas que circulaban en el exterior acerca
de los judíos, e inserta
hechos
increíbles, intentando mezclarnos con la multitud de egipcios
leprosos y afectados por otras
enfermedades
que fueron obligados, según dice, a escapar de Egipto. (230) Agrega
el nombre de un
rey
imaginario, Amenofis, sin atreverse a decir la época de su reinado,
a pesar de que en todo lo demás
procede
cuidadosamente; a todo esto agrega varias fábulas, olvidando que
previamente había dicho que
quinientos
dieciocho años antes había acaecido la salida de los pastores hacia
Jerusalén. (231) El rey
de
Egipto, cuando salieron, era Tutmosis.
Según
el autor los reinados subsiguientes abarcaron un lapso de trescientos
noventa y tres años hasta
llegar
a los hermanos Setón y Hermeo; a Setón lo denomina Egipto, a Hermeo
Danao. A este último lo
expulsó
Setón, quien reinó cincuenta y nueve años, y luego lo hizo su hijo
mayor Rampsés, durante sesenta y seis años.
(232) Reconoce que nuestros antepasados salieron de Egipto antes de
este período, luego supone al
tal
rey Amenofis; dice que éste anhelaba poder contemplar a los dioses,
como lo había hecho Oro, uno
de
sus predecesores y que comunicó este su deseo a un hijo de un tal
Paapis, que también se llamaba
Amenofis
y que, a su parecer, participaba de la naturaleza divina, a causa de
su sabiduría y
conocimiento
de lo futuro. (233) Y éste habría dicho al rey, que podría
contemplar a los dioses, si
limpiaba
al país de los leprosos y de todos los impuros. (234) El rey, muy
satisfecho con esto, afirma
que
congregó a todos los afectados por alguna enfermedad corporal que se
encontraban en Egipto; se
reunió
una multitud de ochenta mil. (235) Los envió a las canteras, a la
parte oriental del Nilo, para
que
trabajaran igual que los otros egipcios enviados allí. Dice que
entre ellos habla algunos sacerdotes
eruditos
enfermos de lepra. (236) Pero aquel sabio y mago Amenofis temió
concitar la ira de los dioses
contra
él y el rey, si pareciera que se les hubiese hecho violencia.
Agregó, además, a su predicción, que
cierto
pueblo acudiría en ayuda de los impuros, conquistaría a Egipto y lo
mantendría bajo su dominio
durante
trece años. Pero no se atrevió a decir todo esto al rey, sino que
lo dejó por escrito y luego se
suicidó.
Por este motivo el rey quedó desconsolado. (237) Luego escribe
textualmente: “Después de estar mucho tiempo trabajando en las
canteras, pidieron al rey que les diera para su
descanso
y seguridad una ciudad. Les otorgó la ciudad de Avaris, que había
sido abandonada por los
pastores.
Esta ciudad, según la antigua teología, era la de Tifón. (238)
Una vez en la misma,
consideraron
que el lugar era adecuado para revueltas; nombraron jefe a Osarsif,
uno de los pontífices
heliopolitanos
y juraron que lo obedecerían en todo. (239) Este les puso como
primera ley que no
adoraran
a los dioses, y que no se abstuvieran de aquellos animales que entre
los egipcios eran
considerados
especialmente sagrados, sino que mataran y consumieran animales de
toda clase; además
que
no tuvieran relación sexual con nadie que no fuera de su misma
secta. (240) Ordenó estas cosas y
muchas
otras contrarias a las costumbres de los egipcios; luego ordenó que
con la cooperación de
muchos
se levantaran los muros de la ciudad y se prepararan a guerrear
contra el rey Amenofis. (241)
Osarsif,
habiendo tomado consigo otros sacerdotes y algunos de los manchados,
envió legados a los
pastores
que, habiendo sido expulsados por Tutmosis, se retiraron a la ciudad
denominada Jerusalén.
Después
de exponer la manera ignominiosa como los habían tratado, les pidió
que emprendieran una
expedición
a Egipto. (242) Les prometió que primeramente los llevaría a su
antigua patria Avaris y les
proporcionaría
en abundancia todo lo necesario, y cuando fuera necesario pelearían
con ellos; y que
podrían
someter fácilmente al país. (243) Ellos se alegraron sobremanera y
muy gozosos, en número
de
doscientos mil, salieron y poco después llegaban a Avaris. Amenofis
rey de los egipcios, así que oyó
hablar
de la invasión, se sintió muy desanimado, porque recordó lo que
había predicho Amenofis hijo
de
Paapis. (244) Primeramente congregó al pueblo y celebró asamblea
con sus príncipes, y se hizo
traer
los animales sagrados, especialmente aquellos que se adoraban en los
templos; ordenó a cada uno
de
los sacerdotes que ocultaran bien los simulacros de los dioses.
(245) Procuró que se trasladara a
casa
de un amigo a su hijo Setón, de cinco años de edad, que se llamaba
Rameses por su abuelo
Rampsés.
Él salió con los demás egipcios, en número de trescientos mil
guerreros ejercitados; sin embargo, al encontrarse con los enemigos
no luchó. Pensando que lucharía contra los dioses, (246)
retrocedió
y se dirigió a Menfis. Habiendo tomado consigo a Apis y a los demás
animales sagrados que
hizo
conducir a su lado, se trasladó a Etiopía con todo el ejército y
la multitud de egipcios. El rey de los
etíopes
le estaba obligado por un gran número de beneficios. (247) Lo
recibió y ordenó a todo el
pueblo
que le entregara lo necesario para el sostén de aquellos hombres,
así como también ordenó que
se
le entregaran las ciudades y pueblos que fueran necesarios hasta que
pasara la fatalidad de aquellos
trece
años. Ordenó también al ejército etíope que custodiara a
Amenofis y a sus soldados instalando un
campamento
en los límites con Egipto. (248) Estas son las cosas que
acontecieron en Etiopía. Cuando
vinieron
los solimitanos con los egipcios manchados trataron tan mal a los
hombres, que causaron una
impresión
pésima, en todos los que observaron su impiedad. (249) No
satisfechos con incendiar las
ciudades
y los poblados, y con cometer sacrilegios y derribar los simulacros
de los dioses, usaron los
mismos
para asar la carne de los animales sagrados a los que se tributaba
culto divino, y obligaron a los
sacerdotes
y profetas a que los mataran y luego los expulsaron desnudos del
país. (250) Se dice que el
gobernante
era legislador, sacerdote, de origen heliopolitano; se llamaba
Osarsif, por Osiris, dios de la
ciudad
de Heliópolis, pero cambió de nombre y se llamó Moisés.”
27.
(251) Esto es lo que los egipcios cuentan de los judíos, además de
muchas otras cosas, que
omito
en beneficio de la brevedad. También dice Maneto que posteriormente
Amenofis regresó de Etiopía con un gran ejército, así como su
hijo Rampsés con otro ejército; una vez que entraron en lucha
con
los pastores y los impuros los vencieron, mataron a muchos de ellos y
los persiguieron hasta los
límites
de Siria. (252) Estas y otras cosas similares escribió Maneto.
Probaré que dice embustes y
notorias
mentiras, pero haré primero una distinción relativa a lo que más
adelante diré. Nos concede y
reconoce,
que nuestro pueblo no es de origen egipcio, que nuestros antepasados
procedían de otra parte
y
que ocuparon Egipto y luego salieron de allí. (253) Pero que los
enfermos egipcios no se mezclaron
con
nosotros, que Moisés que condujo al pueblo, no fue su jefe, sino que
los precedió en muchas
generaciones,
me esforzaré en demostrarlo con los mismos relatos de Maneto.
28.
(254) La causa que da como punto de partida de su fábula es algo
ridículo. Dice: “El rey
Amenofis
deseaba ver a los dioses.” ¿A cuáles? Si a los que ellos
aceptaban, el buey, el macho cabrío,
los
cocodrilos y los cinocéfalos, ya los veía. (255) En cuanto a los
dioses celestes, ¿cómo podía verlos?
¿Cómo
concibió este deseo? Precisamente porque antes otro rey los había
visto. Por él había sabido
cómo
eran y cómo los había visto; de tal manera que no necesitaba nuevos
artificios para verlos. (256)
Pero
quizá se diga que hay que tener en cuenta a aquel mago sabio, por
cuyo intermedio esperaba
poderlo
lograr. Si así fuera, ¿cómo no supo con antelación que esto no
llegaría a acontecer, pues de
hecho
no aconteció? Luego, ¿por qué motivo los dioses escapaban a la
visión de sus ojos por la
presencia
de los mutilados y leprosos? A los dioses no les indignan los cuerpos
mutilados o debilitados
sino
la perversidad. (257) ¿Luego quién logró que ochenta mil leprosos
y enfermos se reunieran casi
en
un día? ¿O por qué el rey no cumplió las instrucciones del mago?
Pues el vate había indicado que
los
enfermos fueran expulsados de Egipto; sin embargo, el rey ordenó que
los enviaran a las canteras,
como
si necesitara obreros y no purificar la región. (258) Afirma
también que el mago se mató, al prever la ira de los dioses y los
males que iban a
acontecer
en Egipto, predicción que dejó por escrito al rey. ¿Cómo el mago
no supo su muerte desde el
principio?
(259) ¿Cómo no se opuso al deseo del rey que quería ver a los
dioses? ¿A qué venía el
miedo
por calamidades que no iban a acontecer en su época? ¿Qué mal
grave lo estaba amenazando,
que
fuera peor que el que él mismo se apresuró a infligirse? (260)
Pero veamos ahora la mayor tontería
de
todas. Aunque informado de estos hechos, y temeroso de lo que podría
ocurrir, tampoco se decidió a
expulsar
de la ciudad a aquellos enfermos de los cuales debía limpiar a
Egipto, sino que a su pedido,
como
dice, les entregó la ciudad que otrora habitaran los pastores, cuyo
nombre era Avaris. (261)
Reunidos
en ella eligieron como jefe a uno que fuera en otro tiempo sacerdote
en Heliópolis. Y éste fue
el
que les enseñó a que no rindieran culto a los dioses, ni se
abstuvieran de los animales adorados en
Egipto,
sino que los mataran y consumieran, y que no se unieran sino con los
que fueran de la misma
secta.
Por intermedio de un juramento los obligó a perseverar en estas
leyes. Luego de fortificar a
Avaris,
declaró la guerra al rey.
(262) Luego agrega: “Envió delegados a Jerusalén, pidiendo a sus
ciudadanos que se le unieran, prometiéndoles
entregarles
Avaris, antigua patria de los que iban a venir desde Jerusalén. Si
atacaban, desde allí
podrían
someter todo el Egipto.” (263) Después añade:
“Se
presentaron con doscientos mil soldados, pero el rey de los egipcios,
Amenofis, siendo de
opinión
que no tenía que luchar con los dioses, se fugó sin pelear a
Etiopía y allí entregó el buey Apis
con
otros animales sagrados a los sacerdotes, y dio orden de que los
guardaran.”
(264)
Y a continuación: “Así que vinieron los jerosolimitanos
destruyeron las ciudades, incendiaron los templos y mataron a
los
jinetes, sin abstenerse de ninguna iniquidad o crueldad. (265) El
que les dio la forma de gobierno y
las
leyes era de origen heliopolitano, de nombre Osarsif, nombrado así
por el dios heliopolitano Osiris.
Luego,
habiendo cambiado de nombre, se llamó Moisés. (266) Amenofis, en
el año decimotercero,
pues
éste era el lapso decretado por los hados para que fueran expulsados
del reino, avanzó desde
Etiopía
con grandes tropas y en el encuentro con los pastores y los impuros
triunfó de ellos en la guerra
y
mató a muchos, persiguiéndolos hasta los límites de Siria.”
29.
(267) En todo esto no se dio cuenta que mentía sin el menor asomo
de verosimilitud. Los
leprosos
y la multitud que estaba con ellos, aunque al principio se indignaron
con el rey y con aquello
que
los trataron mal, incluso de acuerdo con la predicción del mago, sin
embargo cuando se los eximió
de
trabajar en las canteras y recibieron de él una ciudad y una región,
no hay duda que tendrían
sentimientos
más pacíficos. (268) En el supuesto de que lo odiaran, habrían
intrigado solamente contra
él,
sin hacer la guerra a todos, pues no hay duda que les quedarían
muchos parientes en el país. (269)
Pero,
aunque decidieran luchar contra los hombres, no había motivo para
que lucharan contra sus
mismos
dioses y adoptaran leyes contrarias a las propias, con las que habían
sido educados. (270) Debemos agradecer a Maneto el que diga que los
jefes de esta trasgresión fueron, no los que
vinieron
de Jerusalén, sino los mismos egipcios, y entre ellos especialmente
fueron los sacerdotes
quienes
lo imaginaron todo y obligaron a la multitud con juramento. (271)
Pero es contrario a la razón
suponer
que ninguno de los familiares o amigos de esa gente se plegara a la
revuelta ni participara en
los
peligros, y que los maculados tuvieran que enviar a Jerusalén a
pedir ayuda. (272) ¿Qué clase de
parentesco
o amistad había anteriormente entre ellos? Al contrario, eran
enemigos, y muy disímiles en
sus
costumbres. Ellos, dice, sin demora estuvieron listos a obedecerlos,
inducidos por la promesa de
que
llegarían a ocupar Egipto. Como si no conocieran suficientemente el
país, del cual fueron
expulsados
por la fuerza. (273) Si su vida hubiera sido miserable o en trance
de necesidad, quizá se
expusieran
al peligro. Viviendo en una ciudad feliz y en un país
suficientemente grande, mejor que
Egipto,
¿qué razón había para que se expusieran al peligro, corriendo a
ayudar a los que habían sido sus
enemigos,
y que además estaban enfermos, atacados por enfermedades que ninguno
de ellos estaba
dispuesto
a tolerar? Porque ellos no podían prever que el rey iba a evadirse.
(274) Al contrario, dice el
mismo
Maneto, que el hijo de Amenofis les salió al encuentro en Pelusio
con trescientos mil hombres. Esto era sabido por todos los que
habían penetrado en el país. ¿Cómo podían conjeturar su cambio
de
propósito y huída? (275) Luego dice que después de ocupar los
graneros de Egipto, el ejército de
los
jerosolimitanos ocasionó grandes daños. Les reprueba estos hechos,
como si no los hubiera
introducido
él mismo en calidad de enemigos, o como si se pudiera tachar de
crimen lo que hacían los
que
habían sido llamados para eso del exterior, cuando lo mismo hicieron
y juraron que lo harían en
adelante
los egipcios. (276) “Después de un t iempo, dice, atacó a los
enemigos, los venció, mató a muchos, los puso en
fuga
y los persiguió hasta Siria.” Como si fuera tan fácil capturar a
Egipto, y aun procediendo de cualquier parte; (277) pero los que
entonces
lo habían conquistado, informados de que Amenofis vivía, no
protegieron los caminos
procedentes
de Etiopía, a pesar de que estaban bien preparados para ello, ni se
preocuparon de reunir
más
tropas.
“El
rey los persiguió, dice, hasta Siria, matándolos, a través del
desierto arenoso.”
Esto
es, por lugares por donde a un ejército le sería difícil pasar,
incluso sin lucha.
30.
(278) Pero según Maneto ni nuestra raza es oriunda de Egipto,
ni
se produjeron mezclas. Es verosímil que muchos de los leprosos
y
enfermos hayan perecido en las canteras, pues estuvieron allí por
largo tiempo y fueron tratados
duramente;
muchos otros murieron en las luchas que tuvieron lugar posteriormente
y muchos otros
durante
la fuga.
31.
(279) Me resta refutar lo que dice de Moisés. A este hombre los
mismos egipcios lo consideran
admirable
y divino; con increíble malignidad quieren hacerlo suyo, diciendo
que era de Heliópolis, uno
de
los sacerdotes del lugar, expulsado con los demás a causa de la
lepra. (280) Consta en sus anales que
vivió
quinientos dieciocho años antes y que condujo a nuestros padres de
Egipto hacia la región donde
ahora
estamos. (281) Sus propias palabras prueban que no sufría de esta
enfermedad. Prohibió que los
enfermos
de lepra vivieran en ciudades o poblados; debían andar solos y con
los vestidos desgarrados.
Cualquiera
que los tocara, o viviera bajo su mismo techo, sería también
considerado impuro. (282) Si
un
leproso sanaba de la enfermedad y el cuerpo volvía a su estado
normal, debía pasar por ciertas
purificaciones,
lavarse en agua de fuente, cortarse todo el pelo y ofrecer muchos
sacrificios de diversas
clases,
ante de ser admitido en la ciudad santa.
(283)
Era lógico que el que hubiera estado sometido a tamaña calamidad,
fuera solícito y humano
con
aquellos que estuvieran afligidos por el mismo mal. (284) Pero no
sólo dispuso lo mencionado con relación a los leprosos, sino que no
admitió en las funciones sagradas a los que estuvieran mutilados en
la
más mínima parte del cuerpo; incluso si algún sacerdote dedicado a
las funciones sagradas sufre un
accidente,
Moisés ordenó que fuera privado del honor. (285) ¿Es verosímil
que diera leyes contra sí
mismo,
para su oprobio y daño? (286) Maneto, además, le muda el nombre de
la manera más
inverosímil.
Dice que se llamaba Osarsif, nombre nada semejante al que reemplaza.
Su verdadero
nombre,
Moisés, significa salvado de las aguas; pues los egipcios llaman moy
al agua. (287) Espero
haber
demostrado suficientemente que Maneto, cuando se atiene a los anales
de los antiguos, no se
aleja
mucho de la verdad; pero cuando acude a las fábulas de autores
desconocidos, las combina de un
modo
poco verosímil o presta fe a aquellos que las narraron por odio a
nuestro pueblo.
.
(35):
DE
NUEVO, RECOJO ENTERAMENTE LO QUE ESCRIBE FLAVIO JOSEFO ENTORNO A ESTE
PASAJE DE LA HISTORIA DE EGIPTO DE MANETO (o Manetón):
FLAVIO
JOSEFO
: CONTRA
APIÓN
(SOBRE
LA ANTIGÜEDAD DEL PUEBLO JUDÍO) Libro I
(fuente:
5
volúmenes traducidos del griego al español
por
Luis Farré. (Buenos Aires: Acervo Cultural / Editores, 1961.) Vol.
5: Contra Apión)
26.
(227) Mencionare especialmente a uno que poco antes presenté como
testigo de nuestra
antigüedad.
(228) Me refiero a Maneto, que afirma exponer la historia de Egipto
de acuerdo con sus libros sagrados. Confiesa que nuestros
progenitores llegaron a Egipto en muchas decenas de miles y
que
sometieron a sus habitantes; luego reconoce que posteriormente
salieron de aquella región y
ocuparon
la zona que ahora se denomina Judea, y luego de edificar Jerusalén
levantaron el Templo. Hasta aquí siguió las historias antiguas.
(229) Después, abusando de su licencia, quiere aparecer
recogiendo
todos los rumores y las fábulas que circulaban en el exterior acerca
de los judíos, e inserta
hechos
increíbles, intentando mezclarnos con la multitud de egipcios
leprosos y afectados por otras
enfermedades
que fueron obligados, según dice, a escapar de Egipto. (230) Agrega
el nombre de un
rey
imaginario, Amenofis, sin atreverse a decir la época de su reinado,
a pesar de que en todo lo demás
procede
cuidadosamente; a todo esto agrega varias fábulas, olvidando que
previamente había dicho que
quinientos
dieciocho años antes había acaecido la salida de los pastores hacia
Jerusalén. (231) El rey
de
Egipto, cuando salieron, era Tutmosis.
Según
el autor los reinados subsiguientes abarcaron un lapso de trescientos
noventa y tres años hasta
llegar
a los hermanos Setón y Hermeo; a Setón lo denomina Egipto, a Hermeo
Danao. A este último lo
expulsó
Setón, quien reinó cincuenta y nueve años, y luego lo hizo su hijo
mayor Rampsés, durante sesenta y seis años.
(232) Reconoce que nuestros antepasados salieron de Egipto antes de
este período, luego supone al
tal
rey Amenofis; dice que éste anhelaba poder contemplar a los dioses,
como lo había hecho Oro, uno
de
sus predecesores y que comunicó este su deseo a un hijo de un tal
Paapis, que también se llamaba
Amenofis
y que, a su parecer, participaba de la naturaleza divina, a causa de
su sabiduría y
conocimiento
de lo futuro. (233) Y éste habría dicho al rey, que podría
contemplar a los dioses, si
limpiaba
al país de los leprosos y de todos los impuros. (234) El rey, muy
satisfecho con esto, afirma
que
congregó a todos los afectados por alguna enfermedad corporal que se
encontraban en Egipto; se
reunió
una multitud de ochenta mil. (235) Los envió a las canteras, a la
parte oriental del Nilo, para
que
trabajaran igual que los otros egipcios enviados allí. Dice que
entre ellos habla algunos sacerdotes
eruditos
enfermos de lepra. (236) Pero aquel sabio y mago Amenofis temió
concitar la ira de los dioses
contra
él y el rey, si pareciera que se les hubiese hecho violencia.
Agregó, además, a su predicción, que
cierto
pueblo acudiría en ayuda de los impuros, conquistaría a Egipto y lo
mantendría bajo su dominio
durante
trece años. Pero no se atrevió a decir todo esto al rey, sino que
lo dejó por escrito y luego se
suicidó.
Por este motivo el rey quedó desconsolado. (237) Luego escribe
textualmente: “Después de estar mucho tiempo trabajando en las
canteras, pidieron al rey que les diera para su
descanso
y seguridad una ciudad. Les otorgó la ciudad de Avaris, que había
sido abandonada por los
pastores.
Esta ciudad, según la antigua teología, era la de Tifón. (238)
Una vez en la misma,
consideraron
que el lugar era adecuado para revueltas; nombraron jefe a Osarsif,
uno de los pontífices
heliopolitanos
y juraron que lo obedecerían en todo. (239) Este les puso como
primera ley que no
adoraran
a los dioses, y que no se abstuvieran de aquellos animales que entre
los egipcios eran
considerados
especialmente sagrados, sino que mataran y consumieran animales de
toda clase; además
que
no tuvieran relación sexual con nadie que no fuera de su misma
secta. (240) Ordenó estas cosas y
muchas
otras contrarias a las costumbres de los egipcios; luego ordenó que
con la cooperación de
muchos
se levantaran los muros de la ciudad y se prepararan a guerrear
contra el rey Amenofis. (241)
Osarsif,
habiendo tomado consigo otros sacerdotes y algunos de los manchados,
envió legados a los
pastores
que, habiendo sido expulsados por Tutmosis, se retiraron a la ciudad
denominada Jerusalén.
Después
de exponer la manera ignominiosa como los habían tratado, les pidió
que emprendieran una
expedición
a Egipto. (242) Les prometió que primeramente los llevaría a su
antigua patria Avaris y les
proporcionaría
en abundancia todo lo necesario, y cuando fuera necesario pelearían
con ellos; y que
podrían
someter fácilmente al país. (243) Ellos se alegraron sobremanera y
muy gozosos, en número
de
doscientos mil, salieron y poco después llegaban a Avaris. Amenofis
rey de los egipcios, así que oyó
hablar
de la invasión, se sintió muy desanimado, porque recordó lo que
había predicho Amenofis hijo
de
Paapis. (244) Primeramente congregó al pueblo y celebró asamblea
con sus príncipes, y se hizo
traer
los animales sagrados, especialmente aquellos que se adoraban en los
templos; ordenó a cada uno
de
los sacerdotes que ocultaran bien los simulacros de los dioses.
(245) Procuró que se trasladara a
casa
de un amigo a su hijo Setón, de cinco años de edad, que se llamaba
Rameses por su abuelo
Rampsés.
Él salió con los demás egipcios, en número de trescientos mil
guerreros ejercitados; sin embargo, al encontrarse con los enemigos
no luchó. Pensando que lucharía contra los dioses, (246)
retrocedió
y se dirigió a Menfis. Habiendo tomado consigo a Apis y a los demás
animales sagrados que
hizo
conducir a su lado, se trasladó a Etiopía con todo el ejército y
la multitud de egipcios. El rey de los
etíopes
le estaba obligado por un gran número de beneficios. (247) Lo
recibió y ordenó a todo el
pueblo
que le entregara lo necesario para el sostén de aquellos hombres,
así como también ordenó que
se
le entregaran las ciudades y pueblos que fueran necesarios hasta que
pasara la fatalidad de aquellos
trece
años. Ordenó también al ejército etíope que custodiara a
Amenofis y a sus soldados instalando un
campamento
en los límites con Egipto. (248) Estas son las cosas que
acontecieron en Etiopía. Cuando
vinieron
los solimitanos con los egipcios manchados trataron tan mal a los
hombres, que causaron una
impresión
pésima, en todos los que observaron su impiedad. (249) No
satisfechos con incendiar las
ciudades
y los poblados, y con cometer sacrilegios y derribar los simulacros
de los dioses, usaron los
mismos
para asar la carne de los animales sagrados a los que se tributaba
culto divino, y obligaron a los
sacerdotes
y profetas a que los mataran y luego los expulsaron desnudos del
país. (250) Se dice que el
gobernante
era legislador, sacerdote, de origen heliopolitano; se llamaba
Osarsif, por Osiris, dios de la
ciudad
de Heliópolis, pero cambió de nombre y se llamó Moisés.”
27.
(251) Esto es lo que los egipcios cuentan de los judíos, además de
muchas otras cosas, que
omito
en beneficio de la brevedad. También dice Maneto que posteriormente
Amenofis regresó de Etiopía con un gran ejército, así como su
hijo Rampsés con otro ejército; una vez que entraron en lucha
con
los pastores y los impuros los vencieron, mataron a muchos de ellos y
los persiguieron hasta los
límites
de Siria. (252) Estas y otras cosas similares escribió Maneto.
Probaré que dice embustes y
notorias
mentiras, pero haré primero una distinción relativa a lo que más
adelante diré. Nos concede y
reconoce,
que nuestro pueblo no es de origen egipcio, que nuestros antepasados
procedían de otra parte
y
que ocuparon Egipto y luego salieron de allí. (253) Pero que los
enfermos egipcios no se mezclaron
con
nosotros, que Moisés que condujo al pueblo, no fue su jefe, sino que
los precedió en muchas
generaciones,
me esforzaré en demostrarlo con los mismos relatos de Maneto.
28.
(254) La causa que da como punto de partida de su fábula es algo
ridículo. Dice: “El rey
Amenofis
deseaba ver a los dioses.” ¿A cuáles? Si a los que ellos
aceptaban, el buey, el macho cabrío,
los
cocodrilos y los cinocéfalos, ya los veía. (255) En cuanto a los
dioses celestes, ¿cómo podía verlos?
¿Cómo
concibió este deseo? Precisamente porque antes otro rey los había
visto. Por él había sabido
cómo
eran y cómo los había visto; de tal manera que no necesitaba nuevos
artificios para verlos. (256)
Pero
quizá se diga que hay que tener en cuenta a aquel mago sabio, por
cuyo intermedio esperaba
poderlo
lograr. Si así fuera, ¿cómo no supo con antelación que esto no
llegaría a acontecer, pues de
hecho
no aconteció? Luego, ¿por qué motivo los dioses escapaban a la
visión de sus ojos por la
presencia
de los mutilados y leprosos? A los dioses no les indignan los cuerpos
mutilados o debilitados
sino
la perversidad. (257) ¿Luego quién logró que ochenta mil leprosos
y enfermos se reunieran casi
en
un día? ¿O por qué el rey no cumplió las instrucciones del mago?
Pues el vate había indicado que
los
enfermos fueran expulsados de Egipto; sin embargo, el rey ordenó que
los enviaran a las canteras,
como
si necesitara obreros y no purificar la región. (258) Afirma
también que el mago se mató, al prever la ira de los dioses y los
males que iban a
acontecer
en Egipto, predicción que dejó por escrito al rey. ¿Cómo el mago
no supo su muerte desde el
principio?
(259) ¿Cómo no se opuso al deseo del rey que quería ver a los
dioses? ¿A qué venía el
miedo
por calamidades que no iban a acontecer en su época? ¿Qué mal
grave lo estaba amenazando,
que
fuera peor que el que él mismo se apresuró a infligirse? (260)
Pero veamos ahora la mayor tontería
de
todas. Aunque informado de estos hechos, y temeroso de lo que podría
ocurrir, tampoco se decidió a
expulsar
de la ciudad a aquellos enfermos de los cuales debía limpiar a
Egipto, sino que a su pedido,
como
dice, les entregó la ciudad que otrora habitaran los pastores, cuyo
nombre era Avaris. (261)
Reunidos
en ella eligieron como jefe a uno que fuera en otro tiempo sacerdote
en Heliópolis. Y éste fue
el
que les enseñó a que no rindieran culto a los dioses, ni se
abstuvieran de los animales adorados en
Egipto,
sino que los mataran y consumieran, y que no se unieran sino con los
que fueran de la misma
secta.
Por intermedio de un juramento los obligó a perseverar en estas
leyes. Luego de fortificar a
Avaris,
declaró la guerra al rey.
(262) Luego agrega: “Envió delegados a Jerusalén, pidiendo a sus
ciudadanos que se le unieran, prometiéndoles
entregarles
Avaris, antigua patria de los que iban a venir desde Jerusalén. Si
atacaban, desde allí
podrían
someter todo el Egipto.” (263) Después añade:
“Se
presentaron con doscientos mil soldados, pero el rey de los egipcios,
Amenofis, siendo de
opinión
que no tenía que luchar con los dioses, se fugó sin pelear a
Etiopía y allí entregó el buey Apis
con
otros animales sagrados a los sacerdotes, y dio orden de que los
guardaran.”
(264)
Y a continuación: “Así que vinieron los jerosolimitanos
destruyeron las ciudades, incendiaron los templos y mataron a
los
jinetes, sin abstenerse de ninguna iniquidad o crueldad. (265) El
que les dio la forma de gobierno y
las
leyes era de origen heliopolitano, de nombre Osarsif, nombrado así
por el dios heliopolitano Osiris.
Luego,
habiendo cambiado de nombre, se llamó Moisés. (266) Amenofis, en
el año decimotercero,
pues
éste era el lapso decretado por los hados para que fueran expulsados
del reino, avanzó desde
Etiopía
con grandes tropas y en el encuentro con los pastores y los impuros
triunfó de ellos en la guerra
y
mató a muchos, persiguiéndolos hasta los límites de Siria.”
29.
(267) En todo esto no se dio cuenta que mentía sin el menor asomo
de verosimilitud. Los
leprosos
y la multitud que estaba con ellos, aunque al principio se indignaron
con el rey y con aquello
que
los trataron mal, incluso de acuerdo con la predicción del mago, sin
embargo cuando se los eximió
de
trabajar en las canteras y recibieron de él una ciudad y una región,
no hay duda que tendrían
sentimientos
más pacíficos. (268) En el supuesto de que lo odiaran, habrían
intrigado solamente contra
él,
sin hacer la guerra a todos, pues no hay duda que les quedarían
muchos parientes en el país. (269)
Pero,
aunque decidieran luchar contra los hombres, no había motivo para
que lucharan contra sus
mismos
dioses y adoptaran leyes contrarias a las propias, con las que habían
sido educados. (270) Debemos agradecer a Maneto el que diga que los
jefes de esta trasgresión fueron, no los que
vinieron
de Jerusalén, sino los mismos egipcios, y entre ellos especialmente
fueron los sacerdotes
quienes
lo imaginaron todo y obligaron a la multitud con juramento. (271)
Pero es contrario a la razón
suponer
que ninguno de los familiares o amigos de esa gente se plegara a la
revuelta ni participara en
los
peligros, y que los maculados tuvieran que enviar a Jerusalén a
pedir ayuda. (272) ¿Qué clase de
parentesco
o amistad había anteriormente entre ellos? Al contrario, eran
enemigos, y muy disímiles en
sus
costumbres. Ellos, dice, sin demora estuvieron listos a obedecerlos,
inducidos por la promesa de
que
llegarían a ocupar Egipto. Como si no conocieran suficientemente el
país, del cual fueron
expulsados
por la fuerza. (273) Si su vida hubiera sido miserable o en trance
de necesidad, quizá se
expusieran
al peligro. Viviendo en una ciudad feliz y en un país
suficientemente grande, mejor que
Egipto,
¿qué razón había para que se expusieran al peligro, corriendo a
ayudar a los que habían sido sus
enemigos,
y que además estaban enfermos, atacados por enfermedades que ninguno
de ellos estaba
dispuesto
a tolerar? Porque ellos no podían prever que el rey iba a evadirse.
(274) Al contrario, dice el
mismo
Maneto, que el hijo de Amenofis les salió al encuentro en Pelusio
con trescientos mil hombres. Esto era sabido por todos los que
habían penetrado en el país. ¿Cómo podían conjeturar su cambio
de
propósito y huída? (275) Luego dice que después de ocupar los
graneros de Egipto, el ejército de
los
jerosolimitanos ocasionó grandes daños. Les reprueba estos hechos,
como si no los hubiera
introducido
él mismo en calidad de enemigos, o como si se pudiera tachar de
crimen lo que hacían los
que
habían sido llamados para eso del exterior, cuando lo mismo hicieron
y juraron que lo harían en
adelante
los egipcios. (276) “Después de un t iempo, dice, atacó a los
enemigos, los venció, mató a muchos, los puso en
fuga
y los persiguió hasta Siria.” Como si fuera tan fácil capturar a
Egipto, y aun procediendo de cualquier parte; (277) pero los que
entonces
lo habían conquistado, informados de que Amenofis vivía, no
protegieron los caminos
procedentes
de Etiopía, a pesar de que estaban bien preparados para ello, ni se
preocuparon de reunir
más
tropas.
“El
rey los persiguió, dice, hasta Siria, matándolos, a través del
desierto arenoso.”
Esto
es, por lugares por donde a un ejército le sería difícil pasar,
incluso sin lucha.
30.
(278) Pero según Maneto ni nuestra raza es oriunda de Egipto,
ni
se produjeron mezclas. Es verosímil que muchos de los leprosos
y
enfermos hayan perecido en las canteras, pues estuvieron allí por
largo tiempo y fueron tratados
duramente;
muchos otros murieron en las luchas que tuvieron lugar posteriormente
y muchos otros
durante
la fuga.
31.
(279) Me resta refutar lo que dice de Moisés. A este hombre los
mismos egipcios lo consideran
admirable
y divino; con increíble malignidad quieren hacerlo suyo, diciendo
que era de Heliópolis, uno
de
los sacerdotes del lugar, expulsado con los demás a causa de la
lepra. (280) Consta en sus anales que
vivió
quinientos dieciocho años antes y que condujo a nuestros padres de
Egipto hacia la región donde
ahora
estamos. (281) Sus propias palabras prueban que no sufría de esta
enfermedad. Prohibió que los
enfermos
de lepra vivieran en ciudades o poblados; debían andar solos y con
los vestidos desgarrados.
Cualquiera
que los tocara, o viviera bajo su mismo techo, sería también
considerado impuro. (282) Si
un
leproso sanaba de la enfermedad y el cuerpo volvía a su estado
normal, debía pasar por ciertas
purificaciones,
lavarse en agua de fuente, cortarse todo el pelo y ofrecer muchos
sacrificios de diversas
clases,
ante de ser admitido en la ciudad santa.
(283)
Era lógico que el que hubiera estado sometido a tamaña calamidad,
fuera solícito y humano
con
aquellos que estuvieran afligidos por el mismo mal. (284) Pero no
sólo dispuso lo mencionado con relación a los leprosos, sino que no
admitió en las funciones sagradas a los que estuvieran mutilados en
la
más mínima parte del cuerpo; incluso si algún sacerdote dedicado a
las funciones sagradas sufre un
accidente,
Moisés ordenó que fuera privado del honor. (285) ¿Es verosímil
que diera leyes contra sí
mismo,
para su oprobio y daño? (286) Maneto, además, le muda el nombre de
la manera más
inverosímil.
Dice que se llamaba Osarsif, nombre nada semejante al que reemplaza.
Su verdadero
nombre,
Moisés, significa salvado de las aguas; pues los egipcios llaman moy
al agua. (287) Espero
haber
demostrado suficientemente que Maneto, cuando se atiene a los anales
de los antiguos, no se
aleja
mucho de la verdad; pero cuando acude a las fábulas de autores
desconocidos, las combina de un
modo
poco verosímil o presta fe a aquellos que las narraron por odio a
nuestro pueblo.
.
(36):
ANTIGÜEDADES
JUDÍAS, FLAVIO JOSEFO
Texto
traducido desde el griego por J. Farré; publicado en Buenos Aires,
en 1961 (Ed. Acervo Cultural).
LIBRO
I
4.
Pero como toda nuestra organización deriva de la sabiduría de
nuestro legislador Moisés, es ineludible que comience por decir algo
a su respecto, aunque muy brevemente. De lo contrario los lectores
podrán decir que mi trabajo, destinado a ser una reseña de leyes y
acontecimientos históricos, contiene mucha filosofía. Conviene
saber que él consideraba imprescindible tomar en consideración la
naturaleza divina para todo aquel que quiera conducirse bien en la
vida y legislar para sus semejantes; y observando los actos de Dios,
imitar su modelo hasta donde pueda caber la imitación en la
naturaleza humana y empeñarse en seguirla. Sin ello ningún
legislador puede actuar con criterio justo ni promoverá lo que
escriba el desarrollo de las virtudes, lo que sólo se logra
enseñando que Dios es padre y señor de todas las cosas y ve todas
las cosas y concede la felicidad a todos los que observan sus
dictados. En cambio a los que no siguen la senda de la virtud los
hunde en las máximas calamidades. Cuando Moisés quiso instituir su
doctrina a sus conciudadanos, no comenzó a establecer sus leyes como
lo hacían otros legisladores, mediante contratos y otros convenios
mutuos, sino haciéndoles elevar su pensamiento hacia Dios y su
creación del mundo, y persuadiéndolos que los hombres somos la más
perfecta de sus creaciones terrestres. Habiéndolos hecho someterse a
la religión, le fué fácil persuadirlos de otras cosas. Los otros
legisladores se ajustaron a las fábulas y atribuyeron los más
vergonzosos pecados humanos a los dioses, proveyendo de buenas
excusas para sus vicios a los hombres más perversos; nuestro
legislador, en cambio, después de demostrar la pureza de la virtud
de Dios, consideró que el hombre debía empeñarse con todas sus
fuerzas en participar de ella. E impuso los más severos castigos a
los que no lo admitían ni lo creían. Insto a los lectores quieran
examinar esta obra bajo este punto de vista. Podrán comprobar que no
hay nada de absurdo ni en la majestad de Dios ni en el amor que
profesa a la humanidad. Porque todas las cosas se refieren a la
naturaleza del universo; nuestro legislador dice algunas cosas
sabiamente pero de modo enigmático Moisés sobre la creación del
mundo, la que encontramos relatada en las sagradas escrituras de la
siguiente manera. y otras envueltas en dignas alegorías, pero
cuando es necesario las explica concretamente y con toda claridad. Y
los que tengan tendencia a conocer las causas de todas las cosas,
hallarán una teoría filosófica muy particular cuya explicación me
abstendré de dar en este momento, pero si Dios me permite lo haré
al terminar esta obra. Voy a dedicarme ahora a la historia, cuya
redacción he emprendido, después de mencionar lo que dice Moisés
sobre la creación del mundo, la que encontramos relatada en las
sagradas escrituras de la siguiente manera.
.
(37):
IDEM
CITA (36)
CAPITULO
I La creación del mundo. El paraíso. El pecado original.
Expulsión
de Adán y Eva
1...
En seis días hizo el mundo con todo lo que contiene, y dice Moisés
que el séptimo día fué de descanso y de suspensión de esa labor.
Por eso ese día nos abstenemos de trabajar y lo llamamos sabat,
palabra que significa descanso en lengua hebrea.
2.
Después del séptimo día Moisés comienza a hablar en términos de
interpretación filosófica y dice acerca de la formación del
hombre, que Dios tomó tierra del suelo, hizo al hombre y le insufló
espíritu y alma. A este hombre lo llamé Adán, que en lengua hebrea
significa roja, porque fué hecho de tierra roja macerada. Porque
ésta es auténtica tierra virgen.
(...)
Viendo que Adán carecía de sociedad, que no tenía compañera
hembra (que ninguna había sido creada), y que él observaba
extrañado a los demás animales, que eran machos y hembras, lo
durmió, le sacó una costilla y con ella formó a la mujer. Adán la
conoció y supo que había sido sacada de él mismo. Ishá se dice a
la mujer en lengua hebrea; pero el nombre de esa mujer fué Eva, que
significa madre de todos los vivientes.
.
(38):
IDEM
CITA (36)
CAPITULO
IX
Las
aflicciones que sufren los hebreos en Egipto durante cuatrocientos
años
1.
Sucedió que los egipcios se volvieron voluptuosos y holgazanes,
hasta la exageración, y se entregaron a otros placeres, en
particular el amor al lucro. Se sintieron entonces descontentos de
los hebreos y envidiosos de su prosperidad. Cuando vieron que la
nación de los israelitas florecía, y éstos se volvían eminentes y
poseían abundantes riquezas, que habían adquirido por sus virtudes
y su inclinación natural al trabajo, pensaron que su progreso
redundaría en perjuicio de los egipcios. Habiendo olvidado con el
transcurso del tiempo los beneficios que recibieron de José, sobre
todo porque la corona había pasado a otra familia, sometieron a
crueles abusos a los israelitas, e idearon muchos medios para
angustiarlos. Les ordenaron abrir un gran número de canales para el
río, construir muros para las ciudades y terraplenes para contener
el río y evitar el estancamiento de las aguas cuando aquél
desbordaba de las orillas; también les mandaron levantar pirámides
y con todos esos trabajos los agotaron, viéndose obligados los
israelitas a aprender toda clase de artes mecánicas y a
acostumbrarse a realizar labores pesadas. En estas tribulaciones
pasaron cuatrocientos años; porque ambos bandos se esforzaban
empeñosamente, los egipcios en destruir a los israelitas y los
israelitas en resistir y aguantar hasta el fin.
2.
Estando de este modo las cosas, se produjo un acontecimiento que
excitó aún más a los egipcios en su deseo de exterminar a nuestra
nación. Uno de los escribas sagrados, hombres que son muy astutos
para predecir los acontecimientos futuros, dijo al rey que por
aquella época nacería un niño israelita que, cuando fuera hombre,
derribaría el dominio de los egipcios y exaltaría a los israelitas.
Superaría a todos los hombres en virtudes y obtendría una gloría
que perduraría por todos los siglos.
El
rey tuvo tanto miedo que, de acuerdo con la opinión de ese hombre,
ordenó que mataran a todos los niños que les nacieran a los
israelitas, arrojándolos al río; dispuso, además, que las parteras
egipcias vigilaran a las mujeres hebreas y observaran a los recién
nacidos, porque quería que cumplieran esas funciones con las mujeres
hebreas las parteras que, por ser compatriotas del rey, no
infringirían sus órdenes.
Mandó
también que los padres que desobedecieran y trataran de salvar la
vida de un niño fueran muertos ellos y sus familias.
Fué
una gran pesadumbre para los afectados, no sólo porque los privaban
de sus hijos y porque siendo sus padres debían colaborar en la
destrucción de sus propias criaturas, sino también porque aquella
medida conduciría al exterminio de toda la nación. Esta era la
desdichada situación.
Pero
nadie puede oponerse a los designios de Dios, ni aunque imagine diez
mil recursos sutiles; porque ese niño que había pronosticado
el
sagrado escriba, fué criado y ocultado a la vista de los
observadores nombrados por el rey. El que lo había pronosticado no
se equivocó en las consecuencias de ese hecho, que ocurrieron de la
siguiente manera.
.
-SANTA
BIBLIA
por Casiodoro de Reina (1569)
Revisada
por Cipriano de Valera (1602)
Otras
revisiones: 1862, 1909
RESUMEN
ANTIGUO
TESTAMENTO . SEGUNDO LIBRO DE MOISÉS;
LLAMADO
ÉXODO
CAPÍTULO
1
Los
hijos de Israel se multiplican -Son puestos en servidumbre por
los egipcios - Faraón procura
destruir a
los hijos varones nacidos
de mujeres
hebreas.
.
(39):
IDEM
CITA (36)
3.
Un hombre llamado Amram, de la más noble alcurnia de los hebreos,
temió que su nación se extinguiese por la falta de varones. Estaba,
además, inquieto porque su mujer se hallaba embarazada, y no sabía
qué medidas tomar. Recurrió con súplicas a Dios; le rogó que
tuviera compasión de los hombres que no habían transgredido de
ningún modo la ley de su culto, que los librara de la desgracia que
los afligía e hiciera fracasar las esperanzas de sus enemigos de
destruir a su nación.
Dios
se compadeció de él y se dejó conmover por sus súplicas. Se le
presentó en sueños y lo exhortó a no desesperar de sus futuros
favores. Le dijo que no había olvidado su devoción para con él, y
que siempre los recompensaría, como anteriormente había concedido
sus favores a sus antepasados haciéndolos crecer de un pequeño
grupo hasta una gran multitud. Le recordó que cuando Abraham fué
sólo de la Mesopotamia a Canaán, le había concedido todas las
felicidades en muchos aspectos, y haciendo además, que su mujer, que
había sido estéril, pudiera concebir y le diera hijos. A Ismael y a
su posteridad les dejó el país de Arabia, a los hijos de Cetura, el
país de los trogloditas, y a Isaac, la tierra de Canaán.
-Con
mi ayuda -añadió-, cumplió grandes hazañas en la guerra, la cual,
a menos que seas impío, debes recordar. En cuanto a Jacob, fué
famoso incluso entre los extranjeros, por la grandeza y la
prosperidad con las que vivió y que dejó a sus hijos, los que
llegaron a Egipto siendo no más de setenta almas, mientras que
vosotros sois ahora más de seiscientos mil. Has de saber por lo
tanto que os daré a todos vosotros lo que os sea útil, y a ti
particularmente lo que te hará famoso. Porque ese niño por el que,
temerosos de su nacimiento, los egipcios condenaron a muerte a los
niños israelitas, será tu hijo, y será ocultado de los que vigilan
para destruirlo; después de ser criado de manera sorprendente,
salvará a la nación hebrea de la desgracia que la aflige en Egipto.
Su memoria será famosa mientras dure el mundo; no sólo entre los
hebreos, sino también entre los extranjeros. Todo lo cual será
consecuencia del favor que te dispensaré a ti y a tu posteridad. Tu
hijo tendrá otro hermano que obtendrá mi sacerdocio, el que pasará
a su posteridad después de él hasta el fin del mundo.
4.
Después de que la visión le hubiese informado de estas cosas, Amram
despertó y se lo contó a Joquebed, su esposa. Aumentó en. tonces
el temor de los dos, por la predicción contenida en el sueño de
Amram; les preocupaba, no solamente el niño, sino también la gran
felicidad que le esperaba. Pero los dolores de parto de la madre
fueron de tal naturaleza que permitieron confirmar lo que Dios había
anticipado, porque no se enteraron los que estaban encargados de
vigilarla, debido a que los dolores fueron suaves, no la atacaron con
violencia. Durante tres meses nutrieron a la criatura privadamente;
después Amram, temiendo ser descubierto y caer en el desagrado del
rey, con lo que morirían ambos, él y su hijo, quedando sin ningún
efecto la promesa de Dios, resolvió confiar a Dios el cuidado y la
salvación del niño antes que hacerla depender de su propia
ocultación, por demás insegura.
Estaba
convencido de que Dios procuraría de algún modo la salvación del
niño, para asegurar la exactitud de sus propias predicciones.
Hicieron
una arquilla de fibras de papiro con la forma de una cuna, de un
tamaño suficiente para que pudiera caber un niño sin mucha
estrechez. La untaron con betún, que impediría la entrada del agua
por entre las junturas, pusieron en ella al niño y depositándolo en
el agua le abandonaron al cuidado de Dios. El río recibió al niño
y lo llevó a flote. Miriam, la hermana de la criatura, se paseó por
la orilla, frente a la arquilla, como le había ordenado su madre,
para ver hacia dónde sería llevada. Dios demostró que la sabiduría
humana no es nada, y que todo lo que el Ser Supremo quiere cumplir se
realiza finalmente. Aquellos que por su propia seguridad condenan a
muerte a los demás y se empeñan en lograrlo, fracasan en su
propósito, mientras que otros, de manera sorprendente, se salvan y
alcanzan la prosperidad en medio de sus propias calamidades; son
aquellos, desde luego, cuyo peligro surge por mandato de Dios. Esa
providencia se reveló en el caso de este niño, demostrando el poder
de Dios.
.
-SANTA
BIBLIA
por Casiodoro de Reina (1569)
Revisada
por Cipriano de Valera (1602)
Otras
revisiones: 1862, 1909
RESUMEN
ANTIGUO
TESTAMENTO . SEGUNDO LIBRO DE MOISÉS;
LLAMADO
ÉXODO
CAPÍTULO
1
.
(40):
IDEM
CITA (36)
5.
Termutis era la hija del rey. Estaba pasando el rato en la orilla del
río, cuando vió una cuna arrastrada por la corriente. Envió a
alguien que sabía nadar con orden de traerle la cuna. Cuando los
enviados volvieron y la princesa vió al niño se enamoró de él,
porque era grande y bello. Dios había puesto tanto esmero en la
formación de Moisés que hizo que lo consideraran digno de ser
criado y atendido aquellos mismos que, temiendo su nacimiento, habían
tomado la fatal resolución de
destruir al, resto de la nación hebrea.
Termutis
ordenó que buscaran una mujer para dar el pecho al niño; pero la
criatura se negó a aceptarlo, volviendo la cabeza, e hizo lo mismo
con otras mujeres que le trajeron. Miriam estaba presente, fingiendo
que no había ido de propósito, sino que se había detenido
accidentalmente para contemplar a la criatura. Dirigiéndose a
Termutis, le dijo:
-Será
en vano, ¡oh, reina!, que llames para alimentar al niño mujeres que
no son de su parentesco. Pero si haces traer una mujer hebrea, es
posible que el niño admita el pecho de una mujer de su propia raza.
Termutis
encontró razonable el consejo y le ordenó que buscara y trajera una
mujer hebrea que amamantara. Miriam trajo entonces a su madre, a
quien nadie conocía allí. El niño aceptó alegremente el pecho y
se prendió fuertemente de él. Y así fué como, a petición de la
reina, la nutrición del niño se encomendó a su propia madre.
6.
Después Termutis le impuso el nombre de Mouses, recordando su
extracción del río, porque los egipcios llaman Mo al agua, y Uses a
lo que es salvado de ella. Uniendo las dos palabras formaron el
nombre que le dieron. Y de acuerdo con la predicción de Dios fué,
por su gran inteligencia y su desdén por las dificultades, el más
ilustre de los hebreos. (Porque Abram fué su antepasado de la
séptima generación. Moisés era hijo de Amram, que era hijo de
Caat, cuyo padre Leví era hijo de Jacob, que era hijo de Isaac, el
hijo de Abram.)
La
inteligencia de Moisés no era la de su edad, sino muy superior a su
término medio. Reveló una rapidez de aprehensión mayor de la
habitual, presagiando grandes acciones para cuando llegara a ser
hombre. Dios le dió también una estatura que a los tres años ya
era maravillosa. En cuanto a su belleza, nadie dejaba de asombrarse
por la hermosura de su rostro cuando lo veía. Frecuentemente sucedía
que la gente que se cruzaba con él cuando lo llevaban por el camino
volviera la cabeza para seguir mirándolo; dejaban lo que estaban
haciendo y se quedaban un rato largo contemplándolo. Porque la
belleza del niño era tan notable y natural por muchos conceptos que
detenía a los espectadores obligándolos a mirarlo largo rato.
7.
Advirtiendo Termutis lo notable que era el niño, lo adoptó como
hijo porque ella no los tenía. Un día se lo llevó a su padre y le
dijo que pensaba hacer de él el sucesor del rey, si Dios quería que
no tuviese un hijo propio.
-He
criado un niño -dijo-, de forma divina y de mente generosa. Y como
lo he recibido por la merced del río, de manera maravillosa, he
creído conveniente adoptarlo como hijo y heredero de tu trono.
Diciendo
esto puso al niño en los brazos de su padre, quien lo oprimió sobre
su pecho y, para subrayar las palabras de su hija, le puso
amablemente su corona en la cabeza. Pero Moisés la arrojó al suelo
y con ademanes pueriles la hizo rodar y la pisó, lo que pareció
traer un mal presagio para el reino de Egipto.
Cuando
lo vió el sagrado escriba (el mismo que había pronosticado que su
nacimiento derribaría el dominio del reino), hizo una violenta
tentativa para matarlo, y con voz terrible exclamó:
-Este,
loh, rey!, es el niño de quien Dios nos previno que si lo matábamos
nos libraríamos del peligro. Ahora él mismo confirma la predicción,
atropellando tu autoridad y pisoteando tu corona. Elimínalo, y libra
a los egipcios del miedo que tienen por su causa; y quita a los
hebreos las esperanzas de ser animados por él.
Pero
Termutis se lo impidió y le arrebató el niño de las manos. El rey
no se apresuró a matarlo, porque Dios protegió a Moisés induciendo
al rey a salvarle la vida. Fué luego educado con gran esmero. Los
hebreos pusieron en él sus esperanzas en la certeza de que haría
grandes cosas. Los egipcios, en cambio, desconfiaban del resultado
que daría su educación. Pero se abstuvieron de matarlo porque si
Moisés era muerto no quedaría ninguno, ni pariente ni adoptado, que
pudiera pretender la corona con beneficio para ellos.
.
-SANTA
BIBLIA
por Casiodoro de Reina (1569)
Revisada
por Cipriano de Valera (1602)
Otras
revisiones: 1862, 1909
RESUMEN
ANTIGUO
TESTAMENTO . SEGUNDO LIBRO DE MOISÉS;
LLAMADO
ÉXODO
CAPÍTULO
2
Moisés
nace de padres levitas, es criado por la hija de Faraón, mata a un
egipcio en defensa de un israelita, huye a Madián y se casa con
Séfora — Israel en servidumbre clama a Jehová.
.
(41):
IDEM
CITA (36)
CAPITULO
X Moisés hace la guerra a los etíopes
1.
Cuando Moisés llegó a la edad madura hizo manifiesta su
virtud a los egipcios: demostró
que había nacido para abatirlos y exaltar a los israelitas. La
ocasión de que se valió fué la siguiente:
los
etíopes, que eran vecinos de los egipcios, hicieron una incursión
en su tierra, de la que se apoderaron llevándose los efectos de los
egipcios. Estos, indignados, salieron a atacarlos para vengar las
ofensas recibidas. Pero vencidos en la batalla, algunos fueron
asesinados y los restantes huyeron vergonzosamente y se salvaron.
Los etíopes los persiguieron;
considerando que sería una cobardía no someter a todo Egipto se
extendieron por el país y lo subyugaron. Después de haber probado
los frutos de la tierra ya no cejaron en la prosecución de la
guerra, y como las zonas más próximas no tuvieron valor al
principio para pelear con ellos, fueron hasta Menfis, y hasta el
mismo mar, mientras ninguna de las ciudades les hacía oposición.
Los
egipcios, apesadumbrados y oprimidos, echaron mano a sus oráculos y
profecías, y por consejo de Dios resolvieron tomar como aliado a
Moisés el hebreo, para que los ayudara. El rey ordenó a su hija que
lo enviara, para nombrarlo general de su ejército. Después de hacer
jurar al rey que no le haría ningún daño, Termutis se lo confió
al rey, segura de que su ayuda sería de gran beneficio para todos. Y
reprochó a los sacerdotes que antes habían reclamado de los
egipcios que lo mataran y ahora no se avergonzaban de rogarle su
ayuda.
2.
Moisés, persuadido por Termutis y el rey, asumió animosamente la
misión. Los sagrados escribas de ambas naciones se sintieron
satisfechos; los egipcios porque pensaban que con el valor de Moisés
vencerían a sus enemigos y en la misma acción sería muerto Moisés;
y los hebreos porque podrían escapar de los egipcios, cuando Moisés
fuera su general.
Moisés
se adelantó al enemigo y condujo su ejército contra él, antes de
que se enterara de que iba a atacarlo. No marchó por el río, sino
por tierra, dando en esta ocasión una magnífica prueba de su
sagacidad. Habían llegado a un sitio por donde no se podía pasar
porque estaba lleno de serpientes, peculiaridad de esa región que no
presentan otros lugares. Las serpientes eran numerosísimas, peores
que las de otras partes en fuerza y maldad; de aspecto terrible,
algunas surgían del suelo sin ser vistas, y hasta volaban por el
aire, y de ese modo atacaban imprevistamente a los hombres
ocasionando grandes daños. Moisés ideó una extraordinaria
estratagema para sacar al ejército sano y salvo. Hizo unos canastos
de corteza de papiros, los llenó de ibis y los llevó consigo; estos
animales son los más grandes enemigos de las serpientes, que huyen
cuando aquéllos se acercan; los ibis las cazan y devoran, como hacen
los ciervos. Los ibis son animales mansos, enemigos únicamente de
los reptiles. Pero no diré nada más de los ibis, porque los griegos
los conocen muy bien. En
cuanto Moisés llegó a la tierra donde se criaban las serpientes,
dejó en libertad a los ibis, y por este medio repelió el ataque de
los reptiles, usándolo antes de que el ejército llegara a aquel
punto.
Hecho
esto, pudo caer sobre los etíopes antes de lo que éstos esperaban.
Les presentó batalla y los venció, quitándoles la esperanza de
triunfar contra los egipcios. Prosiguió luego derribando sus
ciudades e hizo una gran matanza de etíopes.
Después de que los egipcios
tomaron el gusto al buen éxito, gracias a los recursos de Moisés,
se sintieron infatigables y los etíopes se vieron amenazados con la
esclavitud y la destrucción total. Por último éstos se retiraron a
Saba, ciudad real de Etiopía, a la que después Cambises dió el
nombre de su hermana, Meroé. Hubo que sitiar la plaza con grandes
dificultades, porque el Nilo que la rodea completamente, y los otros
ríos Astap y Astabora, cuyo cruce era difícil de intentar, hacían
imposible el ataque. La ciudad, situada en el centro, era como una
isla. Estaba rodeada de una fuerte muralla y protegida por los ríos.
Grandes terraplenes entre la muralla y los ríos impedían que las
aguas la inundaran, aunque se desbordaban con gran violencia. Y
aunque el enemigo cruzara los ríos, los terraplenes hacían casi
imposible tomar la ciudad.
Moisés estaba inquieto por la
inactividad del ejército (porque el enemigo no se animaba a
presentar batalla), cuando sucedió el siguiente episodio: Tarbis, la
hija del rey de Etiopía, vió a Moisés conduciendo las tropas hasta
la muralla y peleando con gran valor. Admirada por la sutileza de sus
acometidas, y comprendiendo que él era el autor de los triunfos de
los egipcios, que antes desesperaban de recobrar la libertad, y el
causante del gran peligro en que se hallaban los etíopes, que antes
se jactaban de sus grandes victorias, se enamoró profundamente de
él. Impulsada por su pasión, le envió al más fiel de sus
sirvientes para tratar con él de su matrimonio. Moisés aceptó la
oferta, con la condición de que se rindiera la ciudad; y le aseguró
con juramento que la tomaría por esposa y que después de tomar la
ciudad no quebrantaría su promesa. Hecho el trato, se cumplió
inmediatamente. Derrotados los etíopes, Moisés dió gracias a Dios,
realizó el enlace y condujo a los egipcios de vuelta a su patria.
.
(42):
IDEM
CITA (36)
CAPITULO
XI Moisés huye de Egipto a Madián
1.
Después de haber sido salvados por Moisés los egipcios le cobraron
odio y conspiraron ansiosamente contra él porque sospechaban que se
aprovecharía de su triunfo para provocar un levantamiento y producir
cambios en Egipto. Y dijeron al rey que había que matarlo. El rey
también abrigaba intenciones similares, envidioso de su gloriosa
expedición al frente de su ejército, y temeroso de que lo
derribara. Instigado por sus sagrados escribas, se manifestó
dispuesto a decidir la muerte de Moisés. Cuando éste se enteró de
lo que se tramaba contra él, se alejó en secreto. Como los caminos
públicos estaban vigilados, huyó por el desierto, por donde sus
enemigos no sospecharían que pudiera viajar. Aunque carecía de
alimentos siguió adelante arrostrando valerosamente todas las
dificultades. Llegó a la ciudad de Madián, a orillas del mar Rojo,
llamada así por uno de los hijos de Abram y Cetura. Se sentó junto
a un pozo a descansar de la pesada jornada y de la aflicción que
sufría. No estaba lejos de la ciudad; era mediodía, y tuvo una
oportunidad, ofrecida por las costumbres del país, de hacer algo que
le hizo revelar sus cualidades y que le dió base para mejorar su
situación.
2.
Como aquel paso tenía poca agua, los pastores solían sacarla de los
pozos antes de que vinieran otros, para que sus rebaños no sufrieran
sed y para que los otros no la gastaran. Al pozo donde él estaba
llegaron siete
hermanas,
que eran vírgenes, hijas de Ragüel, un sacerdote considerado por el
pueblo digno de gran honor. Esas doncellas cuidaban los rebaños de
su padre, lo que era costumbre en el país y habitual entre los
trogloditas. Fueron las primeras en venir y sacaron, en cubetas
hechas especialmente para el agua, la cantidad que necesitaban sus
animales. Pero llegaron los pastores y echaron a las doncellas, para
disponer del agua en beneficio de ellos. Moisés juzgó que sería
censurable dejar sufrir a las mozas esa injusticia, y echó a los
hombres, prestando ayuda apropiada a las mujeres.
Después
de recibir este favor, las jóvenes volvieron a su casa y contaron a
su padre que habían sido ofendidas por los pastores y ayudadas por
un extranjero, y le rogaron que no dejara pasar sin recompensa su
generosa acción. El padre apoyó el deseo de sus hijas de
recompensar a su bienhechor, y les ordenó que trajeran a Moisés a
su presencia, para premiarlo como merecía. Cuando llegó Moisés se
refirió a lo que sus hijas le habían relatado sobre su intervención
y su ayuda. Añadió que admiraba su virtud y le aseguró que había
dado asistencia a personas que no eran insensibles a los favores y
que deseaban devolverle su gentileza y sobrepasar la medida de su
generosidad. Lo hizo entonces su hijo, dándole una de sus hijas en
matrimonio. Y lo nombró guardián y superintendente de su ganado,
que desde antiguo constituía toda la riqueza de los bárbaros.
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-SANTA
BIBLIA
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ANTIGUO
TESTAMENTO . SEGUNDO LIBRO DE MOISÉS;
LLAMADO
ÉXODO
CAPÍTULO
2
Moisés
nace de padres levitas, es criado por la hija de Faraón, mata a un
egipcio en defensa de un israelita, huye a Madián y se casa con
Séfora — Israel en servidumbre clama a Jehová.
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(43):
IDEM
CITA (36)
CAPITULO
XII La zarza ardiente y la vara de Moisés
1.
Obtenidos esos beneficios de Jetro (que era uno de los nombres de
Ragüel), Moisés se quedó a vivir con ellos y cuidó sus rebaños.
Poco tiempo después, un día que los estaba apacentando junto a la
montaña llamada Sinaí, llevó los rebaños más lejos que de
costumbre. Aquélla era la montaña más alta del lugar y la mejor
para apacentar, porque tenía una hierba excelente; pero nunca subían
hasta allí los pastores, porque decían que allí moraba Dios.
Ocurrióle entonces a Moisés un prodigio maravilloso; se incendió
una zarza, pero el fuego no consumía las hojas verdes ni las flores,
ni tampoco, las ramas, aunque las llamas eran grandes y fuertes.
Moisés se asustó ante aquel extraño espectáculo, pero se sintió
más sorprendido aún cuando el fuego emitió una voz, que lo llamó
por el nombre y pronunció palabras, advirtiéndole la temeridad que
había cometido aventurándose a subir a un sitio al que ningún
hombre había ido, porque era un sitio sagrado. Y le aconsejó que se
alejase del fuego y se conformase con lo que había visto. Aunque era
un hombre virtuoso y descendía de antepasados ilustres, debía en lo
sucesivo reprimir su curiosidad. Le predijo que obtendría gloria y
honores entre los hombres, porque tenía la bendición de Dios. Le
ordenó que volviera confiado a Egipto, donde sería el jefe y el
conductor de los hebreos y salvaría a su pueblo de sus sufrimientos.
-Porque
-dijo- habitarán la tierra dichosa que habitó su antepasado Abram,
y gozarán de todas las cosas buenas. Y tú con tu prudencia los
conducirás hacia ellas.
Pero
le ordenó que cuando sacara a los hebreos de Egipto volviera a aquel
sitio, a ofrecer sacrificios y agradecimientos.
Este
fué el divino oráculo que partió del fuego.
2.
Moisés quedó atónito por lo que veía, y mucho más por lo
que
había oído. Y dijo:
-Creo,
señor, que sería una gran locura para alguien que, como yo, te
venera, desconfiar de tu poder, que también se manifestó a mis
progenitores. Pero sigo dudando de que yo, que soy un particular y
sin capacidad, pueda persuadir a mis compatriotas que abandonen el
país que ahora habitan, y me sigan al país al que yo los conduciré.
Y si pudiera persuadirlos, no sé de qué modo podré obligar a
Faraón que les permita partir, ya que ellos aumentan sus riquezas y
su prosperidad con el trabajo y las tareas que les hace realizar.
3.
Pero Dios lo exhortó a que tuviera valor en todas las ocasiones y le
prometió estar con él y asistirlo en sus palabras cuando tuviera
que persuadir a los hombres, y en sus hechos cuando tu. viera que
actuar. Le ordenó que como prenda de confianza arrojara su vara al
suelo, la cual, cuando así lo hizo, se arrastró y se transformó en
una serpiente, se enrolló, irguió la cabeza, pronta a defenderse de
quien la atacara, y luego se transformó nuevamente en una vara como
antes. Luego
Dios ordenó a Moisés que se pusiera la mano derecha en el pecho.
Obedeció, y cuando la sacó estaba blanca, del color de la tiza;
pero luego recuperó su color habitual. A una orden de Dios, tomó un
poco de agua y la derramó en el suelo, y vió que su color era el de
la sangre. Ante el asombro que Moisés manifestó por los milagros.
Dios lo exhortó a que tuviera ánimo y estuviera seguro de que él
sería su gran apoyo. Le ordenó que usara esos signos para hacer que
los hombres creyeran "que yo te mando, y que haces todo eso de
acuerdo con mis órdenes. Te ordeno,pues, que vuelvas de prisa a
Egipto, viajando día y noche, sin perder más tiempo. Para que no
duren más la esclavitud de los hebreos y sus sufrimientos".
4.
Habiendo visto y oído esos milagros, que le garantizaban la verdad
de las promesas de Dios, Moisés ya no pudo dudar y le rogó que le
concediera ese poder cuando estuviera en Egipto. Le rogó que le
permitiera conocer su nombre; ya que lo había concedido que lo viera
y le hablara, que le dijera también cómo llamarlo; así en el
momento de hacer los sacrificios podría invocarlo para presidir la
ceremonia. Dios entonces le dijo su Santo nombre, que nunca había
sido comunicado a ningún hombre; por lo tanto no sería leal por mi
parte que dijera nada más al respecto.
Esos
signos acompañaron
a
Moisés, no sólo entonces, sino siempre. A todos los signos les
atribuía la firme confirmación del fuego de la zarza. Creyendo que
Dios le daría el don de su ayuda, tuvo la esperanza de que podría
librar a su nación, y acarrear calamidades a los egipcios.
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ANTIGUO
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ÉXODO
CAPÍTULO
2
Israel
en servidumbre clama a Jehová.
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(44):
IDEM
CITA (36)
CAPITULO
XII Moisés y Aarón se presentan ante el rey
1.
Cuando Moisés supo que el rey Faraón, de cuyo reino había huído,
había muerto, pidió permiso a Ragüel para ir a Egipto, en
beneficio de su pueblo. Se llevó consigo a Séfora, la hija de
Ragüel, con la que se había casado, y a los hijos que tuvo con
ella, Gersón y Eleazar, y se apresuró a trasladarse a Egipto. El
primero de estos nombres, Gersón, significa en lengua hebrea en país
extraño; y Eleazar que con la ayuda del Dios de sus padres, había
huido de Egipto. Cuando se acercaba a las fronteras de Egipto, su
hermano Aarón le salió al encuentro por orden de Dios. Moisés le
refirió lo que le había pasado en la montaña y las órdenes que
había recibido de Dios. Siguieron andando y a medida que avanzaban
salían a recibirlos los principales de los judíos, que se habían
enterado de su llegada. Moisés les informó de los signos que había
visto, y como no le creyeran los tuvo que repetir para que los vieran
ellos también. Frente a este espectáculo sorprendente e inesperado,
se animaron y concibieron la esperanza de su total liberación,
convencidos ahora de que Dios velaba por ellos.
2.
Moisés supo entonces que los hebreos obedecerían todo lo que él
les mandase, según lo prometieron, porque amaban la libertad. Se
presentó ante el rey, que hacía poco se había hecho cargo del
gobierno, y le habló de todo lo que Moisés había hecho por el bien
de los egipcios, cuando los dominaban los etíopes que habían
arruinado el país; le recordó que él había sido el comandante de
los egipcios y había trabajado por ellos como si fuera su propio
pueblo. Le informó de los peligros que había corrido durante la
expedición, añadiendo que no había recibido el agradecimiento que
merecía. También le contó claramente lo que le había ocurrido en
el Sinaí, y lo que Dios le había dicho. Y le habló de los signos
que le había dado Dios para confirmarle la autoridad de las órdenes
impartidas. Finalmente le exhortó a creer lo que le había dicho y a
no oponerse a la voluntad de Dios.
3.
Como el rey ridiculizara a Moisés, le hizo ver los signos que le
fueron dados en el Sinaí. El rey se enojó, lo trató de malvado y
lo acusó de haber huído de su esclavitud en Egipto para volver
ahora a sorprenderlo con trucos engañosos y milagros de artes
mágicas. Diciendo esto ordenó a los sacerdotes que le hicieran ver
idénticos milagros, porque los egipcios eran hábiles en esas
prácticas; él no era la única persona que las sabía, y si
pretendía que eran divinas, añadió, sólo sería creído por los
ignorantes. Los sacerdotes arrojaron sus varas, que se transformaron
en serpientes. Pero Moisés no se amilanó y dijo:
-No
desprecio, oh rey, la sabiduría de los griegos, pero afirmo que lo
que yo hago es superior a lo que ellos hacen con artes mágicas y
triquiñuelas, porque el poder divino es superior al humano. Pero voy
a demostrar que lo que yo hago no son producciones de la magia ni de
las artes de imitación, sino apariciones que surgen por la
providencia y el poder de Dios.
Diciendo
esto arrojó al suelo su vara y le ordenó que se convirtiera en una
serpiente. La vara obedeció, recorrió la estancia y devoró las
varas de los egipcios, que parecían dragones, hasta que los consumió
enteramente. Luego recuperó su forma anterior y Moisés la tomó de
nuevo en su mano.
4.
El rey no se sintió más conmovido que antes y dijo, muy enojado,
que no ganaría nada con su astucia y sus habilidades contra los
egipcios. Ordenó al que era capataz principal de los hebreos que no
les diera descanso en sus tareas, y los sometiera a una opresión
mayor aún que antes. Este, que antes les daba paja para hacer los
ladrillos, decidió no darles más ese material y los hizo trabajar
duramente de día haciendo ladrillos y de noche untando paja.
Cuando
vieron duplicado el trabajo que debían hacer, los hebreos echaron la
culpa a Moisés, porque su trabajo y sus desdichas se hicieron
mayores aún. Pero Moisés no dejó que decayera su valor por las
amenazas del rey; ni desmayó en su celo por las quejas de los
hebreos. Las soportó resueltamente y usó todo su empeño para
libertar a sus compatriotas. Fué de nuevo a ver al rey y trató de
convencerlo de que permitiera a los hebreos trasladarse hasta el
monte Sinaí para poder ofrecer sacrificios a Dios, quien así se lo
había ordenado; que no contradijera los designios de Dios, apreciara
en cambio sus favores por sobre todas las cosas, permitiera a los
hebreos partir y no obstruyera los mandamientos divinos ocasionando
su propio castigo. Las más severas aflicciones surgen de todas
partes contra aquellos que provocan la ira divina; ya no tienen ni
tierra, ni aire, ni amigos; ni son los frutos del vientre como deben
ser y todas las cosas son para ellos adversas e inamistosas. Los
egipcios, añadió, lo sabrían por experiencia propia, mientras que
el pueblo hebreo lo mismo saldría de su país sin su consentimiento.
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ANTIGUO
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LLAMADO
ÉXODO
CAPÍTULO
3
Jehová
se aparece a Moisés en la
zarza ardiente - Se llama a Moisés a librar a Israel de la
servidumbre - Jehová se identifica a Sí mismo como el Dios
de Abraham, y de Isaac y de Jacob, y como el Gran YO SOY - Promete
herir a Egipto y sacar a su pueblo con gran riqueza.
CAPÍTULO
4
Jehová
da señales a Moisés - Aarón es escogido como portavoz - Israel es
el primogénito de Jehová y
debe
ser librado para servirle – El hijo de Moisés es circuncidado -
Moisés y Aarón dirigen a Israel en
adoración
CAPÍTULO
5
Moisés
y Aarón piden a Faraón que libre a Israel - Faraón responde:
¿Quién es Jehová? - Faraón pone
cargas
aún mayores sobre los hijos de Israel.
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(45):
IDEM
CITA (36)
CAPITULO
XIV Las diez plagas que asolan a los egipcios
1.
Como el rey despreciara las palabras de Moisés y no les prestara
ninguna atención, cayeron dolorosas plagas sobre los egipcios, las
que describiré una por una, porque ninguna nación sufrió nunca esa
clase de azotes y porque quiero demostrar que Moisés no dejó de
cumplir una sola de las cosas que había anunciado; conviene que la
humanidad aprenda la lección de que no se debe hacer nada que
disguste a Dios, para no provocar su ira.
A una orden de Dios en el río
egipcio corrió agua sangrienta, la que no podía ser bebida, no
teniendo los egipcios otra fuente. El agua no sólo tenía color de
sangre sino que provocaba en quien se aventuraba a beberla grandes
dolores y amargos tormentos. Así era el río para los egipcios, pero
era dulce y potable para los hebreos, y en nada diferente de lo que
solía ser habitualmente.
Como
el rey no supiera qué hacer en estas sorprendentes circunstancias, y
temió por los egipcios, dió permiso a los hebreos para que se
fueran. Pero cuando la plaga cesó, cambio de nuevo de opinión y les
impidió que partieran.
2.
Cuando Dios vió que era ingrato, y que después de cesar la
calamidad ya no se mostraba razonable envió otra plaga a los
egipcios. Una multitud innumerable de ranas consumió el fruto de la
tierra. El río también estaba lleno de ellas, y el agua se
corrompió con la sangre de los animales muertos. El país se
transformó en un sucio lodazal, en el que nacían y morían las
ranas. Arruinaron las vasijas en las casas, invadieron los alimentos
y las bebidas y aparecieron en gran número en las camas. Producían
un hedor desagradable cuando nacían y cuando morían.
Viendo a los egipcios oprimidos
por esa miseria, el rey ordenó a Moisés que sacara a los hebreos y
se fuera con ellos. La multitud de ranas desapareció, y la tierra y
el río volvieron a su estado natural anterior.
Pero
no bien quedó el país libre de la plaga, Faraón se olvidó de su
causa y retuvo a los hebreos. Como si quisiera experimentar nuevas
calamidades, se negó a que Moisés y su pueblo partieran; había
dado el permiso por miedo y no por consideración.
3.
Por lo tanto Dios castigó su falsedad con otra plaga, añadida a la
anterior. A los egipcios se les criaron en el cuerpo innumerables
cantidades de piojos; los malvados perecieron, porque fueron
incapaces de destruir las sabandijas ni con lavados ni con unturas.
La terrible sentencia inquietó al rey de Egipto, por el miedo de que
su pueblo fuera destruído de esa manera detestable. Se vió obligado
a contener su maldad y dió permiso a los hebreos para que se fueran.
Pero cuando la plaga cesó, exigió que dejaran a sus mujeres y sus
hijos como rehenes de su retorno.
Con
esta medida provocó el enojo más vehemente de Dios porque pretendió
imponerse a su providencia como si fuera sólo Moisés, y no Dios, el
que castigaba a los egipcios por los hebreos. Por eso llenó el país
con varias clases de criaturas pestilentes de variadas
características, que nunca había visto anteriormente el ojo humano.
Los hombres perecían y la tierra se vió privada de labradores para
su cultivo. Los que escapaban a su destrucción eran muertos por una
enfermedad que tuvieron que sufrir los hombres.
4.
Como Faraón ni aún entonces cedió al deseo de Dios, porque
permitió que los maridos llevaran a sus mujeres, pero insistió
enque dejaran a los hijos, Dios resolviócastigar su maldad con
varias otras clases de calamidades, peores que las que ya lo habían
afligido anteriormente. A los egipcios les salieron en el cuerpo
terribles diviesos que formaban llagas y los consumían
interiormente. Gran parte de los egipcios pereció de esta manera.
Como el flagelo no hiciera entrar en razón al rey, cayó un granizo
del cielo, un granizo como jamás lo había conocido el clima de
Egipto, ni era parecido a las lluvias de invierno de otras partes;
era más grande que el que conocen los que viven en las regiones del
norte y del noroeste. El granizo cayó en plena primavera y desgajó
las ramas cargadas de frutos.
Después una manga de langostas
consumió la semilla que no había sido herida por el granizo, con lo
que los egipcios perdieron todas las esperanzas de obtener frutos de
la tierra.
5.
Se diría que las anteriores calamidades serían suficientes para
hacer prudente al que sólo fuera tonto, y no perverso, y de hacerle
ver con sensatez lo que le convenía. Pero Faraón, guiado no tanto
por su locura como por su maldad, aunque vió el motivo de sus
miserias, volvió a oponerse a Dios, renunciando a la causa de la
virtud. Ordenó a Moisés que se llevara a los hebreos con sus
mujeres y sus hijos, pero dejando el ganado, porque el ganado de los
egipcios había sido destruido. Moisés le dijo que su deseo era
injusto, porque tenían que ofrecer sacrificios a Dios con ese
ganado. Entretanto se extendió sobre Egipto una densa oscuridad en
la que no había la menor claridad. Los egipcios no podían ver, ni
respirar por la densidad del aire; murieron miserablemente y
aterrorizados por el temor de que los tragara la nube de oscuridad.
Cuando después de tres días con sus noches se disipó la niebla, y
como Faraón todavía no se arrepentía ni dejaba marchar a los
hebreos, Moisés fué a verlo y le dijo:
-¿Hasta
cuándo desobedecerás el mandamiento de Dios? Por.que él te ordena
que dejes salir a los hebreos. Y ésta es la única forma de que os
veáis libres de las calamidades que ahora sufrís.
El
rey, furioso por estas palabras, lo amenazó con cortarle la cabeza
si volvía a molestarlo al respecto. Moisés respondió que no
volvería a hablarle del asunto, porque sería el rey mismo, lo mismo
que los principales de los egipcios, los que pedirían que los
hebreos se fueran.
Dicho
esto se retiró.
6.
Dios señaló que con una plaga más obligaría a los egipcios
a dejar salir a los hebreos y
mandó a Moisés a decir al pueblo que preparara un sacrificio el
décimo día del mes de xanticus, para el día catorce (mes que los
egipcios llaman farmuti y los hebreos nisán; pero los macedonios le
dicen xánticus), y que se llevara a los hebreos con todas sus
pertenencias. Por consiguiente preparó a los hebreos para partir,
los dividió en tribus y los tuvo reunidos en un mismo sitio.
Llegó
el día décimocuarto y estaban todos listos para partir. Ofrecieron
el sacrificio, purificaron sus casas con la sangre, usando para ello
hisopos. Después de cenar quemaron el resto de la carne y se
dispusieron a partir. Por eso seguimos ofreciendo todavía ahora ese
secrificio del mismo modo, y llamamos a la fiesta Pascua, que
significa el paso al otro lado, porque ese día Dios nos pasó al
otro lado, y envió la plaga a los egipcios. Porque aquella noche
cayó sobre los egipcios la destrucción del primogénito, y muchos
egipcios que vivían cerca del palacio del rey persuadieron a Faraón
de que dejara salir a los hebreos. Este llamó a Moisés y le ordenó
que se fueran los hebreos, suponiendo que en cuanto hubieran salido
de Egipto, el país se vería libre de sus miserias. Honraron
asimismo a los hebreos con obsequios, algunos para que se marcharan
más rápidamente y otros por la vecindad y la amistad que los había
unido.
.
ANTIGUO
TESTAMENTO . SEGUNDO LIBRO DE MOISÉS;
LLAMADO
ÉXODO
CAPÍTULO
6
Dios
se identifica a sí mismo como Jehová - Se detallan las
genealogías de Rubén, de Simeón y de Leví.
CAPÍTULO
7
Se
asigna a Moisés dar la palabra del Señor a Faraón - Jehová
multiplicará las señales y maravillas en Egipto - La vara de Aarón
se convierte en serpiente - El río se torna en sangre - Los
hechiceros imitan los milagros de Moisés y de Aarón.
CAPÍTULO
8
Jehová
envía plagas de ranas, de piojos y de moscas sobre Egipto - Faraón
endurece su corazón.
CAPÍTULO
9
Jehová
destruye el ganado de los egipcios, pero no el de los israelitas -
Se envían sarpullido y úlceras
sobre
los egipcios - Jehová envía granizo y fuego sobre el pueblo de
Faraón, mas no sobre el pueblo de Israel.
CAPÍTULO
10
Jehová
envía una plaga de langostas - Ésta es seguida por densas tinieblas
sobre todo Egipto durante
tres
días - Moisés es echado de la presencia de Faraón.
CAPÍTULO
11
Se
autoriza a los israelitas, en su partida, a pedir alhajas y oro a
sus vecinos - Jehová promete matar al
primogénito
de todo hogar egipcio - Jehová diferencia entre los egipcios y los
israelitas.
.
(46):
-SANTA
BIBLIA
por Casiodoro de Reina (1569)
Revisada
por Cipriano de Valera (1602)
Otras
revisiones: 1862, 1909
RESUMEN
ANTIGUO
TESTAMENTO . SEGUNDO LIBRO DE MOISÉS;
LLAMADO ÉXODO
Cap
14
2
Di a los hijos de Israel que den
la vuelta y acampen delante de Pi-hahirot, entre Migdol y el
mar, delante de Baal-zefón; delante de ese lugar acamparéis, junto
al mar.
9
Siguiéndolos, pues, los egipcios, con toda la caballería y carros
de Faraón, su gente de a caballo y todo su ejército, los alcanzaron
acampados junto al mar, al lado de Pi-hahirot, delante de Baal-zefón
16
Y tú, alza tu vara y extiende tu mano sobre el mar, y
divídelo; y pasen los hijos de Israel por en medio del mar,
sobre tierra seca.
.
IDEM
CITA (36)
FLAVIO JOSEFO:
CAPITULO
XV Los hebreos, conducidos por Moisés, salen de Egipto
1.
Y los hebreos se fueron de Egipto, mientras los egipcios lloraban y
se arrepentían de haberlos tratado tan duramente. Se dirigieron por
Letópolis, un sitio desierto a la sazón, pero que fué donde luego
se edificó Babilonia, cuando Cambises asoló a Egipto. Marcharon
apresuradamente y al tercer día llegaron a un sitio llamado
Baalsefón, junto al mar Rojo. Como no contaban con alimentos
producidos por la tierra, porque era un desierto, comieron hogazas
amasadas con harina y calentadas a fuego lento. Las consumieron
durante treinta días, porque lo que llevaron de Egipto no les
alcanzó para más tiempo, aunque sólo dieron a cada cual lo
suficiente para servir sus necesidades y no para saciarlo. Es por
esto que, en recuerdo de aquella escasez, celebramos durante ocho
días la fiesta que se llama del pan sin levadura.
La multitud de los emigrantes,
incluyendo mujeres y niños, no era fácil de contar, pero los que
estaban en edad de pelear eran seiscientos mil.
2.
Salieron de Egipto en el mes de xánticus, el décimoquinto día de
la lupa, cuatrocientos treinta años después de la llegada de
nuestro antepasado Abram a Canaán y doscientos quince años después
del traslado de Jacob a Egipto. Fué el octogésimo año de la edad
de Moisés; Aarón tenía tres años más. También se llevaron
consigo los huesos de José, como él había encargado a sus hijos
que hicieran.
3.
Pero los egipcios no tardaron en arrepentirse de haber dejado salir a
los hebreos; el rey estaba sumamente preocupado, pensando que aquello
había sido posible sólo por las artes
mágicas de Moisés.
Y resolvió ir a buscarlos.
Tomaron las armas y demás implementos bélicos y los persiguieron
para traerlos de vuelta en cuanto los alcanzaran; ya no tendrían
motivo para invocar a Dios, porque les habían permitido salir.
Creyeron que los dominarían fácilmente porque no tenían armas, y
estarían cansados del viaje.
Apresuraron,
pues, la persecución, preguntando en el camino a todos los que
encontraban hacia qué lado habían ido. Esa tierra era realmente
difícil de transitar, no solamente para los ejércitos, sino también
para personas aisladas. Moisés los llevó por ese camino para que en
caso de que los egipcios se arrepintieran y decidieran perseguirlos,
soportaran el castigo de su maldad y de la violación de sus
promesas. También los llevó por ese camino para que los filisteos,
cuyo país estaba cerca de Egipto, no se enteraran de su partida,
porque odiaban a los hebreos por una antigua enemistad.
Por
eso Moisés no condujo a la multitud por el camino que llevaba a la
tierra de los filisteos, sino por el desierto, por donde después de
un viaje largo y penoso, entrarían en la tierra de Canaán.
Otra razón fué la de que Dios
le había ordenado que llevara al pueblo al monte Sinaí, para
ofrecerle sacrificios. Cuando
los egipcios alcanzaron a los hebreos se prepararon para pelear con
ellos, y valiéndose de su mayor número los empujaron hacia un sitio
estrecho; los perseguidores tenían seiscientos carros y eran
cincuenta mil hombres a caballo y doscientos mil a pie, todos
armados. Ocuparon todos los pasos por donde supo. nían que los
hebreos podrían huir, encerrándolos entre precipicios inaccesibles
y el mar; había una cadena de montañas que terminaba en el mar, y
que era infranqueable por lo escabrosa e inadecuada para huir.
Aprovechando que las montañas estaban cerradas por el mar, colocaron
al ejército en las grietas de las montañas para impedir a los
hebreos el paso a la llanura.
4.
Los hebreos no pudieron sostenerse, porque estaban sitiados y sin
provisiones, y no vieron la posibilidad de escapar. Aunque hubiesen
pensado en pelear, no tenían armas, y creían que serían totalmente
destruidos, a menos que se entregaran voluntariamente a los egipcios.
Culparon
de la difícil situación a Moisés, olvidando todas las señales que
Dios les había dado para recuperar la libertad, y llegaron hasta el
punto de arrojar piedras al profeta, mientras él los animaba
prometiéndoles la liberación. Finalmente resolvieron entregarse a
los egipcios.
No
había más que dolor y lamentos entre las mujeres y los niños, que
sólo veían ante ellos la destrucción, rodeados como estaban por
las montañas, el mar y los enemigos, y sin encontrar la forma de
eludirlos.
5.
Pero Moisés, aunque la multitud lo miraba furiosa, no abandonó sus
cuidados por ella, despreciando todos los peligros, con la confianza
de que Dios, si le había hecho dar los pasos tomados hasta entonces
para recobrar la libertad predicha, no permitiría que los subyugaran
los enemigos ni para esclavizarlos ni para darles muerte. Moisés
habló a la multitud de esta manera:
-No
es justo que desconfiemos de los hombres que hasta ahora han manejado
bien nuestras cosas, como si no fueran los mismos de antes; y es una
locura desesperar ahora de la providencia de Dios, por cuyo poder y
con mi intermedio se realizaron todas las cosas que prometió para
libraros de la esclavitud, y aunque vosotros no las esperabais. En
esta gran aflicción, en la que ahora nos encontramos, debemos
esperar que Dios nos socorrerá, ya que él hizo que nos veamos
encerrados en este espacio estrecho, y que nos librará de las
dificultades que parecen
insuperables
y de las que ni vosotros ni vuestros enemigos creéis que os podréis
librar, y que demostrará al mismo tiempo su poder y su providencia
con nosotros. Dios no acuerda su ayuda a
los que favorece en dificultades
pequeñas, sino en aquellos casos en los que no se ve la posibilidad
de que la acción humana logre mejorar la situación. Confiad, por lo
tanto, en ese protector, capaz de hacer grandes cosas y demostrar que
la poderosa fuerza que ahora os ataca es realmente débil, y no os
asustéis ante el ejército egipcio. Ni desesperéis de ser salvados
porque el mar delante y la montaña detrás no os den oportunidad de
huir, por que si Dios lo quiere esa misma montaña puede tranformarse
para vosotros en tierra llana y el mar en terreno seco.
.
CAPITULO
XVI El mar se divide ante los hebreos perseguidos por los egipcios,
dándoles oportunidad para escapar
1.
Dicho esto Moisés los condujo hacia el mar, mientras los
egipcios, que estaban a la vista,
los observaban. Fatigados por la persecución, los egipcios
consideraron conveniente suspender la lucha hasta el otro día.
Cuando llegaron a la orilla del mar, Moisés tomó su vara y suplicó
a Dios que acudiera en su ayuda.
-Tú
no ignoras, ¡oh, señor! -dijo-, que está fuera de las fuerzas y
las posibilidades humanas eludir las dificultades en que ahora nos
hallamos, y debe ser obra tuya procurar la salvación de este pueblo
que dejó a Egipto por tu orden. Desesperamos de recibir cualquier
otra ayuda o recurso, y sólo nos queda la esperanza que depositamos
en ti, y de tu providencia confiamos recibir el medio para escapar.
Que llegue pronto el socorro que pondrá de manifiesto tu poder.
Eleva el ánimo de este pueblo y hazle esperar la salvación, porque
está profundamente hundido en el
desconsuelo.
Estamos en un sitio extraño, pero no deja de ser un sitio que tú
posees; el mar es tuyo, las montañas que nos rodean son tuyas. Si tú
lo ordenas las montañas se abrirán, y el mar, si tú se lo mandas,
se transformará en tierra seca. Y hasta podríamos escapar volando
por el aire, si tú resolvieras que éste fuera el medio de
salvación.
2.
Después de hablar de este modo a Dios, Moisés golpeó el mar con la
vara; al recibir el golpe se partió en dos y recogiéndose las aguas
quedó la tierra seca, como un camino, para que huyeran los hebreos.
Viendo Moisés esa demostración de Dios y de que el mar había
dejado su lugar a la tierra firme, entró primero y ordenó a los
hebreos que lo siguieran por el camino divino y se regocijaran por el
peligro que corrían los enemigos que los seguían; y dio gracias a
Dios por la sorprendente salvación que les mandaba.
3.
Los hebreos no se detuvieron; avanzaron con firmeza, guiados por la
presencia entre ellos de Dios. Los egipcios creyeron al principio que
lo hacían distraídos y marchaban a ciegas hacia una destrucción
segura. Pero cuando los vieron recorrer un gran trecho sin sufrir
ningún daño y sin encontrar obstáculos ni dificultades en su
marcha, se apresuraron a perseguirlos, pensando que el mar se
mantendría sereno también para ellos.
Con
la caballería a la cabeza, penetraron en el mar. Los hebreos,
mientras aquéllos perdían tiempo colocándose las armaduras, se
adelantaron y escaparon, llegando indemnes a la otra orilla.
Los otros se sintieron animados y
los persiguieron, creyendo que tampoco a ellos les sucedería ningún
daño. Pero los egipcios no sabían que habían entrado en un camino
hecho únicamente para los hebreos y no para otros; un camino hecho
para la salvación de los que estaban en peligro y no para los que
estaban empeñados en la destrucción de los demás. Por eso no bien
estuvo en él la totalidad del ejército egipcio, el mar volvió a su
sitio,
descendieron las aguas impulsadas por el viento y envolvieron a los
egipcios. Abundantes lluvias bajaron asimismo del cielo, con
terribles truenos y relámpagos y descargas de fuego. No faltó nada
de lo que Dios suele usar para indicar su ira; una noche oscura y
lúgubre los rodeó y perecieron todos los hombres, no quedando ni
uno solo que pudiera llevar la información de la calamidad al resto
de los egipcios.
4.
Los hebreos no pudieron contener su gozo ante su maravillosa
liberación y la destrucción de sus enemigos; se creyeron firmemente
a salvo, porque aquellos que los hubieran obligado a volver a la
esclavitud habían sido destruidos, y vieron que Dios era
evidentemente su protector. De este modo escaparon los hebreos al
peligro y como vieron que sus enemigos habían sido castigados con
una pena de la que no había memoria entre los hombres, se pasaron
toda la noche cantando himnos y regocijándose.
Moisés
compuso una canción a Dios, en versos hexámetros, expresando sus
alabanzas y agradeciéndole su bondad.
5.
En cuanto a mí, relaté todas las partes de esta historia tal como
las hallé en los libros sagrados. Que a nadie le extrañe la rareza
de la narración, y no piense si la senda que se abrió ante esos
hombres de la antigüedad, libres de la maldad de las edades
modernas, fue obra de la voluntad de Dios o fruto del azar.
Porque
ante los acompañantes de Alejandro, rey de Macedonia, que vivió
comparativamente hace poco tiempo, el mar de Panfilia se retiró y
les abrió paso, cuando no tenían otro camino por donde ir, y eso
ocurrió cuando fue la voluntad de Dios destruir la monarquía de los
persas. El hecho lo reconocen como auténtico todos los que han
escrito sobre las acciones de Alejandro. Pero de estos
acontecimientos que cada cual resuelva a su gusto.
6.
Al día siguiente Moisés reunió las armas de los egipcios, ue
fueron llevados al campo de los hebreos por la corriente del mar,
impulsada por la fuerza del viento. Y conjeturó que también aquello
había ocurrido por la providencia divina, para que no carecieran de
armas. Después de ordenar a los hebreos que las tomaran, los guió
hacia el monte Sinaí, para ofrecer sacrificios a Dios, y dar
ofrendas por la salvación de la multitud, como se lo habían
indicado de antemano.
IDEM
CITA (36)
.
En
La Biblia, El Exodo resume estos hechos en los siguientes capítulos:
CAPÍTULO
12
Jehová
instituye la Pascua y la Fiesta de los Panes sin Levadura- Los
corderos que se sacrifican han de
ser
sin defecto — Israel es salvo por la sangre de ellos - Muere el
primogénito de todo egipcio - Israel es
expulsado
de Egipto después de 430 años - Ningún hueso del cordero de la
Pascua será quebrado.
CAPÍTULO
13
Todo
primogénito de hombre o de bestias será consagrado a Jehová - La
fiesta de los Panes sin Levadura
ha
de guardarse en la tierra de Canaán
- Moisés saca de Egipto los
huesos de José –
Jehová guía a Israel
en una columna de nube durante el día
y en una columna de fuego durante
la noche.
CAPÍTULO
14
Israel
sale de Egipto - Israel cruza el Mar Rojo sobre tierra seca - Jehová
derrota a los egipcios en medio del mar.
CAPÍTULO
15
Israel
canta el cántico de Moisés - Israel enaltece a Jehová como varón
de guerra y se regocija en su
liberación
de Egipto - Las aguas de Mara son sanadas - Jehová promete librar a
Israel de las enfermedades de Egipto.
.
(47):
IDEM
CITA (36)
CAPITULO
I Moisés lleva al pueblo al monte Sinaí, después de experimentar
numerosos sufrimientos en el viaje
1.
Después de obtener esa maravillosa liberación, los hebreos se
encontraron con el problema del campo, que era completamente desierto
y no daba ningún sustento. Había también muy poca agua, que era
insuficiente para los hombres y no alcanzaba para dar de beber al
ganado. La tierra estaba reseca y no tenía humedad que permitiera
nutrir vegetales. Se vieron obligados a viajar por ese campo, porque
no había otro por el que pudieran hacerlo.
Habían
llevado consigo agua de la tierra por donde habían viajado antes,
como les ordenó que hicieran su conductor. Pero cuando se hubo
consumido, se vieron obligados a sacar agua de pozos, penosamente,
por la dureza de la tierra. Además el agua que encontraron era
amarga, no potable, y escasa.
Siguieron viajando y llegaron al
atardecer a un sitio llamado Mar, nombre éste que tenía por la mala
calidad de sus aguas, porque mar
significa amargo. Llegaron allí afligidos por el
cansancio
del viaje y la falta de alimentos, que para ese entonces ya era
completa.
Había
allí una fuente, que los indujo a acampar en ese sitio, y que aunque
no era bastante para satisfacer a un ejército tan grande, les dio
algún ánimo el haberla hallado en ese sitio del desierto, sobre
todo porque se habían enterado por los que habían ido a investigar,
que si seguían más adelante no encontrarían nada. Pero aquella
agua era amarga y no potable para los hombres, e intolerable para los
animales.
2.
Moisés vio que el pueblo estaba decaído y que las palabras no
serían eficaces en esas circunstancias; porque no se trataba de un
ejército corriente de hombres, que podía oponer fortaleza masculina
a la necesidad que los agobiaba. La multitud de los niños, y también
de las mujeres, demasiado débiles para ser persuadidos por la razón,
entorpecían el valor de los hombres.
Moisés
se vio por eso en grandes dificultades y tuvo que cargar con las
calamidades de todos. Porque todos corrieron hacia él, a pedirle
socorro. Las mujeres pedían por sus niños, los hombres por las
mujeres, que no los abandonara y buscara algún medio de salvarlos.
Moisés
comenzó a rogar a Dios que cambiara la condición del agua y la
hiciera buena para beber. Acordado por Dios ese favor, tomó la punta
del palo que encontró tirado a sus pies y lo dividió por la mitad,
prolongando la sección a todo lo largo.
Luego
lo dejó caer en el pozo, asegurando a los hebreos que Dios había
accedido a sus ruegos, prometiendo volver el agua tal como ellos
querían que fuera, siempre que obedecieran los que les iba a mandar;
pero no de manera remisa o negligente. Cuando le preguntaron qué era
lo que debían hacer para que mejorara el agua, ordenó al más
fuerte de los que estaban a su lado, que sacara agua del pozo. Y les
dijo que cuando hubieran sacado la mayor parte del agua, el resto
sería potable. Trabajaron tanto hasta que el agua, agitada y
purificada quedó apropiada para beber
3.
Luego partieron de allí y llegaron a Elis, sitio que desde lejos
parecía bueno, porque había un bosquecillo de palmeras; pero cuando
estuvieron cerca vieron que era un mal sitio, porque las palmeras
eran sólo setenta, y eran árboles mal crecidos, rastreros, por
falta de agua. Toda la tierra estaba seca; de los manantiales, de los
que había doce, no llegaba la humedad suficiente para hacerla útil.
Más que fuentes eran sitios húmedos,de los que no brotaba agua y
que no podían regar suficientemente los árboles.
Cavaron
en la arena, pero no hallaron agua. Las pocas gotas que podían
recoger en las manos eran inservibles por el barro. Los árboles eran
demasiado flojos para producir frutos, por falta de agua que los
vivificara. La multitud echó la culpa a su conductor y formuló
graves quejas contra él. Dijo que a él le debían la miserable
situación en que se hallaban y la adversidad que estaban
experimentando; porque para ese entonces ya habían viajado durante
treinta días
y
se habían agotado todas las provisiones que llevaran consigo; como
no encontraban alivio, se hallaban desalentados. Al fijar su atención
únicamente en su desgracia actual, no recordaban las mercedes que
habían recibido de Dios, ni las que les diera la sabiduría de
Moisés. Muy enojados con su conductor sentían fervorosas
intenciones de apedrearlo, como responsable directo de sus desdichas
4.
En cuanto a Moisés, mientras la multitud estaba amargada e irritada
con él, confiaba animosamente en Dios y tenía conciencia de la
atención con que había cuidado a su pueblo. Se puso en medio de
ellos, aunque todos gritaban en su contra y tenían piedras en las
manos para arrojárselas. Era de muy agradable presencia y sabía
persuadirlos con sus discursos; comenzó a mitigar su enojo y los
exhortó a no preocuparse excesivamente por sus actuales
adversidades, no fueran a sufrir con ellas por haber dejado que se
les fueran de la memoria los beneficios que antes les habían sido
otorgados; y les pidió que de ningún modo, debido a sus presentes
infortunios, arrojaran de la memoria los grandes y maravillosos
favores y dones que habían obtenido de Dios, y que esperaran en
cambio la salvación de sus problemas de los que ahora no podían
desprenderse, por medio de la divina providencia que los vigilaba.
Siendo posible que Dios estuviese poniendo a prueba su virtud,
ejercitándoles la paciencia con esas adversidades, para apreciar su
fortaleza y la memoria que conservaban de su anterior maravillosa
actuación en su beneficio y para ver si se acordarían de ello
cuando estuvieran sufriendo miserias. Les dijo que al parecer no eran
buenos hombres, ni en paciencia ni en recordar lo que les habían
hecho con tanto éxito, a veces despreciando a Dios y sus
mandamientos, siendo que por esos mandamientos habían salido de la
tierra de Egipto, y a veces portándose mal con él, que era el
siervo de Dios y eso que nunca los había engañado, ni en lo que les
había dicho ni por lo que les había mandado hacer por orden de
Dios. También les recordó todo lo que anteriormente había pasado;
que los egipcios habían sido destruídos cuando trataron de
detenerlos, contra la orden de Dios, que un mismo río fué sangre
para los otros, inapta para beber, y para ellos dulce y potable, que
ellos pasaron por un camino nuevo abierto en el mar, el que se alejó
a mucha distancia de ellos, y que de ese modo se salvaron y vieron
luego
destruídos
a sus enemigos, y que cuando se encontraron carentes de armas Dios se
las suministró en gran cantidad. De este modo les recordó todas las
oportunidades en las que cada vez que parecía que iban a ser
destruídos Dios acudía a salvarlos de manera asombrosa; y que
conservaba el mismo poder, y que ni aun ahora debían desesperar de
su providencia.
Los
exhortó por lo tanto a seguir tranquilos, y a que consideraran que
la ayuda, aunque no viniese en seguida, no vendría demasiado tarde,
si se presentaba antes de que sufrieran grandes desdichas. Que debían
razonar que Dios no demoraba su ayuda porque no tuviese miramientos
con ellos, sino porque primero quería probar su fortaleza y el
placer con que tomaban su libertad, para averiguar si tenían el alma
suficientemente grande como para soportar la falta de alimentos y la
escasez de agua; o si preferían ser esclavos, como los animales son
esclavos de los que les dan de comer generosamente, pero sólo para
hacerlos más útiles para servirlos. En cuanto a él, no le
preocupaba su propia seguridad, porque si moría injustamente, no lo
consideraría una aflicción; más se preocupaba por ellos, por temor
de que al arrojarle piedras a él los juzgaran como condenando a Dios
mismo.
5.
De este modo Moisés apaciguó al pueblo y la contuvo de apedrearlo y
le hizo arrepentirse de lo que estaba a punto de hacer. Como le
pareció que la necesidad que sufrían hacía menos injustificable su
pasión, pensó que debía apelar a Dios con oraciones y súplicas.
Subió
a una altura y pidió a Dios algún socorro para el pueblo, y alguna
forma de librarlo de la necesidad que sufría, porque en él, y sólo
en él, estaba su esperanza de salvación; y le pidió que perdonara
lo que la necesidad había obligado a hacer al pueblo, porque estaba
en la naturaleza de la humanidad ser difícil de satisfacer y
quejarse ante la
adversidad.
Dios prometió que se ocuparía y les daría el socorro que pedían.
Oyendo esto Moisés bajó a reunirse con la multitud; cuando lo
vieron alegre ante las promesas que había recibido de Dios, se les
cambió la expresión del rostro, que de triste se volvió jubilosa.
Moisés se situó entre ellos y les dijo que venía a traerles la
salvación de Dios de sus actuales desventuras.
En
efecto, poco después llegó volando desde el mar una gran cantidad
de codornices, aves que abundan más en ese golfo árabe que en otra
parte; cuando estuvieron sobre ellos, fatigadas por
laborioso
vuelo y volando siempre muy cerca de la tierra,
cayeron
entre los hebreos; éstos las cogieron y satisfacieron con
ellas
su hambre, y supusieron que ése era el medio empleado por
Dios
para proveerles alimentos. Moisés agradeció a Dios por prestarles
su asistencia más rápidamente de lo que les había prometido.
6.
Después de ese primer suministro de alimentos, les envió otro.
Cuando Moisés levantaba sus brazos para orar, cayó un rocío.
Moisés vio que era pegajoso en las manos y supuso que era otra
comida que Dios les mandaba, y lo probó; y viendo que el pueblo no
sabía lo que era y pensaba que era la nieve que habitualmente cae en
era época del año,
les
dijo que ese rocío no había caído del cielo de la forma que ellos
se imaginaban, sino para su preservación y sustento. Lo probó y les
dió un poco para que pudieran comprobar lo que les había dicho.
Imitaron a su conductor y les agradó el alimento, porque era dulce
como la miel, de agradable gusto, pero de cuerpo como el del bedelio;
se trataba de una especia dulce, igual por su tamaño a la semilla
del coriandro. Lo reunieron activamente. Pero les habían ordenado
recogerlo en cantidades iguales, un gomer por día para cada uno,
porque ese alimento no vendría en cantidades demasiado pequeñas,
para que los débiles no dejaran de tomar su parte a causa de que los
fuertes recogieran demasiado.
De
todos modos los fuertes que tomaban una cantidad mayor de la
señalada, no obtenían más que los otros, sólo se cansaban más en
el trabajo de recogerlo, porque no hallaron más que un gomer cada
uno; el excedente no les sirvió, porque se pudrió por los gusanos y
porque era amargo. ¡Qué alimento maravilloso y divino! También
suplía la necesidad de otros alimentos al que los comía. Todavía
ahora llueve el maná del cielo en ese sitio, en el que Moisés
obtuvo que Dios lo enviara al pueblo para su sustento.
Los
hebreos lo llamaron maná, por la partícula man, que en nuestra
lengua equivale a la pregunta ¿Qué es esto? Los hebreos se
alegraron mucho con lo que les habían mandado del cielo. Usaron ese
alimento cuarenta años, mientras estuvieron en el desierto.
7.
Cuando se fueron de allí, se trasladaron a Rafidín, sufriendo sed
en extremo. En los días anteriores habían obtenido agua en algunas
pequeñas fuentes, pero ahora encontraron la tierra completamente
seca y se encontraron en muy mala situación. Se volvieron de nuevo
con su enojo contra Moisés, quien al principio eludió la furia de
la multitud y luego oró a Dios, rogándole que si les había dado
alimentos cuando lo necesitaban grandemente, les diera ahora agua,
porque el favor de darles de comer no tenía valor si no tenían agua
para beber.
Dios
no tardó en darles el agua; prometió a Moisés que les conseguiría
una fuente con abundancia de agua en un sitio donde no esperaban
hallar ninguna. Le ordenó que golpeara con su vara la roca que veía
a sus pies, y que recibiera de allí toda la que pedían; porque él
se había ocupado de que el agua les llegara sin trabajo ni
sufrimientos. Recibida la orden de Dios Moisés volvió al pueblo que
lo esperaba, y todos confiaron en él porque lo vieron llegar
apresuradamente de su eminencia.
No
bien llegó les dijo que Dios los libraría de sus actuales
inconvenientes y les había acordado un inesperado favor; y les
informó que de aquella roca brotaría para ellos un río.
Sorprendidos ante estas palabras, creyeron que tendrían que partir
la roca a pedazos, fatigados como estaban por la sed y el viaje.
Pero
Moisés abrió un pasaje con sólo golpear la roca con su vara, y de
ahí manó el agua, clara y abundante. Estupefactos ante aquel
maravilloso resultado, sintieron satisfecha la sed, por así decirlo,
con sólo ver el agua. Y bebieron el agua, que encontraron grata y
dulce, como un verdadero presente de Dios. El pueblo sintió también
admiración por la manera como Moisés era honrado por Dios; y
agradecieron a Dios con sacrificios por su providencia hacia ellos.
Esa Escritura que hay en el Templo nos informa de qué modo Dios
anunció a Moisés que saldría el agua de la roca.
.
Concuerda
con ÉXODO:
CAPÍTULO
16
Israel
murmura por la falta de pan y codicia las ollas de carne de Egipto
Jehová hace llover pan del cielo y
envía
codornices para darles carne - Se da el maná a Israel cada día,
excepto el día de reposo, durante
cuarenta
años.
CAPÍTULO
17
Israel
murmura por la falta de agua - Moisés golpea una roca en Horeb
y
brota agua - Aarón y Hur sostienen las manos de Moisés para que
Josué prevalezca
contra Amalec.
.
(48):
IDEM
CITA (36)
CAPITULO
II
Los
amalecitas y las naciones vecinas hacen guerra a los hebreos y son
derrotados, perdiendo gran parte de su
ejército
1.
El nombre de los hebreos ya había comenzado a ser conocido en todas
partes, llegando hasta el extranjero los rumores de sus actividades.
Lo cual hizo concebir no poco miedo a los habitantes de los países.
Se enviaron embajadores, exhortándose recíprocamente a defenderse,
y a empeñarse en destruir a aquellos hombres.
Los
que indujeron a los demás a hacerlo fueron los que habitaban en
Goboltis y Petra. Se llamaban los amalecitas, y eran la nación más
guerrera de todas las que vivían en los alrededores. Sus reyes se
exhortaron entre sí y también a los vecinos a hacer la guerra a los
hebreos diciéndoles que un ejército de extranjeros que habían
huído de la esclavitud en Egipto, aguardaba para exterminarlos; que
ese ejército, por prudencia y por seguridad, no debía ser
descuidado, sino aplastado antes deque se hiciera más fuerte y
prosperara. Que había que anticiparse a iniciar las hostilidades,
porque sería indolencia no hacerlo....
.
(49):
IDEM
CITA (36)
CAPITULO
III
Moisés
recibe amablemente a su suegro Jetro, cuando va a visitarlo al monte
Sinaí.
1.
Cuando Ragüel,
el suegro de
Moisés, supo el próspero estado de sus asuntos, fué alegremente a
su encuentro y dió una buena acogida a Moisés, a Séfora, su mujer,
y a sus hijos
Moisés se
alegró sobremanera de su llegada. Después de ofrecer sacrificios
hizo una fiesta para la multitud junto a la zarza que había visto
anteriormente; todos participaron con sus familias. Aarón y su
familia se reunieron con Ragüel y cantaron himnos a Dios, como autor
y procurador de su liberación y su libertad. También elogiaron a su
conductor, por cuya virtud les habían salido todas las cosas tan
bien. Ragüel hizo grandes elogios a toda la multitud por el
agradecimiento que testimoniaba a Moisés. Y admiró a Moisés por su
fortaleza, y la humanidad que había demostrado en la salvación de
sus amigos.
CAPITULO
IV
Ragüel
sugiere a Moisés que ordene al pueblo, nombrando Jefes y capitanes.
Moisés acepta el consejo de su suegro
CAPITULO
V
Moisés
sube al monte Sinaí y recibe leyes de Dios, y las
entrega
a los hebreos
1.
Moisés reunió a la multitud y anunció que se iría al monte Sinaí,
a conversar con Dios, y a recibir de él cierto oráculo que traería
consigo. Les ordenó que plantaran sus tiendas cerca de la montaña,
prefiriendo la habitación próxima a Dios, y no la lejana. Dicho
esto ascendió al monte Sinaí, que es la montaña más alta de esa
tierra, y no sólo es difícil de escalar para los hombres por su
enorme altura, sino también por la escabrosidad de sus precipicios.
No se puede mirarla sin sentir los ojos doloridos.
Además
era terrible e inaccesible por el rumor de que Dios moraba en ella.
Los hebreos levantaron sus
tiendas, como Moisés les había ordenado, y tomaron posesión de la
falda de la montaña, y aguardaron con el ánimo elevado a que Moisés
volviera de su encuentro con Dios trayendo promesas de las buenas
cosas que les había propuesto. Hicieron un banquete y aguardaron a
su conductor, y se
mantuvieron puros, entre otras cosas, en no juntarse con sus mujeres
durante tres días, como les ordenara anteriormente. Y rogaron a Dios
que recibiera favorablemente a Moisés en su conversación con él; y
que les concediera dones con los cuales pudieran vivir bien. Hicieron
también comidas más abundantes, y adornaron a sus mujeres e hijos
con ropas más decentes que de costumbre.
2.
Pasaron dos días en esas fiestas, pero el tercer día, antes de que
saliera el sol, se tendió sobre todo el campamento de los hebreos
una nube tal como nadie la había visto anteriormente y rodeó el
sitio donde habían plantado las tiendas. Mientras todo el resto del
aire estaba limpio, a ese sitio llegaron fuertes vientos que
levantaron grandes chubascos, los que se transformaron en una
poderosa tempestad. Había unos relámpagos terribles que espantaban
la vista. Truenos y rayos caían, declarando que Dios estaba presente
de manera benigna para aquellos con los que Moisés quería que fuera
benigno.
Respecto
a estos hechos, mis lectores pueden pensar lo que a cada cual le
plazca. Yo tengo que contar esta historia, tal como figura en los
libros sagrados. Ese espectáculo, y los sorprendentes ruidos que
herían los oídos, perturbaron a los hebreos en sumo grado, porque
no estaban acostumbrados a ellos. Luego el rumor extendido de que
Dios habitaba habitualmente en aquella montaña, les impresionó
grandemente, y se encerraron apesadumbrados en sus tiendas,
suponiendo que Moisés sería destruido por la ira divina y esperando
igual destrucción para ellos.
3.
Estando dominados por esos temores, apareció Moisés jubiloso y muy
exaltado. Cuando lo vieron perdieron el miedo y concibieron mayores
esperanzas para lo futuro. También el aire, después de aparecer
Moisés, se limpió de todo su desorden anterior.
Moisés
congregó al pueblo para que oyera lo que Dios le dijera. Una vez
reunidos, subió a una eminencia desde la cual pudieran oírlo, y
dijo:
-Hebreos,
Dios me recibió amablemente como lo había hecho antes. Y sugirió
un método feliz de vida para vosotros y un orden de gobierno
político, y está ahora presente en este campamento. Os encargo por
eso, por él y por sus obras, y por lo que hemos hecho con su
intermedio, que no déis poco valor a lo que voy a deciros, porque
los mandamientos que ahora os entrego no son la palabra de un hombre;
si consideráis la gran importancia de las cosas mismas,
comprenderéis la grandeza de aquel que los instituyó, y que no
desdeñó comunicármelos para nuestro común beneficio. Porque no
debe suponerse que el autor de esas instituciones es simplemente
Moisés, el hijo de Amram y Joquebed, sino de aquel que obligó al
Nilo a llevar sangre por vosotros, el que domó la altivez de los
egipcios con varias clases de sentencias, el que nos abrió un camino
por el mar, el que ideó un medio para enviaros alimentos del cielo
cuando nos afligía su falta, el que hizo salir agua de una roca,
cuando era poca la que teníamos, el que hizo que Adán compartiera
los frutos de la tierra y del mar, el que dió los medios para que
Noé escapara al diluvio, el que hizo que nuestro antepasado Abram,
peregrino nómada, se convirtiera en el heredero de Canaán, el que
hizo que Isaac naciera de padres muy viejos, el que hizo que Jacob se
viera adornado de doce hijos virtuosos, el que hizo que José fuera
el poderoso señor de los egipcios. Es él quien os envía estas
instrucciones, siendo yo su intérprete. Que sean venerables para
vosotros. Sustentadlas con más firmeza que a vuestras mujeres e
hijos. Porque si las seguís llevaréis una vida feliz, gozaréis de
los frutos de la tierra, veréis tranquilo el mar y los frutos del
vientre nacerán completos, como lo exige la naturaleza. Seréis,
además, terribles para vuestros enemigos. He sido recibido ante Dios
y he oído su voz incorruptible, porque es grande su preocupación
por vuestra nación y su permanencia.
4.
Dicho esto condujo a los hebreos, con sus mujeres e hijos, tan cerca
de la montaña, que pudieron oír a Dios mismo que les hablaba sobre
los preceptos que debían practicar, para que la energía de lo que
debía decir no sufriera daño al ser pronunciada por la lengua de un
hombre, que sólo podía ofrecerla a su comprensión de manera
imperfecta. Todos oyeron una voz que les llegaba de arriba, de tal
modo que no se les escapó ni una sola de las palabras, que Moisés
escribió en dos tablas, y que no nos es permitido anotar
directamente; pero vamos a declarar su importancia.
5.
El primer mandamiento nos enseña que no hay más que un Dios,
y que sólo a él debemos adorar. El segundo nos ordena no
hacer ninguna imagen de animal para adorarla. El tercero, que
no debemos jurar por Dios falsamente. El cuarto, que debemos
guardar el séptimo día, descansando de toda clase de trabajo. El
quinto que debemos honrar a nuestros padres. El sexto que
debemos abstenernos de matar. El séptimo, que no debemos
cometer adulterio. El octavo, que no debemos ser culpables de
robo. El noveno, que no debemos prestar falso testimonio. El
décimo, que no debemos cobijar deseos de lo que sea de otros.
6.
La multitud se regocijó al oír a Dios mismo dar los preceptos de
los cuales les había hablado Moisés, y la congregación se
disolvió. Pero durante los días siguientes fueron a la tienda de
Moisés pidiéndole que les trajera otras leyes de Dios. Moisés
anotó esas leyes y luego les informó de qué manera debían
desempeñarse en todos los casos. A estas leyes me referiré a su
debido tiempo. Pero la mayoría la reservaré para otro libro, donde
daré de ellas una clara explicación.
7.
Al llegar las cosas a este punto, Moisés subió de nuevo al monte
Sinaí, anunciándolo de antemano. Ascendió en presencia de todos; y
como estuviera ausente mucho tiempo (porque permaneció allí
cuarenta días), se apoderó el temor de los hebreos de que le
hubiera ocurrido algún daño. No había nada tan triste y que tanto
les perturbara, como la idea de que Moisés hubiera perecido. Hubo
una variante en los sentimientos hacia él; algunos decían que había
caído entre fieras, siendo de esta opinión en su mayoría los que
estaban mal dispuestos hacia él; otros decían que había partido y
se había ido con Dios; pero los más prudentes se dejaban guiar por
la razón y no encontraban satisfacción en ninguna de estas
opiniones, pensando que si sucedía a veces que los hombres cayeran
entre las fieras y perecieran, también era posible que por su virtud
hubiese partido y se hubiese ido con Dios. Permanecieron por lo tanto
tranquilos a la espera de los acontecimientos. Pero les dolía mucho
la suposición de que. hubiesen perdido a un gobernador y protector,
que no podrían nunca recobrar; ni esta sospecha les daba
autorización para esperar ningún hecho confortante sobre aquel
hombre, ni podían reprimir su preocupación y melancolía. No
obstante el campamento no se movió de su lugar, porque Moisés les
había ordenado que permanecieran allí.
8.
Cuando pasaron los cuarenta días, con otras tantas noches, Moisés
regresó, no habiendo probado bocado de ninguna comida indicada
habitualmente para la alimentación de los hombres. Su aparición
llenó al ejército de alegría, y él les declaró los cuidados que
Dios sentía por ellos, y con qué conducta de vida podrían vivir
felices; les dijo que durante esos días de su ausencia le había
sugerido que hiciera construir un tabernáculo para él, al que
descendería cuando viniera a reunirse con ellos, y de qué modo
"deberemos conducirlo con nosotros cuando nos vayamos de este
sitio. Ya no habrá necesidad de subir al monte Sinaí, porque él
vendrá a ocupar su tabernáculo y estará presente durante nuestras
oraciones". También dijo que el tabernáculo debía ser de las
medidas y de la construcción que le había indicado, y que había
que poner manos a la obra y hacerlo con diligencia. Dicho esto les
mostró las dos tablas, con los diez mandamientos grabados en ellas,
cinco en cada tabla; la escritura era de la mano de Dios.
.
Concuerda
en La Biblia, con Éxodo:
CAPÍTULO
18
Jetro
trae a la esposa e hijos de Moisés y ofrece sacrificios
a Jehová - Moisés toma el asiento judicial y
oye
todos los casos - Jetro aconseja a Moisés que enseñe la ley y que
nombre
jueces menores
y
les delegue
poder.
CAPÍTULO
19
Jehová
hace convenio de hacer de Israel un tesoro especial, un reino de
sacerdotes
y un pueblo santo – El pueblo se santifica - Jehová aparece en
Sinaí en medio de fuego, humo
y
temblores.
CAPÍTULO
20
Jehová
revela los Diez Mandamientos - Israel debe testificar que Jehová
ha hablado desde el cielo —
Se
prohíbe a los hijos de Israel hacer dioses de plata o de oro –
Deben hacer altares de piedras sin labrar y hacer sacrificios a
Jehová.
.
CAPÍTULO
21
Jehová
revela Sus leyes concernientes a los siervos, al matrimonio, a la
pena de muerte por diversas ofensas, al dar ojo por ojo y diente por
diente, y a los daños causados por bueyes.
CAPÍTULO
22
Jehová
revela sus leyes concernientes al hurto, a las destrucciones por
fuego,
al cuidado de la propiedad de los demás, al préstamo, a los actos
lascivos,
a los sacrificios a dioses falsos, al afligir a las viudas, a la
usura, al injuriar a Dios y a laS leyes referentes al primogénito de
hombres y de animales - Se manda a los hombres de Israel ser santos.
CAPÍTULO
22
Jehová
revela sus leyes concernientes al hurto, a las destrucciones por
fuego, al cuidado de la propiedad de
los
demás, al préstamo, a los actos lascivos, a los sacrificios a
dioses
CAPÍTULO
23
Jehová
revela sus leyes concernientes a la integridad y a la conducta
piadosa - La tierra descansará
durante
el año sabático - Los hijos de Israel guardarán tres
fiestas anuales - Un ángel que lleva
el
nombre
de Jehová
los guiará – Se quitará la
enfermedad - Se irá echando
gradualmente a las naciones
de
Canaán.
CAPÍTULO
24
Israel
acepta la palabra de Jehová por convenio - Moisés rocía la sangre
del convenio - Moisés, Aarón, Nadab, Abiú y setenta élderes
de Israel ven
a Dios - Jehová
llama a Moisés al
monte para recibir
las tablas de piedra
y los mandamientos.
.
(50):
IDEM
CITA (36)
48.
Después de estas palabras de Moisés, dichas al final de su vida, y
cuando les predijo lo que a cada tribu ocurriría y añadió su
bendición, la multitud se deshizo en lágrimas, y hasta las
,mujeres, golpeándose el pecho, expresaron la honda preocupación
que les causaba su inminente muerte. Los niños también lloraron,
tanto más intensamente cuanto que no podían contener su dolor, con
lo que expresaban que aun a su edad apreciaban su virtud y sus
grandes hazañas. Jóvenes y viejos parecían rivalizar en sus
manifestaciones de dolor. Los viejos penaban porque se verían pri.
vados de un gran protector, y se lamentaban por su situación futura.
Los jóvenes penaban no solamente por eso, sino también porque se
verían abandonados por él antes de haber gustado bastante de su
virtud. Se puede adivinar el dolor y las lamentaciones de la
multitud, por lo que le pasó al mismo legislador, aunque siempre
estaba persuadido de que no debía abatirse al acercarse el momento
de su muerte, ya que debía correrse esa suerte porque era la
voluntad de Dios y la ley de la naturaleza, pero la actitud del
pueblo lo agobió de tal modo que se echó a llorar.
Luego
se dirigió al lugar donde debía desaparecer de su vista, seguido
por toda la multitud que lloraba; Moisés hizo seña con la mano a
los que estaban más alejados indicándoles que se detuvieran,
mientras exhortaba a los que estaban cerca a que no hicieran tan
lamentable su partida. Pensaron entonces que debían acordarle ese
favor, dejándolo partir como él quisiera, y se contuvieron, aunque
siguieron llorando entre sí. Lo acompañaron el senado, Eleazar el
sumo sacerdote y Josué su comandante.
Cuando
llegaron al monte llamado Abarim, (que es una montaña muy alta,
situada frente a Jericó, ofreciendo al que estaba sobre ella una
vista de la mayor parte de la excelente tierra de Canaán), despidió
al senado; y cuando iba a abrazar a Eleazar y Josué, y mientras
seguía conversando con ellos, de pronto se cirmo sobre él una nube
y Moisés desapareció en un valle; aunque él escribió en los
libros sagrados que murió, lo que hizo por temor de que se
aventuraran a decir que por su extraordinaria
virtud
se había ido con Dios.
49.
Moisés vivió en total ciento veinte años, una tercera parte de los
cuales, menos un mes, fué el gobernante del pueblo. Murió el último
mes del año, llamado por los macedonios distro y por nosotros adar,
el primer día del mes. Fué superior a todos los hombres en
inteligencia, e hizo el mejor uso de lo que esa inteligencia le
indicaba. Tenía una manera muy grata de hablar y dirigirse a la
multitud, y en cuanto a sus otras cualidades, sabía dominar
ampliamente sus pasiones, como si apenas las tuviera en su alma, y
las conocía sólo de nombre y más bien por advertirlas en los demás
que en sí mismo. Fué además un general de ejército de los que se
ven pocos, y un profeta como no se conoció ningún otro, hasta el
punto de que cualquier cosa que decía era la voz de Dios mismo la
que hablaba.
El
pueblo lo lloró treinta días. Jamás sufrieron los hebreos una pena
tan honda como la que sintieron por la muerte de Moisés; no sólo lo
querían aquellos que habían experimentado su conducción sino
todos los que utilizaron las leyes que dejó y que le dió la
extraordinaria virtud que poseía.
Con
lo cual considero que es bastante para expresar de qué modo se
produjo la muerte de Moisés.
.
Concuerdan
estos textos de Flavio Josefo con los del: LEVÍTICO, NÚMEROS Y
DEUTERONOMIO (Deuteronomio 34, muerte de Moisés)
.
(51):
Así
es como se describe la famosa Tiro, fundada por Hiram en el siglo X
a.C.; construida a unas millas de la costa, en mitad de mar,
aprovechado unas rocas y sobre las que desarrolla una ciudadela que
envuelve puertos, casas y fortalezas de un modo inexpugnable. Tanto,
que realmente no lograron tomar Tiro ni los griegos de Alejandro;
debiendo rendirlo por asedio para llegar a pactos.
.
(52):
Fue
Sabatino Moscati, quien afirma que la conjunción de Canaaneos
(marinos) unidos a los Pueblos del Mar, conformaron Fenicia. A mi
juicio, hay otros factores que se unen para lograr esta civilización
púnica.
Uno de ellos, el componente egipcio (al ser Tiro y Sidón los puertos
sustitutos de Biblos), tanto como unos rasgos unidos al Egeo (donde
los fenicios asientan sus primeras colonias); teniendo una gran
influencia cretochipriota. De
tal manera podríamos decir que Fenicia se forma de la unión entre
canaaneos costeros y Pueblos del Mar; tras heredar el mundo
cretochipriota (con la caída de las civilizaciones micénicas y
chipro-minóicas) y por a intercesión de Egipto, que toma como
comerciantes y banqueros a los llegados a sus tierras desde Tiro y
Sidón.
.
(53):
JUECES
13-16; la historia de Sansón:
Jueces
13-16 Reina-Valera:
Nacimiento
de Sansón
- 13
1 Los hijos de Israel
volvieron a hacer lo malo ante los ojos de Jehová; y Jehová los
entregó en mano de los filisteos por cuarenta años. 2 Y había un
hombre de Zora, de la tribu de Dan, el cual se llamaba Manoa; y su
mujer era estéril, y nunca había tenido hijos. 3 A esta mujer
apareció el ángel de Jehová, y le dijo: He aquí que tú eres
estéril, y nunca has tenido hijos; pero concebirás y darás a luz
un hijo. 4 Ahora, pues, no bebas vino ni sidra, ni comas cosa
inmunda. 5 Pues he aquí que concebirás y darás a luz un hijo; y
navaja no pasará sobre su cabeza, porque el niño será nazareo a
Dios desde su nacimiento, y él comenzará a salvar a Israel de mano
de los filisteos. 6 Y la mujer vino y se lo contó a su marido,
diciendo: Un varón de Dios vino a mí, cuyo aspecto era como el
aspecto de un ángel de Dios, temible en gran manera; y no le
pregunté de dónde ni quién era, ni tampoco él me dijo su nombre.
7 Y me dijo: He aquí que tú concebirás, y darás a luz un hijo;
por tanto, ahora no bebas vino, ni sidra, ni comas cosa inmunda,
porque este niño será nazareo a Dios desde su nacimiento hasta el
día de su muerte. (...) 12 Entonces Manoa dijo: Cuando tus palabras
se cumplan, ¿cómo debe ser la manera de vivir del niño, y qué
debemos hacer con él? 13 Y el ángel de Jehová respondió a Manoa:
La mujer se guardará de todas las cosas que yo le dije. 14 No tomará
nada que proceda de la vid; no beberá vino ni sidra, y no comerá
cosa inmunda; guardará todo lo que le mandé. 15 Entonces Manoa dijo
al ángel de Jehová: Te ruego nos permitas detenerte, y te
prepararemos un cabrito. 16 Y el ángel de Jehová respondió a
Manoa: Aunque me detengas, no comeré de tu pan; mas si quieres hacer
holocausto, ofrécelo a Jehová. Y no sabía Manoa que aquél fuese
ángel de Jehová. (...) 21 Y el ángel de Jehová no volvió a
aparecer a Manoa ni a su mujer. Entonces conoció Manoa que era el
ángel de Jehová. 22 Y dijo Manoa a su mujer: Ciertamente moriremos,
porque a Dios hemos visto. 23 Y su mujer le respondió: Si Jehová
nos quisiera matar, no aceptaría de nuestras manos el holocausto y
la ofrenda, ni nos hubiera mostrado todas estas cosas, ni ahora nos
habría anunciado esto. 24 Y la mujer dio a luz un hijo, y le puso
por nombre Sansón. Y el niño creció, y Jehová lo bendijo. 25 Y el
Espíritu de Jehová comenzó a manifestarse en él en los
campamentos de Dan, entre Zora y Estaol.
Sansón
y la mujer filistea de Timnat
- 14
1 Descendió Sansón a
Timnat, y vio en Timnat a una mujer de las hijas de los filisteos. 2
Y subió, y lo declaró a su padre y a su madre, diciendo: Yo he
visto en Timnat una mujer de las hijas de los filisteos; os ruego que
me la toméis por mujer. 3 Y su padre y su madre le dijeron: ¿No hay
mujer entre las hijas de tus hermanos, ni en todo nuestro pueblo,
para que vayas tú a tomar mujer de los filisteos incircuncisos? Y
Sansón respondió a su padre: Tómame ésta por mujer, porque ella
me agrada. 4 Mas su padre y su madre no sabían que esto venía de
Jehová, porque él buscaba ocasión contra los filisteos; pues en
aquel tiempo los filisteos dominaban sobre Israel. 5 Y Sansón
descendió con su padre y con su madre a Timnat; y cuando llegaron a
las viñas de Timnat, he aquí un león joven que venía rugiendo
hacia él. 6 Y el Espíritu de Jehová vino sobre Sansón, quien
despedazó al león como quien despedaza un cabrito, sin tener nada
en su mano; y no declaró ni a su padre ni a su madre lo que había
hecho. 7 Descendió, pues, y habló a la mujer; y ella agradó a
Sansón. 8 Y volviendo después de algunos días para tomarla, se
apartó del camino para ver el cuerpo muerto del león; y he aquí
que en el cuerpo del león había un enjambre de abejas, y un panal
de miel. 9 Y tomándolo en sus manos, se fue comiéndolo por el
camino; y cuando alcanzó a su padre y a su madre, les dio también a
ellos que comiesen; mas no les descubrió que había tomado aquella
miel del cuerpo del león. 10 Vino, pues, su padre adonde estaba la
mujer, y Sansón hizo allí banquete; porque así solían hacer los
jóvenes. 11 Y aconteció que cuando ellos le vieron, tomaron treinta
compañeros para que estuviesen con él. 12 Y Sansón les dijo: Yo os
propondré ahora un enigma, y si en los siete días del banquete me
lo declaráis y descifráis, yo os daré treinta vestidos de lino y
treinta vestidos de fiesta. 13 Mas si no me lo podéis declarar,
entonces vosotros me daréis a mí los treinta vestidos de lino y los
vestidos de fiesta. Y ellos respondieron: Propón tu enigma, y lo
oiremos. 14 Entonces les dijo: Del devorador salió comida, /// Y
del fuerte salió dulzura. /// Y ellos no pudieron declararle el
enigma en tres días. /// 15 Al séptimo día dijeron a la mujer de
Sansón: Induce a tu marido a que nos declare este enigma, para que
no te quememos a ti y a la casa de tu padre. ¿Nos habéis llamado
aquí para despojarnos? 16 Y lloró la mujer de Sansón en presencia
de él, y dijo: Solamente me aborreces, y no me amas, pues no me
declaras el enigma que propusiste a los hijos de mi pueblo. Y él
respondió: He aquí que ni a mi padre ni a mi madre lo he declarado,
¿y te lo había de declarar a ti? 17 Y ella lloró en presencia de
él los siete días que ellos tuvieron banquete; mas al séptimo día
él se lo declaró, porque le presionaba; y ella lo declaró a los
hijos de su pueblo. 18 Al séptimo día, antes que el sol se pusiese,
los de la ciudad le dijeron: ¿Qué cosa más dulce que la miel? ///
¿Y qué cosa más fuerte que el león? mi él les respondió: ///
Si no araseis con mi novilla, /// Nunca hubierais descubierto mi
enigma. 19 Y el Espíritu de Jehová vino sobre él, y descendió a
Ascalón y mató a treinta hombres de ellos; y tomando sus despojos,
dio las mudas de vestidos a los que habían explicado el enigma; y
encendido en enojo se volvió a la casa de su padre. 20 Y la mujer de
Sansón fue dada a su compañero, al cual él había tratado como su
amigo.
Sansón
y los filisteos - 15
1 Aconteció después
de algún tiempo, que en los días de la siega del trigo Sansón
visitó a su mujer con un cabrito, diciendo: Entraré a mi mujer en
el aposento. Pero el padre de ella no lo dejó entrar. 2 Y dijo el
padre de ella: Me persuadí de que la aborrecías, y la di a tu
compañero. Más su hermana menor, ¿no es más hermosa que ella?
Tómala, pues, en su lugar. 3 Entonces le dijo Sansón: Sin culpa
seré esta vez respecto de los filisteos, si mal les hiciere. 4 Fue
Sansón y cazó trescientas zorras, y tomó teas, y juntó cola con
cola, puso una tea entre cada dos colas. 5 Después, encendiendo las
teas, soltó las zorras en los sembrados de los filisteos, y quemó
las mieses amontonadas y en pie, viñas y olivares. 6 Dijeron los
filisteos: ¿Quién hizo esto? Y les contestaron: Sansón, el yerno
del timnateo, porque le quitó su mujer y la dio a su compañero. Y
vinieron los filisteos y la quemaron a ella y a su padre. 7 Entonces
Sansón les dijo: Ya que así habéis hecho, juro que me vengaré de
vosotros, y después desistiré. 8 Y los hirió cadera y muslo con
gran mortandad; y descendió y habitó en la cueva de la peña de
Etam. Sansón derrota a los filisteos en Lehi 9 Entonces los
filisteos subieron y acamparon en Judá, y se extendieron por Lehi.
10 Y los varones de Judá les dijeron: ¿Por qué habéis subido
contra nosotros? Y ellos respondieron: A prender a Sansón hemos
subido, para hacerle como él nos ha hecho. 11 Y vinieron tres mil
hombres de Judá a la cueva de la peña de Etam, y dijeron a Sansón:
¿No sabes tú que los filisteos dominan sobre nosotros? ¿Por qué
nos has hecho esto? Y él les respondió: Yo les he hecho como ellos
me hicieron. 12 Ellos entonces le dijeron: Nosotros hemos venido para
prenderte y entregarte en mano de los filisteos. Y Sansón les
respondió: Juradme que vosotros no me mataréis. 13 Y ellos le
respondieron, diciendo: No; solamente te prenderemos, y te
entregaremos en sus manos; mas no te mataremos. Entonces le ataron
con dos cuerdas nuevas, y le hicieron venir de la peña. 14 Y así
que vino hasta Lehi, los filisteos salieron gritando a su encuentro;
pero el Espíritu de Jehová vino sobre él, y las cuerdas que
estaban en sus brazos se volvieron como lino quemado con fuego, y las
ataduras se cayeron de sus manos. 15 Y hallando una quijada de asno
fresca aún, extendió la mano y la tomó, y mató con ella a mil
hombres. 16 Entonces Sansón dijo: Con la quijada de un asno, un
montón, dos montones; /// Con la quijada de un asno maté a mil
hombres. 17 Y acabando de hablar, arrojó de su mano la quijada, y
llamó a aquel lugar Ramat-lehi.[a] 18 Y teniendo gran sed, clamó
luego a Jehová, y dijo: Tú has dado esta grande salvación por mano
de tu siervo; ¿y moriré yo ahora de sed, y caeré en mano de los
incircuncisos? 19 Entonces abrió Dios la cuenca que hay en Lehi; y
salió de allí agua, y él bebió, y recobró su espíritu, y se
reanimó. Por esto llamó el nombre de aquel lugar, En-hacore,[b] el
cual está en Lehi, hasta hoy. 20 Y juzgó a Israel en los días de
los filisteos veinte años.
Sansón
en Gaza (Sansón y Dalila)- 16
1 Fue Sansón a Gaza,
y vio allí a una mujer ramera, y se llegó a ella. 2 Y fue dicho a
los de Gaza: Sansón ha venido acá. Y lo rodearon, y acecharon toda
aquella noche a la puerta de la ciudad; y estuvieron callados toda
aquella noche, diciendo: Hasta la luz de la mañana; entonces lo
mataremos. 3 Mas Sansón durmió hasta la medianoche; y a la
medianoche se levantó, y tomando las puertas de la ciudad con sus
dos pilares y su cerrojo, se las echó al hombro, y se fue y las
subió a la cumbre del monte que está delante de Hebrón.
Sansón
y Dalila
4 Después de esto
aconteció que se enamoró de una mujer en el valle de Sorec, la cual
se llamaba Dalila. 5 Y vinieron a ella los príncipes de los
filisteos, y le dijeron: Engáñale e infórmate en qué consiste su
gran fuerza, y cómo lo podríamos vencer, para que lo atemos y lo
dominemos; y cada uno de nosotros te dará mil cien siclos de plata.
6 Y Dalila dijo a Sansón: Yo te ruego que me declares en qué
consiste tu gran fuerza, y cómo podrás ser atado para ser dominado.
7 Y le respondió Sansón: Si me ataren con siete mimbres verdes que
aún no estén enjutos, entonces me debilitaré y seré como
cualquiera de los hombres. 8 Y los príncipes de los filisteos le
trajeron siete mimbres verdes que aún no estaban enjutos, y ella le
ató con ellos. 9 Y ella tenía hombres en acecho en el aposento.
Entonces ella le dijo: !!Sansón, los filisteos contra ti! Y él
rompió los mimbres, como se rompe una cuerda de estopa cuando toca
el fuego; y no se supo el secreto de su fuerza. 10 Entonces Dalila
dijo a Sansón: He aquí tú me has engañado, y me has dicho
mentiras; descúbreme, pues, ahora, te ruego, cómo podrás ser
atado. 11 Y él le dijo: Si me ataren fuertemente con cuerdas nuevas
que no se hayan usado, yo me debilitaré, y seré como cualquiera de
los hombres. 12 Y Dalila tomó cuerdas nuevas, y le ató con ellas, y
le dijo: !!Sansón, los filisteos sobre ti! Y los espías estaban en
el aposento. Mas él las rompió de sus brazos como un hilo. 13 Y
Dalila dijo a Sansón: Hasta ahora me engañas, y tratas conmigo con
mentiras. Descúbreme, pues, ahora, cómo podrás ser atado. El
entonces le dijo: Si tejieres siete guedejas de mi cabeza con la tela
y las asegurares con la estaca. 14 Y ella las aseguró con la estaca,
y le dijo: !!Sansón, los filisteos sobre ti! Mas despertando él de
su sueño, arrancó la estaca del telar con la tela. 15 Y ella le
dijo: ¿Cómo dices: Yo te amo, cuando tu corazón no está conmigo?
Ya me has engañado tres veces, y no me has descubierto aún en qué
consiste tu gran fuerza. 16 Y aconteció que, presionándole ella
cada día con sus palabras e importunándole, su alma fue reducida a
mortal angustia. 17 Le descubrió, pues, todo su corazón, y le dijo:
Nunca a mi cabeza llegó navaja; porque soy nazareo de Dios desde el
vientre de mi madre. Si fuere rapado, mi fuerza se apartará de mí,
y me debilitaré y seré como todos los hombres. 18 Viendo Dalila que
él le había descubierto todo su corazón, envió a llamar a los
principales de los filisteos, diciendo: Venid esta vez, porque él me
ha descubierto todo su corazón. Y los principales de los filisteos
vinieron a ella, trayendo en su mano el dinero. 19 Y ella hizo que él
se durmiese sobre sus rodillas, y llamó a un hombre, quien le rapó
las siete guedejas de su cabeza; y ella comenzó a afligirlo, pues su
fuerza se apartó de él. 20 Y le dijo: !!Sansón, los filisteos
sobre ti! Y luego que despertó él de su sueño, se dijo: Esta vez
saldré como las otras y me escaparé. Pero él no sabía que Jehová
ya se había apartado de él. 21 Mas los filisteos le echaron mano, y
le sacaron los ojos, y le llevaron a Gaza; y le ataron con cadenas
para que moliese en la cárcel. 22 Y el cabello de su cabeza comenzó
a crecer, después que fue rapado.
Muerte
de Sansón
23 Entonces los
principales de los filisteos se juntaron para ofrecer sacrificio a
Dagón su dios y para alegrarse; y dijeron: Nuestro dios entregó en
nuestras manos a Sansón nuestro enemigo. 24 Y viéndolo el pueblo,
alabaron a su dios, diciendo: Nuestro dios entregó en nuestras manos
a nuestro enemigo, y al destruidor de nuestra tierra, el cual había
dado muerte a muchos de nosotros. 25 Y aconteció que cuando
sintieron alegría en su corazón, dijeron: Llamad a Sansón, para
que nos divierta. Y llamaron a Sansón de la cárcel, y sirvió de
juguete delante de ellos; y lo pusieron entre las columnas. 26
Entonces Sansón dijo al joven que le guiaba de la mano: Acércame, y
hazme palpar las columnas sobre las que descansa la casa, para que me
apoye sobre ellas. 27 Y la casa estaba llena de hombres y mujeres, y
todos los principales de los filisteos estaban allí; y en el piso
alto había como tres mil hombres y mujeres, que estaban mirando el
escarnio de Sansón. 28 Entonces clamó Sansón a Jehová, y dijo:
Señor Jehová, acuérdate ahora de mí, y fortaléceme, te ruego,
solamente esta vez, oh Dios, para que de una vez tome venganza de los
filisteos por mis dos ojos. 29 Asió luego Sansón las dos columnas
de en medio, sobre las que descansaba la casa, y echó todo su peso
sobre ellas, su mano derecha sobre una y su mano izquierda sobre la
otra. 30 Y dijo Sansón: Muera yo con los filisteos. Entonces se
inclinó con toda su fuerza, y cayó la casa sobre los principales, y
sobre todo el pueblo que estaba en ella. Y los que mató al morir
fueron muchos más que los que había matado durante su vida. 31 Y
descendieron sus hermanos y toda la casa de su padre, y le tomaron, y
le llevaron, y le sepultaron entre Zora y Estaol, en el sepulcro de
su padre Manoa. Y él juzgó a Israel veinte años.
.
(54):
Muchos
son los ritos y mitos acerca del pelo masculino y la fuerza o el
poder del guerrero. Entre ellos, destaca la costumbre de la casta
“Sic” en la India, que al ser la guerrera prohíbe cortarse el
pelo a sus hombres; quienes desde niños lo llevan en un moño sobre
la cabeza y al pasar a adultos o esconderán bajo un turbante. Los
mitos acerca de esta fuerza escondida en el cabello son
interminables, y existían costumbres tales como la tonsura. En
algunas ocasiones obligada para los iniciados en la guerra, aunque en
otras el hecho de ser tonsurado significaba que debían dejar el
trono o los títulos. Así le sucedió al rey godo Wamba, quien tras
emborracharse fue tonsurado por quienes le dieron el alcohol y tuvo
que dejar de reinar, para ingresar en un convento como monje (donde
terminaría sus días). Una historia real y sucedida en la Hispania
de hace mil trescientos años, que mucho nos recuerda a la de Sansón.
Tan extraña como real y que termina concediendo la santidad al rey
godo Wamba, venerado como San Bamba desde la Edad Media.
.
(55):
sss
nos
POR
LA IMPORTANCIA DE CUANTO EXPONEMOS EN ESTE ARTÍCULO MENCIONADO, A
CONTINUACIÓN ICLUYO ALGUNOS DE SUS PÁRRAFOS:
3)
PELASGOS, DANAOS Y TROYANOS (Peleset, Danuna y Tjeser). Los Pueblos
del Mar asentados en Canaán.
Hemos de considerar a
los mencionados filisteos, danuna y tjeser establecidos a comienzos
del siglo XII a.C. junto a los judíos, como los herederos de las
principales civilizaciones marineras que gobernaron el Egeo durante
parte del II milenio a.C. -llamados comúnmente micenios
(minoico-micenios)-. Culturas que sabemos, fueron destruidas al menos
en dos ocasiones: Primero durante la "caida" del imperio
Minoico (propiamente) con la explosión del volcán Tera-Santorino,
que asoló la zona en el siglo XVII a.C. y posteriormente con la
invasión doria, que acaba con Micenas unos quinientos años después.
Sobre el cataclismo del Tera, que se fecha comunmente en el XVII a.C.
(aunque otros investigadores lo datan un siglo más tarde) se
corresponde con la etapa que cierra el periodo cretochipriota
denominado Protopalacial y que había comenzado en el siglo XXI a.C..
Época del verdadero reino de Minos que termina con la erupción del
mencionado volcán que hizo nacer la actual isla de Santorini hacia
el 1650 a.C. a la que siguió un siglo de rehabilitaciones denominado
Neopalacial, llegando finalmente en el XV a.C. el dominio de Micenas
sobre Creta. Civilización que se mantuvo como dueña del Egeo hasta
la aparición del Hierro (o hasta Troya, que se fecha en el 1212
a.C.).
.
Momento
este en el que se vuelven a destruir las culturas herederas de las
minoicas, cuando las invaden y asolan los dorios. Obligando por
entonces a los micenios supervivientes a huir de sus tierras;
migraciones y gentes a las que el historiador francés Emmanuel Rougé
etiquetó hace unos ciento cincuenta años, como los "Pueblos
del Mar". Así los textos egipcios, los de Ugarit o La Biblia,
recuerdan como marineros errantes y sin hogar, vagaron desde el siglo
XIII al XI a.C., luchando y buscando un lugar donde asentarse.
Pudiendo considerarse al llamado Filisteo como el principal de
aquellos y que tras su huida de la expansión del hierro desde las
zonas griegas, logra establecerse junto a los Danuna y Tejeser, en la
zona costera de Canaán. Siendo
los denominados "Peleset" originarios principalmente de la
Kaftor minoica (Creta) y con los que en los decenios siguientes sus
vecinos judíos tuvieron que resolver varios conflictos culturales y
fronterizos. Hasta que finalmente, los filisteos fueron en su mayor
parte vencidos y asimilados entre los semitas que habitaban Canaán.
Tanto que se afirma, hacia el 1050 a.C., ya estaban mezclados con los
israelitas y tenían religion y ritos en común; algo que igualmente
hubo de suceder con los Tjeser y sobre todo con los Danuna, que se
tienen por la Tribu de Dan.
.
Sea como fuere, el
contacto entre estos pueblos filisteos (egeos o micénicos) y los
israelitas -incluso con el pueblo de Abraham-, parece que era
ancestral. Así la Biblia cita claramente pactos entre ese patriarca
de los judíos y el rey de los "philisteos" al que denomina
Abimeleq. Del mismo modo que menciona iguales alianzas habidas entre
el hijo de Abraham (Isaac) y el descendiente de Abimeleq -al que da
un mismo nombre que su padre-. Hechos estos que se recogen en el
Génesis (XX y XXVI) y que determinan claramente que entre los judíos
y aquellas gentes que consideramos eran los egeos de Creta (pelasgos
minóicos) había una estrecha unión. Tanta que se dice claramente
en el Antiguo Testamento que Abraham y su hijo Isaac habitaron en los
dominios de aquellos reyes Abimeleq. Un territorio llamado Gerar y
que les fue cedido por el rey de los filisteos, con los que pactaron
y se mantuvieron en paz. Área que consideramos eran tierras
dominadas o gobernadas por los minóicos o los cretochipriotas entre
los siglos XVIII al XVI a.C. (cuando podemos situar la existencia
legendaria e histórica de los mencionados patriarcas Abraham e
Isaác).
.
Indicando todo ello el
estrecho lazo existente entre el pueblo de Israel y el cretochipriota
del II milenio a.C.; el filisteo, cuyo comercio se centraba en la
venta de metales a Egipto; por lo que obligadamente hemos de suponer
que unos y otros tenían asentamientos en la zona central de Oriente
Medio. Puertos desde donde cargar y descargar los minoicos sus
mercancías, para lo que necesariamente habrían de pactar con los
pueblos mercaderes y que vivían en este área. Gentes dedicados a
las caravanas y al pastoreo, cuya riqueza procedia en gran parte del
comercio y de organizar viajes para intermediar entre Mesopotamia y
Oriente Medio (Creta, Egipto y Babilonia). Siendo históricamente
comprensibles y plausibles los hechos que nos narra el Antiguo
Testamento, al exponer que Abraham e Isaac se establecieron en
tierras de los filisteos, donde pactaron para vivir con ellos,
gracias a lo que logran un gran progreso. Todo lo que con seguridad
se refiere a un comercio común establecido desde los siglos XVIII al
XVI a.C. entre los minoicos y las tribus canaanitas más avanzadas,
procedentes de Mesopotamia (los pueblos llamados abrahámicos).
.
4)- DE LOS DANAOS Y
LA TRIBU DE DAN; DE LOS FILISTEOS Y GOLIAT (los descendientes de
Micenas afincados en Canaán y su aportación a la apertura de rutas
comerciales hacia Tartessos).
Por cuanto decimos,
creemos que podría identificarse perfectamente este Abilemec con
antiquísimos monarcas micénios, cuyos más arcaicos representantes
comunmente se recuerdan con el nombre de Melisos o Meliseos. Por
considerar el mito minóico que el comienzo de la civilización se
produjo gracias a un gobernante que enseñó la apicultura y de allí,
que los primeros reyes legendarios (de Creta) tuvieran un nombre
relacionado con las abejas o la miel. Siendo así, identificamos el
Abimelec bíblico con el Abas-Meliseo de Creta, el monarca más
antiguo de aquella isla y padre de la civilización minoica. Algo que
confirmaría el pleno contacto de los israelitas con los micénios
desde tiempos inmemoriales y que explicaría por qué encontraron
refugio en sus tierras. Por su parte y sobre estos llegados desde el
Egeo y asentados entre los judíos hacia el 1180 a.C.; sabemos a
través de los restos hallados en los yacimientos, que eran de origen
micénico. Ya que las cerámicas y los objetos que aparecen en
tierras de los mencionados Filisteos -de los Dan (danaos) y otras
gentes huidas hasta las costas de Israel en el siglo XII a.C.- son
claramente micénicas (cretochipriotas o anatólicas).
.
Ello concuerda con lo
que mencionan Las Sagradas Escrituras hablando Jeremías de que los
filisteos eran "un resto de los de Kaftor". Por su parte,
el Génesis narra que los filisteos y los kaftoritas descendían de
Kasluhies, cuyo padre era Egipto -Misraim- . Habiendo de entenderse
esta Kasluhies fuera la misma Chipre, o bien Biblos ("hijas"
de el Nilo). Sobre todo ello, Sandars especifica que "el nombre
de Kaptara (Caftor), tras la segunda mitad del II milenio a.C. se
amplia al Egeo y no solo a Creta". Comentando el mismo autor
acerca de aquellos pueblos asentados junto a los israelitas y en la
cuenca de Canaan en estos siglos, que eran incircuncisos y de
religión cercana a la canaanea; añadiendo que "lo poco
colegirse de su lengua parece apuntar hacia Anatolia", tanto
como sus señores eran llamados en idioma protoindoeuropeo "Seren"
. Esta última apreciación de Sandars es de gran importancia, puesto
que tal como nos indica, eran gentes de idioma y costumbres
protoindoeuropeas, iguales a las Egeas del II milenio y por lo tanto
muy cercanas a las micenias. Habiendo de considerar que micenios y
canaaneos (concretamente israelitas) tenían muchas coincidencias
culturales y religiosas -en común-.
.
Todo lo que unido a
las cerámicas de tipología cretense y chipriota halladas en los
asentamientos de los filisteos, danaos y Pueblos del Mar afincados en
la costa de Israel, explica claramente que se trata de gentes huidas
desde el Egeo -Creta y Chipre-. Algo que atestiguan las piezas de
barro filisteas, que estudió Furumark; profesor que las relaciona
claramente con la tipología "micénica III, CIb" (13) . De
un modo igual a como lo hace Muhly, que considera toda la cerámica
de estos pueblos aparecidos en las costas junto a Israel en el siglo
XII a.C., una simple variante de la de Micenas. Por su parte y en lo
que se refiere a las influencias y gentes venidas desde el cercano
Chipre (isla que compartió la civilización de Creta), Sandars se
expresa del siguiente modo: "Chipre desempeñó una función
fundamental en estos tiempos violentos y confusos. Entre el 1200 y el
1050 a.C. disminuyó la población, se abandonaron los antiguos
asentamientos (...) al final solo quedaron un puñado de pueblos que
disfrutaban de una civilización material cuyos orígenes al tan
nombrado Mundo de la Edad de Bronce Cretense, de Grecia continental,
de Siria y Palestina; y de su propio trasfondo chipriota" . Para
terminar el mismo autor concluyendo que "Chipre es el presente
entre el mundo micénico, Egipto y Palestina" .
.
Acerca
de las historias o leyendas que quedaron sobre esos micénios
(Pueblos del Mar) afincados entre los israelitas, destacan dos muy
llamativas. Primero la de Goliat, el héroe homónimo de los
filisteos de la ciudad de Galhát. En segundo lugar las referencias a
la tribu de Dan, que se sabe o supone originada por los Danaos (de la
que trataremos después). Acerca de la preciosa narración de Goliat,
hemos de decir que el nombre de este jefe o héroe filisteo es el
mismo que el de la tierra donde se asentaron aquellos (Galhat),
denominación que hoy ha terminado pronuciándose como Gaza. Siendo
muy llamativo que aquella voz en hebreo "GAHLT" se traduce
por: "los errantes", "los que peregrinan"; dando
a entender que estos "galhat" afincados en las costas de la
actual palestina (philistaina) tenían para los israelitas una
procedencia y denominación igual a la que les daban en el Nilo
(egipcios que denominaban "marineros errantes" a esosque
hoy llamamos Pueblos del Mar).
.
Por su parte, sobre el
gigante Goliat nos cuenta Samuel como aquel habitaba la ciudad de Gat
(del mismo nombre al suyo -que sabemos era la de "los
errantes"-). Guerrero de enorme fuerza se enfrentó contra el
pequeño David, quien pese a su teórica inferioridad le mató con un
golpe de honda. Todo lo que comprende y relata de manera figurada la
enorme armada y ejércitos que tendrían estos Pueblos del Mar
asentados en la franja costera de Israel, a los que los judíos
consiguen vencer, probablemente gracias al nuevo armamento de hierro
-y las recientes técnicas militares de fines del II milenio a.C.; lo
que se quizás se sublima en la honda- . Por su parte, sabemos que
los filisteos se gobernaron en forma de ligas (típicamente egea) y
en una pentarquía de alianzas promovidas por las cinco ciudades en
las que estaban asentados (Asdod, Ascalón, Ecrón, Gaza y Gat;
siendo estas dos úlimas las homónimas del gigante Goliat). Aunque
aquellas pronto debieron de pactar con las de Israel e incluso
asimilarse o incorporarse al territorio judío (que es quizás lo que
seguramente narra esta victoria de David).
.
Sobre los filisteos,
tambien La Biblia menciona otras bellas historias, entre las que
destaca la de Sansón. Esta vez un gigante israelita que se enamora
de la preciosa filistea a la que descubre el secreto de su fortaleza
(que residía en el cabello). Explicando probablemente la narración
de Sansón de manera simbólica, como en aquel tiempo una de las
formas de integrar a los Pueblos del Mar afincados en la costa e
incorporarlos a los judíos, fue la de mezclarse con ellos -o casarse
con sus mujeres-. Hecho que motivó seguramente que unos dos siglos
después del asentamiendo de los filisteos o de los Danaos en la
franja Gaza, ya estuvieran asimilados prácticamente con sus vecinos
de Israel.
.
Por su parte, el otro
importante Pueblo del Mar que fue a parar a las costas cercanas a
Judá ya dijimos que era el Danao (que identificamos con los aqueos,
denominados en Grecia danaos). Sobre aquellos, se considera que
finalmente fueron a vivir a las cercanías del Monte del Golán,
territorios que hasta entonces eran fenicios. Allí los danaos se
convirtieron en uno de los pueblos de Israel (la Tribu de Dan).
Siendo su tierra -Tel Dan- finalmente anexionada por los arameos, a
comienzos del siglo IX a.C.. Igualmente se refieren Las Sagradas a
los Dan en tiempos de Abraham, lo que a mi modo de ver habríamos de
identificar no con la mencionada venida de los aqueos al Golán, sinó
con la visita de los pueblos hebreos en épocas arcaicas a zonas del
Egeo (es decir a las cercanías de Troya).
.
Estos pueblos huidos
de Micenas, tanto como la relación entre los judíos y los reyes
fenicios (junto a otros hechos) motivaron la estrecha relación entre
la Tarshish bíblica (Tartessos) e Israel. Ciudad o territorio
allende los mares que se cita en La Biblia más de treinta veces.
Pese a ser común la identificación de aquella con la civilización
turdetana, hay quienes aún afirman que las naves de Tarshis se
tomaban desde el Mar Rojo, teoría que desea situar esa ciudad lejos
de la ibérica y en las proximidades el Golfo Arábigo. Aunque en las
referencias bíblicas se manifiesta que aquellos barcos de Tarshish
salían desde puertos de Gaza -o del litoral mediterráneo
israelita-; tanto como se llegaba hasta Tarshish por mediación de
los reyes y rutas de Tiro y Sidón (ciudades que como todos sabemos
se hallaban en Oriente Medio).
.
RESUMEN
DE NUESTRO ARTÍCULO:
LOS HEREDEROS DE MICENAS, su establecimiento en Israel y su relación con Tartessos.
LOS HEREDEROS DE MICENAS, su establecimiento en Israel y su relación con Tartessos.
Para leerlo pulsar el
siguiente enlace:
.
(56):
Hesiodo,
Teog 188-200 // Apolodor I, 13 (nacimiento de Afrodita)
.
(57):
"Odisea"
VI a VII ; XII 388-493 // XIII 1, 187 // XIV 245 y ss // XVIII y
XIX
.
(58):
SOBRE
TAMMUZ, recomendamos leer el artículo de Robert Graves en LOS MITOS
GRIEGOS (RBA Barcelona 2005): 18, 6-7
.
(59):
Hesiodo.
Teog. 333 /// Apold. Rod. Argo IV
.
(60):
SOBRE
OSIRIS DE BIBLOS Y ADONIS, RECOMENDAMOS LEER
EL
CAPÍTULO 13 del libro II (final) : “OSIRIS”
“LA
RAMA DORADA” de Sir James George Frazer
(México,
FONDO DE CULTURA ECONÓMICA 1944)
.
(61):
ACERCA
DE ESTE TEMA, RECOMENDAMOS LEER EL LIBRO DE
Antonio
Piñero “AÑO I” (ed. Laberinto, Madrid 2008).
Capítulo
XI, “Las religiones mistéricas”
.
(62a):
“Jan
Assmann y Moisés el egipcio. La memoria de Egipto en el monoteísmo
occidental”. Cambridge, Harvard University Press, 1997
VER
EPÍGRAFE 6-b)
El Moisés de Assmann Y
CITAS DESDE LA (19)
A
LA (26)
.
(62b):
Acerca
del monoteismo de Atón y la existencia de un solo dios en Egipto,
nos dice Mircea Eliade:
Para
mejor valorar la importancia de estas síntesis
teológicas, volvamos por un momento a considerar el «monoteísmo
atoniano».
Hay
que precisar ante todo que la expresión empleada por Afehenatón en
su himno —«el Dios único, aparte del cual ninguno otro existe»—
había sido ya aplicada mil años antes de la reforma de Amarna a
Amón, a Ra, a Atum y a otros dioses. Aparte de esto, como observa
John Wilson, había al menos dos dioses, pues el mismo Afehenatón
era adorado como otra divinidad.
Las
plegarias de los fieles (es decir, del grupo restringido de
funcionarios y dignatarios de la corte) iban dirigidas no a Atón,
sino directamente a Afehenatón. En su admirable himno, el faraón
afirma que Atón es su dios personal:
«Tú
estás en mi corazón y nadie te conoce como no sea tu hijo (es
decir, Afehenatón), al que tú has iniciado en tus planes y en tu
poder».
Esto
explicaría la desaparición casi instantánea del «atonismo» a la
muerte de Afehenatón. En resumidas cuentas, se trataba de una
religiosidad exclusiva de la familia real y de los cortesanos.
A
todo lo dicho hemos de añadir que Atón era conocido y adorado mucho
tiempo antes de la reforma de Amarna. En el Libro de lo que hay en el
más allá se aplica a Ra el apelativo de «Señor del disco
(Atón)»”.
“Los
teólogos del Imperio Nuevo insisten en el carácter complementario
de los dioses opuestos o incluso antagónicos. En la Letanía de Ra
se llama al dios solar «el Uno
conjunto»”
HISTORIA
DE LAS CREENCIAS RELIGIOSAS, cap. 32 // PAGS 152 Y 153
.
(64):
La
ley en el Antiguo Israel Luis VEGAS MONTANER
Ilu.
Revista de Ciencias de las Religiones Anejos (ISBN: 84-95215-76-4)
2004,
XI, pp. 119-141
.
(65):
IDEM
cita anterior. Luis Vegas Montaner SIC:
“-La
ley del talión (Ex 21,23-25; Lev 24,17-20; Dt 19,21 y C. Hammurabi
196.197.200)
-
pena de muerte infligida al autor de un rapto (Ex 21,16 y C.
Hammurabi 14)
-
indemnización equivalente prevista cuando un pastor deja pacer su
ganado en el campo de otro sin el acuerdo del propietario (Ex 22,4 y
C. Hammurabi 57)
-
liberación del esclavo tras varios años (Ex 21,2 y Dt 15,12: tras
seis años; C. Hammurabi 117: al cabo de tres años)
-
responsabilidad civil del agresor (Ex 21,18-19, C. Hammurabi 206 y
Leyes hititas 16);
-
restitución de un bien prestado, incluso si éste ha sido robado (Ex
22,6-8 y C. Hammurabi 125)
-
aborto ocasionado por golpes (Ex 21,22-23, C. Hammurabi 209-210,
Leyes mesoasirias 21.50 y Leyes hititas 17);
-
magia (Ex 22,17; Lev 20,27, etc., y Leyes mesoasirias 47);
-
daños causados por el ganado (Ex 21,28-32, C. Bilalama 54 y C.
Hammurabi 250-252);
-
juicio de Dios u ordalía (Nm 5,11 ss. y Leyes mesoasirias 17.22.24;
cf. C. Ur-Nammu 1).
Sobre
otros pasajes legales bíblicos que ofrecen semejanzas con el código
de Hammurabi podemos citar:
-
falso testimonio (Dt 19,16-19 y C. Hammurabi 3-4);
-
condena a muerte de la mujer adúltera y de su cómplice (Lv 20,10;
Dt 22,22 y C. Hammurabi 129)"
Pag
138, La
ley en el Antiguo Israel; Luis VEGAS MONTANER; Ilu. Revista de
Ciencias de las Religiones Anejos (ISBN: 84-95215-76-4) 2004, XI,
pp. 119-141
.
(66):
IDEM CITA ANTERIOR:
“Por
otra parte, las costumbres de época patriarcal muestran claras
concomitancias con la legislación hurrita de Nuzi, lo cual no
resulta extraño si consideramos la estancia patriarcal en Harán,
uno de los centros hurritas más importantes. Citemos algunos
ejemplos: - adopción como heredero de un extraño cuando alguien no
puede tener hijos propios como herederos, cf. Gn 15,2-3 (la
institución de la adopción no aparece en la ley mosaica); si
posteriormente le nace un hijo propio, éste pasa a ser el heredero
principal (cf. Gn 15,4), recibiendo doble porción de herencia; -
concubinato, mediante el cual la esposa sin hijos debía procurar a
su marido una esclava que le diera descendencia (cf. igualmente
Código de Hammurabi 145-146), cf. el caso de Sarai en Gn 16,1ss y el
de Raquel en Gn 30,3; - mayor protección y posición superior de una
esposa si tenía el status jurídico de hermana, cf. Gn 12,10-20;
20,1-18; 26,6-16; - venta por parte de un hijo de su derecho de
primogenitura (cf. Gn 25,31-34) o modificación del mismo por el
padre (cf. Gn 48,13-20; 49,3s); - validez legal del testamento oral
del padre en el lecho de muerte, cf. Gn 27,2; - regalo de una sierva
a la novia, cf. Gn 29,24.29; - la posesión de los ídolos domésticos
significaba la participación en la herencia paterna, cf. Gn 31,19."
Pag
138-139, La
ley en el Antiguo Israel; Luis VEGAS MONTANER.
.
(67):
Pag
139 y 140, La
ley en el Antiguo Israel; Luis VEGAS MONTANER.
.
(68):
Un
conocido Himno a Atón de época de Amarna tiene un gran parecido con
el salmo 104 del Antiguo Testamento, cuando en uno de sus capítulos
dice: "Todos
los rebaños pacen en sus pastos; los árboles y las hierbas
florecen, los pájaros echan a volar de sus nidos, sus alas saludan a
tu ka. Todo rebaño brinca sobre sus patas. Todo lo que vuela y se
posa, vive cuando amaneces para ellos".
Comparemos
el cántico anterior con el referido Salmo 104: "Todas las
bestias del campo beben de ellos, y los asnos salvajes mitigan su
sed. Junto a ellos las aves del aire hacen sus nidos, y cantan entre
las ramas. Desde tu morada en las alturas riegas los montes; del
fruto de tus obras se sacia la tierra. Haces brotar hierba para los
rebaños, y plantas para el uso de la humanidad".
Ello
hace pensar que una parte de los versículos y normas mosáicos
pudieron estar inspirados en los de Amenofis IV.
.
(69):
CONJURO
CXXV
LIBRO DE LOS MUERTOS:
“Es
así que yo traigo en mi Corazón la Verdad y la Justicia,
porque
he sacado de él todo el Mal…
Yo
no he hecho mal a los hombres.
Yo
no empleé la violencia con mis parientes.
Yo
no reemplacé por la Injusticia a la Justicia.
Yo
no frecuenté a los malos.
Yo
no cometí crímenes.
Yo
no hice trabajar para mi beneficio con exceso.
Yo
no intrigué por ambición.
Yo
no di malos tratos a mis servidores.
Yo
no blasfemé de los dioses.
Yo
no privé al pobre de su alimento.
No
cometí actos execrados por los dioses.
Yo
no permití que un amo maltratase a su sirviente.
Yo
no hice sufrir a otro.
Yo
no provoqué el hambre.
No
hice llorar a los hombres, mis semejantes.
Yo
no maté ni ordené matar.
Yo
no provoqué enfermedades entre los hombres.
Yo
no sustraje las ofrendas de los templos.
Yo
no robé panes de los dioses.
Yo
no me apoderé de las ofrendas destinadas a los Espíritus
santificados.
Yo
no cometí acciones vergonzosas en el recinto sagrado de los templos.
Yo
no disminuí la porción de las ofrendas.
Yo
no traté de aumentar mis dominios Utilizando medios ilícitos ni
usurpando los campos de otros.
Yo
no manipulé los pesos de la balanza ni su astil (medida).
Yo
no quité la leche de la boca del niño.
Yo
no me apoderé del ganado en los campos.
Yo
no tomé con el lazo las aves que estaban destinadas a los dioses.
Yo
no pesqué peces con peces muertos.
Yo
no puse obstáculos en las aguas cuando debían correr.
Yo
no apagué el fuego en el momento que debía arder.
Yo
no violé las reglas de las ofrendas de carne.
Yo
no me apoderé del ganado que pertenecía a los templos de los
dioses.
Yo
no impedía a un dios que se manifestase.
Yo
¡soy Puro! ¡Soy puro! ¡Soy puro! ¡Soy Puro!”
LIBRO
DE LOS MUERTOS, CONJURO 125; traducción Wallis Budge, notas
A.Laurent.
.
(70):
EN
DIFERENTES ARTÍCULOS NUESTROS HEMOS DEMOSTRADO EL SENTIDO
APOTROPAICO Y DE PROTECCIÓN QUE TENÍA EL PECTORAL (real o del
clérigo) EN CULTURAS COMO LA EGIPCIA. SU ORIGEN, A MI ENTENDER,
PROCEDE DEL CARDIOFILAX O PETO CON EL QUE SE GUARECÍAN LOS GUERREROS
(protegiendo sus armaduras con un trozo de metal en el pecho). ACERCA
DEL ENORE SIGNIFICADO DEL PECTORAL DE AARÓN Y SU APARICIÓN EN
TIERRAS DEL OCCIDENTE REMOTO (COMO TARTESSOS) HEMOS TRATADO
REPETIDAMENTE.
Recojo
a continuación la descripción del pectoral que contiene El Éxodo:
Éxodo,
XVIII, 15 y ss.: “Harás
el pectoral del juicio, trabajado artísticamente; como la obra del
efod
lo harás: De oro, púrpura y violeta (...). Será cuadrado, doble de
un palmo de longitud y otro de
anchura. Lo rellenarás con una guarnición de pedrería y con cuatro
filas de piedras. En la primera fila: Una cornalina un topacio y una
esmeralda. En la segunda: Un rubí un zafiro y un jaspe. En la
tercera: Un ópalo, un ágata y un amatista. En la última: Un
crisólito un "soham" (berilo) y un ónice. Al colocarlas
irán engastadas en oro; las piedras corresponderán a los nombres de
los hijos de Israel, estarán grabadas como sellos y con su nombre y
arreglo a las doce tribus. Fabricarás también sobre el pectoral,
cadenetas de oro puro, trenzadas a manera de cordón. También harás
sobre el pectoral dos anillos-sellos de oro, poniédolos en los
extremos de
este.
Meterás los dos cordones de oro por los dos anillos, ponìendolos a
los extremos del pectoral;
ligarás
los cabos de los dos cordones a los dos broches y fíjalos así a las
hombreras de efod, por
su
parte delantera. Harás después dos anillos de oro que pondrás en
los extremos inferiores del
pectoral,
sobre el borde interior que mira hacia efod (...). El pectoral se
unirá por sus anillos del
efod
mediante un cordón de púrpura violeta, de suerte que este quede por
encima del cíngulo y no
pueda
desprenderse de él. Así Aarón llevará el nombre del los hijos de
Israel grabados en el
Pectoral
del juicio, sobre su corazón, cuando entre en el santuario y para
que sirva en perpetuo
recuerdo
de Yahve. En el pectoral del Juicio, pondrás el URIM y el TUMMIM,
para que estén sobre
el
corazón de Aarón, al presentarse esta ante Yahvé” ( Éxodo,
XVIII, 15 y ss. Traducción de La
Vulgata
sobre textos hebreo y griego de Jose Ma. Bover y Francisco
Cantera-Biblioteca
de
autores
cristianos, Madrid, 1947-)
PARA
MÁS INFORMACIÓN ACERCA DEL SIGNIFICADO DEL PECTORAL EN LA
ANTIGÜEDAD, VER MIS ARTÍCULOS.
-
LO INVISIBLE EN LA MITOLOGÍA: Los bueyes de Gerión en el tesoro de
El Carambolo (Parte XIII: El "collar pectoral" y su
significado entre los pueblos: Egipcio-arameos, neohititas y
escitas). -SIGNIFICADO
RELIGIOSO DEL PECTORAL, EN LAS CULTURAS CONTEMPORÁNEAS AL TESORO DE
EL CARAMBOLO-
VER: http://loinvisibleenelarte.blogspot.com.es/2011/07/1-7-9.html
- LO INVISIBLE EN LA MITOLOGÍA: Los bueyes de Gerión en el tesoro de El Carambolo (Parte XVI: Misticismo y curación a través las joyas en La Antigüedad. Escapularios, medallas sagradas y pectorales). -SIGNIFICADO APOTROPAICO DE LA JOYERÍA SAGRADA Y PERVIVENCIA DE ELLO HASTA NUESTROS DÍAS-VER: http://loinvisibleenelarte.blogspot.com.es/2011/07/1-7-7.html
- LO INVISIBLE EN LA MITOLOGÍA: Los bueyes de Gerión en el tesoro de El Carambolo (Parte XVII: El collar-pectoral como protector del alma).-DESDE EGIPTO HASTA HOY, LAS JOYAS TOMARON UNAS FORMAS MÁGICAS; MUCHAS SE CONSERVARON Y SIRVEN PARA PROTEGER A QUIENES LAS LLEVAN (TALISMANES, ABALORIOS, DIJES O MEDALLAS)- VER: http://loinvisibleenelarte.blogspot.com.es/2011/07/1-9-8.html
- LO INVISIBLE EN LA MITOLOGÍA: Los bueyes de Gerión en el tesoro de El Carambolo (Parte XVIII: Joyas y guardianes del espíritu. Del collar y el pectoral, a las Lúnulas). -MÁS SOBRE EL SENTIDO APOTROPAICO DE LOS COLLARES, VEMOS EL VALOR RELIGIOSO Y MÍSTICO QUE TENÍA UN TESORO; ALGO QUE HOY CALIFICAMOS COMO UN OBJETO DE PODER O DECORATIVO- VER: http://loinvisibleenelarte.blogspot.com.es/2011/07/1-y-7.html
- LO INVISIBLE EN LA MITOLOGÍA: Los bueyes de Gerión en el tesoro de El Carambolo (Parte XIX: Análisis histórico y numerológico de los pectorales). -ANÁLISIS DE SUS FORMAS Y SIGNIFICADO CALENDÁRICO DE SU DISEÑO Y GRANULADO- VER: http://loinvisibleenelarte.blogspot.com.es/2011/07/1-6.html
- LO INVISIBLE EN LA MITOLOGÍA: Los bueyes de Gerión en el tesoro de El Carambolo (Parte XX: Análisis comparativo y numerológico de los pectorales tartessios).- CONTINUACIÓN DEL ESTUDIO ANTERIOR ENTRADA- VER: http://loinvisibleenelarte.blogspot.com.es/2011/07/1-6_19.html
- LO INVISIBLE EN LA MITOLOGÍA: Los bueyes de Gerión en el tesoro de El Carambolo (Parte XVI: Misticismo y curación a través las joyas en La Antigüedad. Escapularios, medallas sagradas y pectorales). -SIGNIFICADO APOTROPAICO DE LA JOYERÍA SAGRADA Y PERVIVENCIA DE ELLO HASTA NUESTROS DÍAS-VER: http://loinvisibleenelarte.blogspot.com.es/2011/07/1-7-7.html
- LO INVISIBLE EN LA MITOLOGÍA: Los bueyes de Gerión en el tesoro de El Carambolo (Parte XVII: El collar-pectoral como protector del alma).-DESDE EGIPTO HASTA HOY, LAS JOYAS TOMARON UNAS FORMAS MÁGICAS; MUCHAS SE CONSERVARON Y SIRVEN PARA PROTEGER A QUIENES LAS LLEVAN (TALISMANES, ABALORIOS, DIJES O MEDALLAS)- VER: http://loinvisibleenelarte.blogspot.com.es/2011/07/1-9-8.html
- LO INVISIBLE EN LA MITOLOGÍA: Los bueyes de Gerión en el tesoro de El Carambolo (Parte XVIII: Joyas y guardianes del espíritu. Del collar y el pectoral, a las Lúnulas). -MÁS SOBRE EL SENTIDO APOTROPAICO DE LOS COLLARES, VEMOS EL VALOR RELIGIOSO Y MÍSTICO QUE TENÍA UN TESORO; ALGO QUE HOY CALIFICAMOS COMO UN OBJETO DE PODER O DECORATIVO- VER: http://loinvisibleenelarte.blogspot.com.es/2011/07/1-y-7.html
- LO INVISIBLE EN LA MITOLOGÍA: Los bueyes de Gerión en el tesoro de El Carambolo (Parte XIX: Análisis histórico y numerológico de los pectorales). -ANÁLISIS DE SUS FORMAS Y SIGNIFICADO CALENDÁRICO DE SU DISEÑO Y GRANULADO- VER: http://loinvisibleenelarte.blogspot.com.es/2011/07/1-6.html
- LO INVISIBLE EN LA MITOLOGÍA: Los bueyes de Gerión en el tesoro de El Carambolo (Parte XX: Análisis comparativo y numerológico de los pectorales tartessios).- CONTINUACIÓN DEL ESTUDIO ANTERIOR ENTRADA- VER: http://loinvisibleenelarte.blogspot.com.es/2011/07/1-6_19.html
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